Páginas Amigas

miércoles, 2 de octubre de 2013

Beny y Lea


-Dámelo- un Benicio de tres añitos, gritó muy enfadado, aferrando más sus deditos al brazo del muñeco.
-Que noooo!!- Rugió Leandro, tirando con fuerzas de la piernita del juguete.
-Es mío!!!- 
-Pero antes era mío!! Yo sólo te lo presté, y ahora quiero que me lo devuelvas, así que suéltalo!!!- Exigió Lean, clavando sus uñas en el cuerpito del oso.
-Noo!! Ahoda es mío!!!- Contestó el bebé, más serio si se podía. 
-Grrr... no lo es!!!- Leandro, ya cansado de tanta pelea, tomó con fuerzas el oso de peluche de las manos de su hermanito y como el chiquitín  quiso arrebatárselo nuevamente, Leandrito lo empujó, haciendo que el niño cayera sentado.
-Buaaaaaaaaaa- Lloró el mococito, viéndose en el piso y sin su oso.
El mayor de los niños sintió culpa al ver a su hermanito llorando como lo hacía y se acercó para ayudarlo a levantarse. Pero el pequeñito se puso de pie y sorprendió a su hermano con una fuerte patada en su pierna.
-AUUUUU auauaua!!! 
El chico empezó a frotarse insistentemente la zona golpeada, mientras su hermanito  se aproximó a tomar el oso en sus manitos, con una expresión caída, que dejaba ver que estaba arrepentido. 
-Ayayayyyy!!!- Seguía quejándose el mayor de los niños, hasta que...
Se escuchó un…-Qué está pasando aquí?!!- …que hizo que ambos pequeños se giraran para ver a su padre que los observaba serio, desde  el umbral de la puerta. 
-Papá?!!!- dijeron los nenes, sorprendidos por la presencia de su papito a esa hora en casa. 
-Sí, soy papá!!!- Contestó con la voz calma, relajándose un poco, pero de inmediato retomó la seriedad- Quiero saber qué está pasando aquí, niños!!
Pero los niñitos se quedaron en silencio. Eduardo miró a Ben y el bebé bajó la cabecita. -Leandro?!!- Llamó papá, buscando en su hijo mayor la respuesta a los griteríos que había escuchado cuando entró.
-Lo siento, papá!!- Dijo Leandrito.
-Papito, él me quitó mi ochito!!- Se apresuró a decir Benicio. Leandro miró con ojos ensanchados a su hermanito. Qué sinvergüenza!! Pensaba el niño. 
Eduardo se inclinó para quedar a la altura de su chiquitito. -Me vas a contar qué pasó, bebé?!- Y Benicio asintió tímidamente, abriendo los bracitos para que su papito lo alzara.
-Fue mi culpa, papito- Empezó el nene, sorprendiendo tanto a su padre como a su hermanito. Lean había pensado que Benicio aprovecharía para salir ileso de la situación, pero no!! Su hermanito pequeño acababa de asumir todas las culpas.
-No, papá!! Fui yo!! Es mi culpa...- Dijo Leandro, con mucha decisión.- Yo le quité a Berni... yo fui malo!!
-Cariño, tú no eres malo, mi vida!! Pero por qué le quitaste a Ben el oso?!! No se lo habías regalado?!!-  Preguntó Eduardo.
-Sí papá, pero es que... es que...
-Es que yo le llompí su Batman!!- Confesó arrepentido Benicio.
-Y por qué hiciste eso, mi niño?!!
-Porque chi, porque él no me lo quiso prestar!!
-Entonces tú le quitaste el peluche?!!- Leandro no emitió ninguna palabra, sólo movió la cabeza en modo afirmativo. Sentía vergüenza de haber reaccionado así. Ben no había tenido la intención de romper su juguete de acción y él lo sabía.
Eduardo miró a ambos niños, sabía que sus hijitos decían la verdad, y también sabía que ellos nunca peleaban; Leandro siempre había sido muy paciente y sobreprotector con el pequeño de la casa, por lo que le pareció extraño que hubieran llegado a la agresión física. Cierto!! Eso faltaba averiguar, quién golpeó a quién?!!
-Y tú le pegaste a tu hermanito, Benicio?!!!
Ben hizo un pucherito pero no lo negó. -Chi, papito!!
-Pero eso fue porque yo lo empujé papá!!!- Agregó Lean, en un intento por cargar con todas las culpas.
-Uhmm, bueno... ahora que ya sé qué pasó, esto es lo que haremos, tú Leandro irás hasta esa esquina y esperarás hasta que yo te llame - Indicó a su niño, tomándolo por un brazo para dejarlo paradito enfrentando la esquina.- y tú vendrás conmigo!!- Le dijo a su angelito que seguía en sus brazos, con el dedito en la boca.
-Aquí?!! Para qué, papá?!!- Preguntó Leandro, confundido por esa orden.
-Para pensar, hijito. Para que pienses en tus actos... Y para que me digas por qué voy a castigarte.
-Cas-castigarme?!!!
-Sí, pequeño, voy a castigarlos a ambos por pelearse y agredirse. Ahora vuelve a tu sitio, hijo.
Eduardo dejó a su reticente retoño mirando la pared y se dirigió con su bebecito hasta el sofá grande de la sala. Se sentó y puso al niño en su rodilla. -Sabes qué va a hacer papá?!!
-Chii, me vas a hacer chas chas en la colita?!!- Contestó, recordando las tantas advertencias que le había hecho papá. Eduardo se tuvo que morder la lengua para evitar reírse. Su principito era adorable. 
-Sí, bebé. Papá te va a dar unos azotes en la colita. Y sabes por qué?!! 
-Porque choy malo.- Contestó el pequeñín,
-No. No, mi cielo. No eres malo… ninguno de mis hijos es malo!!! Pero papi va a castigarte porque pelearse y golpearse está mal, bebé. Ustedes son hermanos y los hermanitos no tienen que pelearse, menos golpearse ni patearse... Entiendes, Bonito?!- Su bebito se abrazó a papá, y asintió contra su pecho. Eduardo lo abrazó con ternura y luego de unos segundos, lo acomodó boca abajo sobre su regazo. Benicio se veía más pequeñito e indefenso en esa postura y Edú tuvo que obligarse a cumplir con lo que seguía. Con cuidado, como si se tratara de su mayor tesoro (y lo era!!! Eduardo se consideraba el hombre más rico del universo, porque tenía dos grandes tesoros como hijos) el papá bajó la ropita de su nene, dejando desprotegidas sus nalguitas.
PAFF…… PAFF…... PAFF-
-Aaayyy!!! Papiiitooo... dueleeee!! auuu auu…Buaaaaaaa!!!!
-No se pelea entre hermanos!!!- Señaló papá, y su bebé se apresuró a contestar
-No, papito!! Nunca más me pelearé con mi hemanito, lo pdometo!!! 
-Y que sea la última vez que golpeas a tu hermano, Benicio, porque los hermanos no se agreden. Está claro, hijo?!!  
PAFF PAFF PAFF-
-Buaaaaaaaaa, buaaaa chiii, chiii, papito, me potaré bien!!! No voy a pelear más, lo juro papi!!
-Basta papi, por favor, snif snif, no le pegues más a mi hermanito!!- Dijo Leandro, con los ojos llenos de lágrimas.
-Vuelve a tu sitio, cariño. El castigo de tu hermanito ya terminó.
Lean lo miró a los ojos, y luego de dudar un ratito, retornó a la esquina.
-Shhh... shhhshh!! Ya pasó bebito lindo!! Papi no está enojado contigo cariño.-Le decía Edú, subiendo el pantaloncito y dándolo vuelta-Te quiero mucho, mi niño. Lo sabes, cierto? 
-Si!!!- Contestó haciendo pucheros- Papi?!
-Sí, pequeño?!
-No le pegues a mi ñañito, si?! Yo tuve la culpa, papito!! 
Eduardo sonrió, sintiendo cómo su pecho se ensanchaba de orgullo -Ben, ambos hicieron mal al pelearse, por eso ambos serán castigados. Porque pelearse tiene consecuencias, hijo. -Le explicó con palabras suaves, mientras le limpiaba la naricita con su pañuelo y le secaba las lagrimitas de los cachetes rosaditos del nene.-Ahora usted, jovencito tomará el lugar de su hermanito, estamos?!
-Sí,      papi.
-Muy bien, cielo! Camina.-
 Le dijo papá, impulsándolo con una palmadita suave.
-Leandro?!   Puedes venir, hijo?!- El mayor de los niños dio un largo suspiro para calmar su llanto y caminó lentamente hasta su padre. Eduardo lo acercó hasta él y pasó sus pulgares por sus mejillas para limpiar las lágrimas.
-Te quiero, mi niño! –Susurró papá. Leandrito se arrojó a los brazos del hombre.
-Yo también papito y lo siento! Siento mucho haber empujado a mi hermanito. Lo juro papito lo        juro!!!!
-Shhh!! Hijo, no tienes que jurar nada, cariño. Sé que no fue tu intención lastimarlo pero no puedo dejarles pasar esto, chiquito. Pero eso sí, espero que no se      vuelva           a          repetir,            entendiste?
-Sí       papá!  
-Muy bien... terminemos con esto! -Dijo su padre levantándolo para acomodarlo sobre sus piernas. Al igual que hizo con Ben, Eduardo bajó los pantaloncitos del niño y procedió a entregar 9 firmes palmadas que arrancaron lágrimas a la criatura!
-Buaaaaaaa papi... papi... yaaaaa... papitooo! Bastaaa... buaaaaaaa…
Eduardo lo sentó en su falda y lo envolvió en un abrazo fuerte, dándole besos en la frente mientras susurraba palabras de consuelo.
-Te amo bebé... –Murmuró, para luego añadir- ...los amo a los dos!!- Cuando Ben corrió a la par de su hermano y su papá para acurrucarse entre ellos- Son lo más sagrado que tengo  en la vida!! Los amo mis bebés!- Les repetía con emoción en su voz. Era la primera vez que tenía que castigarlos de esa forma y eso le había dolido más a él que a sus cachorros. 

Los niñitos simplemente lo abrazaron fuerte, como si su papito fuera un gran oso de peluche que ellos estaban más que dispuestos a compartir.

5 comentarios:

  1. ok es oficial esos dos so unas cositas lindas y adorables!! Que lindo te quedo me encantan los fic de Beni!!. Andrea

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  2. enial me encanto son un par de nenes adorable

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  3. Que hermoso te quedo amiga. Me encanto realmente tierno como trato Edu a sus dos nenes. Saludos de tu amiga Nicole. Espero más de tus historias eres genial.

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  4. Hola chicas: Les quiero dar las gracias por sus lindas palabras, qué alegría que les hayan gustado mis nenes!! Me da tanto gusto saberlo!... especialmente porque ustedes son unas grandes escritoras y no saben cuánto disfruto leyéndolas!!
    Un beso y Gracias!!!

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