El Primer Día de la Familia Burke

El Primer Día de la Familia Burke

El chico era muy hábil por lo que no le costó tanto trabajo encontrar una forma de escapar de la correccional en donde lo habían metido, así que los asistentes sociales y psicólogos creían que podían tener preso a Neal Caffrey hasta que cumpliera 18 años, ya les demostraría que no.

Con su pose de suficiencia caminando como si el mundo fuera suyo Neal salió por la puerta de la correccional o como ellos querían llamarlo Hogar para menores en situación de riesgo, no era más que una cárcel.

Al fin libre de inmediato miró a su alrededor sonriendo ante su última hazaña Neal camino hacia una camioneta abandonada, inmediatamente la forzó para hacer puente y echarla a andar sin llaves tan concentrado estaba que casi muere de un ataque cardiaco al ver que un hombre tocaba la ventana, tan rápido como había escapado tan rápido como lo habían pillado otra vez.

No podía correr así que uso la mejor arma que le quedaba sus lindos ojos de cachorro y su carita angelical, pero quien estaba del otro lado no era cualquiera sino que un experimentado agente del FBI experto en crímenes con estafadores de primera línea así que no sucumbió ante tal demostración de inocencia, el agente Peter Burke tomo al chico de un brazo lo saco de la camioneta y lo llevo directo devuelta a la correccional.

Neal intentó soltarse pero era solo un adolescente de 15 años más bien flaco y no tan alto.

El chico estaba realmente peleando por su libertad, no querían volver a ese lugar, estaba muy lejos de ser un hogar, se vivían abusos tanto de parte de los otros chicos como de los vigilantes nadie se preocupaba por lo que todos consideraban la escoria de la sociedad, más bien imperaba la ley del más fuerte.

Finalmente Neal hizo algo que no hacía hace años y que pensaba ya no volvería a hacer lloró de forma sincera lo que hizo que el detective Burke detuviera la caminata forzada.

- Que pasa niño? - dijo tratando de demostrar algo de preocupación.

- Señor por favor no me devuelva ahí, se lo ruego por favor - Neal nunca había rogado por algo que tanto deseara.

- Dime tu nombre, por favor - dijo Peter pasándole un pañuelo al chico.

- Me llamo Neal Caffrey, señor.

- Gusto en conocerte Neal, mi nombre es Peter Burke - ambos se dieron la mano.

- Dime Neal porque no quieres volver al hogar de menores.

- Ese no es un hogar, Señor - dijo Neal

- Pero no puede ser tan malo, tienes comida un techo vas a una escuela - Peter intentaba que el chico se calmara - y además no puedes estar solo por tu cuenta Neal eres menos de edad.

- Estoy mejor solo - dijo el niño que ya no lloraba si no que estaba empezando a enojarse.

Al agente le hizo gracia que el chico afirmara su declaración con un adorable gesto que lo hacía parecer más un niño que un adolescente.

- Lo siento Neal, no puedo dejarte aquí en la calle - y volvió a caminar sin soltar al chico.

Al tratar de zafarse del agarre del Agente en el forcejeo Peter tuvo acceso a mirar la espalda llena de moretones de Neal, inmediatamente supo que algo malo le pasaba al chico, muy a su pesar sabía que era común los malos tratos en esos hogares para adolescentes con problemas.

- Tranquilo Neal - Dijo Peter intentando que el chico se quedara quieto.

Por fin Neal se calmo - Dime Neal quien te hizo esos moretones.

El chico que ya estaba enojado porque se había dado cuenta que el agente no lo iba a soltar dijo casi gritando - Y eso a quien le importa.

El agente Burke que tenía una linda esposa, un perro, una casita acogedora y un trabajo que le gustaba se quedo pensando un minuto y sonriéndole al chico por primera vez, dijo - A mí me importa Neal.

Esa tarde Neal volvió al Hogar de menores, derrotado y frustrado lo que no sabía era que el agente Peter Burke había pedido hablar con el encargado y puso una queja formal por lo sucedido y pidió que se investigara llamo a servicios sociales para que nunca más se volvieran a repetir abusos en los chicos de ese hogar, pero además pidió el expediente de Neal Caffrey lo leyó con detención sonrió ante la idea que se estaba incubando en su cabeza pero primero debía hablar con Elizabeth ella tendría la última palabra.

El como la llamaba cariñosamente su esposo estaba sentada en la mesa lista para servir la cena, el único problema es que estaba sola, solo su perro un labrador amarillo le movía la cola, a pesar de sentirse feliz con su matrimonio y amar a su esposo algo faltaba en la vida de los Burke.

Esa noche cuando Peter llego El de inmediato supo que algo pasaba pero no malo, su esposo no dejaba de sonreír.

Fue al día siguiente con solo un par de horas de sueño que los Burke tomaron rumbo hacía el hogar de menores en busca de un jovencito llamado Neal.

Neal Caffrey estaba viviendo todo como un sueño, cuando lo fueron a buscar pensó que era una broma y de las más crueles, nadie pide acoger a un niño con su historial, ni menos pedirlo para una posible adopción.

Al ver al agente Peter Burke delante de él quedo helado - volviste - dijo Neal sin poder evitar sonreír.

- Si, volví y traje a alguien para que conozcas - El salió detrás de su esposo sonriendo radiante.

- Hola Neal soy Elizabeth la esposa de Peter.

- Señora Burke un gusto conocerla - ante tal caballerosa contestación El solo pudo agregar.

- Por favor Neal, llámame Elizabeth o El cómo te sientas más cómodo.

Fueron muchos papeles y más papeles que tuvieron que firmar y psicólogos con los que hablar pero después de una semana desde el primer encuentro por fin Peter y El fueron considerados como aptos para tener un hogar temporal y llevarse a Neal a vivir con ellos.

Esa noche previa El era un manojo de nervios nunca había estado tan nerviosa y tan dispuesta a entregar todo de sí para que esto funcionara, el cuarto de Neal estaba listo, la ropa también todo estaba tal como ella y Neal habían planeado solo faltaba que amaneciera para traerlo a casa, Peter al ver que El no ese estaba tranquila la tomo de la mano y se la llevo al sofá.

- Cariño, tienes que relajarte un poco, todo va a estar bien.

- No lo sé Peter y si él no se adapta a nosotros y si no le gusta.....

- Hey tranquila porque no Neal no se va a adaptar a nosotros no somos los Locos Adams somos una pareja normal que quiere adoptar a un niño que ha tenido un pasado un poco complicado.

- no digas eso Peter, no vamos a recordar el pasado de Neal.

- No lo podemos ignorar tampoco, lo que me recuerda es que debemos discutir las reglas.

- Que reglas?

- Las que vamos a tener para Neal, esas como a qué hora acostarse, avisar donde esta, estudiar, deberes de la casa que tendrá que realizar.

- Peter crees que debemos....

- Si estoy más que convencido que con Neal debemos ser muy claros en lo que esperamos de él así como espero nos diga lo que espera de nosotros.

Finalmente la espera termino y Neal estaba más que feliz con su cuarto y su ropa era todo lo que habían hablado con El previamente, tenían hasta un baño para él, y tenía un perro el siempre quiso tener un perro y Satchmo era el más genial inmediatamente se hicieron amigos y el perro lo siguió por toda la casa cosa lo que hizo aún más feliz a Neal.

Todos estaban exhaustos con la mudanza y el día en general ya habían cenado y los tres estaban mirando una película en la sala.

Cuando Peter vio que Neal casi no se mantenía despierto - Vamos Neal es hora de irse a la cama.

 Neal se desperezo - Es temprano Peter pero ustedes pueden irse a dormir - dijo escondiendo un bostezo.

- No amigo, tú te vas a la cama pero primero te lavas los dientes tienes 5 minutos para subir.

- No tengo sueño Peter.

- No te pregunte si tienes sueño Neal, dije a la cama vamos levántate.

- Elizabeth no tengo sueño y quiero ver el final de la película, son solo las nueve de la noche - dijo Neal sin evitar el gemido final y poniendo sus ojitos de cachorro.

- Cariño ya escuchaste a Peter a la cama vamos - y El le dio un empujoncito que lo hizo para.

- Ah ustedes son unos aguafiestas.

Swat Swat cayeron dos palmadas en el trasero de Neal - Ouch Peter no hagas eso - dijo haciendo un pucherito.

- Entonces ve a acostarte o quieres más - dijo Peter mostrando su mano en forma amenazante.

- Ya voy, ya voy - se quejo el niño.

Peter y El apenas pudieron esperar 8 minutos para subir a la habitación de Neal, que se había quedado dormido casi en cuando su cabeza toco la almohada así tirado sobre la cama.

Peter acomodo a Neal bajo las mantas mientras El recogía el regadero de ropa que había dejado, ambos se quedaron unos minutos para ver dormir a Neal tranquilo y seguro así era como pensaban mantenerlo aunque eso les iba a costar un poco pero eso ya es otra historia.