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jueves, 21 de marzo de 2013

EL CISNE Capítulo 1 Dieciocho solo un numero


EL CISNE

Capítulo 1
Dieciocho solo un numero
Al fin camino libre por las calles de Nueva York, lo mejor de volver a casa, si sé que contra mi voluntad, pero es bueno estar en casa, sobre todo cuando veo mi rostro en un cartel en plena Gran Avenida, aún no sé cómo logré convencer a mi padre-manager que me permitiera volver a bailar, no fue fácil, pero esta noche recuperaré por completo mi libertad, mis padres sobre todo mi padre es un ferviente seguidor de la disciplina, por lo que no cede ni caprichos ni chantajes, pero dieciocho es el número mágico, así que ya no habrá ni castigos ni amenazas, seré libre.
Mientras camino perdido en mis pensamientos algo hace que me detenga, me llama y me hace girar frente en un pequeño teatro, entro como hipnotizado, mis ojos quedan fijos en ella y quedo sin aliento, por fin encuentro a mi musa, ella baila para mí, ella es quien me faltaba, puedo observar cada musculo de su cuerpo contornearse al compás de la música, su cuerpo vuela sobre el pobre escenario, que no le hace justicia a su belleza, mi musa se percata de mi presencia recién al llegar a la mitad de las butacas de terciopelo roídas, no puedo evitar pensar en que jamás habría entrado a un teatro como este, si me hubiesen dicho que daría mi alma por volar en este escenario habría despedido a mi padre, mi padre, el vibrar del celular interrumpe mis sueños de tenerla bailando a mi lado en los mejores escenarios que he pisado en Montreal, Paris, New York, dejó el teléfono en silencio nadie me robará este momento, sin pensarlo me subo al escenario y comienzo a fundirme con su música, ella me hace suyo con la mirada, y me hace tiritar, mi vida encerrado en una sala de ensayo solo para salir al escenario, pobre del que ose perturbar la perfección que estamos logrando al fundirnos al son de la música, pasan horas antes de que nos interrumpa un grupo de bulliciosos adolescentes gritando y danzando totalmente carentes de talento.
“bueno, bueno Brooklyncita es nuestro turno” dijo el chico que nos interrumpió mientras hacía sonar el tambor que llevaba consigo.
“Tan oportuno Franscis como siempre” le sonrió mientras se aprontaba a recoger sus cosas, yo estaba inmóvil, rodarían cabezas si alguien se atreviera a interrumpir mi ensayo y ella tan impasible solo se marchaba, la más talentosa bailarina que había tenido la oportunidad de ver, no como la número uno o dos o tres, mediocres que solo sirven de acompañamiento, me sentí furioso nuevamente.
“no te llevas a tu cachorro” me sacó el chico de mis pensamientos.
“no es mío, te lo dejo, se sabe mover” le sonrió mi musa, yo totalmente ofendido ¿cómo podía hacerme esto?, ¿cómo podía tratarme así? ¿Acaso no había sentido la misma conexión que yo? no era posible, la ira comenzaba apoderarse de mí.
“vamos cachorro ¿o necesitas una invitación?” cachorro yo, no soy un cachorro, pero algo dentro de mi revoloteaba, no lo había sentido antes, no sé por qué mi cuerpo obedeció sin chistar ante esa afrenta, yo solo la seguí como un cachorro sigue a su amo.
Caminamos cuatro cuadras sin decir una palabra, con la luz del sol se veía aún más hermosa que en ese frío escenario, ¿cómo brillaría junto a mí?.
A lo lejos observe una cafetería, apure el paso, parece que había olvidado cómo se habla, porque las palabras no salían de mi boca.
En mi vida he sido tímido, pero me sentía totalmente cohibido ante su magnificencia.
“¿quieres un café?” por fin salió un sonido de mi boca aunque torpemente debo confesar.
“y el cachorro habla” se burló de mí, me quede de piedra no podría explicar lo que ella me hacía sentir, cada vez que se refería a mí como cachorro me hacía feliz, casi al punto de querer mover la colita “¿y no me abrirás la puerta?” me regaño, si fue un regaño, no una petición, casi como cuando mamá me regaña por la falta los modales, pero no importo, torpemente abrí la puerta y le acomode la silla.
“Brooklyn” me dijo estirando su mano.
“Derek” me apronte a responder.
“lo sé, tu cara esta por todo New York cachorro” no entiendo, si ella sabe con quién está hablando ¿Por qué es así conmigo? ¿Por qué no muestra admiración? ¿Por qué es como si no le importara? “dime cachorro ¿qué te trae por estos lados? ¿cómo que no estás en el Olimpo?”
“¿celosa?” le dije con la prepotencia acostumbrada, solo le bastó con alzar una ceja, hizo que la electricidad recorriera todo mi cuerpo, “lo siento” mire la carta, salvado por la campana llega la camarera y nos interrumpe.
“¿qué van a pedir?” me mira la camarera.
“un café cortado y un trocito de torta” dice llena de culpa, yo miro y miro el menú y nada.
“un vaso de agua por favor” digo al ver que esperaban mi respuesta, Brooke frunce el ceño.
“una leche con chocolate y un trozo de pastel para él” sentencia, la camarera se va alegremente antes que yo pueda decirle algo y pierda la venta.
“yo no voy a comer eso” me enfado.
“tú vas a comer eso, ¿o quieres repetir la portada?” ella lo sabía, esa portada, mi mayor vergüenza, el motivo del término anticipado de mi gira, “el cisne de New York desmayado en plena presentación, tres días en la clínica, una madre histérica y un padre furioso fue lo que conseguí.
“¿cómo sabes eso?” le dije avergonzado.
“eso lo sabe todo el mundo, lo que no sabe todo el mundo es que paso en casa” se mordió el labio derecho como tratando de adivinar, como diciendo que fuera lo que ella esperaba, pero yo jamás le confesaré a nadie lo que ocurrió en casa, a nadie, menos a mi musa.
“Nada, bueno, me dieron el alta y nos volvimos ya que las fechas se cancelaron y, ya teníamos contrato aquí” todo rápido y una evidente mentira, años de práctica y me sentía como un nene escondiendo haber roto el jarrón.
“a nada” se rió descaradamente “si no quieres contarme” dijo mientras se mordía el labio con deseo.
“¿y qué crees que paso?” le dije a pesar del rubor que sabía inundaba mis mejillas.
“nada” era el turno de ella sonrojarse un poco. solo un poco, llego el café, lo tomamos en silencio no había nada que hablar, era como si nos hubiésemos encontrado después de toda una vida esperándonos.
Después de comerme todo ante la atenta mirada de Brooke pague la cuenta y nos dirigimos a su apartamento, no dijimos nada, solo sabíamos dónde debíamos estar, al llegar ahí desde la puerta me pregunto.
“¿Qué edad tienes cachorro?” yo cerré los ojos y me estremecí.
“17 pero esta noche cumplo los 18” me apronte decir, si 18 el número mágico, ella me dio un beso en la frente.
“vuelve a la media noche cachorro” y cerró, yo no lo podía creer yo quería entrar, pero, ella no dijo no, solo dijo vuelve a la media noche, me repetía una y otra vez.
No tenía nada más que hacer así que decidí volver a casa, me extraño ver una patrulla de policía y el coche de mis hermanos mal estacionados frente a mi mansión.
Mi madre histérica siempre tan teatral corrió a mis brazos y me envolvió en los suyos.
“¿Derek bebe donde andabas?” me dijo angustiada, mi padre apareció detrás suyo, se veía asustado, no lo había visto así desde que desperté en el hospital entubado y lleno de sueros y con una escayola en la muñeca, si te vas a desmayar no lo hagas a dos metros de altura, mala idea.
“¿Estas bien?, ¿dónde andabas?”
“por ahí” no entendía tanto alboroto.
“POR AHÍ DEREK SMITT” mi dulce padre parecía un ogro a punto de arrancarme la cabeza.
“pa” pero fui interrumpido.
“me esperas en el despacho” yo no sabía qué hacer, no podía enviarme al despacho, todos saben que ocurre en el despacho, yo no quiero que eso ocurra, menos ahora, no cuando tengo una cita, no cuando mañana cumplo los 18, no es justo, mis hermanos me miran con lastima, pero no dicen nada, yo camine cabeza gacha a mi triste destino, ya que nadie pondrá un peso para salvarme de mi cruel destino, alcanzó oír a mi padre disculparse con los agentes, y mis hermanos discutir entre si se quedan y me patean el culo o se van a sus hogares con sus familias, no sé, que decidieron pero una cosa es segura eso da igual si viven uno a cada lado de la mansión, son unos nenes que no puede apartarse de sus padres, y yo cuento los segundos para poder irme de este infierno, debería estar en el departamento de Brooke y no en el despacho de papá esperando una zurra, decidí que no tengo por qué esperar más, me dirijo a la puerta del despacho pero antes de tocarla papá gira la manilla, me mira serio por unos minutos.
“dame tu teléfono y las llaves del auto” dijo estirando la mano, yo no comprendía que pretendía.
“no” pero no termine de hablar cuando él me tomo del brazo y me dio tres fuertes palmadas.
“Ahora” me ordenó, yo hacía esfuerzos titánicos para no sobarme el culo, me dolía, me sentía humillado, ya no era un niño, pero en esta posición no era muy fácil hacer otra cosa que obedecer, le entregue las llave y el teléfono, papá me mostró el celular, 78 llamadas perdidas y justo arriba aparece la campanita tachada, si el celular con batería y silenciado a propósito, no tenía escapatoria.
“papá lo olvide” trate de excusarme.
“como olvidaste tu auto abierto en el peor barrio de New York” me gritó.
“no fue mi intención, solo salí a caminar” me disculpe.
“por eso despídete de tener auto hasta los 21” sentencio.
“no puedes hacerlo, tengo mi dinero y soy un adulto, me iré de casa” le grite con furia, no lo imagino haciéndole este escándalo a ninguno de los gemelos y esos sí que se mandaron grandes cagadas, pero a mí, me que le las trague como siempre, NO, mi declaración de independencia fue interrumpida por un brusco cambio de posición, de pronto me encontraba en la posición más odiada y he estado en muchas incomodas como bailarín.
ZAS cayó su mano un millar de veces, no conté cuantas fueron y por más que me resistí a llorar termine haciéndolo, lloré como un nene, me llevó en sus brazos a mi cuarto y no me dejó hasta que estuve dormido, eso lo sé porque al despertar ya no estaba, mire el reloj y era oficial era un adulto, 18 el número mágico, tomé mi mochila y guarde lo más esencial, Brooke me esperaba y yo no quería estar aquí nunca más.
Salí con la frente el alto y los ojos rojos.
“Dónde vas con esa mochila” dijo mamá asustada, yo me hice el duro porque de otra manera la habría abrazado y pedido su perdón, en cambio mire a papá y le dije lo más frió que pude.
“ya soy mayor de edad” y camine por la puerta, nadie dijo ni hizo nada mamá se abrazó a papá, Ron y Tay trataron de venir por mí, lo sé, los escuche pero papá se los impidió, por el contrario dejó a mamá llorando con ellos, me tomo de un brazo, yo creí que me llevaría a rastras al despacho, pero me beso la frente.
“te amo hijo y siempre serás mi hijito, ahora quiero que entiendas que si sales por esa puerta” lo interrumpí con dolor.
“no vuelvo a entrar” dije mientras las lágrimas caían por mis ojos, sentí la sonrisa acuosa de papá.
“eso jamás, está siempre será tu casa, hijo de mi corazón que te quede claro que este es tu hogar” llevo mis manos a su corazón “te amo, pero hay lecciones que debes aprender solo, ahora donde iras, es tarde”
“¿no lo sé?” no podía decirle que me ira donde una chica que acaba de conocer.
“te llevare a un hotel” yo asentí, me fui llorando todo el camino era como si papá me estuviera echando de casa y no al revés, papá no dijo nada en todo el camino.
“un mes hijo, no decidas nada antes de un mes, eso sí, que si quieres volver a casa lo haces de inmediato” sonrió “pero si decides no volver, no lo hagas antes del mes” sé que papá rogaba que no me bajara del auto pero yo tenía que hacerlo, había encontrado mi destino.
“lo prometo papá”
“necesitas dinero” dijo sacando su billetera.
“no papá, tengo un poco”
“Hijo, se cuánto hay en tu cuenta. Y sé que tus ingresos están en un fideicomiso hasta los 21” dijo entregándome su tarjeta, y yo sé que es para poder controlar mis gastos.
“papá, me podrías depositar lo de mis giras” dije rechazando su tarjeta “es de mi trabajo”
“eso haré, no me culpes por intentarlo” me sonrió y me revolvió el cabello.
“te amo papá” dije cuando me baje del auto, espere que se fuera para llamar al taxi, era ridículo, me había ido casa y me escondía de que papá no fuera a saber que había salido, je je me reí de mi niñería.
Tome el taxi y me fui rumbo a mi destino.
Toque la puerta y la bella Brooklyn me abrió la puerta en un babydoll negro.
“creí que no venias cachorro”
“no me lo perdería por nada” dije cerrando la puerta tras de mí.

8 comentarios:

  1. Waoooo!!!! me gusto un montón, si que andas inspirada Lady!!! como se te ocurrio??? el titulo me llamo la atención y estoy pidiéndote mas por que lo dejaste para eso!! para pedir mas!!!!

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    1. Carlilla se llama el cisne porque es el apodo que el han dado en el mundillo del espactaculo jejeje... espero que le segundo cap este a la altura

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  2. si 18 es un numero muy majo, magico y lleno de ilusion, espero Lady que por favor, por favor, llegues al numero 18 de capitulos por lo mínimo para este personaje tuyo

    acabo de leerlo, esta precioso y ahoa con la icertidumbre de saber que hara con la chica, si volvera a casa, si se metara en promeblas, si sus padres lo bsucaran si se ahra adulto sera mas niño, jajajaj

    por favor, actualiza pronto, pronto

    marambra

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    1. ejejejje esperemos que sean mucho mas de 18... todas esas interrogantes seran respuestas a su tiempo (pues por ahora ni yo se)

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  3. Ladyyyyyyyyyyyyyyyyyyyy preciosa historia, que bonito inicio un chico que busca la independencia, sera que lo logra? sera que la quiere? sera que le dejan?
    tantan interrogantes........ ayyyy muero de la emocion, por favor, ponte al dia si? no te atrases, este que me uero de los nervios

    Gerogina


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    1. Gerogina el niño no busca independencia... el busca que le dejen de azotar el trasero no sabe donde callo el pobre jejeje

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  4. Un bailarín ... un artista llevando vida de bohemio...y un padre de los estrictos.
    Promete mucho.
    (LittleHoshi)

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    1. sip un padre que esta en todas con su hijo y no tiene problemas en ponerlo derechito jejejeje

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