Salvado por la campana… mejor dicho por Mei

Capítulo 12

Salvado por la campana…  mejor dicho por Mei

Ryoga entro con su abuelo a la casa y fueron recibidos por Kaori madre del niño, Shizuka su hermana, su abuela Mei y por supuesto el irresponsable de su padre.

__ Mi amor, que bueno que estás de regreso __ dijo la abuela cogiéndole la cara y llenándosela de besos.

__ Madre, no mereces ser tan cariñosa con este mocoso después  de  la  angustia que nos ha hecho pasar y  las fechorías que ha cometido __ intervino Ryo  y  Ryoga solo lo miró con desprecio.

__ ¿Todavía tiene el descaro de mirarme así ese enano?__ pensó con un semblante serio.

__ Ryoga Hibiki ¿Dónde estuviste metido todos estos días? Me has tenido muy preocupada jovencito,  y   no   estoy    nada  contenta  con  tú  comportamiento;   hasta  en  las noticias saliste  ¿Cómo pudiste  hacer algo así? __ se acercó Kaori  tirándole  fuertemente  de  la oreja, al recordar las escenas de su hijo siendo arrestado por la policía.

__ ¡Ay mamá, deja  de  hacer eso!__ reclamó molesto.

__ Pero si es lo que te mereces niño __ reconvino la madre.

__ ¡Déjalo Kaori! Ya  me  encargo   yo  de   hablar  con  él   más  tarde,  por  lo  pronto será mejor darle algo de comer,  parece que no ha probado bocado en días__ dijo Ichiro.

__ Padre como que vas a hablar luego. Lo que le tengas que decir. ¡Díselo ya!__ intervino nuevamente Ryo.

__ ¡Tú cierra la boca! Que  contigo  también  voy  a  aclarar algunas cosas.__ le regaño el abuelo e  hizo  que  el  joven  padre  se  callará  inmediatamente.

__ ¡Mamá, papá  y  abuelo  dejen  a  Ryoga  tranquilo,  no  ven  que  ya  tuvo  suficiente con  todo  lo  que  le  ha  pasado  en  solo  unos  días! __ Lo defendió  Shizuka.  ¡Hermanito, qué bueno que estés con nosotros! mira lo que te traje de Yokohama__ le entrego un regalo.

__ Gracias hermana. ¡Te extrañe mucho! No te vayas por tanto tiempo ¿sí?__ pidió el niño.

__ Ay Ryoga, es que el colegio me mando a terminar mi proyecto allá, pero no te preocupes que ya estoy de  regreso__ añadió dándole un abrazo.

__ ¿Y fuiste tú sola?

__ No, fuimos con la profesora de ciencias y otras dos compañeras más.

__ Qué bueno y…__ fue interrumpido.

__Ryoga ve a lavarte las manos para que cenes algo y  tú  jovencita recuerda que no es correcto regañar a tus  mayores __ dijo el abuelo.

__ A veces es necesario abuelito__ dijo ella guiñándole el ojo.

__ ¡Jum!  Ya estás igual que  Ryoga  siempre  argumentando  por  todo.

__ Eso no es cierto. Yo solo digo lo que pienso__ dijo la chica mientras se iba a su recamara.

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El niño, se sentó a la mesa a comer una deliciosa cena que  había  preparado  la   abuela  que consistía en un tazón de arroz, sopa de  fideos  con  verduras  y  mariscos, un par de  brochetas de  pollo y  un  vaso de  matcha; un té verde pulverizado. Ryoga limpio los  platos en  unos  pocos  minutos, el niño estaba  muy  hambriento  no  había  probado bocado en días, ya que Happosai lo había castigado sin comida, y el chico había agotado todas  las  sopas instantáneas, que  siempre  llevaba consigo cuando salía de viaje.

Acabado de tomarse el té, se quedó reposando unos minutos y conversando con su abuelita, mientras su padre veía la tele con el  abuelo, Shizuka terminaba un trabajo del colegio y Kaori recogía los platos de la mesa para lavarlos.

__ ¡Ryoga! Ve a darte una ducha, te pones el pijama y  me  esperas  en  tu  cuarto  que voy en media hora__ anunció el abuelo.

__Abuelo yo…

__ Te hable jovencito. No vayas a empezar a protestar.__ dijo mirándolo serio.

__ Ryoga pequeño haz caso al abuelo por favor__ le dijo Mei dulcemente, mientras le acariciaba el mentón.

El niño no se opuso a la orden de su abuelo y  se fue directo a  un  cuarto,  sé desvistió, entró al baño que había dentro de  aquella habitación  y   abrió la regadera,  el agua fría le refrescaba todo  su  cuerpo,  una  parte  de  él  se sentía  bien de  estar  de  vuelta con sus familiares, pero su otro yo,  lo hacía  dudar   sobre  si   quedarse  o  volver donde  Happosai. La  cabeza  le  daba  mil  vueltas   no  sabía  cuál  decisión   sería   la  correcta, con el viejo libidinoso tenía algo más de  libertad y  una  vida  sin reglas o  al menos eso era  lo  que  él  pensaba  aunque  en  el  fondo   fuese   todo  lo  contrario,  pero  por   otro  lado  después  de  recordar  la escena  en  el comedor, y en  cómo  le  recibieron  todos,  pensó  que estar con su familia no  era  tan  malo  aunque  se  mostraran  distraídos  la  mayor  parte del  tiempo;   se notaba que se preocupaban por él.    Acabado de ducharse seco su cuerpecito con una toalla blanca. Luego fue a colocarse un pijama pero cuál fue su sorpresa cuando abrió una de las gavetas y encontró ropa de  mujer.

__ ¿Y esto? Pero si es de  mamá__ el chico se dio cuenta que se había equivocado de cuarto.

Inmediatamente  se  amarro la toalla a la cintura y se fue directo a su cuarto, allí se colocó un pijama holgado,  y  se acostó de medio lado en la cama a esperar al abuelo. Pasaron un par de minutos y el señor entro en la habitación con  la  paleta  de  madera  en  la mano.

__ Ryoga levántate. Vamos a conversar sobre lo que has hecho los últimos días __ dijo el abuelo. El chico se paró rápidamente y se sentó en el borde de  la  cama.

__ Abuelo entiende…

__ No. Usted va a guardar silencio y a escuchar lo que le voy a decir…__ el abuelo sosteniendo  la  paleta, empezó a regañarlo severamente;  le hizo ver a su nieto, que estaba sumamente disgustado con su actitud, el haberse ido de  la casa era una falta leve, pero intentar robar, eso no era justificable de ninguna manera, el sr. Ichiro seguía con su sermón,  y  Ryoga se mantenía con la cabeza baja y bastante avergonzado, la verdad esta vez  no tenía argumentos para defenderse, sabía de sobra lo mal de su proceder y tendría que pagar las consecuencias de sus actos.

__ ¿Tienes algo que decir al respecto? __ preguntó con un semblante serio. Esperaba que el chico explique sus razones, ya que para él,  Ryoga no era un vulgar ratero, pensaba que tal vez el muchacho tendría una excusa de peso, pero no fue así. El niño se quedó callado.

__ De acuerdo,  como no hay más nada que hablar.  ¡Terminemos con esto de una vez! __ el abuelo puso una silla en medio del cuarto, y le indico a Ryoga que se  bajará  el  pantalón del  pijama, se  doblara y  colocará  sus  manos  en  los  bordes  del   asiento de  la  misma.

__ Espera un momento ¿Tú me vas a pegar?

__ Si jovencito, le voy a dar  un castigo ejemplar y  no quiero peros. Bájese  el  pijama y colóquese en  posición.

__ No tienes derecho a hacerme esto. ¡No eres nadie!__ le grito con odio.

__ ¡Ryoga Hibiki!__ lo llamo por el nombre completo, mirándolo serio__ No me hagas perder la poca paciencia que me queda.  Voy a contar hasta tres y si no haces lo que te he dicho, me quito la correa y  te  aseguro que  te  irá  muy  mal  muchachito.

__Tu no me vas a pegar ¡Primero muerto antes que dejar que me trates como un maldito niño de preescolar!

__ 1…__ comenzó Ichiro a contar.

__ No me cuentes ¡Maldita sea!__ Ryoga  azoto  ambos  pies  contra  el  piso.

__ 2…

__ Sigue… sigue  que  no  te  haré caso __ seguía de obstinado.

__3 __ ¡Te lo advertí!__ anunció Ichiro dejando  la  paleta  en  la  cama,  y  empezó   a  desabrocharse el cinturón. Ryoga al ver eso, salió como alma que lleva el diablo  por  la  puerta de su cuarto en dirección a la sala.

__ ¡Ryoga  ven  aquí! __ grito el señor, saliendo tras el chiquillo,  ahora  con  el  cinto  enrollado  en  la  mano.

__ Abuela… abuelita… ayúdame por favor. Ichiro  me  quiere  matar  abuela  dile  algo__ el  niño  se  escondió  detrás  de  las  piernas  de  Mei.

__ Ichiro que te pasa, ¿Por qué te metes con Ryoga eh? ¿Qué tienes contra mi nieto?__ cuestionó enojada  la  abuela.

__ Mujer, no te metas en esto, voy a darle una buena zurra a ese mocoso, sí o sí. Encima tiene el descaro de  llamarme  por  mi  nombre.  Sal de ahí niño__ dijo el abuelo a su nieto, que estaba tomando a Mei como escudo protector.

__ A todos nos trata así, me sorprende que no te hayas dado cuenta padre__ habló Ryo.

__ Ay  porque no te calmas  mejor  y  dejas ese castigo  para  mañana. Ahora estás de muy mal humor, y no es bueno que castigues al niño en el estado en el que te encuentras. __ Mei trataba de tranquilizar a su marido quien no tenía el mejor de los semblantes.

__ Ryoga ¿Por qué desobedeces al abuelo?__ intervino Kaori desde la cocina.

__ ¡Mocoso consentido,  por eso es que siempre está haciendo lo que se le da  la gana! Escúchame bien niñito, de  mañana no pasa esté castigo. Ni creas que te vas a salvar,  tendrás dos sesiones de azotes durante dos semanas en  la  mañana  al  levantarte y antes de ir a acostarte. __ Ryoga  solo  lo  miro con  sus  grandes,  tiernos,  brillantes  e  inocentes ojitos como si no hubiera quebrado un plato.

__ Ni, creas que me vas a comprar con esa miradita, te daré tu merecido mañana bien temprano.

__ Ay no seas malo, es solo un niño.__ dijo  Mei.

__ Si, como no. Solo cuando le conviene. Me voy a dormir, pero mañana termino esta discusión contigo chiquillo__ anunció y se fue a su cuarto, dejando a Mei con su nieto en la sala,  mientras  papá  veía  tele  y  mamá se  tomaba  un  vaso  con  agua.