AJUSTANDO CUENTAS

CAPITÚLO 5

AJUSTANDO CUENTAS

-         ¡¿En serio Löw?!  ¡¿Realmente estás hablando en serio?! (Preguntaba Michael sorprendido)

-         Claro, ¿Acaso estás sordo? Te he dicho que te lleves a todos los jugadores titulares, suplentes y el cuerpo técnico a celebrar la victoria conseguida el día de hoy.

-         ¡¿Celebrar?! Pero Jogi si, todavía no hemos ganado nada. (Replicó Ballack por segunda vez)

-         Mira Michael, te diré algo. No quiero a nadie en el hotel hasta las seis de la mañana porque tengo un compromiso con Bastian, Mesut y Thomas. Y como es un asunto privado. No quiero moros en los costados. ¿Entendido? (Le decía serio Löw)

-         Bueno. Está bien, pero no te enojes. Haré  lo que me pides (Contestó Michael)

-         Bien. Espero que todo salga como lo he planeado. Tampoco quiero avergonzarlos, después de todo  parece que están algo arrepentidos, tal vez deba darles una oportunidad, pero y ¿sí lo vuelven  a hacer? No definitivamente la paliza va por que va (Pensaba en voz alta el técnico, cruzado de brazos, mientras con el dedo índice y pulgar acariciaba su mentón)

-         De que estás hablando Jogi. No me digas que tu…que tu pretendes…

-         Sí, Michael voy a dar un duro escarmiento a ese trio de sinvergüenzas. Te aseguro que después de esto, no volverán a faltar a las reglas. (Dijo convencido el entrenador)

-         Es decir que tú les vas… Tú les… (El hombre no termino la frase porque fue interrumpido)

-         Exactamente como lo has pensado Ballack, ¡Les daré una paliza al más puro estilo inglés a ese bando de desvergonzados! (Exclamó el míster)

-         Pero Jogi y si ellos no quieren. Tú no los puedes obligar porque sería…

-         Ellos aceptaron mi castigo. Les hice una propuesta. Los puse a escoger entre el banquillo o la zurra, y ellos escogieron la segunda opción. Por tanto, yo no he obligado a nadie.

-         Ja, ja, ja ¡¿Quee?! No lo puedo creer esto es de risa. ¡Nunca en mi vida había escuchado semejante propuesta! Ja, ja, ja (Ballack se cogía el estómago con ambas manos, del ataque de risa que le estaba dando)

-         No sé, de qué te ríes. Yo no le encuentro ninguna gracia. Aquello es lo mínimo, que se merecen por todas las tonterías que llevan haciendo desde que llegamos a Polonia.

-         Ay… ja, ja, ja  Ay… Jogi es que de solo imaginarme a esos tres sobre tus rodillas, mientras tú les calientas el culo ja, ja, ja es que no… ja, ja,ja, ja, ja es que no aguanto ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja (Continuaba riéndose el Kaiser de los jugadores)

-         ¡Guarda silencio! ¡Esto es un asunto serio! (Lo regaño Joachim)

-          Ay está bien. Siempre tan aguafiestas, por eso cada vez estás más arrugado.

-         Mira Michael, una sola palabra más y juró que te coloco en la lista de los futuros azotados. ¿Me escuchaste? (Löw  le  informo, mirándolo directamente a los ojos)

-         ¡¿Qué?! ¡Déjate de bromas Jogi! Yo, ya no estoy en edad de recibir nalgadas como un crío de  parvulario. (Le reclamó el Kaiser)

-         Eso es lo que tú crees. Además si te comportas como un mocoso de cinco, te trataré como a uno (Respondió  el entrenador)

-         Pero, si yo, solo  me estaba riendo. ¡No sé,  por qué  te  lo  tomas tan enserio! Te digo cada día, te noto más acabado. Yo diría que…

-         Mira, ¡Tú mejor cállate!, cada vez que abres la boca la terminas cagando con tus comentarios de mal gusto.

-         Lo siento Jogi (Dijo Michael triste)

-         Perdón, no quise hablarte así, pero es que a veces me desesperas, bueno ya sabes lo que tienes que hacer. Llévatelos a cualquier sitio de entretenimiento y vuelve con ellos a la hora acordada. ¿De acuerdo?

-         Si, como digas. ¡Oye! ¿Te puedo hacer una pregunta antes de irme?

-         Si, ¿Cuál?

-         ¿Con que les vas a pegar?

-         Michael vete de aquí, antes de que pierda la paciencia y termine bajándote los pantalones y dándote la zurra que mereces por entrometido (Dijo Löw molesto a su asistente)

-         Ya está bien, ya me voy. Chao (Salió corriendo el hombre, mientras agitaba su mano derecha  en señal de despedida)

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Mientras tanto…

Los tres chicos se estaban cambiando en los vestidores callados ya que al parecer habían algunos curiosos alrededor y nada más y nada menos que dos de los suplentes llamados: Marco Reus y Mario Götze;  este par se la pasaban juntos todo el  día, eran muy buenos amigos, se contaban todo y aprovechaban para escuchar las conversaciones del resto de sus compañeros por lo que Schweinsteiger, Özil y Müller seguían vistiéndose en silencio.

-         Oigan, ¿ya saben la última? (Les pregunto alegre Götze)

-         ¿A qué te refieres? (Cuestionó Thomas)

-         Pues que el Mister, está de buenas y le informo a su auxiliar que fuera con todo el equipo a celebrar a cualquier  sitio nocturno de la ciudad  la victoria conseguida ante los Italianos. Además podemos regresar a las seis de la mañana. ¿Qué les parece? (Mario hablaba con mucha emoción)

-         ¡Bah, que aburrido! Tengo mejores cosas que hacer, que perder en tiempo en ese tipo de lugares (Contestó Bastian)

-         ¡Oh, esto sí que no lo creo! ¡¿Te ocurre algo Schweinsteiger?! ¡¿Acaso tienes fiebre?! (Le pregunto Reus, mientras le tocaba la frente a su colega con su mano derecha)

-         ¡Claro que no tonto! Es solo que Jogi quiere hablar con Mesut para invitarlo a cenar y felicitarle por el partido que hizo, pero no se lo tomen a mal chicos, ya que el entrenador  solo  nos  invitó a nosotros, es decir  a Thomas y a mí. La verdad, no sé porque  no los incluyó a ustedes, pero sus razones tendrá.

-         ¡Qué extraño, Löw no es de tener favoritismos! Como es que los invita a ustedes y al resto de la plantilla no. Esto no me gusta nada (Decía Marco)

-         ¡Sí, a mí tampoco! yo soy su suplente favorito ¡¿Cómo se atreve a no tomarme en cuenta?!  (Ahora, era Mario quien se quejaba)

-         Miren niños, ustedes tienen que respetar las decisiones del Míster, más vale que se vayan a celebrar sin hacer tantas preguntas porque bien saben que a Joachim, no le gusta que le cuestionen nada (Hablaba Thomas)

-         Para lo que nos importa, su reunión. Nos vamos a divertir mucho más con Ballack y el resto del equipo. Löw es un aburrido y amargado que se la pasa regañándonos como si fuéramos sus hijos. Así que aprovechen su cenita. Ven Marco no tenemos nada más que hablar con los preferidos del sr. Löw (Añadió Mario, mientras empujaba a su compañero por la puerta de salida de los vestidores)

-         ¡Oye! ¡¿Por qué le dijiste eso?! (Pregunto Özil)

-         Y ¡¿Qué diablos querías que dijera?! ¡Que  Löw  nos va a dar una tunda en el hotel por indisciplinados! ¡¿Acaso preferías eso?! (Bastian le grito a su compañero algo molesto)

-         Ya cálmate, fue una simple pregunta. Tampoco es para que me grites (Se defendía el de Gelsenkirchen)

-         Lo siento Mes, es solo que está situación me pone los pelos de punta. (Se disculpó el jugador del Bayern)

-         No hay problema Bastian. Entiendo (Respondió el mago de Oz)

-         Bueno chicos vámonos que se hace tarde (Intervino Müller)

-         ¿Y tú no eras el que decía que no ibas? (Pregunto perplejo Schweinsteiger)

-         Ya que más da, la verdad ya nada me importa. Total, que no me voy a morir por un castigo como ese, aguanto más patadas en el campo, así  que sí, el viejo cree que unos putos azotes me van hacer temblar está muy equivocado (Añadió Thomas)

-         Bueno si, tú lo dices… ¡Oye, espera Mes! ¿Por qué vas de pantalón corto y de tela delgada? ¡¿No te das cuenta que eso no ofrece ninguna protección?! Te aconsejo que te pongas jeans, son lo mejor en estos casos.

-         ¡¿Tanto duele?! A mí lo que más me incomoda de toda esta idiotez es ser tratado como un mocoso del kínder.

-         Bueno Mesut, es que tú no sabes los métodos de Jogi, por eso te digo. Aunque viéndolo bien ahí  hay buena carne, seguro que aguantas los doscientos azotes con la vara, que te pretende dar Joachim (Dijo Bastian dándole una palmada en la nalga derecha a su compañero)

-         ¡¿Qué?! ¡¿Doscientos?! ¡¿Con una vara?! Ni una mierda, no pienso dejar que ese cretino me golpee el culo con algo así, pero ¡¿Quién coño se cree, ese pedazo de…?! (Özil iba gritando barbaridades, mientras aventaba varias botellas de plástico a la pared)

-         Tranquilo Özil, solo fue una broma. Es más hable con Jogi y le pedí que fuera blando contigo ¿y sabes que me dijo? (Bastian le hizo una pregunta al número ocho de la selección alemana)

-         No, ¿Que te dijo? A ver ¡Dime! (Exclamó Mesut ansioso)

-         Bueno él me dijo que solo te dará cien azotes y serán con una regla de madera. Sí fue lo que él  me  informó.

-         ¡¿Cien azotes?! ¡¿Y dados con una regla de madera?! ¡¿Pero acaso este tipo se volvió loco?! (El de Gelsenkirchen cuestionaba a su compañero de selección)

-         Ay Mes, ¡Que inocente eres! Te crees todo lo que digo. Te volví a engañar. (Bastian se reí a carcajada pura)

-         Grrr ¡Eres tan infantil!

-         Pero no te preocupes mi amigo. Jogi te las dará sobre la ropa, por eso te digo que te pongas jeans, así amortiguaras el dolor. ¡Créeme funciona!

-         ¿Esta vez, si estás hablando enserió?

-         Sí está vez, si es verdad. ¡Lo juro! (Decía Bastian besando su puño derecho en señal de juramento)

-         Bah, yo ya no sé si creerte. ¿Y cuantos me dará? ¿No te dijo?

-         Bueno eso sí, la verdad…

-         Oigan ya muévanse (Intervino nuevamente Thomas)

-         Ya vamos, ven Mesut, en el camino te cuento…

-         Espera voy al baño (Özil se metió en un cuarto que había en el fondo junto con su mochila, donde llevaba sus cosas y uniforme de entrenamiento)

El jugador del dorsal número ocho, abrió su mochila y saco algunos calzoncillos, que  puso encima de la tapa del inodoro, luego se quitó los pantalones cortos que cargaba y se puso unos tres calzoncillos color blanco de los normales, luego cuatro boxers ajustados y después unos dos boxers de cuadros algo holgados, seguidamente se colocó unos jeans de tela gruesa, se puso sus zapatillas de la marca Nike Air Zoom Toki Lux, luego se colocó encima de la camiseta blanca que cargaba una chaqueta color negro.

-         Ahora sí con esto estoy  más que hecho (Dijo el chico, mientras cogía su mochila, cerraba la puerta de aquel reservado y salía a toparse con sus amigos quienes lo estaban esperando en la puerta de salida.

-         ¡Oye! ¿Qué tanto hacías en ese cuarto eh? (Le preguntaron sus colegas a él,  al verlo todo sudoroso y nervioso)

-         ¿Eh…? N-no… nada. Ya mejor vámonos (Les dijo él a ellos saliendo rápidamente de los vestidores)

Y así los jóvenes, cogieron un taxi que los llevara directamente al hotel de concentración; estando allá se sentaron en el lobby del mismo a esperar por su entrenador; quien tardo poco en llegar. Inmediatamente los cuatro tomaron el ascensor que los conduciría al piso número  tres, que es donde estaba la habitación del Míster, llegando allá el sr. Löw tomo asiento en el borde de la cama y procedió a hablar:

-         Muy bien jovencitos, ya saben cómo va esto ¿verdad?

-         Sí señor (Contestaron los tres al unísono)

-         Muy bien, los quiero a los tres cara a la pared en este preciso instante, voy a proceder a llamarlos por su nombre completo (Les informó el entrenador)

-         Espere un momento… (Mesut se le acerco a su técnico)

-         ¡¿Qué sucede contigo?! ¡¿Qué no escuchaste la orden que te acabo de dar?! (Lo retaba Joachim posando la mirada en los ojos del chico)

-         Pero yo… (Trataba de decir algo)

-         Nada. Te he dicho cara a la pared. ¡Obedece! (Añadió el Míster bastante serio y al muchacho, no le quedo de otra,  que obedecer)

-         Bien, en lo que estábamos. Espero que no hayan más interrupciones, sino se van a enterar…

-         Maldito cretino, no te saldrás con la tuya, vas a ver cómo me aguanto tú estúpido castigo. (Pensó Mesut)

-          Miren lo que tengo aquí, (Los chicos voltearon su cabeza de lado, para ver unos papelitos que tenía el entrenador en sus manos e iba a meter en una caja mediana de cartón)

-         Cada uno de los papeles tienen un número, cuando les  llame vienen y escogen uno, de estos,  y de acuerdo al número que les salga, así será su turno para el castigo.

-         ¡Genial! Lo último que nos faltaba que al cabrón este se le ocurriera jugar a la lotería con nosotros; como si fuéramos objetos (Ahora eran los pensamientos de Thomas)

-         ¿Alguna pregunta? Perfecto como no hay objeciones, procederé a llamarlos

-         Espere…

-         No, lo siento Thomas el tiempo de preguntar se agotó. Será en otra ocasión

-         Yo solo…

-         No, tú calladito (Respondió el Míster)

-         Bien, Bastian Schweinsteiger, Mesut Özil y Thomas Müller acérquense

Los tres chicos se acercaron, mientras Jogi les amarraba una cinta de color negro alrededor de la cabeza, tapándoles los ojos, luego les indico a cada uno meter la mano en la cajita y sacar el número, cuando cada uno tenía el papel en la mano, Jogi les desamarro la banda que les cubría los ojos y los dejo ver el número que le toco a cada uno.

-         Genial soy el número 1. Lo único bueno de todo esto, es que saldré rápido de este trago amargo (Decía Bastian)

-          A mí me tocó el 2. No está mal. Aunque hubiera querido ser el primero (Habló Thomas)

-         ¿Y por qué coño, yo tengo que ser el último? (Reclamaba Mesut)

-         ¡Oye! es un número perfecto. Además  recuerda los últimos serán los primeros (Intervino Bastian nuevamente)

-         Bah, todo es un asco (Le contesto él a su colega)

-         Ya dejen de discutir y regresen dónde estaban (Les decía Joachim)

Los muchachos se colocaron uno al lado de otro, con los brazos en la cabeza y la nariz pegada a la pared. El entrenador pasó por el lado de cada uno y los miro de pies a cabeza, luego se cruzó de brazos y procedió a llamar al primero de ellos.

-         A ver Bastian, ven inmediatamente.

-         No Jogi. Espérate, cinco minutos. Por favor.

-         Schweinsteiger déjate de tonterías y camina de una vez.

-         No por lo que más quieras. Aún no estoy preparado. Conversemos primero.

-         ¡Te hable! Voy a contar hasta cinco y si no estás aquí para cuando termine, juro que te pegaré  lo que dura un partido de futbol.

-         Pero Jogi se comprensivo…

-         UNO…

-         No seas malo

-         DOS…

-         ¿Por qué me tratas así?

-         TRES

-         Ya deja de contarme, que no soy un niño.

-         CUATRO

-         Ya voy, ya voy

-         CUATRO y MEDIO…

-         Ya estoy, ya estoy aquí.

-         Justo a tiempo sino lo hubieras lamentado (Contesto el Técnico)

-         ¿Y ahora? (Pregunto el jugador perplejo)

-         ¿Cómo prefieres el castigo? Tienes tres opciones: de pie, sobre mis rodillas o acostado encima de los almohadones en la cama. ¡Tú decides con cual posición te sientes más cómodo!

-         Uhmm  no lo sé. ¿Con cuál de  todas, me tratarás más suave?

-         No, voy suave. Solo te doy la oportunidad de escoger. ¿Y bien, que prefieres?

-         Está bien, que sea sobre tus rodillas, ya estoy acostumbrado a esa posición.

-         De acuerdo, me parece perfecto. ¡Comencemos ya! Quítate los pantalones y los calzoncillos y ven aquí (Le decía él a su pupilo golpeando uno de sus muslos, para indicarle al jugador dónde debía ponerse)

-         ¡Jo-jogi! (El chico estaba parado de medio lado, aun nervioso)

-         No empieces Bastian. ¿Acaso me crees tonto? Está claro,  que no vas a sentir nada, con esos pantalones que cargas puestos.

-         Pero… (Schweinsteiger no se dio cuenta cuanto su entrenador se sacó la correa de sus pantalones de vestir que cargaba, la doblo en dos,  la puso a un lado de  la cama,  luego agarró a Bastian por la cintura, le dio vuelta de modo que quedará enfrente de él y procedió a desabrocharle  los pantalones, para seguidamente bajárselos   hasta los tobillos  junto con sus negros boxers, y finalmente lo tumbo boca abajo sobre sus piernas)

-         ¿Listo?

-         No, Jogi espera…

-         ¡PLAF!  Desde este momento me llamas señor ¡Irrespetuoso! (Le dio una fuerte palmada en el centro de su trasero)

-         ¡Au! Eso dolió (Se quejó el chico)

-         Ahora sí, no perdamos más el tiempo y comencemos

Y teniendo Löw a su jugador en esa posición comenzó a darle una buena tanda de azotes con la mano, pero bien fuertes sobre su trasero desnudo.

-         ¡Oh Míster! ¡Por favor, golpea otro lugar! ¡Duele uh! Vamos al menos déjame ponerme mis calzoncillos. Total que tú lo que buscas es golpear piel desnuda, pégame en las piernas si quieres.

-         ¡PLAF! ¡PLAF! ¡PLAF!  Guarda silencio ¡PLAF! ¡PLAF! ¡PLAF!... Se supone  ¡PLAF! ¡PLAF! ¡PLAF! Que ¡PLAF! ¡PLAF! ¡PLAF! Tiene ¡PLAF! ¡PLAF! ¡PLAF! Que doler. ¡PLAF! ¡PLAF! ¡PLAF! Además, si sigues ¡PLAF! ¡PLAF! ¡PLAF! De insolente ¡PLAF! ¡PLAF! ¡PLAF! Voy  a usar una vara ¡PLAF! ¡PLAF!

-         ¡Oww!  L-lo siento

-         Y más lo vas a sentir. De eso estoy seguro (Le dijo dándole otra tanda de nalgadas justo donde se unen los muslos con el trasero)

-         ¡P-por favor señor! ¡YAAAAAUGGGGHHHH!!! ¡AUUGGGHHHHH!!! ¡Lo siento,  por… favor!

-         ¡AUGGGHHH!!!  LÖW … PAAARAAAHHH

Mientras Bastian suplicaba a su jefe para que parara de golpear su ahora rojo trasero,  los otros dos  miraban la escena de reojo y comentaban entre ellos

-         Oye, se ve que la está pasando muy  mal, míralo como se revuelca sobre las rodillas del míster tratando de huir (Habló Mesut)

-         Tranquilo Mes, solo son un par de palmadas. No le hagas caso a Bastian, ya sabes cómo es de exagerado y le encanta armar drama por todo, si más parece jugador del Barcelona que del Bayern;  actúa igual o parecido   que  Lionel Messi o Dany Alves. Tú relájate. Yo pensé que esto era la muerte, pero me doy cuenta que es un chiste (Decía Thomas a su compañero, en lo que el azotado seguía retorciéndose y chillando sobre el regazo del entrenador.  Por su puesto la paliza hasta el momento era solo de mano, pero Bastian pensaba que al menos exagerando un poco se libraría del cinturón del míster)

-         ¡AAAAAAAHHHHA!  YYAAAAAAHHHH!  JOGI, YA POR… FA… POR FAVOR  ¡NO MÁS! ( Bastian  había  utilizado  esta  estrategia  antes , pero  aun  así con Löw jamás le funcionaba)

-         Silencio. Todavía no termino contigo. Y ustedes dos que tanto cuchichean (Los miro a los otros seriamente)

-         Míster vera… nosotros solo…

-         Nada. Thomas muévete de ahí y te paras en la otra esquina. No te quiero cerca de Mesut ¿Escuchaste?

-         Bueno yo…

-         Tú nada, ¡Te mueves o te sueno antes de  tiempo!  (Hablo el jefe en tono severo, que hizo que el chico se moviera en un santiamén hacia la otra esquina, lejos de su colega)

-         Cuando se está en el rincón no se habla. ¡Que les quede claro!

-         Y ahora terminemos con esto Schweinsteiger

Joachim cogió la correa y empezó a repartir una serie de azotes en forma horizontal y diagonal, abarcando todo el culo del chico; dándole varias tandas,  aquello de verdad  le hizo  gritar, llorar e incluso agitar su cuerpo con mayor intensidad;  en su intento de liberarse del  cuero  que  impactaba  sus  ya  inflamadas asentaderas.  Por momentos el técnico paraba, para darle tiempo de respirar al muchacho y luego continuaba con la labor. Hasta  que  noto  que  su pupilo ya  no podía  más  así  que,  le  dio  los últimos diez chicotazos   mientras  lo  sermoneaba  por  las  faltas cometidas y su no tan buen rendimiento con la selección.  Finalmente terminó  el castigo, mandándolo a una esquina de la habitación con los brazos en la nuca, prohibiéndole sobarse. Cuando lo vio tomar posición, inmediatamente llamó a Thomas.

-         Müller tu turno.

-         Ya voy (Dijo sin rechistar, ya que quería salir de aquella situación cuanto antes)

-         ¿Cómo quieres tú castigo?

-         Thomas pensó por un momento y luego dijo:

-         De pie

-         ¿Seguro?

-         Si, completamente

-         Bien ¿Mesut me podrías hacer un favor?

-         Si, dígame

-         Abre esa gaveta que esta allá, y tráeme la regla de madera que está dentro (Le dijo el técnico al Alemán-Turco)

El chico hizo lo que su jefe le dijo y le entrego la regla en las manos.

-         Gracias Mesut. Ahora vuelve a tu puesto.

Luego de esto el entrenador ordenó a Thomas a desvestirse, pero se lo tuvo que repetir pues el chico aún no estaba convencido de aquello y se quedó como estatua mirando hacia el piso

-         (Löw se levantó de la cama  y colocó ambas manos en los hombros del chico comenzó a sacudirlo para que reaccionara) ¿Qué no escuchaste la orden que te acabo de dar? Te he dicho que te bajes los pantalones y además que te quites todo y lo pongas en aquella silla.

El muchacho, al ver que no tenía más  opciones, le dio la espalda a  Löw e  hizo lo que este  le pidió  sin rechistar: empezó a quitarse las zapatillas, después los pantalones, luego los calzoncillos y por último la camiseta que cargaba en aquellos instantes; quedando como Dios lo trajo al mundo, con la cabeza baja y con las mejillas levemente sonrojadas por la vergüenza que su entrenador le fuera a ver totalmente desnudo;  la situación con él era diferente;  esta iba a ser la primera vez, que sería azotado por Löw,  y a diferencia de Bastian no se sentía nada cómodo, pero cómo ya todo estaba hablado y él había aceptado el trato y no tenía más  alternativas, decidió ocupar su mente en otros asuntos, pero continuaba de espaldas.

-         (Löw, lo noto. Sí, el tipo conocía muy bien a sus pupilos) ¡¿Qué  es   lo  que  te da pena?! No tienes nada que, yo no tenga. Así  que,  muévete y  date vuelta, pero ya.

-         ¡Jo! Ya voy… ya voy

-         (Joachim,  lo jalo del brazo, le dio vuelta, para luego regalarle dos reglazos en medio del culo) ¡SMACK! ¡SMACK!  ¡A  mí no me contestas jovencito!

-         ¡AYYYY! ¡MALDITA SEA! ¡ESPERA AL MENOS QUE ME COLOQUE! ¡PUTO DE MIERDA! (Refunfuño, contestando de mala manera)

-         Te dije ¡SMACK! ¡SMACK! ¡SMACK!  que ¡SMACK! ¡SMACK! ¡SMACK! no ¡SMACK! ¡SMACK! me contestes ¡SMACK! ¡SMACK! y menos ¡SMACK! ¡SMACK! en ese tono ¡SMACK! ¡SMACK! ¡Grosero! ¡SMACK! ¡SMACK! (Le propino dieciséis reglazos más, pero esta vez fueron a parar a los muslos de la víctima)

Después de aquella advertencia Jogi, coloco al chico con las manos apoyadas al borde de la cama, espalda y cabeza abajo y con todo el culo levantado, en posición perfecta para ser zurrado. Luego de esto, el hombre mayor observo al muchacho de pies a cabeza para acercarse y decirle:

-         Prepárate para la buena tanta de azotes que te daré con esto que cargo en la mano (Le anunció mostrándole la regla)

-         El chico no contesto

-         Espero que estés listo porque aquí voy (Y dicho aquello, levanto la regla y comenzó la lluvia de azotes de arriba hacia abajo y luego de izquierda a derecha abarcando todo el culo del joven e incluyendo sus muslos)

-         No ¡SMACK! ¡SMACK! vuelvas a hablar ¡SMACK! ¡SMACK! ¡SMACK! a mis ¡SMACK! ¡SMACK! ¡SMACK!  espaldas ¡SMACK! ¡SMACK! ¡SMACK! ¡Malagradecido! ¡SMACK! ¡SMACK! ¡SMACK! Me he enterado ¡SMACK! ¡SMACK! ¡SMACK! ¡SMACK! de todos ¡SMACK! ¡SMACK! ¡SMACK! tus comentarios malintencionados ¡SMACK! ¡SMACK! ¡SMACK! ¡SMACK! ¡SMACK! ¡SMACK! ¡SMACK! ¡SMACK! ¡SMACK!...

-         AAAAAHHHHAAA!!!…  YYAAAAUUUUUHHHHH!!!… ¡NO MÁS! ¡ME DUELE!... POR… POR FAVOR DE-DETEN… DETENTE (Müller empezaba a quejarse desesperadamente, y lo que le faltaba)

-         Pues, ¡SMACK! ¡SMACK! me importa ¡SMACK! ¡SMACK! poco ¡SMACK! ¡SMACK! que te duela ¡SMACK! ¡SMACK! Te lo tienes bien merecido ¡SMACK! ¡SMACK! ¡SMACK! Te daré una lección ¡SMACK! ¡SMACK! para que aprendas a aceptar ¡SMACK! ¡SMACK! tus errores ¡SMACK! ¡SMACK! a respetar a tus compañeros ¡SMACK! ¡SMACK! y  sobre todo ¡SMACK! ¡SMACK! la camiseta de tú  país  ¡SMACK! ¡SMACK! ¡Sinvergüenza! (Joachim continuaba castigado las posaderas del chico con una fuerza increíble, cada impacto que el joven recibía era insoportablemente quemante, que hicieron que este se moviera de su posición e impidiera que su entrenador le castigase a gusto, por lo que en el final se ganó veinte azotes de propina que Löw no perdonó.

-         NOOO ¡BASTA!  ¡AAAAAAAH! ¡AAAAAAAH!  ¡DÉ-DÉJAME YA! POR… POR FAVOR  PRO… PRO… PROMETO SER MÁS DIS… DIS… DISCIPLINADO, TE RES… TE RESPETARÉ A TI… Y… Y… A LOS OTROS… ¡LO JURO!…  PERO ¡PARA YA!

-         ¡SMACK!  ¡SMACK!  ¡SMACK! ¡SMACK! ¡SMACK!  ¡SMACK! ¡SMACK! ¡SMACK! ¡SMACK! ¡SMACK!  ¡SMACK! ¡SMACK! SMACK! ¡SMACK! ¡SMACK! ¡SMACK! ¡SMACK!…(Con estos últimos el técnico dio por terminado el castigo y ayudo al delantero a colocarse en un rincón de la habitación )

-         He zurrado dos culos. ¡Vaya es increíble! Creo que descansaré antes de continuar contigo Özil, me duele la muñeca de repetir tanto azote.

Pasado el tiempo de descanso, que se tomó el entrenador procedió a llamar al último de los jugadores

-         Mesut ven aquí

El chico  camino algo nervioso, para luego acercarse al míster y preguntarle:

-         Señor vera… Este…  antes, que me castigue yo quería que me escuchará primero (Habló el joven de manera cordial)

-         Te doy tres minutos. ¿A ver qué quieres?

-         Es que, bueno usted sabe…

-         ¿Sé qué?  ¡Déjate de rodeos y habla de una buena vez! (Espeto el técnico algo molesto)

-         (Mesut se armó de valor y le dijo) Bueno Bastian dijo que usted me daría la paliza sobre la ropa, pero pienso que no debería  pegarme  porque a pesar de todo yo fui el mejor jugador del partido y no me parece justo ya que…

-         Escúchame con atención lo que te diré  Mesut Özil, el que hayas hecho un excelente partido no te salvará de la tunda que pretendo darte. Recuerda una cosa no tiene que ver con la otra. Además es tu obligación. Tienes siempre que estar al cien por cien en cada juego ¿Entendiste?  En cuanto a si vas a recibir los azotes encima de la ropa, pues como tú no fuiste el de la idea del espectáculo tan penoso montado a media madrugada en la terraza, por esta vez, te dejare conservar solo tus calzoncillos, los pantalones van fuera, así que vete preparando, para terminar con esto pronto. ¿Te parece?

-         Pero usted…

-         Nada. Ya te dije ¡Fuera pantalones!

Algo nervioso, el jugador se quitó las zapatillas y luego se quitó los pantalones y la chaqueta negra, quedando solo con la camiseta y  los calzoncillos puestos (Los varios que cargaba en el momento)

-         Bien ¿Cómo quieres el castigo?

-         Sobre su regazo está bien (Contesto él, sonrojándose ligeramente por lo que había dicho)

Jogi, no le tomo importancia a la reacción de su jugador y solo se  limitó a decir:

-         De acuerdo. Espera aquí que voy por algo… (se agachó y abrió una caja de la cual sacó un cepillo de madera de tamaño considerable)

-         Bueno Özil. Ven por favor

El muchacho camino lentamente y se colocó sobre las piernas del Míster, este al observarlo detenidamente, encontró algo extraño.

-         Espera un momento. ¿Por qué traes doble calzoncillo? ¿Qué digo doble? Pero si son uno, dos,  tres, cuatro… (Iba levantando del elástico de cada uno de los interiores que el chico cargaba) ¡¿Qué rayos significa esto?!

-         Es que yo… bueno yo… me da mucho frio (Tenía frio y estaban en verano)

-         ¡¿Frio?! Si como no. Ya vas a ver cómo te quito tú supuesto frio, cuando te empiece a calentar. ¡Vaya, vaya! Nunca lo creí de ti ¡¿Así que, te querías  hacer el listillo conmigo?! Pues, lamento informarte que las cosas no funcionan de esta manera (Le decía Löw mientras tiraba de todos los calzoncillos que el chico se había colocado, dejándolo solo con uno, para inmediatamente comenzar a azotar las posaderas del número ocho de la selección alemana)

-         ¡CRACK!   ¡CRACK!  ¡CRACK!  ¡CRACK!   ¡CRACK!  ...

-         ¡CRACK! ¡CRACK! ¡CRACK! ¡CRACK! ¡CRACK! ... (Alrededor de doce cepillazos cayeron en el trasero del chico quien apretó los labios para no mostrar que le habían dolido los azotes)

-         Özil párate

-         ¿Cómo?

-         Lo que oíste (Replicó el técnico)

El chico hizo caso y se levantó de las rodillas de su técnico

-         Ahora colócate cara a la pared

Obedeció: se levantó, camino y se ubicó dónde le indicaron, en lo que,  el entrenador se acercó y le dijo:

-         Inclínate un poco. Así, de esta manera observa (Le mostraba como tenía que hacerlo)

Mesut miró a su jefe  y  siguió las instrucciones inocentemente, sin saber lo que este, planeaba hacerle,  por lo que Löw se  aprovechó de aquello  y  fue por el cinturón que estaba en la cama y seguidamente le propino siete fuertes latigazos encima de los calzoncillos.

No vuelvas  ¡CHASS! ¡CHASS! a tomarme el pelo ¡CHASS! ¡CHASS!  con ese truco  ¡CHASS!  tan  barato ¡CHASS! ¡CHASS! ¡¿Te quedo claro?!

-         ¡AAAAAHHHHH! ¡AAAAHHHHH! Sii, Misteer lo siento, perdón (El joven brincó de la impresión e involuntariamente se llevó ambas manos a su trasero)

-         Bien, suficiente. Ahora, te quedas ahí a cumplir tu tiempo;  en silencio, de la misma forma, que tus compañeros.

Mesut se extrañó que el míster hubiera sido algo más blando con él. No se lo creía después que se la paso retándolo antes del castigo e incluso al momento del mismo, la verdad que tenía el presentimiento que Bastian tuvo algo que ver en aquello. El muchacho observó los culos de sus colegas y  noto que desprendían un color rojo candente, los pobres no sabían cómo estar parados, pues se movían constantemente para olvidarse del ardor y escozor que estaban sintiendo. A él también le dolieron los azotes recibidos sobre todo los siete últimos con la correa, pero sabía que un par de horas o en el transcurso del día desaparecería el efecto, en cambio a sus colegas les duraría mínimo un buen par de días o quizás más. Özil no dijo nada;  se mantuvo en silencio,  tal  como su jefe le indicó y espero que pasara el tiempo anunciado.

-         Bien jovencitos se acabó el tiempo en el rincón. Ahora quiero que se sienten por media hora los tres en estas sillas (Les dijo mientras colocaba los asientos en el centro del cuarto)

-         Jogi por favor.  No seas malito. Mira que me duele mucho (Suplicó Schweinsteiger)

-         Sí Míster por favor. Déjanos de pie (Intervino Müller)

-         Se callan los dos y se sientan aquí, sino les voy a dar otra paliza y será con una rama de sauce.

-         Nooo, está bien. Nos sentamos, nos sentamos (Y así con mucha dificultad, cogieron sus interiores, se los pusieron y se sentaron en los duros bancos, poniendo una mueca de dolor y saltándoseles un par de lágrimas)

-         Y tú Mesut ¿Qué esperas?

-         Ya voy (También, se sentó y sintió algo de  picor, pero no tanto como sus amigos)

-         Bien cuando termine la media hora los espero en el lobby.

-         De acuerdo (Contestaron los tres)

Y así quedaron nuestros compañeros y amigos sentaditos como niños bien portados uno al lado del otro.