CAPÍTULO 15

CAPÍTULO 15

Corría Ian con toda la velocidad de la que era capaz, corría por su vida, mejor dicho por su integridad física, estaba rompiendo su mejor marca pero no era suficiente.

-grachk!- sintió desgarrarse la botamanga de su pantalón jogging y luego otro granchk y dio un fuerte grito y cayó sobre la vereda

-aaaaaaaaauuuuuuuuuuu- gritó en respuesta a la terrible mordida que recibió, y aunque pateaba con el pie libre e intentaba zafarse no había manera de que ese perro lo soltara. Ian estaba asustadísimo, de la nada había salido un perro gruñendo y mostrándole los dientes dispuesto a atacarlo y no hubo más opción que correr, corrió casi dos cuadras y el perro seguía tras él, hasta que lo alcanzó y le mordió la pantorrilla. Justicia divina diría su padre. Porque claro el señor no tenía permiso para salir. Pero había quedado solo y quiso aprovecharlo. Estaba volviendo de jugar básquet con sus amigos, porque al fin le habían dado permiso para inscribirse en un equipo de barrio a pesar del pésimo desempeño académico, y eso obviamente era gracias a Micaela. Ian siempre había querido jugar y competir pero no podía por todo lo que tenía que hacer en casa y además debía hacer de niñera pero ahora con Mika en casa era diferente, había tenido que rogar y hacerse la victima con Mika y listo obtuvo el permiso. Solo que este día su papá le había dejado claro que no tenía permiso más que para estudiar y aunque Ian se quedó estudiando obedientemente un buen rato, en un momento pensó que no estaba mal tomarse un respiro, después de todo ayudaría a su cerebro a estar más despejado y asimilar mejor la información, además su papá ni se enteraría.

Cuando estaba a unos cinco minutos de su casa este perro por alguna razón decidió atacarlo y lo hizo. Un vecino escuchó el grito y salió a ver qué pasaba, en seguida salió con una jarra con agua fría y una escoba, combinación perfecta para ahuyentar al ahora rabioso can.

-estas bien?- preguntó el vecino, mientras intentaba ayudarlo, veía los gestos de dolor profundo de Ian, contenía la respiración, apretaba los puños y estaba colorado por el esfuerzo de reprimir el llanto, quejas o gritos provocados por el dolor de la mordida. Obviamente Ian no contestó, le parecía una pregunta estúpida, como iba a estar bien! El hombre le miró la pierna que sangraba y empezaba a inflamarse

-mmm… esto esta feo, te llevaré al puesto de salud

-no… no… estoy bien…ire… a mi casa- decía con máximo esfuerzo Ian

-te mordió un perro que ni sé de donde es, y mucho menos si está vacunado, debes ir a la enfermería-lo ayudó a pararse- soy luis, sube al auto, te llevo- le dijo abriéndole la puerta. Ian subió realmente le dolía mucho- dame el teléfono de tus padres, les voy a avisar

-mi papá… no esta…

-pero tiene cel no?

-38886….- dictaba el número Ian

-buenas tardes soy luis un vecino suyo, estoy con su hijo…- miró interrogando por su nombre

-Ian

-con su hijo Ian

-qué pasó?! Está bien?! Dónde está?!

-lo estoy llevando a un puesto de salud, lo mordió un perro- explicó rápido para no preocupar en demasía

-rayos! Estoy en la ciudad mínimo llego en cuarenta minutos!

-no se preocupe yo lo llevaré y luego a su hogar quiere que se lo pase?

-por favor

-papá….si…. bien….no es mucho….si papá….si papá adiós- respondía Ian a los dichos de su padre.

-que pasó?-  preguntó Mika que estaba ayudando a comer un helado a Tommy

-un perro mordió a Ian, un tal Luis lo está llevando a la enfermería

-pero como si estaba en casa?

-estaba…-se levantaron y caminaron hacia el auto- lo peor es que no vamos a llegar a tiempo a la enfermería

-es verdad pero ese Luis dijo que lo llevaba no?

-si pero… Ian es especial… no le gustan los hospitales ni nada referido a ellos

-a ningún chico le gustan

- bueno a Tommy si, la última vez le sacaron sangre y ni lloró en cambio Ian…

-sigue haciendo berrinches- preguntó divertida mika

-uf es mas que berrinches es pánico- Tadeo recordaba que desde bebe Ian entraba llorando y salía llorando del pediatra, lo cual era entendible si tenía dos años pero ya no tanto si tenía diez. Tadeo había probado con amenazas y premios y nada resultaba Ian hacía un escándalo desde que salían de casa y no dejaba que el pediatra lo revisara, ni lo midiera ni nada. Gritos, patadas, llantos, y corridas eran propias de su turno. El pediatra renegaba tanto como su padre. Asi que Tadeo procuraba que Ian no se enfermara para evitar ir seguido al médico.

-la ultima vez fue el año pasado con la vacuna de los dieciséis- decía Tadeo- tuve que llevarlo a rastras y lo pincharon tres veces porque no se dejaba- suspiró- es un trauma para todos los implicados- dijo- pobre señor Luis

Luis ayudo a bajar a Ian que casi ni apoyaba el pie al caminar, le dolía muchísimo. Cuando entraron Luis pudo ver que Ian palidecía y temblaba. Lo entendía perfectamente, el también odiaba estar allí.

-tal vez seria buena idea que respires Ian- le dijo Luis

-yo… quiero… salir

-vamos afuera hasta que te llamen- lo que fue al ratito nomas

-hola por favor siéntate en la camilla- dijo una preciosa enfermera de unos 24 años- que te pasó?- pero Ian no respondía, estaba concentrado en bloquear su olfato para no sentir el olor a desinfectante

-lo mordió un perro, aparentemente de la calle- respondió Luis

-ok veamos…. Sácate el pantalón por favor

-no!

-necesito ver la herida y…

-y si lo corta? De todas maneras ya está roto- ofreció la idea Luis que no quería presenciar una discusión inútil

-mmm esta bien- tomó una tijera y cortó el pantalón a la altura de la rodilla. Ian estaba muy nervioso quería salir corriendo y lo hubiese hecho si no fuera que no podía ni caminar del dolor. La enfermera empezó a limpiar la herida y todo indicaba que iba a dar un par de puntos, asi que Luis intentó distraer a Ian, le hacía preguntas y lo obligaba a responder.

La enfermera limpió y curó y cosió la herida y terminó cubriéndola con una gasa.

-bien tengo que llenar esto- le dijo mostrándole un carnet de vacunación y un formulario, le  pidió los datos y le dijo a Luis- hay alguna posibilidad de saber si el perro esta vacunado?

Luis negó con la cabeza- Ian tu sabes de donde es el perro?

-no

- entonces Ian tendrá que seguir un tratamiento por si acaso el perro tiene rabia, son 12 vacunas pero después de las primeras cinco tiene que venir a ver al medico

-no! No me pienso poner ninguna vacuna!

-si no las recibes puedes enfermar y morir y será mi responsabilidad!

-entonces quiero firmar algún papel de exoneración y listo!

-Ian no estamos en la cancha, no levantes la voz- reprendió Luis

-me voy! Pero al oir los gritos vino otro enfermero que conocía a Ian de pequeño

-ey ey ey que son esos gritos, Natalia que ocurre?

-el jovencito no quiere vacunarse y lo mordió un perro!! No se da cuenta lo peligroso que es

-mmm si yo conozco a este chico, donde está tu papá?

-en la ciudad, yo lo traje soy su vecino

-bueno va a tener que ayudarme aquí con el chico ya nos conocemos, - decía mientras lo maniobraba para ponerlo boca abajo- era un enfermero canchero, había trabajado en un geriátrico asi que sabía cómo levantar y mover a personas mayores pesadas, Ian no era ningún desafío. Con una mano presionaba en la cintura y con la otra le bajó el pantalón y el slip hasta por debajo de los glúteos lo que no era necesario pero igual lo hizo. Una vez con los pantalones bajados sostuvo las piernas con la otra mano

-dejame! No quiero! No pueden obligarme!- decía Ian revolviéndose lo poco que le permitía la presa que hacía el enfermero en él,

-tómelo por los hombros!- ordeno el enfermero a Luis que había quedado tieso ante lo sucedido, le traía malos recuerdos, y aunque Luis no estaba muy seguro, lo tomó por los hombros ejerciendo presión y asi Ian quedo a merced sin poder hacer nada más que maldecir

-yaaa dejenmeee! Malditos no puedeeeen!!

-natalia apurate quieres-decía el enfermero

- grrrr déjenme ahora!! Los voy a denunciar!! Yaaa quiero que me suelteeeen!- pero no podía moverse

-Ian relaja por favor- pero no hubo respuesta muscular

-plafff!- resonó en el cubículo

-fue para que relaje- dijo  con una sonrisa maliciosa el enfermero ante la mirada sorprendida de Natalia y Luis porque la mirada de Ian fue de odio y dolor, pero surtió efecto Ian super relajó el musculo y hundió la cara de vergüenza en sus brazos. La aguja entró y no hubo ni un gemido, ni un grito, ni una lagrima. Ian estaba exhausto, por el fuera hubiese gritado y pataleado pero la presencia de Natalia se lo impidió, y tuvo que morderse la lengua mientras sentía como un líquido entraba y recorría su pierna hasta la punta de los dedos dejando un rastro de dolor y ardor.

-listo, ya acabo Ian tranquilo- decía la enfermera masajeando un poco el lugar del pinchazo, Luis le acomodó la ropa. Pero Ian no se movió, no podía le dolía el alma, que en este caso estaba concentrada en su pierna

-esto es para que anoten la fecha y a dosis cada vez que venga- le entregaba a Luis el carnet y un trifolio de propaganda acerca de la rabia y del cuidado de las mascotas- y que tome esto cada seis horas para que no le de fiebre y de paso un analgésico

-gracias, Ian vamos, ya terminó- Ian estaba juntando los restos de sus fuerzas para levantarse de esa camilla, Luis tuvo que ayudarlo.

-gracias Luis-dijo sin ganas Ian, en realidad para el no había nada que agradecer, le había llevado al peor lugar de la tierra y encima lo habían pinchado. Llegaron justo cuando Tadeo también llegaba

-hola soy Tadeo el padre de IAN- se presentó, Mika lo saludo también y entró con Tommy e Ian

-este es el carnet faltan cuatro vacunas y luego lo tiene que ver el medico y estas son cada seis horas

-gracias como fue?

-que cosa lo del perro o el pinchazo? Ambos fueron escandalosos jeje je

-si seguro

-pero comprensible yo la verdad ni volvería, no voy al médico a menos que me esté muriendo, asi que lo entiendo perfectamente. Bueno te dejo debes querer ver a tu herido

-mil gracias Luis en serio te debo una.

Ian se había tirado a su cama boca abajo, aun estaba muy tenso

-estas bien?- preguntó Mika, otra pregunta estúpida, pensó Ian. Mika no espero respuesta, lo vio ahí tirado con el pantalón roto, marcas de sangre y tierra seca. Le sacó las zapatillas

-y la otra media?

-estaba con sangre, la tiré en la enfermería

-se podría haber lavado… bueno esta también irá a la basura- dijo sacándole la otra media y tirándola al cesto- vaya que te mordió feo- miraba alrededor de la gasa estaba inflamado y se estaba poniendo verde. Tomo una sabana del placard y lo tapó, luego metió las manos debajo de las sabanas para sacarle el pantalón.

-que haces?!

-esta sucio y roto ya no sirve- Ian levantó un poco las caderas y Mika le sacó el pantalón- otra cosa para la basura

-puedo hacerlo bermudas

-de frizza ja jaja no, se va a la basura- luego se sentó a su lado y acariciaba su cabeza como era ya costumbre, lo notaba tenso, empezó a masajear su nuca con la yema de los dedos y poco a poco Ian se fue relajando

-porque saliste mmm?

-estaba saturado, quería un poco de aire para poder estudiar mejor, cuando volvía nose de donde salió ese perro solo sé que quería comerme

-si no hubieses salido como te dije no estarías en esta situación- dijo Tadeo desde el marco de la puerta- para que veas que a papá hay que obedecer-se acercó a su hijo y le preguntó mas amable-como fue en la enfermería?

-horrible- no pudo evitarlo las lágrimas empezaron a caer

-hoy te quedas en la cama, mañana ya estudiaras

-no voy a ir a la escuela?

-no voy a llamar

-super

Tadeo le dio un beso en la frente- ya pasó- le dijo

A la mañana siguiente Ian sintió a un piojito meterse en su cama, entreabrió los ojos

-que haces aquí? Ve a tu cama- pero Tommy no respondió solo gemía bajito, Ian no había dormido muy bien la pierna tenía un calor que no lo dejaba dormir y aparte aun le dolía- tuviste pesadillas?- pero nada, Tommy seguía gimiendo bajito- que hiciste?-dijo suspirando y pensando por enésima vez que su hermano era todo un artista. Ese gemido, sin lágrimas y con pucheros fingidos solo era indicio de una cosa, había hecho algo y quería que su hermano lo protegiera. Para eso lloraba bajito con carita de victima para ablandar el corazón de su hermano mayor. Tommy sacó de los bolsillitos de su enterito, porque todos sus pijamas eran enteritos, algunos con patitas para que no se enfriara al destaparse dormido, un bollito de papelitos recortados

-usaste la tijera!! Tommy te cortaste?!- Tommy negó con la cabeza- Ian no entendía el problema hasta que vio los papeles, eran de su padre

-porque tocaste las cosas de papá?!- pero Tommy no estaba muy hablador, se levantó primero como siempre y quería dibujar, pintar y recortar, no encontró hojas asi que fue al escritorio y sacó hojas, hizo lo que quería para luego darse cuenta de que esas hojas estaban escritas a la vuelta.- grrr  Tommy!!- Tommy seguía con su llantito- está bien, está bien, duérmete ahora!!- dijo Ian levantándose despacio y rengueando hacía el despacho de su papá y recogió todos los papelitos restantes y guardó la tijera, los lápices, en fin desapareció la evidencia, volvió a su cama y se acostó al lado de su hermano, suspiró molesto y volvió a dormirse.

Tadeo buscaba y rebuscaba, abría una y otra vez los cajones de su escritorio, revisaba carpetas y cuadernillos y no quedaba satisfecho. Mika había salido a trabajar no sin antes llevarle el desayuno a Ian, se sorprendió al ver a Tommy a su lado

-pesadillas- dijo Ian y mika solo sonrió, charló un poco con él y se fue.

Ian no viste unos papeles que anoche deje sobre el escritorio?- preguntó ya muy desesperado Tadeo. Ian que estaba sentado en el sofá estudiando lo miró

-mmm no me di cuenta que estaban escritos y… -no tenía idea de que inventar- los use para encender la cocina- dijo sintiéndose estúpido porque su papá sabía perfectamente que él no se había acercado a la cocina.- Tadeo lo miró y luego vio de reojo a un pequeñin que espiaba escondido detrás de la puerta pero asomando su cabecita

-plass plass plass plass plass plass plass plass plass plass plassplass plass plass- le dio Tadeo levantandolo un poco de donde estaba mientras le decía en un tono que avergonzó mucho a Ian

- LAS COSAS DE PAPÁ NO SE TOCAN, SI PAPÁ DIJO QUE NO ES NO

-AUUUUUUU no era para nada necesario papá- dijo ofendido Ian por el tono y por lo básico del reto de su papá

- no, si era necesario,- y acercándose a él le dijo bajito- después te quejas que no soy justo, si tu lo estas cubriendo ahora- EL PROXIMO QUE SE ATREVA A TOCAR MIS COSAS ME VA ACONOCER MUY ENOJADO!- dijo alto para que el Tommy escondido también oyese. Cuando Tadeo salió del living Tommy fue corriendo a donde estaba su hermano y se subió encima de él

-ay ay a ya ten cuidado me duele!- dijo Ian al ver que Tommy escalaba a sus rodillas

-te ganaste una diki medalla!

-oh que bueno! Si estoy bailando de la alegría- dijo molesto Ian- y Tommy sin prestar atención al sarcasmo de su hermano metió la mano al bolsillo y sacó lo que alguna vez había sido una rica galleta oreo y la metió en la boca de su hermano a modo de premio

-puaj! Que es!- dijo sacándosela de la boca. Claro ya no era una rica galletita sino las tapitas de una que ya no tenía crema porque era la parte preferida de Tommy, lo malo era que no la sacaba con el dedo  o con los dientes sino a lengüetazos, por lo que lo que recibió Ian como premio no fue mas que una galleta toda baboseada. Eso era su premio por ser buen hermano. Ian puso los ojos en blanco, y la dejó sobre la mesa.