Eduardito

Eduardito, Eduardito cuando aprenderás

Después de toda esa semana llena de verdaderas zurras el pobre de Eduardo ya no quería ni volver a oír las palabras con “s” (silla, sentantarse, siéntate ahora como decía su papa o calle y siéntese como le decían en la escuela) hasta se portaba mejor, ya no consumía nada, en verdad jamás quería volver a sentir algo así en su vida, mala suerte para el que su papa tenía una junta con su maestro esa mañana y cuando llegara a su casa de nuevo no iba a poder sentarse en mucho tiempo.

Eduardo unos días antes había tenido un examen muy importante, tenia Español, Matemáticas y Biología todo en uno por lo que valía setenta porciento, todos estaban vueltos locos por esa prueba hasta Eduardo estudio bastante.  Ese día del examen llego un maestro de otra asignatura a aplicarles el examen, ese maestro molesto se la pasaba las clases burlándose de Eduardo y ese momento no fue la excepción, Fernando se levanto cuando el maestro paso por su lugar arrugo su examen y se lo aventó a la cara y se retiro del salón.

Después de eso se dio cuenta de que la había jodido, pero fue muy tarde porque ya no lo dejaron pasar, ahora iba a reprobar tres asignaturas y aparte el maestro había dicho que hablaría con sus padres.

Ahora estaba buscando en una forma de morir antes de que la campana suene y que su padre rustiese su trasero, por mala suerte su padre ya lo esperaba afuera.

Subieron al coche y su padre le exigió una explicación muy, después de que le explico todo, Fernando estaba enojado con su hijo por reaccionar de esa manera pero estaba más enojado con el idiota del profesor por molestar a su hijo.

Llegaron a su casa y Fernando ordeno a Eduardo que se fuera a su habitación y que lo esperara en la esquina. Después de un roto Fernando subió y le dio unas nalgadas bien dadas con el cepillo de ducha, esa no era la forma de reaccionar y ahora iba reprobar tres materias, pero eso no iba a dejar que pasara y por eso solo le pego por ser grosero y reaccionar de esa manera porque al día siguiente hablaría de nuevo con el director para que al niño le vuelvan a poner la prueba  ya que ahora ya no era culpa de Eduardo sino del idiota aquel, pero le dijo bien clarito a su hijo “OJO, que si repruebas te dare con el cinto repasando todas las lecciones en las que fallaste”.

Eduardo corrió a repasar de nuevo y cuando supo que había aprobado volvió a respirar.