La Historia de André Cap. VIII

La Historia de André Cap. VIII

Papá lo abrazó de inmediato y lo sentó sobre sus rodillas.

-Ya mi niño, cálmate, si….ya…ya- le consolaba acunándolo tiernamente entre sus brazos mientras le besaba la cabeza, tal como lo hacía conmigo cuando mamá me zurraba y él estaba en casa. El Fer se tranquilizó en pocos minutos pero papá no lo soltó.

-Escúchame bien Fer, es verdad, los tres serán castigados…

-Pero papiii..- dijimos los tres a coro

- Escúchenme, por favor y no me interrumpan. Lo que quiero decirte Fer es que voy a castigarte por no presentar la tarea, a pesar de que dijiste que el profe te dio otra oportunidad. Por eso y solo por eso. Hiciste muy bien al compartir tus problemas con tus hermanos, para eso están y nunca los voy a castigar por defenderte, eso nunca. Ellos se ganaron un castigo cuando decidieron actuar como gansters, protagonizando una pelea callejera, eso de ninguna manera es tu culpa, ellos tienen la suficiente conciencia de lo bueno y de lo malo, tienen 17 y 15 años no 7 y 5 para reaccionar al calor de las emociones, saben que deben pensar antes de actuar y de hacerlo seguro habrían encontrado una solución más inteligente. Por eso y solo por eso van a ser castigados, tú Fer para que aprendas a no desaprovechar las oportunidades por un capricho y ustedes para recordarles que nunca les permitiré actuar como pandilleros. Estoy orgulloso de ustedes por apoyarse como los hermanos que son, pero no puedo dejar de censurar sus decisiones.

- Pero papi el Rector ya nos suspendió del cole- gimoteó el Fer

-Ni me lo recuerdes hijo, que vergüenza sentí al escuchar que habían sido arrestados por pelea callejera, los tres. Esta vez tienen sus atenuantes pero si se les ocurre otra genialidad como esta, de verdad les digo que se llevarán una buena paliza con el cinturón. Estamos claros?

 -Si papá- respondimos de inmediato

-Muy bien –dijo papá y de inmediato puso al Fer con la vista al piso sobre su regazo- ustedes siéntense en el sofá.

-Papi mejor esperamos en nuestros dormitorios-pidió tímidamente Juanjo, la verdad yo también quería salir de allí.

-No, los tres se metieron en este lío, a los tres los castigo juntos- y sin más le bajó el pantalón al Fer, yo cerré los ojos y baje mi rostro hasta el piso, no podía mirar y menos sabiendo que seguro el siguiente sería yo.

El Fer gritó desde la primera palmada, pobrecito, luego de cómo diez papá se detuvo

-Juanjo dame la regla que está en la vitrina

-NOOOOO- grito el Fer desesperado

-Papi por fa no me hagas traerla por fa

-Obedece Juanjo –ni se movió

-Como quieras- dijo y sin soltar al Fer se zafó la hebilla del cinturón

-  No papiii- gritamos el Fer y yo, Juanjo corrió hasta la vitrina y le entregó la odiosa regla

-Lo siento Fer- dijo Juanjo y de inmediato se puso a llorar yo lo abracé y lo lleve conmigo hasta el sofá de los castigos.

CLAP CLAP CLAP , tres reglazos tres gritos, papá le había bajado los boxer al Fer, pobrecito. Juanjo y yo estábamos muy asustados, papá lo consoló unos minutos y se lo entregó a Juanjo, me tomó de la mano, se sentó y me puso boca abajo sobre sus rodillas. Yo quería gritar no lo hiciera, botarme al piso, correr no se, pero me daba vergüenza dar un espectáculo con mis hermanos presentes, así que traté de tomarlo como un hombre, total unos azotes no me matarían, aunque seguro dolerían mucho.

CLAP CLAP CLAP CLAP CLAP

CLAP CLAP CLAP CLAP CLAP

Noooo- grite desesperado cuando sentí que me bajaba el boxer

CLAP CLAP CLAP CLAP CLAP

Los últimos cinco de verdad dolieron, el muy maldito los aplicó todos justo donde inician los muslos, que dolor, me quede sin aire, fue horrible.  No podía dejar de llorar, sentí la mano de papa acariciando mi espalda siseé cuando sentí que me subía la ropa y luego me ayudo a levantarme me obligo a mirarlo al levanta suavemente mi quijada con una de sus manos y me dijo

-Nunca más protagonizar pelear callejeras

-Nunca más papi

Me abrazo muy fuerte, me dio un beso en la frente, y me susurro al oído

-Te amo mi niño

Al separarnos ordeno

-Intercambia lugares con Juanjo

Me acerque al sofá de los castigos con la mirada al piso y pasando mi mano por mis ojos para secar mis lagrimas

Juanjo se levanto de inmediato al escuchar la orden de mi padre y al cruzarnos sentí que me tomaba de la mano levante la mirada y me dio una sonrisa de apoyo, yo hice lo mismo.

CLAP CLAP CLAP CLAP CLAP

CLAP CLAP CLAP CLAP CLAP

Noooo papii- grito cuando le bajo el boxer

CLAP CLAP CLAP CLAP CLAP

Durante todo el tiempo que duro el castigo  de Juanjo, el Fer se abrazo a mi ocultando su cara en mi pecho, los dos permanecimos de pie mientras papá terminaba de ajustar cuentas con Juanjo, pobrecito Juanjo.

Cuando Juanjo se calmo un poco papá se acercó a nosotros sin soltarlo ni un momento. Extendió un brazo hacia nosotros y el Fer de inmediato me soltó y se abrazo al pecho de papa, papa le paso una mano por la cabeza y como yo me había quedado a cierta distancia me tomo del cuello y con suavidad me abrazo también. Los tres lloramos como los mocosos que somos, si….debo reconocerlo.

La puerta de la casa se abrió y entro Estela. Juanjo y el Fer corrieron a abrazarla y yo me aferré a papá sentía mucha vergüenza.

-Hola mis niños, pero que paso aquí?

-El papá nos pego-dijo el Fer volviendo a llorar muy sentidamente

-Ya mi amorcito, ya tranquilo, ya, ya no llores mas

-El papá fue injusto?

-No, pero uso la regla- volvió a responder el Fer

-Bueno, es verdad que a veces su papi exagera- dijo mientras depositaba un beso en la frente de cada uno de mis hermanos e ignoraba la mirada de reclamo que le lanzó papá.

-Les voy a contar una historia- continuó, los tres la miramos sorprendidos

-En una linda casita vivían tres preciosos angelitos con su querido papá, a veces esos inocentes angelitos eran poseídos por unos diablitos malvados, muy malvados y traviesos, que salían de vez en cuando desde el fondo de la tierra y los obligaban a hacer lo que ellos querían ya que se introducían directo a sus cerebros por las orejas- había soltado a mis hermanos y gesticulaba con sus manos muy graciosamente, todos la mirábamos con una sonrisa- es entonces cuando los angelitos se portaban muy muy mal y su papi sabia que para lograr que esos diablitos dejaran tranquilos a sus angelitos debía convertirse en un ogro malvado, muy feroz, que ruge con fuerza  AAAAAAAAAAAGGGG, GGGGGGGGGGGGGGGGRRRRRRRRRRRRRR- todos reímos al ver a Estela  saltando y gesticulando alrededor de papá- los diablitos mantenían alejados a los angelitos de su papi pero cuando por fin papá los atrapaba debía azotar el trasero de sus angelitos ya que era la única manera de lograr que los diablitos  dejaran el cuerpo de los angelitos y regresaran al centro de la tierra al menos por buen tiempo-todos estábamos riendo a gusto- Cuenta la leyenda, que a veces la regla ayuda a permanecer a esos diablitos por más tiempo alejados de los angelitos.

-Aahhhhh mamá no se vale

-Aaayyy Estela

-Maaaamiiii

Protestamos de inmediato.

-Así que mis niños a portarse bien, piensen siempre sobre las posibles consecuencias de sus acciones antes de lanzarse de cabeza sin pensar en nada. Recuerden que la única parte del cuerpo que realmente piensa es el cerebro, úsenlo y seguro no se meterán en tantos líos. Estamos?

-Si mama- respondieron mis hermanos

-Si Estela

- Muy bien ahora los tres suban a bañarse antes que los atrape  y les dé una buena nalgada por enfadar a su padre

-No es justo – protestamos de inmediato

Corrió a atraparnos pero Juanjo y yo ya estábamos en mitad de camino antes de que ella acabara la frase, así que atrapo al Fer, lo tomo del brazo lo giro y le dio una nalgada no muy cariñosa  mientras le decía

- No vuelvas a enfadar a tu padre!

-AAAUUUCCC MAMI- protesto indignando el Fer mientras se cubría su colita

Todos nos reímos mientras el Fer subía protestando y sobándose exageradamente

-jajaja ahí tienes por lento- le dije al Fer

-Jajaja si tienes que ser mas pilas loco- le dijo Juanjo mientras le revolvía el cabello

-AICHH no fastidien

Ya no existía tensión en el ambiente, todos volvimos a reír más rápido de lo que creí y ni siquiera me acordé de la vergüenza  que sentía con Estela, realmente ella lograba que me sintiera cada vez más cómodo con su presencia en mi vida y parte de la familia.

NA: gracias a todas por sus buenos deseos, las quiero mucho.