Peter siempre había sido un niño bien portado, pero la tentación pudo
mas, ver esas canicas… no supo cómo pero sus manos cobraron vida propia y la
sacaron del mostrador para dejarlas justo en sus bolsillos, lo que esas manos
no previeron fue que el “ojos de águila” de su padre observó todo eso, le sacó
las canicas del bolsillo y ahí mismo le plantó 10 fuertes nalgadas y le exigió
pedir perdón al dueño del almacén.
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