Páginas Amigas

lunes, 29 de abril de 2013

Buscando Solucionar los problemas


Capítulo 5
Buscando Solucionar los problemas

Ryoga se quedó en su habitación pensando por un momento en  el  plan de venganza, que utilizaría para acabar con la felicidad de sus enemigos, pero algo en lo más profundo de su ser, se lo impedía. Volvían de nuevo sus pensamientos a confundirlo. Sí,  tal vez su padre estaba en todo su derecho de enojarse con él, después de todo,  actuó de manera inmadura. Ryoga meditaba dentro de su habitación, hasta que,  se decidió a  hablar con su padre para disculparse por lo que había hecho. También había contemplado la idea de trabajar para ayudar a su progenitor a cubrir los gastos, pero lo más importante para el muchacho era arreglar las diferencias con su padre,  aunque solo fuese un poco.
Ryoga se dirigió hasta la habitación de sus padres,  pero la encontró cerrada, sin embargo escucho, que  hablaban  entre  ellos, entonces  pego el oído a la puerta para tratar de escuchar algo de la conversación.
__ Si mujer ya lo he dicho. No quiero saber nada de ese chiquillo,  por un buen tiempo__ Dijo Hibiki.
__ ¿Quieres decir que no hablarás con él? __ Interrogó  Kaori.
__ Solo lo necesario __ Respondió cortante.
__ ¿Por cuánto tiempo, estarás así con él? __ Cuestionó ella por segunda vez.
__ No lo sé__ Contestó  Ryō  sin darle mucha importancia al asunto.
__ Bueno, luego no te quejes de la rebeldía de Ryoga __ Añadió ella.
__ Me da igual. Total, todos sabemos, que aparte de  rebeldía,  ese muchacho tiene serios problemas mentales.
__ Oye ¿Cómo puedes decir eso de  nuestro  hijo?
__ Es la verdad mujer.  Ryoga no es normal;  pensé llevarlo al psicólogo, pero tengo muchos gastos, luego de la cagada que hizo, mira todo lo que tenemos, que pagar. ¡Cómo, si ya no tuviera, yo tantos problemas, para encima cargar con más! Y todo por culpa de las idioteces de ese muchacho.
__ Cálmate cariño. Saldremos de esta situación __ Respondió Kaori.
__ Gracias, mi amor, pero cambiemos de tema ¿Te parece? El solo hecho de mencionar el nombre de ese… Me provoca jaqueca __ Dijo Ryō  frunciendo un poco el ceño.
Ryoga no podía creer lo que sus oídos habían escuchado. ¡¿Cómo su padre podría ser tan hiriente a la hora de hablar de  él?! Se preguntó en medio de sus pensamientos. Tenía muy claro que su padre y él no se llevan de  la mejor manera, cada quien en lo suyo. El adulto se mostraba más preocupado por el bienestar del  Dojo y de los entrenamientos de las personas que acudían a su escuela de artes marciales, dejando a Ryoga en un segundo plano, y el chico pasaba mucho más tiempo en casa de los Saotome o bien, con los aldeanos, quienes le daban hospedaje cada vez que se perdía tratando de buscar el camino de regreso a casa y por si no fuera poco el niño  no era muy abierto a hablar. Lo cual mermaba la comunicación entré él y sus padres.
Ryoga no aguantó más las palabras de su padre, por lo que se fue caminando lentamente con la cabeza baja y los ojos aguados, que mostraban claramente, que estaba a punto de romper el llanto. El muchacho se metió a su cuarto y se encerró nuevamente y aunque se prometió a sí mismo no derramar una lágrima más, no pudo evitarlo y empezó a llorar desesperadamente,  sentado en el marco de  la  puerta  apoyando  los  brazos y  la  cabeza en las rodillas. Lloró  por un buen par de minutos hasta que sus ojos se cansaron y se quedó dormido.
Sus padres aún continuaban conversando:
__ Bueno, ya no te expreses así de él. Recuerda que es tú hijo.
__ Mujer, tiene que aprender a comportarse como una persona normal. No como un animal salvaje.
__ Pero Ryō ya lo castigaste.
__ ¡No!  No es suficiente. Quiero que aprenda bien su lección para que no lo vuelva a hacer.
__ Eres muy cruel. ¿Sabías?
__ Piensa lo que quieras  mujer.  Yo sé muy bien cómo educar a mis hijos. Apropósito, llamó Shizuka,  pronto viene. Dice que ya terminó su proyecto;  aquel que estaba haciendo en Yokohama.
__ Claro, tuvo que coger las vacaciones para hacerlo porque la muy fresca lo dejo para última hora __ Se quejó la sra. Hibiki.
__ Oye, no seas tan dura con la muchacha, solo tiene trece. Cuando se es joven uno, no es tan responsable.
__ Aaah,  pero con ella, si eres tolerante, pero con Ryoga, que es más chico ¿No verdad?
__ Mujer Ryoga es varón. No tengo porque ser tolerante con él,  y  menos después de su comportamiento tan estúpido.
__ Mira, ya no te quiero oír. Tengo mucho sueño__ Apagó la lámpara de la mesita de noche, cogió su sábana y se voltio dándole la espalda a su marido.
A la mañana siguiente estaban los familiares de  Ryoga  sentados a la mesa excepto el abuelo de este que estaba en el quinto sueño. Los papás del  jovencito comieron rápidamente y después el sr. Hibiki,  le pidió el favor a su mujer, que fuera a despertar a su hijo para, que recogiera  el  desayuno, la mujer hizo lo que su esposo le pidió y fue a buscar al niño, quien todavía estaba pegado al marco de la puerta, su mamá la abrió y causo que el chico se despertara de golpe.
__ Buenos días Hijo, tu padre dice que vayas a la sala por tu desayuno__ Dijo la madre amablemente.
__ Eeeh… Hola madre, ya voy__ Respondió el parándose de golpe.
__ Bueno apresúrate, que se enfría__ Añadió ella
__Si, gracias __ Replicó el muchacho, mientras guardaba una pequeña esperanza, sobre lo que había escuchado detrás de la puertas del cuarto de  sus padres, hubiese sido tan solo un mal sueño, pero desgraciadamente, no fue lo que él se esperó.
Ryoga llego a la sala y trato de hablar con su padre:
__Señor… __
__ Kaori ya les dijiste a los hijos del señor Tanaka, que la clase de combate mixto es a las 15:00 horas __ Le grito a su esposa, quien no respondió, pues se encontraba en el cuarto del jovencito algo ocupada.
__Señor,  pode… __ Insistió  Ryoga.
__ ¡KAORI! __Subió más el tono de voz, pero aun así su mujer no escuchaba.
__Necesito hablar contigo__ Esta vez Ryoga cogió del brazo a su padre, ya estaba cansado de ser ignorado.
__ El señor Hibiki, apartó bruscamente la mano de su hijo __ ¡Suéltame! No quiero hablar contigo. Y no me tutees. No tienes derecho a hablarme así.
__Pero…
__ ¿Qué no entiendes? ¡Maldita sea! Desaparece de mi vista __ Habló furioso el padre dedicándole  una severa mirada, para después retirarse.
Ryoga, volvió  a  su cuarto y  encontró a su mamá sentada en la cama.
__ Mamá, ¿Pensé que te habías ido? __ Dijo él.
__ No, solo estaba aquí viendo esto __ Kaori le enseñó un papel con el nombre de Akane.  Si,  Ryoga días antes de irse de vacaciones a la casa de Ranma, había estado pensando en su amor imposible.
__ ¡Oye, dame eso! __Dijo el chico  tratando de quitárselo, pero ella no se lo permitió.
__ ¿Por qué colocas el nombre de la hija  menor  de  Tendo, tantas veces en este  papel? ¿Acaso ella te gusta? __Interrogó la señora.
__ ¡Claro que no! Es solo… bueno… es… es que tenía que hacer un trabajo con ella y quería practicar escribir su nombre, para no equivocarme. Es que es un nombre muy complicado __ Explicaba Ryoga con las mejillas ligeramente sonrojadas.
__Si, como no.  Bueno ten, solo te estaba molestando. Adiós hijo, me voy a trabajar __ Le entrego el papel, mientras le revolvía el cabello y salía  por la puerta del cuarto,  dejando a un Ryoga sumido en sus pensamientos.
Los padres del chico salieron como de costumbre a realizar sus obligaciones diarias. Ryoga quedo solo en casa. Rápidamente fue a tomar su desayuno el cual estaba ya frio y  regreso a su habitación para empacar sus cosas en su mochila, luego se bañó y vistió cogió su equipaje, dejó una nota a su madre, trancó  la puerta de la que ya no sería más su habitación, para salir por la puerta delantera de la casa, ya en el patio aprovechó para despedirse de su perra mascota, le dio un profundo abrazo mientras Shirokuro (Nombre del animal) aullaba desesperadamente. Ryoga se conmovió y también derramó algunas  lágrimas, que corrían desde los ojos  y  las mejillas hasta  la comisura de  sus  labios.
__ Tranquila, algún día volveremos a vernos __ Hablaba con la perra, mientras está aullaba de dolor.

Ryoga se paró sacudió su cabeza y no quiso mirar atrás, ya que sabía que con eso no podría alejarse del  único ser, que le mostraba cariño, así que, con los ojos cerrados, se fue corriendo de allí.

4 comentarios:

  1. ¿Por que siempre sale esa mancha blanca. ¡Así no se puede leer!

    ResponderBorrar
  2. Nicole... Geniaaal!!!! Qué bien escribes, jejejej!!! Sabes que siempre es un placer poder leerte!!!

    Pero oye, qué angustia con éste capítulo!!! Qué triste lo que le toca vivir a Ryoga con su papá!!! Al final tienes razón, el silencio y los insultos son peores castigos para un niño que una paliza y duelen mucho más!!!

    Ryo resultó ser un injusto y un machista, como muchos padres hoy en día!!! Así que espero que tú le des una lección a ese tipo y una nueva oportunidad para que solucione los problemas con su hijo y recomponga esa relación -que anda muy quebrada-!!!

    Te re felicito, mi amiga... te quedó super, aunque Ryo ahora pasó a formar parte de la larga lista de los más odiados, jejejeje!!!

    Camila!

    ResponderBorrar
  3. Ay!!!...noooo!! pero que malo es ese tipo como trata así al pobre de Ryoga y el que es un lindo pecaito me lo está lastimando y bien feo en el corazoncito eso no se le hace a un hijo como lo ignora pues ni que fuera la peste, tras de que el pobre trata de hacer las paces lo trata como si fuera invicible... noooo!!!... Ryo malo!!... malo!!....
    se me hizo el corazón un puñito con la despedida de la perrita ay pobre Ryoga ay Nicole que se amigue con el padre para que no me sufra tanto el chico
    Andrea

    ResponderBorrar
  4. Pobre Ryoga como lo trata su papá, Nooo si, hubiera sido mejor que le pegaran a esto. A mi también me cae mal ese Ryo, merece una lección de la vida. No es justo, que un padre haga eso con sus hijos está mal! bueno amiga siempre me sorprendes con tus escritos, yo siempre te leo, pero no he podido comentarte en estos días por andar ocupado, pero me encantan mucho tus historias Nicole y estoy esperando ansioso la continuación de la Euro y por supuesto el castigo de Daniel jajaj Haber que va a pasar con el angelito.


    Saludos

    ResponderBorrar