Sean

A Kirk se le partía el corazón por tener que castigar a su hijo… sobre todo porque el motivo de la fuga de su hijo había sido para estar con su bebé, pero su misión como padre era velar por el futuro de su hijo, así que se armó de valor y entró a la habitación de su tesoro, retiró a su nietecito de los brazos de su hijo para pasárselo a su mujer, sin perder la mirada de tristeza en los ojos y el puchero que tenía Sean, cuando le arrebató al bebé de sus brazos, espero que Karen cerrara la puerta.

“no vuelvas a escaparte del colegio” le dijo Kirk

“no prometo nada” le dijo terco

“Sean eres solo un niño, debes ir a clases”

“soy padre debo estar con mi hijo” cómo me costaba castigarlo después de esa frase.

“debes ser alguien para tu hijo”

“perdió a su madre” me dijo apretando sus manitos, estaba dolido, enfadado, frustrado.

“lo hizo, y sí, debes estar con tu hijo pero debes cumplir con tus obligaciones”

“NO” me gritó mientras trató de sacarme de su recamara.

Le tomé sus manitos y le di dos palmaditas, luego di doce más fuertes en su trasero.

“a papá no se le empuja” y le bajé el pantalón del colegio al que dicho de paso se las ingenio para no ir desde que nació mi nieto, y le di veinticuatro nalgadas a poto pelado.

“No faltaras más a clases” le acomode la ropa le besé su carita e hice de tripas corazón porque lo hice ir a despedirse de Steve y lo llevé al colegio.