Jeremías

-Jeremías, ven aquiiiiii...- Gritó Lucrecia a la pequeña sombra de su niñito, que salió disparada de su mano, queriendo cruzar la calle. -Mami apresúrate, ya che van a ir los payachos!!!-  Decía el chiquitín, radiante de felicidad., mientras sus piecitos marchaban lo más rápido que sus piernitas cortas le permitían. En la esquina de la plaza, un grupo de payasos del circo que, recientemente, había instalado su carpa en las inmediaciones, estaba promocionando parte de su show, y varios de los niños de la cuadra se habían agolpado a observar felices las actuaciones de aquellos payasitos.

Lucrecia y su nene de apenas tres añitos, habían salido a dar una vuelta, pero cuando el niñito sintió la música y oyó la voz graciosa del payaso Pepito que llamaba a los niños a recibir caramelos, se soltó del agarre de mamá y salió corriendo para cruzar la calle justo en el momento en que un automóvil transitaba velozmente por el lugar.

-Jeremíaaaaaasssss!!!- Gritó con terror la mujer, corriendo detrás de su hijo. 

-Te tengo!!- Y antes de que ese par de piecitos llegara si quiera a pisar la calle, papá lo tenía seguro en sus brazos.- Campeón, qué hacías corriendo, hijito?!! Qué te dijo mamá?!!- Le regañó serio, Tomás. El pequeñito empezó a preocuparse, pues su papito parecía enojado… pero él sólo quería ver a los payasitos!!! 

-Papito, yo quería ver a los payachitos!!!- Dijo el angelito, señalando con su

manito hacia la esquina aquella del parque donde los artistas seguían repartiendo caramelos.

-Hijito, me diste un gran susto, nenito. No vuelvas a escaparte de mamá, Nunca más!!!- Le reclamó la dama. Su bebé formó un pucherito, y bajó la cabecita, algo angustiado por el destino de su colita.

-Perdón, mamita!!!- Dijo al fin. Su papá lo dio la vuelta y le dio tres sonoras palmadas que arrancaron lágrimas a su principito. –Buaaaaaa… lo chiento, papito, lo chientooo!! 

-Shhh... shshssh!! Lo sé, pequeño, no volverás a soltarte de mamá, verdad?!!- Le dijo, abrazándolo con ternura.

-Lo pwometo, papito.... Me peldonas, mamita?!! 

-Claro que sí, mi bebé!!! Pero ya no llores más cariño, si?!!- La mamá le dio un besito en la frente y le sobó. -Qué tal si los tres vamos a saludar a los payasito?!! 

-Siiiiii!!!- Y los padres empezaron a reír ante la sonrisita de su retoñito.