Carla tu regalo lo hizo Ariane

Éste fic está dedicado a una personita súper especial, talentosísima escritora y gran amiga…. Carla!

Feliz navidad, amiga querida! Espero que tengas una hermosa fiesta! Y que lo pases grandioso!

En cuanto al fic… espero que sea de tu agrado y lo disfrutes. Si no, habrá que pedirle a Lady que organice otro AMIG@ SECRET@ y tendrás que cruzar los deditos para que te toque otra persona… jajajajaj!!!

FELIZ NAVIDAD!!!!! :D Y UN MEJOR AÑO 2014!!!!

…………………………………………………………………………………………………………….

NOCHE DE…...PAFFFF…… NOCHE DE….. AUUUUUUCHHH!!!!

#####

-No puede ser que esto me pase a mí!!!... Maldición!!…  Pero cómo iba a saberlo?!! Si apenas eran unos cuantos copitos de nieve… y encima estos irresponsables del pronóstico ni siquiera anunciaron nevada!! - Se lamentaba el muchacho de la mirada seductora, observando quietecito la profundidad de aquella plana superficie- No es justooooo… - Se decía- Por qué a miiiii?!!! Por qué a miiiii!!!!

Neal Caffrey Burke no podía creer su mala suerte! Y cómo hacerlo si parecía que el mundo, el clima y hasta las aerolíneas confabulaban en su contra… y porque ahora mismo, estaba paradito en la esquina de la oficina de papá, mirando la pared a la vista y paciencia de todo el mundo… En navidad maldita sea!!!

“Papáaaaa, es navidad!!!”- Gimoteó. 

“Silencio, Neal. En veinte minutos nos vamos y por el bien de tu trasero mas te vale estar calladito”- Advirtió el agente con muy poca paciencia a estas alturas del año, examinando el paquetito que minutos antes le había traído Diana a su despacho.

Y como es que llegamos a esto?!!… Pues, alguna vez les dije que Nealito era un experto estafador, falsificador, y sobre todo seductor?!…Bueno, a eso debemos sumar que  el principito de papá había tomado la FEA costumbre de escabullirse por las noches a hacer de las suyas, y su mala suerte… o mala estrella, como suele decir, lo llevó a encontrarse frente a frente con su queridísimo padre, en una redada…

-Se puede saber qué demonios haces aquí, jovencito?!!- Gritó papá, tomándole por la orejita para dirigirlo al auto, haciendo un esfuerzo sobrehumano por no ponerlo allí mismo sobre sus rodillas para darle la consabida paliza que se había ganado.

-Auuuuughhh… no, papito!!! Dueleeee… lo siento!!!- Había dicho, con un tono lastimero, pues su padre casi le arranca la orejita.

-Já, no hijito. Aún no lo sientes. Eso te lo puedo asegurar!!- Fue la temible respuesta del agente que, con una sonora palmada, lo envió al interior del vehículo.

De más está decir que las cosas no salieron nada bien para Neal y su pobre trasero, que pagó con intereses las consecuencias! Pero, aunque parezca increíble, eso no fue lo peor… NO!! Lo peor fue que su papito del alma lo castigó sin ir a la fiesta de navidad del FBI… Eso sí que era una tortura al estilo Peter Burke!

Y ustedes creen que ahí termina todo?!!! No, verdad?!  Qué piensan que hizo nuestro querido niño?!... Nada más que un berrinche que se escuchó hasta África y los dioses del Olimpo supongo porque,  a la semana siguiente, El se “ganó” unas vacaciones a Miami para dos personas, con todos los gastos incluidos!… Y no podemos confirmar que nuestro angelito no hubiese tenido nada que ver en eso… pero el tiro, ciertamente, le salió por la culata, porque no contempló que con las nevazones el avión no podría despegar y que sus padres, tan cariñosos, se fueran directo a casa, para encontrarla vacía.

Por supuesto, no les llevó mucho tiempo encontrar al ángel perdido, ya que el lugar obvio para buscarlo era la gran fiesta de la oficina, a la que Peter le había prohibido ir! Y, como buen agente especial, Peter Burke dio en un santiamén con su díscolo muchacho, que estaba un poquito encrispado de tanto ponche de huevo que había consumido. Y por ese motivo estaba naricita en la esquina, esperando llegar a casa y rogando que Santa, esta navidad, le traiga sólo un carbón y no una paletita para estrenar en su colita…

Peter y El saludaron cordiales a todos los presentes. Luego, el agente subió a su oficina en busca de su hijito que ya no podía más de aburrimiento.

Una vez que estuvo sentado en medio del asiento de atrás, se fue rogando y rogando que Santa le traiga un indulto como regalito…

Pero al llegar a casa, se dio cuenta que la paletita no la había traído Santa sino papá, de la oficina, quien lo mandó de tres paletazos en la cola a su habitación.

“Te pones pijama y me esperas nariz en la esquina”- Rugió el hombre.

“No, papá!”- Dijo Neal, quejumbroso. No fue un pedido ni una orden, sólo salió de la boca del nene. Ver a papá con la paletita en la mano no significaba nada bueno para su colita.

“Quieres esperarme con el trasero pelado?!”- Esa fue una pregunta irónica que nuestro niño de ojos de cielo supo interpretar correctamente como: “No estoy bromeando, Neal Caffrey Burke…”

“No, papá” -Contestó, mientras se apuraba a cumplir el mandato de su padre… Mientras papá lo miraba desde las escaleras.

El enroscó sus brazos alrededor de la cintura de su marido, abrazándolo por detrás. –Cariño! Por favor, no seas duro con él, Hon…

Y aquello pareció funcionar, porque el hombre se dio la vuelta para mirar a su linda esposa y con una sonrisa en sus labios. Le tomó una mano y le dio un tierno beso en el dorso, entregándole la paleta.

En su habitación, Neal ya estaba en pijamas, aguardando por la llegada de su padre en la posición que él le había indicado.  

Peter no lo hizo esperar mucho más.

Pero cuando papá entró a la habitación de su hijo, se le estremeció el corazón. Los hombros de su muchachito subían y bajaban  producto de los sollozos y, si bien Peter estaba enojado, también se sentía culpable por haberlo dejado en casa. Ellos no querían ir sin él, pero Neal había insistido tanto que no se dieron cuenta de las segundas intenciones. Pero aun así era su nene el que estaba de frente a la blanca pared de la recámara aquella, llorando suavecito y Peter no quería verle sufrir, así que, caminó hacia donde estaba Nealito y lo tomó de una mano para sacarlo del rincón. Luego, ambos se dirigieron en total silencio hasta la cama del muchacho. Peter se sentó en el borde del colchón y con agilidad acomodó a su hijo en su regazo, le bajó el pantalón del pijama junto con el bóxers y comenzó a colorear con todas las tonalidades de rojo el trasero de su niño…

-PAFFF PAFFF PAFFF PAFFF PAFFF PAFFF PAFFF PAFFF …- Caían rítmicamente las palmadas por todo el traserito aquél.

-AAAAAWWWW… ouuuuchhh… ayyyyy!!!- Neal no pudo resistir la tentación de cubrirse la colita con la mano, pero papá fue más decidido y la retuvo contra su espalda con una de sus manos grandes.

-PAFFF PAFFF PAFFF PAFFF PAFFF PAFFF PAFFF PAFFF …- Peter siguió el castigo, estrellando golpe tras golpe por todo el redondo trasero de nuestro muchacho, que se quejaba sentidamente, meneándose como gusanito para salirse de las piernas de papá.

“Auuuu…. Papito me duele”- Y aquello sonó tan tierno que Burke suavizó las últimas palmadas.

-PAFFF PAFFF PAFFF PAFFF PAFFF PAFFF PAFFF PAFFF…- Pero igual dolieron mucho.

-Noooooo… ayayaaayayyyyy… auuughhh… YAAAAAAAA… Papiiiiii… papito, dueleeeee!!!- Gritó Neal, sollozando desesperado.

Peter fue inundado del espíritu navideño y terminó el castigo de su hijo. Lentamente le acomodó la ropa, cuidando que no rozaran más de lo necesario las nalgas rojas de su bebé y lo meció con cariño, llenándole de besos los cachetes y los ojitos.

“A que Santa te trajo algo hermoso”- Le sonrió su padre cuando Neal estuvo más calmado.

“Me trajo una paleta fea”- Lloró Neal al recordar los paletazos que papá soltó en cuanto entró a la casa.

“Pero qué te apuesto que es una paleta llena de muchos colores”- Le dijo Peter, abrazándolo afectuosamente.

Y lo era!! Un set profesional de pintura, para que su hijo comenzara a hacer historia con los Neal Caffrey Burke original.

FIN!!!!...................