Una Lección aprendida y un recuerdo guardado en el corazón!

Una Lección aprendida y un recuerdo guardado en el corazón!

Carlos Bracho acababa de llegar de un corto viaje de negocios al que había tenido que ir sin la compañía de su adorable hijito. 

Cuando llegó a la casa, estacionó rápido el vehículo y casi voló al interior de su casa, entusiasmado por ver a su bebé.

-Ya llegó papáaaaa....- Gritó desde la puerta. Pero no había rastros de su angelito..- "Qué raro!" Pensó.- Para éstos momentos, Kevincito ya debería estar saltando entre sus brazos, preguntando "qué me trajiste?!... qué me trajiste?!" -"Oh, no! Y si le pasó algo?! y si se cayó?! y si se lastimó?! Y si su bebé estaba en el hospital o lo habían robado?!"... Es que era tan lindo que eso no sería novedad!! Pero justo cuando estaba por entrar en pánico, imaginando lo peor de lo peor, vio a la niñera acercarse hasta él. 

-Buenas tardes, don Carlos! Llegó más pronto de lo que esperábamos!- Lo saludó con una sonrisa amable. 

-Hola, Lupita... Qué te puedo decir! Ya sabes que extraño mucho a mi mocoso cuando me voy!! Dónde está Kevin?

-Sí, lo sé! Está en el jardín, jugando.

-Ok, voy a verlo!- Dijo, caminando hacia el lugar indicado.- Ya almorzó?!- 

-Sí, señor! Y usted almorzó ya?!- Preguntó Lupita, sabiendo que ni eso había hecho, por llegar más antes a casa.

-Ehhh... la verdad, no! Podrías prepararme algo, por favor?!- Pidió amablemente.

-Claro, señor! Enseguida le sirvo- Respondió la mujer yéndose a la cocina

Mientras, Carlos salió a buscar a la luz de sus ojos al patio grande que tenían al fondo de la casa.

-Kevin?!!....Llegó papá!!.... Hey, qué haces ahí, mi chiquitito?!!- Preguntó Carlos acercándose hasta donde se encontraba su pequeño de cuatro añitos, sentado en el piso del patio, muy entretenido, jugando con lo que tenía entre sus manitos.

-Hola, papito!- Contestó el niñito, levantando la carita para mirar a su padre, con una sonrisa. -Al fin vinisteeee... te tardaste mucho, papiii...

-Hola, mi niño!- Dijo el señor, inclinándose para besar la frente de Kevin y mirar qué tenía entre sus manitos. -Vine lo más pronto que pude, tesoro!!... Pero qué estás haciendo?!!- Habló entre espantado y enojado cuando vio lo que su hijo sostenía- De dónde sacaste esto?!!- La voz de Carlos sonó amenazante. Él nunca le levantaba la voz a su bebé, pero verlo allí, jugando con su navaja, lo puso como loco. 

-Esto no se toca, jovencito... es muy peligroso!!!-  Le regañó. Pero sorprendentemente, aquello no asustó a su mocoso.

Kevin se puso de pie, muy enojado. -Dámelo, papá!! Es mío! Yo lo encontré!!!- Dijo el diminuto hombrecito, haciéndole frente a su papá, que ya no estaba tan de buen humor!

-Hijo, si no quieres que papá te dé pao pao en tu colita, me pedirás disculpas y no volverás a tocar nunca más estas cosas! Al menos hasta que seas mayor y yo te dé permiso...- Pero parecía que Carlos estaba hablando con un sordo, o al menos con la pared porque su hijo no le hizo caso. 

-Me has entendido, Kevin Bracho?!- Pero nada. El niño apretaba fuertemente sus puñitos, revelándose ante su padre. 

-No quielo!!! Es mío... yo me lo encontré.... vete... ya no te quielo!- Le respondió a su padre, estampillando su piecito en la pantorrilla del hombre.

-Auuuuu..... muy bien, muchachito... que conste que te lo advertí!- Con esas palabras, Carlos se inclinó a  tomar a su hijo entre sus brazos y, pataleando y gritando, se lo llevó hasta la sala. 

-Buaaaaaaa.... noooo.... lo shientooo... lo chientoooo!!!! Buaaaaaa...-Gritaba, tratando de compadecer  a su padre para que desistiera de hacer lo que sabía no iba a ser nada agradable para sus nalguitas.

-A papá no se le pega...- Dijo Carlos, volcándolo boca abajo sobre sus piernas y bajándole la ropita.

Plass... Plass...

-Buaaaaaaaaaaaaaaaaa

-A papá se le respeta.... Plass.... Plass....

-Auuuuuauauauuauuuuuu buaaaaaaaa

-A papá se le obedece.... Plass.... Plass....

-Ayayayayyyyy... yaaaaaaaaaaa... lo sientooo!!

-Y por último, no vuelvas a tomar navajas, cuchillos o cualquier cosa peligrosa... Plass... nunca.... Plass... más!!!

-Auuuu... ayayaayayyayy... auuu, papitooo!! yaaa... lo chientooo!!! buaaaaaaa

-Shhhh... está bien, mi tesoro!! Shhhhh..shshshsssshhh... ya pasó... shshshshshh- Hacía ruiditos consoladores, mientras su bebito se iba serenando lentamente. 

Carlos lo levantó y lo acomodó en su regazo, subiendo lo más cuidadosamente  que pudo el pantaloncito y los interiores. 

-Te amo, mi chiquitito, no sabes cuanto!! Y me asusté al ver que pudiste hacerte daño con la navaja! No lo volverás a hacer, verdad, hijito?!! -Le decía, besándole la cabecita, al tiempo que lo mecía suavemente entre sus brazo.

-Nunca más, papito... snif snif... es que yo snif... yo quelía ha-hacher lo que tú hachías en ésta foto snif snif... con... con mi mamita... snif snif... la extraño, papito! Alguna vez regresará?!- Preguntó con un leve pucherito. 

Carlos tomó la foto con una de sus manos. Allí estaban él y su amada, riéndose de la falta de talento del muchacho a la hora de usar aquella pequeña herramienta. Carlos suspiró y apretó sus ojos, tratando de sostener sus lágrimas. Él extrañaba con toda su alma a quién fue el gran amor de su vida... la mujer que le dejó el regalo más valioso del mundo: Su hijo, su Kevin.- Mamita siempre estará con nosotros, tesoro! Cuidándonos desde el cielo... ella es feliz viéndote crecer sanito y fuerte, y quiere verte sonreír... así que no llores más, sí?!! Mamá te ama y yo también, y ninguno de los dos dejaremos de cuidarte siempre.... te amo, hijito de mi corazón.... te amo con toda mi alma.- Le dijo, apretándolo contra su pecho.

A los pocos minutos, Kevin se quedó dormido por los mimos que su padre le hacía en la espalda. Carlos se acomodó en el sillón y, lentamente, fue quedándose dormido él también.... Ambos compartiendo un mismo sueño... un sueño en el que mamá estaba con ellos, abrazándolos y mimándolos, como lo había hecho siempre!

FIN.....................................