Beni un cortito para celebrar las 600000 visitas

 

Benicio acariciaba la carita perfecta de su hija. Ya no le quedaban ronchas. Cuánto miedo había tenido el pobre mini papá cuando se dio cuenta que su princesita se estaba enronchando toditita. Y todo por un descuido de su parte; no se lo perdonaría jamás... Y si perdía a su hijita?!... Y si no hubiesen alcanzado a llegar al hospital?! Y si... tantos y si que flotaban en el aire...

Benicio tomó una decisión. Debía pagar por su torpeza!!

Dejó a su bebé dormidita y fue a la habitación de sus padres.

Se armó de valor y tomó el cinturón que descansaba en el respaldo de una silla y se acercó a su papá:

-Castígame, me lo merezco- dijo entregándole el cinturón a su padre, quien en vez de recibirlo, lo soltó al piso y abrazó a su hijito con fuerza.

-Lo único que te mereces es un abrazo, hijo de mi corazón- digo estrujándolo y besándole toda su cabecita de mono.

-No papá! Me lo merezco, me lo merezco-

-Benicio, hijo fue un accidente-

-Fue mi culpa… buaaaa… casi la pierdo- lloraba, aferrado al abrazo de su padre

-Mi príncipe, cómo ibas a saber que Jazmincita tendría alergia al chocolate?- trató de razonar con su hijo.

-Pues debí saberlo! Soy su padre!-

-Pero no hay forma sin una prueba-

-Entonces debí hacérsela-

-Hijo-

-De hijo nada! Soy un padre ahora! En vez de perder mi tiempo estudiando, debí haber sabido que había que hacerle pruebas, debería tener el dinero para hacerlas; yo soy su padre, no tú- le miró herido a los ojos por la pena de no saber todos los detalles, que sí sabían sus padres, de no haber podido pagar la cuenta del médico, haberle dado él el trocito de chocolate, sabiendo que los bebés no debían comerlos pero el que ira que su hijita disfrutara tanto como él... qué se iba a imaginar que su niñita era alérgica a tan exquisito manjar.

Cómo superar ese dolor si su papito se negaba a castigarlo? Él debía buscar otra forma de pagar.

-Dejaré el colegio y me pondré a trabajar- sentenció -seré un padre como tú, que eres capaz de cuidar a tus hijos, no de enfermarlos hasta casi morir-

Y ahí paso lo impensado…. su papito le dio un sólo correazo que lo dejó en la luna.

-Cuidadito que es de mi hijo de quien hablas-

Beny lo miraba con dolor.

-Fue un accidente. Los accidentes pasan! Eres un gran padre, y la única forma de que lo sigas siendo es que termines tus estudios, y que te prepares para el futuro y puedas cuidar de tu hija como nosotros cuidamos de ustedes. Y mientras cometerás los mismos errores que todos los padres cometemos. Porque hijo, no hay un manual, y sólo te puedes guiar por el amor que le tienes a tu hija. Como lo hacemos cada día con tu mamá…. Ahora vuelve a la cama; da gracias a Dios que fue sólo un susto y disfruta de tu hijita- luego lo miró más serio -piensa en dejar los estudios y lo único que dejarás será tu capacidad de sentarte hasta que acabes el doctorado.

-Sí, papito- dijo mientras corría a su pieza, sobando el lugar donde la correa de papá le había mordido el poto. Y pensó que era mejor terminar de estudiar de corrido para evitar que ese horrible cinturón fuera ocupado para algo más que sujetar los pantalones de papá.

Al llegar a su habitación, su hijita estaba despierta, sonriente, y comiéndose las patitas, esperando a su papito, quien la tomó enseguida en brazos, la acostó sobre su pecho y se durmió con ella... pensando en qué errores pudieron cometer sus papitos cuando eran padres primerizos... Su último pensamiento fue preguntárselo a su abuelo.