Páginas Amigas

jueves, 2 de mayo de 2013

Capitulo 18


-         Hola (dijo una preciosa chica rubia de labios carnosos y sensuales y cara de picaruela sentándose a su lado)
-         Hola (dijo Mark, quitándose los auriculares)
-         ¡Vaya! (mirando el libro que estaba leyendo Mark) eres de aquí (dijo sonriendo), parecías uno de esos turistas que vienen a emborracharse y a  pasarse el verano de fiesta en fiesta (Mark sonrió, la chica solo llevaba un precioso bikini dorado). ¿El año pasado no estabas, verdad?
-         No (solo dijo Mark por miedo que su acento lo delatara y le sonrió).
-         Me llamo Ana María, pero mis amigos me llaman Lechuga
-         ¿Lechuga? (preguntó Mark que le parecía raro ese mote)
-         Por qué dicen que soy muy fresca (Mark abrió mucho los ojos, estaba seguro que estaba muy rojo y no precisamente por el sol) ¿Y  tú?
-         Mark (le dijo intentando sonar maduro).
-         Hola Mark (le dijo coqueteando descaradamente).
-         Hola lechuga (le dijo en el mismo tono Mark).
-         Y dime Mark, ¿has bajado a la piscina solo a leer ese aburrido libro de Historia o piensas bañarte en algún momento?
-         ¿tú vas a bañarte? (dijo cuidando cada palabra por miedo que se le fuera el acento).
-         Siiiii, hace tanto calor aquí fuera, mira, hasta se me pega el bikini en el culo (y se giró para que le mirara el culo. Mark se puso a toser)
-         Eyyyy parece que te acatarraste.
-         No. Estoy bien.
-         Oye Mark, me acabo de quedar sin tabaco y me muero por un cigarrillo ¿por casualidades de la vida, no tendrás uno que prestarme, verdad? (le dijo acariciándole la barbita)
-         Si (y fue a abrir su mochila). Espera ya te lo enciendo (dijo y le encendió el cigarrillo).
-         Eyyyy sí que eres extranjero (dijo con una media sonrisa).
-         Pero vivo aquí (aclaró enseguida).
-         ¡Vaya! ¿de dónde eres?
-         De Holanda.
-         ¿tienes marihuana? (no tardó ni tres segundos a preguntar)
-         Jejeje no (dijo sin poder evitar reírse, de haber sido un chico le hubiera puesto cara de asco peor al ser una chica tan bonita no supo porque pero le pareció hasta gracioso).
-         Pero fumas ¿no?
-         A veces (dijo haciéndose el interesante).
-         ¿De qué apartamento eres?
-         No vivo aquí, estamos pasando el día con nuestro tío. Vive en el 25 C.
-         ¡Jajaja tú eres ese Mark!
-         ¿perdón?
-         Creo que somos familia o algo así (dijo sentándose en la toalla a su lado). Soy la hermana de Lucia, la novia de tu tío Adri.
-         ¿La dermatóloga?
-         Esa misma. Ya veo que es cosa de familia, estáis todas bien buenas.
-         Jajaja lo sé (dijo haciéndose la creída pero se le escapaba la risa). Mi madre salía en las revistas de esas de patrones. No es como ser modelo pero tienes que ser guapa para salir. Así que te parece que mi hermana está bien buena ¿no? Ya sé lo diré a Adri, seguro que opina lo mismo.
-         Eyyyyy no me metas en líos, porque a todas las chicas guapas os gusta meternos en líos.
-         ¿y a ti te han metido en muchos líos?
-         ¿No te ha hablado mi tío de mí? (haciéndose el gracioso)
-         Jajajaja (se rió porque Adrián siempre se refería a su sobrino Mark como todo un rebelde sin causa”) si, me temo que tu fama te precede.
-         De ti en cambio, no me ha dicho ni una palabra, y te juro que eso no se lo perdonaré, para alguien interesante en esta familia y va y el muy estirado y se lo calla.
-         Sí que es estirado ¿verdad? Jajajaja Tan guapo y tan coñazo a la vez. Pero ya le está bien a mi hermana, ella también es muy estirada, de verdad no conozco persona más aburrida que mi hermana Lucia. ¡Hasta mi madre tiene más chispa que ella!
-         No se le ve mal, no sé. No he hablado mucho con ella.
-         Lo es, créeme, aburre hasta las ostras. Venga vente para el agua luego a las diez bajan todas las madres con los putos niños y esto no hay quien lo aguante.
-         Bueno, vale, pero solo un ratito. Después tengo que irme.
-         Muy bien chico ocupado (apagó el cigarrillo y tiró de él hacia la piscina).


-         Hola Marky.
-         Hola tío Adrián.
-         Tu madre, Pedro, Bea y Lucia han salido para el paseo marítimo a dar un paseo antes del almuerzo.
-         Ok, voy a ducharme.
-         Al fin estrenaste la piscina ¿no? ¿qué te parece está viene está urbanización, no?
-         Si (dijo sin mucho interés)
-         Bueno, ya sabes que puedes venir siempre que quieras, la semana pasada tus primas se quedaron tres días, había que arrancarlas con escarpa de la piscina jajaja (Mark lo miró como si no tuviera gracia). Bueno, te dejo que te duches, yo salgo a comprar las cosas para hacer el almuerzo. ¿Ya sabes dónde está todo verdad?
-         Si (dijo otra vez muy seco y se metió al cuarto de baño. Al cabo de un rato de meterse en la ducha escuchó la puerta de la calle cerrarse. Pensó que su tío había salido a comprar finalmente. Y continuo enjabonándose el pelo, pero al cabo de unos segundos la puerta del cuarto de baño se abrió y lechuga estaba allí de píe). Oh, yo…(se cubrió pudorosamente sus partes) estaba duchándome, se me olvidó pasar el pestillo a la puerta (Ana María se quitó la parte de arriba del bikini y se metió en la ducha con él).
-          ¿te importa? (le dijo muy flojito y sinuosa)
-         No, no, no (tartamudeaba Mark que jamás había estado tan cerca de una chica. Y no llevaba sujetador).
-         Así ahorramos agua, hay que estar muy concienciado con el medio ambiente (dijo con una voz super sexy y poniéndose muy muy juntito a Mark).
-         Si, claro (tragó saliva aquello era como un sueño), hay que estar concienciados.
-         Marky, cielo, te importa darme detrás en la espalda, es que no llego (puso morritos).
-         Si, claro (a Mark le hubiera encantado decir una frase que la hubiera dejado sin aliento pero toda su sangre se concentraba en esos momentos en el mismo sitio, y no era en su cerebro).
-         Ummmm (empezó a hacer gemiditos, Mark estaba a mil por hora, era imposible que el jabón tuviera ese efecto). Lo haces muy rico ummmm (y fue decir eso y tener Mark tremenda erección. Y allí en un espacio reducido y desnudo no había forma de disimularlo). Jijiji (escuchó una risita apagada, Mark se puso rojo como un tomate). Mi turno, gírate, yo te enjabono la espalda ahora (Mark se giró enseguida, así no le vería la tremenda erección que estaba teniendo).
-         No, es necesario, yo ya me duche (dijo muy tímidamente)
-         Pero seguro que yo puedo llegar a lugares donde tú no pudiste (y empezó a restregar sus pechos contra la espalda de Mark. Mark jamás había notado unos pechos restregarse contar ninguna parte de su anatomía, pero estaba seguro que aquello eran los pechos de Ana María).
-         Mmmm (el gemido se le escapó a él)
-         ¿Lo hago bien?
-         Ssssssi (apenas pudo decir)
-         ¿Y esto también lo lavaste? (llevando sus manso a su miembro y empezando a enjabonarlo con gusto)
-         Aaah ahhh (Mark no se lo podía creer aquella chica le estaba haciendo una paja mientras se frotaba desnuda contra su espalda. Mark no tardó nada en correrse).
-         Uuuuaa cuanto te corriste (Mark se giró de repente y la besó como un animal en celo, pura fuerza y pasión, las hormonas juveniles en su estado más puro. Allí estaba él, con una chica totalmente desnuda en la ducha. En ese momento se escuchó la puerta).
-         ¡Mark! Soy yo Adri. El super está cerrado por vacaciones, tendré que llamar que nos traigan algo a comer (gritó Adrián dejando las llaves en el platito de la entrada).
-         Shhhhhh (le tapó la boca con un dedo y lo mandó a callar. Ana maría tomó su bikini y se lo puso de nuevo rápidamente. Y abrió con mucho cuidado la puerta del baño y salió dejando la puerta abierta y corrió hacía la cocina y se sentó en la barra americana).
-         ¡ANA MARÍA! ¡Por dios, no ves que lo estás dejando todo chorreando, anda ve a por una toalla y seca esto! eres peor que mis sobrinitas, lo juro (le riño Adrián en cuanto entro en el salón comedor y vio a Ana María sentada toda mojada).
-         No pude Lucia está en la ducha.
-         No, es Lucia es mi sobrino Mark, ya te dije que este fin de semana vendrían.
-         Ah, pues tu sobrinito, como sea (dijo haciéndose la indiferente). No hay toallas.
-         En la habitación, pequeña, da igual, no te muevas, vas a poner la casa toda perdida. Ahora te la traigo yo (dijo refunfuñando y yendo hacía el cuartito pequeño). ¡Mark! (le sonrió al pasar por delante del baño y ver que el chico salía). Anda dame una par de toallas de las grandes de ese armario (Mark pálido como el papel obedeció y se las dio sin rechistar). Chico estás pálido, te debió dar más el sol de lo necesario, ve y acuéstate un poco en la habitación pequeña (Mark aturdido asintió) ya te traeré una coca-cola ahora, en cuanto limpie todo el desastre que ha hecho mi cuñadita.
-         ¿cuñadita? (dijo abriendo mucho los ojos Mark)
-         Ah, sí, no lo comenté cuando llegasteis esta mañana. La hermana de Lucia estará con nosotros 15 días, sus padres están de crucero por su 30 aniversario de bodas. Es más o menos de tu edad ¿quizás podáis hacer algo juntos? (le sonrió con ternura) Mark, ve a costarte, realmente te ves pálido. Después te la presento ¿vale? Y Mark no seas borde con ella ( y con eso fue hacía la cocina donde estaba Ana María encharcándolo todo de agua)

No pasó nada más el resto de fin de semana, excepto un montón de miraditas y de vez en cuando algún que otro roce “casual”. Mark seguía en esa nube de excitación y sorpresa y Ana María seguía coqueteando con él cada vez que nadie les miraba. No fue hasta la tarde del Domingo ya cuando se estaban a punto de ir que Ana María se sentó al lado de Mark en la banqueta de gimnasio que tenía en el balcón.

-         ¿Ya te vas? (hizo una pregunta más que obvia)
-         Si, Pedro ya está bajando las bolsas al coche.
-         Es cool que le llames por el nombre a tu padre.
-         No es mi padre, es el novio de mi madre.
-         Lo siento, es que cuando vi cómo te decía lo de los pies en la mesita de café… pensé que él era…bueno ya sabes, mi viejo siempre está dándome la brasa con lo de los pies en la mesa.
-         Ya, todos son iguales. Oye te oí hablar con tus amigas por teléfono, mañana bajas al centro ¿verdad?  para ir a la playa ¿no? (dijo de forma casual pero el corazón le iba a mil, llevaba toda la tarde ensayando esa conversación mentalmente)
-         Si, con unas amigas del instituto.
-         ¿Y en vez de eso no podríamos quedar tú y yo? (Ana María sonrió y se le iluminó la cara). Mañana, Pedro no tiene clases por no sé qué historia y por la tarde tengo academia. No sé, les digo cualquier rollo para no ir a la hora de comer y ya está. No hay problema, podemos pasar toda el día juntos y pasas de ir a la playa con tus amigas, podéis quedar otro día ¿Qué te parece?.
-         ¿Academia? ¡Es agosto!
-         Hay academias en Agosto, créeme, mi madre las buscó (dijo asqueado).
-         Bufffff ¡Que latazo! ¿Y puedes pasar de la escuela de verano y de la academia un día entero?
-         Como poder, no puedo. Si se enteran me matan. Pero por ti vale la pena morir (esa frase la tenía más que ensayada)
-         No sé, no quisiera que te metieras en más líos…Pero es que me muero de ganas por volver a estar a solas contigo, ya sabes, como en la ducha (Mark se puso todo rojo)
-         Vengaaaa te prometo que haré que valga la pena (dijo poniendo voz de hombre de mundo).
-         ¿Cuánto valdrá la pena? (le susurró al oído mientras pasaba juguetonamente sus dedos por el paquete de Mark. Mark tragó saliva).
-         Vale (dio un botecito al notar la caricia en esa zona) di lugar y hora.
-         Jejeje ¡Bien! (le dio un beso rápido) A las diez en el paseo de los descubridores ¿te parece bien?
-         Allí estaré (dijo más feliz que una perdiz y le guiñó un ojo).
-         Maaaaaaaaaaaaaaark (gritó su madre des de la puerta de la calle) venga, nos vamos, despídete de todos y sube al coche, Bea y Pedro ya nos esperan.
-         Siiiiii (gritó Mark) Hasta mañana (a Mark se le iluminaban los ojos)
-         Hasta mañana, Mark (le dijo Ana María y a Mark nunca antes su nombre le había resultado tan dulce de oír).

Mark apenas pegó ojo de la emoción en toda la noche, solo hacía que repetir mentalmente una y otra vez aquella ducha con Ana María. ¿y si ese día era el día en que perdiera su virginidad? a unas semanas de cumplir los quince y se iba a estrenar. LA emoción lo consumía, estuvo ensayando frases, saludos, cumplidos, caras y miradas en el espejo, durante toda la noche, al fin a eso de las cuatro pudo quedarse dormido.

-         ¡MAAAAAAAAAAAAAAAARK! ¡Maldita sea, cada día lo mismo! MAAAAARK, Baja que llegarás tarde, que hoy no te puede llevar Pedro a la escuela! (gritaba Cristina des del pie de la escalera).
-         ¡MIERDA! ¡ME DORMÍ! (se escuchó gritar desde el piso de arriba y después como se caían un montón de cosas al suelo. Cristina rodó los ojos y negó con la cabeza)
-         ¿Volvió a dormirse? (sacó la cabecita Pedro de la cocina y le preguntó a Cristina).
-         Si (dijo enfadada). Este crío me tiene frita. Te juro que no de quién sacó eso. Ni a su padre ni a mí nos ha costado nunca despertarnos.
-         A mí no me mires (dijo Pedro levantando las manos). ¿Bea? (preguntó para cambiar de tema).
-         En la salita viendo la tele. Ya desayunó, ya se duchó y ya está preparada para que la llevemos con Juan y Yoli.
-         ¿Donde van hoy?
-         Creo que Juan las llevará a la playa.
-         Que vaya cuidado con el sol, es muy blanquita.
-         Ya le he puesto, crema de alta protección en la mochila, igualmente mi hermano lleva al tienda de campaña.
-         Jajaja recuérdame que no vaya con Juan nunca a la playa. Quien lo ha visto y quién lo ve. Jajaja
-         Jajaja si, ¿te acuerdas cuando salía de casa sin nada?, a veces sin las llaves
-         Me acuerdo, me acuerdo, les tocaba a sus amigos siempre pagarle las cervezas jajaja
-         Así que era eso jajajaa (Cristina se reía, Pedro que no lo encontraba tan gracioso, se fue para su dormitorio para acabar de arreglarse).
-         Llego tarde, llego tarde, llego tarde (repetía como un loco Mark, bajando las escaleras de tres en tres).
-         ¡Mark, baja bien, te vas a romper el cuello! (le riñó su madre).
-         Mamá, dame 20  euros.
-         ¿perdón?
-         Si, tienes razón. mejor dame 40.
-         Jajaja debes de estar aún medio dormido hijo, si crees que tu madre es un banco.
-         Noooo, mamá, la niña esa, la prima de la novia de tío Adrián (dijo muy rápido entre sorbo y sorbo de la leche con chocolate).
-         La cuñada de tío Adrián, Ana maría hijo, la hermana de Lucia se llama Ana María.
-         Lo que sea, Lucia me pidió que la llevara hoy al japonés ese tan bueno que vamos, que la niñata se moría de ganas de ir a un japonés. Pero la muy jeta no me dio pasta para que le hiciera el servicio de niñera. Así que te toca a ti, es tu familia.
-         Ey ey ey alto ahí. ¿vas a llevarla al japonés?
-         ¡Es lo que te estoy diciendo mamá! (dio un bufido y rodó los ojos) Necesito la pasta.
-         Mark pobre de ti que seas grosero con esa niña (le dijo Cristina).
-         Que noooo joder, pero más vale que coma rapidito, yo a las 4 tengo academia.
-         Mark, hablo en serio, no quiero quejas. Ya la has liado tú suficiente este año con la familia ¿no crees?
-         Que si, que seré un santo, dame la pasta llego tarde.
-         Toma 50 euros, y ni se te ocurra hacerla pagar.
-         ¡Joder! ¡Pero que morro!
-         ¡Maaaaark! Tu tío nos ha invitado el fin de semana a su casa ¡A los 4! Lo mínimo es que invites a Ana María a comer.
-         Lo que tú digas, es tu dinero.
-         Lo es, aunque tu hermana y tú os empeñéis a disponer de él como si fuera vuestro.
-         Lo que sea mamá, llego tarde, me como el bocadillo por el camino (dijo agarrando el bocadillo y saliendo a toda velocidad)
-         Adiós cielo, nos vemos a la taaarde (pero en ese momento sonó el portazo).
-         ¿Ese era Mark? (preguntó Pedro saliendo de la habitación mientras se acaba de anudar la corbata)
-         Si (dijo con resignación). Está usted muy guapo, señor Martín.
-         No todos los días va uno al juzgado para (Cristina le tapó la boca con la mano casi histérica)
-         Shhhhh la niña (le dijo flojito)
-         Está viendo la tele, no se entera de nada, podríamos ahora mismo hacerlo aquí mismo como auténticas fieras salvajes, que ni se inmutaría (dijo Pedro quitándose la mano de la boca para robarle un beso).
-         Jajaja por si acaso, nos estamos tranquilito señor Martín. Te has levantado tú muy animado esta mañana jajaja
-         Porque tengo motivos para estarlo (y empezó a besarle el cuello)
-         Solo pasamos por el juzgado a recoger los papeles del registro…
-         Si, pero es un paso más cerca para (la cogió en brazos como una novia) tan tan tatán tan tan tatán (empezó a canturrear la marcha nupcial).
-         ¡Jajaja bájame, bobo! Jajaja (Pedro la besó apasionadamente)
-         Oh puajjjjj (dijo Bea bajando las escaleras) ¡Buscaros una casa!
-         Jajaja (pedro Bajó a Cristina)
-         ¡Eyyy ésta es mi casa! (protestó Pedro)
-         Cielo, se dice  “buscaros un hotel”. Jejeje (le corrigió su madre).
-         Pues eso (dijo rodando los ojos Bea). ¿Se ha ido ya Mark?
-         Si, ¿no lo has oído? (preguntó su madre sorprendida por todo el alboroto que había montado su hermano)
-         No, estaba viendo la tele (Pedro le echó una mirada de “te lo dije” a Cristina y Cristina intentó no reírse).

A las diez en punto estaba los dos en el sitio acordado, estaba claro que los dos se morían de ganas de verse otra vez, y sobre todo de verse a solas. Estuvieron paseando por el centro durante un par de horas, hablando sin parar, riendo, haciendo el payaso. Hasta que sobre las doce, ella movió pieza.

-         ¿No vivías tú por aquí? (preguntó inocentemente Ana María)
-         Si, justo donde empieza esa avenida.
-         Guauuuu ¿sois ricos?
-         Nooo (dijo sorprendido) ¿por qué lo dices?
-         Porque vives en plena zona de pijos. Cuando Adri me dijo que vivías en el centro, pensé que vivías cerca de las calles de los antiguos artesanos, ya sabes esa que son tan pequeñitas.
-         Noooo, creo que hasta el apartamento donde vivíamos antes, es más grande que esos pisos ¡Y solo tenía dos habitaciones! jajaja.
-         Jajaja nosotros vivimos fuera, porque mi padre dice que los pisos en la ciudad están por las nubes y que por el precio de un cuchitril aquí podemos tener un palacete a pocos kilómetros.
-         Ya, en Holanda no vivíamos en la misma Rotterdam, a unos kilómetros. Pero es un palo depender siempre del tren o de los autobuses.
-         ¡Dímelo a mí! Que Lucia vive en el culo del mundo y aún así me parece la civilización.
-         Adri vive en uno de los distritos más alejados, pero en metro estás a 30 minutos del centro.
-         Ya, pero tú tienes suerte, vives en pleno centro, a pocos metros de todo. Tu casa debe de ser preciosa.
-         Si, bueno, no está mal (entonces Mark al fin pilló las indirectas) Estamos cerca ¿si quieres te la enseño? (Mark estaba a punto de dar saltos de alegría)
-         ¿Y tu madre y su novio?
-         No están, mamá trabaja hasta las tres y Pedro tenía que ir a no sé dónde y no regresará hasta ya la tarde.
-         ¿y Tu hermana? (Mark se miró el reloj)
-         Debe de estar con alguno de mis tíos o con los abuelos. No la dejan sola en casa, es aún muy pequeña.
-         Tiene doce años, Mark jajaja
-         Lo dicho, muy pequeña (dijo intentando que no se le escapara la risa pero no lo logró)
-         Vale, deslumbrarme con tu casa (y le pasó la mano por el brazo agarrándolo como una pareja de recién casados. Si a Mark en ese momento lo hubieran pinchado no hubiera sentido nada, estaba anestesiado de tanta felicidad. Mark que no podía esperar tomó el autobús, y en pocos minutos estuvieron entrando por la puerta del dúplex de Pedro, es decir, su casa).
-         ¡Guauuuuu tenéis portero, tenéis jardines, incluso piscina y gimnasio!
-         Bueno no son nuestros, son comunitarios, son de todos los que viven en estos pisos.
-         ¡Ya, claro pero es una pasada!
-         Si, supongo.
-         Bueno, enséñame la casa (Y Mark empezó a enseñarle toda la casa, es muy posible, más bien casi seguro, que Mark no se había dado cuenta de como estaba decorada la casa hasta ese momento. Y solo se dio cuenta porque Ana María se lo señalaba con el dedo y empezaba a hacer preguntas. Debía de estar quedando como un auténtico patán porque no tenía ni idea de nada de lo que le preguntaba Ana María).
-         Ahí al fondo está el dormitorio de mi madre y Pedro, es una suite por lo que no nos dan por culo con lo del baño y arriba está (Mark tragó saliva)
-         ¿Suite? ¡Como mola! Yo quiero verla (y corrió por el pasillo hasta la habitación de matrimonio).
-         No espera, Lechuguita, no podemos entrar ahí (pero ya era demasiado tarde Ana María ya estaba dentro del dormitorio). Guaaaau es enorme, y tiene una de esas camas americanas,
-         si, eso fue un regalo de mi tío Óscar, ¡es un puto enfermo!
-         Jajaja viejos follando que ascoooooo ¿te lo imaginas?
-         Nooooo, claro que no, ¡es mi madre!
-         Jajaja perdón, jajaja (y entró en el baño) ¡La puta de oros! ¡Joder, Mark! ¡Tiene una super bañera de hidromasaje!
-         Si, mi madre tenía una parecida en Holanda, la echaba mucho de menos, así que Pedro puso una.
-         Joder que majo ese Pedro, dile que cuando quiera me ponga a mí una también.
-         Si lo recuerdo la próxima vez que lo vea, se lo comento de tu parte (dijo Mark que estaba muy incómodo allí dentro).
-         Eyyyy Mark (se le acercó muy, muy cerca, y empezó a acariciarle el pelo y la cara. Mark puso cara de lelo y sonrió)
-         Siiii lechuguita.
-         Te acuerdas de nuestra ducha (le susurró al oído de forma muy sensual. Mark no olvidaría esa ducha mientras viviera, claro que la recordaba). ¿te imaginas lo que podríamos llegar hacer ahí dentro (refiriéndose a la bañera de hidromasaje).
-         ¿Quieres decir en el jacuzzi de mi madre? (Ana María le mordisqueo el lóbulo de la oreja, Mark ya estaba todo duro, para entonces y su sangre regaba todo hacía al mismo sitio)
-         Tiene que ser super romántico, mira hasta hay velitas, mientras yo voy poniendo el agua y las sales, ¿Por qué no buscas a algo para encenderlas, las enciendes y pones música romántica? (dijo Ana María susurrándole eróticamente cada palabra, Mark estaba que se deshacía de pasión, corrió a por cerillas a la cocina y de paso buscó en la gaveta de Pedro algún preservativo, no quería pararse a pensar para que necesitaba Pedro los preservativos, solo quería uno. Cuando regresó Ana María estaba jugueteando con el agua y la espuma. Mark sacó su teléfono móvil, puso el altavoz y puso una lista de reproducción con canciones de esas sexys, se giró y la miró. Ella estaba allí esperándole, devorándole con la mirada. Mark tenía casi 15 años, aquello era más que suficiente para lanzarse, se sacó la camiseta y bajó los pantalones de un tirón).
-         ¡Guaaaaau que directo!
-         He tenido pensamientos muy sucios contigo des de aquella ducha, necesito que me laves bien.
-         Pues yo también los he tenido así que me tendrás que lavar tú también muy a fondo (y el muy a fondo sonó muy pornográfico, tanto que aquello hizo dispara una erección en Mark. Ana María no pudo evitar sonreír al ver la reacción del chico a sus palabras. Era tan tierno y a la vez era tan sexy).
-         Esta vez, permíteme que sea yo el que empiece a limpiarte bien de arriba abajo (intentó sonar tan sexy como Ana María, pero no se le daba bien, sonaba un poco como un depravado sexual, pero para Ana María con esa carita que tenía Mark todo le sonaba a cantos de sirena)
-         Ok, entonces soy toda tuya (y se quitó lentamente el vestido y la ropa interior y se metió en el jacuzzi, Mark no tardó ni una milésima de segundo en seguirle).

Mientras tanto…

-         Es genial que tu jefe tenga esos amigos tan influyentes. No tuvimos que hacer a penas cola en el registro y en el juzgado, fue visto y no visto. (le dijo Pedro)
-         Si bueno, y también cuenta que estamos en julio, los juzgados van a medio gas.
-         Más a mi favor. Con esto (mostrándole la carpeta) nos podemos casar ya mismo.
-         Pues hagámoslo, casémonos mañana.
-         Jajaja buen intento Cristinita (dijo tocándole la naricita) pero no, me prometiste una boda como debe de ser.
-         No recuerdo de lo que me hablas (dijo Cristina poniendo una mueca de no estar muy conforme).
-         Pues yo sí, la recuerdo perfectamente, estábamos tú, yo, una buena botella de champagne unas fresas frescas y unos dvds horribles.
-         ¡Eyyy que era la saga de “puppet master” completa! (dijo indignada dándole un golpecito en el brazo) Y solo viste las 3 primeras, y son 10.
-         Ves como te acuerdas (se rió Pedro).
-         Grrrrrrr (gruñó Cristina)
-         jajajaja mira es la una ya ¿vamos a comer a casa o fuera?
-         Fuera (dijo Cristina sonriendo). Invito yo, cobré ya la paga extra y nos dieron los bonos.
-         Por esa cara deduzco que los bonos fueron generosos.
-         No me puedo quejar, no llevo ni un año ahí trabajando. Vale que el director fue al principio un poco capullo con lo del horario y las tardes que tomé al principio para arreglar los papeles de los niños. Pero el subdirector y el resto son muy majos. Además en dos años, Carlos se jubilará y puede que pase a su departamento, ya no trabajaría para todos, jejeje.
-         ¡Eso estaría genial! ¿y ya has pensado que vas a hacer con esa extra? Pues como siempre, va integra para los niños. Ya sabes, tengo que comprarles ropa, calzado, los uniformes para el año que viene, los libros…es un no acabar. Pero aún tengo para invitarte a comer, jajaja no sufras.
-         ¿Si el presupuesto es tan escaso podríamos irnos una semanita a la casa de la playa de tus padres? (dijo un poco triste)
-         ¿Te querías ir fuera, verdad?
-         No, es igual, solo quiero estar contigo (era cierto y la besó).
-         Mira hacemos una cosa, te dejo escoger el lugar donde vayamos de luna de miel.
-         ¿En serio?
-         Si (le dio un beso). Además será un viaje solo para los dos. No tendremos que preocuparnos que los niños estén bien o no se me pierdan.
-         Cariño, tus niños, ya no son de los que se pierden jajaja.
-         Por accidente no, pero… ¿a propósito? Yo no estaría tan segura (Pedro dio un suspiró bien hondo, lo más seguro es que Cristina tuviera razón).
-         ¿Tus padres se han ido ya?
-         No, papá odia esa casa, así que desde que mamá se queda aquí con Pablo y las mellizas que no van.
-         Vaya (puso morros)
-         Ya veo por donde vas. Pensabas que mientras mis padres vigilaban a los niños nosotros podríamos disfrutar un poquito también de las vacaciones ¿no?
-         Apenas se me ha cruzado por la cabeza jajaja
-         Ya claro jajaja Pedro, cielo, pasar mis vacaciones con mis padres como que no es la idea que tengo de vacaciones ¿sabes?
-         ¿Y es mejor pasártelas todo el día peleando con esos dos gruñones? (dijo arqueando una ceja)
-         Ya, pero son mis dos gruñones, no me queda otra. Mira sabes que podemos hacer, podemos ir una semana tú y yo solo a la casa del pueblo y después que mi padre suba a todos los niños y pasamos la otra semana con los niños.
-         ¡Espera! ¿todos los niños?
-         Si, las mellizas y Pablo. Óscar no tiene vacaciones hasta la segunda quincena de agosto. Además tú adoras a Pablo.
-         Adoro a mi ahijado. Pero no me gusta esa idea de tantos niños, sinceramente con Mark y Bea ya hacemos el cupo de problemas.
-         No sufras, de los niños se ocupan mis padres ¿no era esa la idea? (dijo con maldad Cristina)
-         Si, bueno, la idea es que se encargaran solo de Mark y Bea. Pero de 5, ¿quieres decir?
-         Nosotros éramos cinco.
-         Ya pero tus padres eran más jóvenes.
-         Ya, pero no van en plan padres, van en plan abuelitos, jajaja
-         ¿Entonces nos tocará a nosotros ir en plan padres?
-         No refunfuñes Pedro.
-         Adoro a Pablo, es mi ahijado, pero las mellizas…
-         ¿Qué tienes que decir de mis sobrinitas?
-         Que si fueran las de Juan, ni lo dudaba pero las mellizas…
-         ¿Qué pasa con las mellizas? (dijo un poco ofendida)
-         Como se nota que apenas tienes trato con ellas (no quiso ser un reproche, pero Cristina un poco sí que lo sintió así. Aunque era cierto hasta hacía 10 meses el contacto con su familia era solo en fiestas y a ratitos). Las mellizas son simplemente…como decirlo unas consentidas de mucho cuidado. Y la culpa es toda de tu hermano, que lo sepas.
-         ¿Óscar? Pero si…(pero se calló, de todos sus hermanos ella era más cercana a Óscar y sabía que si, que Óscar era de consentir los caprichitos). Te olvidas que yo tengo a Bea. Bea a esa edad también era un poco consentidilla.
-         Tu misma, pero quedas avisada yo no pienso lidiar ni en una pataleta. Hace dos años, tu hermano tuvo que lidiar con una de sus pataletas en el centro comercial, y no he vuelto a ir a ese centro comercial.
-         ¡Hombres! ¡Os ahogáis en un vaso de agua! Anda vamos para casa, quiero cambiarme de zapatos antes de ir a comer, estos me han hecho herida.
-         ¿Eso no son los mismo que te hicieron herida hace un par de semanas?
-         Si (dijo subiendo en el coche).
-         ¡Las Mujeres y sus zapatos!

20 minutos más tarde en la entrada del dúplex de Pablo y Cristina.

- ¿Música? (dijo Cristina al oír la música que provenía de su casa) Llama a la policía, Pedro.
- Cariño, dudo que los ladrones se pongan a Barry White para vaciarnos la casa.
- ¿Te dejaste el equipo de música encendido?
- No debe haber sido un apagón. Cuando vuelve la luz, se encienden siempre.
- Eso no pasaría, si compraras las regletas esas que te dije.
-si, mami (dijo burlonamente), el próximo viaje al ikea, las compro palabrita de chico excursionista (dijo levantando la mano).
- jajaja muy gracioso (Pedro abrió la puerta y dejó las llaves en el platito de la entrada como hacía en casa y vio las llaves de Mark). ¿No habías dicho que Mark iba a comer con la hermana de Lucia?
- Si, llevaba un cabreo monumental esta mañana por eso. Espero que se porte bien con ella.
- Pues creo que le ha dado plantón (enseñándole las llaves de Mark).
- Voy a matar a ese chico, ¿Es que no me puede dejar bien nunca? (dijo Cristina mientras se sacaba los zapatos que le estaban matando y se fue para el piso de arriba. Pedro se fue para la habitación la corbata la estaba agobiando. Nada más entrar en la habitación oyó las risitas. Una de ellas era la risa de una chica y la otra dedujo que era de Mark. Pedro apretó fuertemente los puños y las mandíbulas, aquello ya era la gota que colmaba el vaso).
- ¡MARK ERWING GELDOF! (no sabía que decir más estaba furioso)
- ¿Pedro? (dijo parando de golpe las risas y los chapoteaos).
- Tienes un minuto exacto para salir de ahí. Y darme una buena explicación (dijo a través de la puerta y se sentó en la cama mirando hacia la puerta del baño a esperar).
- Dijiste que no habría nadie en todo el día (dijo Ana María saliendo rápidamente de la bañera y secándose con una toalla).
- ¿Ana María? (dijo Pedro que reconoció la voz. Ana María cerró los ojos y se maldijo mentalmente y se vistió a toda prisa, se alegró de haberse puesto un vestido y no pantalones. Mientras Mark iba haciendo lo mismo, se iba vistiendo a velocidad de la luz. Y también se maldecía por su suerte, pero no porque Pedro le hubiera pillado sino porque si solo hubiera tardado un poquito más, solo un poquito más, se hubiera estrenado. Al minuto salieron los dos adolescente rojos como dos tomates y sin poder levantar la cabeza). Ana María (saludó muy seco Pedro).
- Pedro (tímidamente dijo la chica).
- ¿Necesitas que te lleve a casa de Adrián?
- no, he quedado con unas amigas en la playa (dijo muy flojito).
- ¿Segura? No me cuesta nada acercarte.
- no, segura. 
- de acuerdo esta noche llamaré a Lucia, para ver si has llegado.
- No es necesario, yo (pero Pedro la interrumpió).
- No es necesario, pero es lo que haré. Te acompaño a la puerta entonces (Mark no dijo nada, no sabía que decir. Ana María se le acercó y le dio un beso cándido en la mejilla ) Llámame (Mark asintió).
- Tú ni te muevas de ahí (le dijo Pedro tan rígido que parecía que le habían metido el palo de una escoba por el culo. Y en ese momento entró Cristina en la habitación)
- ¡Mark? ¿Ana María? ¿Qué hacéis en casa, creí que ibais a ir al japonés?  (dijo Cristina feliz)
- Luego te cuento, voy a acompañar a la puerta a Ana María (dijo Pedro muy seco y salió tras la chica. Cristina que conocía a Pedro y ese tonito de voz, miró a su hijo extrañada).
- ¿Qué ha pasado, Mark? (Mark se moría de vergüenza no podía explicárselo a su madre) ¿Mark? (se acercó a su hijo para levantarle la cabeza y que la mirase a los ojos, pero Mark no podía mirar a su madre a los ojos) ¿qué pasa cielo? (y entonces al ladear la carita para que su hijo la mirar vio el interior del cuarto del baño y se percató de todo el agua, las velas y que la música no provenía del equipo de música sino del cuarto de baño) PLASS (le dio un bofetón). ¿Cómo te has atrevido de traerte a una amiguita a mi dormitorio?
- Mamá yo no… (dijo tímidamente Mark, y en ese momento entró Pedro, que iba hablando por el teléfono).
- Si, gracias, si, ningún problema, si está aquí. OK, hasta mañana (y colgó y se lo quedó mirando muy fríamente). Mark ve a mi despacho y nos esperas. Yo he de hablar con tu madre un segundo (Mark ni lo dudo salió corriendo de allí, no aguanta la manera con que le miraba su madre, era decepción en vez de rabia).
- ¿Cariño, estás bien? (dijo acompañándola para que se sentara en la cama)
- No. Mi bebé. Mi niñito… estaban en nuestro baño haciendo…no puedo ni decirlo (Cristina miraba la vacío seguía en shock). Por dios, es solo un niño, y esa cría, no es mucho mayor que Mark. ¡Dios! ¡Y si la deja embarazada! Tiene solo 14 años, él es un niño, no puede ser padre.
Tranquila Cris, tranquila, no te pongas a alucinar ya. Vamos a hablar con él y supongo que habrá que poner nuevas normas en casa.
- ¡Si como la de nada de sexo hasta los 30!
- jajaja
- No tiene gracia, Pedro.
- Un poco sí. ¿No fue a ti a quienes pillaron tus padres en el sofá?
- No, ese fue Adri (dijo furiosa).
- ¿Entonces fue a ti a quién pillaron en el garaje?
- Adri otra vez. Sea lo que sea, fue Adri. Y déjalo, a mi jamás me pillaron haciendo nada
- Bueno pues a mí también me pillaron con los pantalones bajados.
- ¿Con 14 años? (dijo abriendo mucho los ojos). Porque Mark aún no ha cumplido los 15, Pedro.
- Quizás no tan joven, pero bueno aún recuerdo aquella época.
- ¡No me jodas, Pedro, No me jodas que te sientes orgulloso de él y que vas a darle una palmadita en la espalda y decirle así se hace, chico! (dijo furiosa).
- No. Cristina, cálmate. No voy a hacer nada de eso. Pero tampoco creo que debas demonizarle el sexo. A mí lo que me fastidia es que la trajera a nuestro dormitorio. Saben que tiene la entrada prohibida aquí. Y ya no te digo traerse a una chica para…para ya tú sabes.
- ¿solo te molesta eso? (dijo escandalizada).
- bueno también que se haya saltado la escuela, acabo de llamar. Pero Cristina los chicos de ahora maduran sexualmente antes que lo hacíamos nosotros.
- ¡No mi hijo!
- Me temo, cielo, que por lo visto si, tú hijo también. ¿Habéis hablado de sexo, alguna vez?
- ¿Qué? No, bueno, en la escuela ya le dan clases, y hace dos años le pillé viendo películas porno en el  ordenador, fue cuando le capé los contenidos a los que podía acceder.
¿Pero hablasteis? (volvió a preguntar Pedro)
-         Creo que su padre y él tuvieron unas palabras.
-         ¿unas palabras? ¿o le castigó?
-         Le castigó (reconoció Cristina).
-         Pues creo que deberías tener esa charla con Mark.
-         Es evidente que llego tarde para esa charla (dijo furiosa mirando al baño).
-         ¿Si quieres hablo yo con él? De hombre a hombre. Total voy a tener que hablar con él igualmente por lo de saltarse la escuela.
-         Quiero que desinfecte ese baño, lo quiero totalmente limpio (Cristina se levantó y tomó una mochila de dentro del armario)
-         ¿Dónde vas?
-         Me voy a la playa con mi hija, ni pequeñita e inocente hija, cuando regresemos esta tarde, quiero ese baño impoluto, sino que se prepare.
-         ¡Cris! ¿Te vas? ¿No vas a decirle nada?
-         Si, le digo algo ahora solo serán barbaridades y puede que le suelte algo de lo que después me tenga que arrepentir. Pedro, tiene 14 años, ¡es un niño! (y tomó la bolsa y salió de la habitación, al salir se topó con Mark, que estaba escuchando) ¿No te ha dicho Pedro que esperarás en el despacho? PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS
-         Aaaaaaaaaaau ay ay ay auuuuu mamaaaaá
-         Me voy a la playa con tu hermana, tus primas y tu tío. Cuando regrese quiero el baño que pueda operarse en él ¿entendiste? (dijo furiosa Cristina)
-         Si, mamá, entendí (dijo sin poder mirarla a la cara de la vergüenza).
-         Y esta noche tendremos una reunión familiar, nuevas normas.
-         ¿Familiar?
-         Si, los 4, por lo visto hay ciertas cosas que no están muy claras en esta casa.
-         ¿Bea también? (exclamó muerto de vergüenza).
-         Si, Bea también es aún muy niña pero no quiero tener esta misma conversación de aquí a unos cuantos años. PLASS PLASS Y ahora ve al despacho y espera, como te han mandado.
-         Ayyyyy auuuu mamá me haces dañooo
-         No me vengas pucheritos, hace diez minutos estabas fornicando en mi bañera así que no me vengas con pucheritos, hijo (dijo furiosa) ¡Como una patena lo quiero! (dijo y se fue maldiciendo entre dientes).
-         ¡MARK! (gritó Pedro, y Mark entró en la habitación) ya has oído a tu madre, coge la lejía y ponte a limpiar el baño (dijo Pedro muy serio).
-         Sí, señor (dijo aun secándose las lágrimas).
-         Cuando esté limpio me llamas. Que hablaremos de un par de cosillas tú y yo.
-         Pedro te juro que no hicimos nada, estábamos a punto cuando llegasteis, solo que hubierais llegado 10 minutos más tardes y
-         ¿Me estás recriminando que regresara a mi casa, Mark? (le detuvo indignado).
-         Solo digo que no , ya sabes que no.
-         ¿me intentas de decir que solo os estabais tomando un baño en mi bañera?
-         Bueno no…pero que no…ya sabes estaba a punto, pero entonces
-         Pero entonces llegamos tu madre y  yo, ya lo has dicho. Ve a por la lejía y el estropajo, ya has oído a tu madre (dijo intentando no perder los papeles. Mark hizo lo que le mandó sin decir ni una palabra más)
-         Ya acabé (dijo Mark. Pedro entró en el baño y el olor a lejía echaba para atrás, su madre estaría satisfecha).
-         Muy bien, vamos a hablar. Tú elijes ¿de qué quieres que hablemos primero del respeto a la intimidad o de la obligación de acudir a la escuela? (Mark lo miró con odio). ¿Pero también podemos hablar de la falta de respeto, si quieres?
-         No hicimos nada.
-         Querrás decir que no hubo cópula. Por qué no me vengas con que solo os estabais tomando un bañito.
-         ¿Cópula? (preguntó Mark que no sabía que significaba eso. pedro cerró los ojos y respiró hondo, Pedro se levantó y fue a un estante donde tenía libros y agarró uno de ellos, un diccionario). ¡Busca!
-         Me estás riñendo, no puedes dejar el rollo profesor de lengua, ¿ni en un momento así?
-         BUSCA (le ordenó, enfadado por el comentario).
-         “Cópula: Penetración del órgano genital del macho en el de la hembra” (leyó Mark y a continuación se puso rojo como un tomate). No, no hubo de eso (bajando la cabeza).
-         Mira, un peso que le quitas a tu madre de encima. Mark, me da igual que hubiera o ni cópula, entrasteis en nuestro dormitorio, os lo montasteis en nuestra bañera. Este es nuestro espacio. ¿qué te parecería a ti si tu madre y  yo subiríamos a tu habitación y…
-         ¡PARA, PARA, PARA! (dijo casi histérico, poniéndose las manos en los oídos).
-         PUES ESO, MARK ¡PARA! ¡MALDITA SEA EN QUE NARICES ESTABAS PENSANDO!
-         No fui yo, ella se empecinó, ¿Y qué querías que hiciera?
-         No te voy a decir eso, de que le dijeras que “no, que eres muy joven”, aunque es lo que opino. Pero Mark, no debió entrar aquí NUNCA. Y le debiste de decir que tienes una habitación muy grande en el piso de arriba, con una cama de matrimonio, que de la cama seguro que no se iba a caer.
-         Jejeje (no pudo evitar reírse Mark, imaginándose haciendo todo tipo de malabarismos sexuales con Ana María).
-         ¡MARK, NO TIENE GRACIA! ( Rugió pedro que veía que no le estaba tomando en serio) ¡ÉSTE ES NUESTRO  DORMITORIO, NO TENÉIS QUE ENTRAR AQUÍ PARA NADA. Y LO SABES.  SINO HABÉIS DE ENTRAR PARA NADA, MUCHO MENOS PARA ESO!
-         Lo siento, no volverá a pasar.
-         No, no volverá a pasar, porque yo me encargaré de que cuando pongas un píe en este pasillo (indicándole el pasillo que daba al dormitorio de Cristina y él) tu trasero tenga un horrible recuerdo (dijo Pedro sacando chispas por los ojos y fuego por la boca. Mark tragó saliva).
-         ¿La regla? (dijo Mark mordiéndose el labio para no llorar)
-         No, no será necesaria la regla para esto (agarro una de sus babuchas de debajo de la cama) ésta hará bien su trabajo (Mark empezó a desabrocharse el pantalón) Alto ahí, no he acabado de hablar. Tenemos aún otra charla pendiente. ¿Dónde se supone que debías de estar esta mañana entre las ochos y las dos? (Mark abajó la cabeza y dijo entre susurros)
-         En la escuela.
-         ¿Estabas en la escuela?
-         No, señor (dijo aún más flojito)
-         ¿Qué te dije yo qué pasaría si faltabas a tan solo una clase o te llamaban la atención los profesores? (Mark tragó saliva y calló) Mark, te he hecho una pregunta ¿Qué te dije que pasaría? (a Mark se le empezaron a escapar las lágrimas)
-         Dijiste que me estarías dando con la regla cada mañana hasta que acabara el verano.
-         ¿Cuántas dije que te daría, Mark?
-         Una por cada hora que hubiera faltado y una por cada queja recibida.
-         No he recibido ninguna queja aún, así que esa lista sigue en blanco ¿pero cuantas horas has faltado a clase, Mark?
-         Cinco, señor.
-         Eso es, cinco. A partir de mañana, te levantaré cada mañana a las siete menos diez y te daré esos 5 reglazos. A partir de mañana cada día hasta que se acabe el verano. ¿y cuando acaba el verano Mark? (dijo en modo profesor)
-         El 23 de septiembre snif snif
-         ¿y estamos a…?
-         A 15 de julio snif snif.
-         Eso es, yo si fuera tú, no me saltaría ni una hora más y haría todo lo posible por no recibir ni una queja, creo que con 5 reglazos diarios, tu trasero ya estará bien servido. Ahora sí, ahora puedes bajarte los pantalones y los calzoncillos. Y Mark, ya eres todo un hombre (dijo poniendo voz grave como para burlarse un poco), que no te tenga que bajar yo también los calzoncillos, porque te daré otra zurra por desobediente.
-         Pedro, por favor. (Le suplicó Mark)
-         De acuerdo, se lo dejamos a tu madre…que sea ella quien trate tú aventura submarina en su bañera… (dijo levantándose de la cama) te deseo suerte chico.
-         Noooooo (dijo histérico). Otra vez, Tú decides. Pero decídete ya, van a ser las 4 y tienes que ir a la academia.
-         ¿A la academia? (Mark abrió mucho los ojos y la boca)
-         A menos que quieras sumarle a tu castigo las 3 horas de la academia también (eso harían un total de (hizo como si estuviera haciendo un difícil cálculo mental).
-         ¡No, por supuesto que no!
-         ¿entonces? (preguntó Mark mirándolo fijamente. Mark dio un bufido y se bajó pantalones y calzoncillo y se puso él solo sobre las rodillas de Pedro) Buena decisión. Sinceramente, no sé si para cuando regrese tu madre se habrá calmado lo suficiente. Que quede claro Mark, este es el dormitorio de tu madre y mío y no tienes nada que hacer aquí dentro. Respetarás nuestra intimidad siempre sin excusas que valgan ¿entendiste?
-         Sí, señor.
-         ¿Qué es lo qué entendiste Mark?  (dijo dejando la zapatilla sobre el trasero de Mark)
-         Que no debo entrar en vuestro dormitorio sin permiso y que he de respetar vuestra privacidad.
-         Chico listo, una pena que la inteligencia solo te venga cuando estás sobre mis rodillas. ¿a ver si lo recuerdas la próxima vez en la verticalidad? (y sin más Pedro dejó caer la zapatilla una y otra vez, una y otra vez, hasta que el trasero y los muslos de Mark estuvieron de un rojo carmesí) PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF
-         AAAAAAAAAAAAAAAAAH AAAAAAAAAAAAAAAU NOOOOOO NO TAN FUERTE AAAAAAAAAAAAAAAY NO, NO, PARA, AUUU ME HACES DAÑO AYYYYY LO SIENTO AUUUUU NUNCA MÁS AUUUU LO JURE AYYY AYYY AUUU AHHHH NOOO AYYY MAMÁ AUUUU AYYY NOOOO LO SIENTO AUUUU NUNCA MÁS AYYY SERÉ BUENO, PAPÁ, AUUUU AYYY (Pedro se quedó helado, Mark acababa de decir “seré bueno papá” no sabía si quizás le estuviera castigando demasiado duro, así que decidió darle 5 zapatillazos más y dar por acabado el castigo) PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF, PLAFF
-         AAAAAAAAAAAAH BWUAAAA LO SIENTO AUUUU LO JURO AY AY AYY DUELEEEE
-         Ya está Mark, ya (dijo dándole unos golpecitos suaves en la espalda para que se calmara y se diera cuenta que ya había terminado) Ya, hijo, ya. Ya acabó. Venga ponte de píe y súbete los pantalones te acompañaré a la academia, iremos dando un paseo, en vez de en coche (dijo Pedro para dejarle que el aire fresco de la calle le calmara un poco la quemazón) Voy a por un calmante y vuelvo.
-         Peeeedro (dijo de píe sollozando mientras se subía los calzoncillos)
-         ¿sí?
-         Lo siento, te juro que no volveré a sniff sniff a entrar en vuestro dormitorio.
-         Mark, buffff hace tan solo un año yo vivía en una tranquila y silenciosa enorme casa. Y de repente se ha llenado de vida, risas, gritos, alegrías y si, llantos también. No lo cambiaría por nada del mundo, pero a veces necesito ese silencio, esa privacidad, ese espacio…y en este dormitorio y es en el único sitio que lo encuentro. Y no solo eso, este es el único sitio mío y de tu madre solo. Es nuestro refugio, y no tiene nada que ver con lo sexual. Tiene que ver que cuando pasamos esa puerta dejamos de ser mamá y el maestrillo, y solo somos Cristina y Pedro.  Y tú, Mark, no solo has entrado y has violado esa privacidad, sino que encima lo has hecho acompañado y para…
-         ¿Copular?
-         Jajaja si, Mark si (dijo riendo por el uso del verbo copular en lo que él solo veía a un niño) para copular. Aunque no lo hicieras.
-         Moriré virgen (se quejó Mark).
-         Jajaja (le removió el pelo) Tranquilo, no planeo matarte hasta después de la boda con tu madre y eso será para principios de Enero. Y tras ver el rollito que teníais aquí montado y todas las miraditas que os echasteis el fin de semana Ana María y tú, morir virgen no será algo de lo que debas preocuparte.
-         ¿Te diste cuenta? (dijo poniéndose todo rojo) ¡ESPERA! ¿HAS DICHO BODA?  (gritó aluciando Mark Y Pedro solo pudo que reírse al ver la reacción de Mark).
-         Jajaja Eso he dicho Mark. Y cómo le digas a tu madre que me he ido de la lengua, te capo y entonces sí que mueres virgen. jajaja Vuestra madre está buscando el mejor momento para decíroslo, yo simplemente creo que tiene miedo de Bea jajaja
-         Jajajaja ríete, ríete, pero cuando Bea se entere se te va a cortar la risa de golpe jejeje (dijo burlonamente y pedro sabía que el chico tenía algo de razón en ello).
-         Venga vamos, de camino a la academia, paramos en una farmacia a comprar condones, a partir de ahora no quiero que salgas de casa sin ellos. Sigo pensando que eres aún muy joven pero no quiero que pilles nada malo ni que dejes a nadie preñada ¿Entendiste? (Mark se puso de nuevo rojo como un tomate) ¿Mark?
-         Si, si, condones, siempre condones. Te juro que iba a ponerme uno (Mark se lo sacó del bolsillo y se lo devolvió) lo tomé prestado de tu gaveta ¿Enfadado? (le miró Mark un poco con miedo)
-         No, orgulloso (le sonrió). Al menos eso lo hiciste bien. Hay que protegerse. Por ti y por ella. Anda para delante PLASS (le dio una palmadita en el trasero)
-         Aaaaaaaaaaaaaaaaau (gritó Mark)
-         Ups, lo siento, lo olvidé (se disculpó en serio Pedro).
-         ¡Pues yo no! Auuuu (dijo Mark frotándose el culo).
-         Esa era la idea, Mark jajaja (Y Mark empezó a refunfuñar en voz baja como hacia su madre).

1 comentario:

  1. ...como siempre Little,cada vez mas envolvente en esta última aventura con la que nos obsequias,...como me gustan "las relaciones humanas"en cada una de sus diferentes facetas ¡GRACIAS!por saberlas plasmar tan bellamente,...y me encantará leerte siempre.
    Marti.

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