La Historia de André Cap. IX

La Historia de André Cap. IX

Hola, empezaron los juegos intercolegiales de baloncesto y bueno realmente perfilábamos para campeones, estábamos felices, el viernes había un importante partido y necesitábamos ganar, aunque un empate nos serviría también.

A las 18h30m empezó el partido y papa, Estela y el Fer fueron a poyarnos, la verdad no se perdían ni uno solo,  estábamos empatados, faltaba un minuto para finalizar, hicimos una jugada que habíamos practicado un millón de veces y el muy imbécil de Jorge por presumir con su novia fallo el tiro.

El partido terminó y yo estaba furioso, así que  le reclame, me empujó, le empuje pero antes de que pudiéramos llegar a mayores, alguien se acercó para calmarme sujetándome por la cintura, sin reparar en quien era me volví y le di un puñetazo, de inmediato  empezó a sangrar por la nariz, era Juanjo, entre en pánico y salí corriendo sin rumbo en medio de la noche.

-Soy un idiota…..si un idiota…. solo a un idiota se le ocurre romperle la nariz a su hermano por un estúpido partido de baloncesto y luego salir corriendo como un cobarde. Que voy a hacer?....seguro Juanjo y el Fer me odiaran para siempre, Estela nunca me perdonará el haber lastimado a uno de sus hijos y papá me matará, eso es seguro.

Esos eran mis pensamientos mientras corría y corría, no podía dejar de llorar. Cuando me di cuenta había llegado al parque que quedaba cerca de la casa, ese en el que Juanjo y yo habíamos encestado mientras tomábamos cervezas.

Estaba cansado, agotado y muy asustado. La verdad no sabía que era Juanjo, no lo sabía, reaccione como un idiota y pronto seria un idiota muerto. Quería desaparecer, retroceder el tiempo, olvidar todo.

No sabía qué hacer, no quería ir a la casa eso era definitivo. En mi huída solo llevaba puesto el uniforme del equipo, ni celular, ni las llaves, ni siquiera una chompa. Pensé en ir a casa de mis abuelos pero eso sería agravar el problema, así que decidí ir a casa de mamá, total la ventana de la sala podría abrirse desde fuera y podía entrar sin problema, después de todo también era mi casa.

Regrese sobre mis pasos y camine mucho para cruzar la ciudad y llegar a mi casa. No había regresado allá desde que fui a vivir con Juan Fernando. La casa estaba como la recordaba, cuando entre por la ventana todo estaba en orden y como a mamá le gustaba, subí hasta su cuarto y sentí un dolor en el pecho al abrir la puerta y no encontrarla, aun se sentía su aroma.

Salí de inmediato haciendo un esfuerzo supremo por no llorar, mamá…mi mamá, no la había olvidado aun me despertaba en las noches y lloraba su ausencia, no compartía con nadie mi dolor, había ocasiones en las que deseaba correr hasta la habitación de papá y refugiarme en sus brazos, meterme en su cama y acurrucarme a su lado, pero estaba Estela, y aunque era buena conmigo no me atrevía a buscar su afecto ni siquiera el de papá con ella cerca. No se, pero aunque nunca me dio motivo pensaba que podía sentir que les estaba quitando el cariño a sus hijos.

Vaya jamás creí que pudiera sentir cariño por Estela, el gran amor de papá, la eterna rival de mamá. Su presencia siempre enturbio la relación entre mis padres, y yo me sentía ahora como parte de esa familia, de la familia de Estela. Sé que ella me conto como fueron las cosas, pero tal vez me mintió y yo de idiota acepte su palabra sin dudar.

-Y si traicione a mamá?- pensé y  de pronto sentí que me asfixiaba, no podía respirar tenía que salir de allí, baje corriendo las escaleras y tropecé con un mueble haciendo que un retrato de mamá y mío, se estrellara contra el piso, me detuve en seco y recogí la foto, al alzar el porta retrato me di cuenta que había un papel, los saque con cuidado y lo abrí.  Era una carta, me senté en el piso y empecé a leerla, era la letra de mamá.

“André mi hijito  adorado no sé si alguna vez encontrar esto, pero la verdad es que a pesar de que deseaba decírtelo en persona, no encontré valor para hacerlo, mi amorcito yo se que siempre que preguntabas sobre mis asuntos con tu padre te respondía que las cosas entre nosotros era entre nosotros.  Amor no quiero que culpes a tu padre por nada, yo soy la culpable…yo traicione a tu padre….le fui infiel…Estela jamás se interpuso en nuestra relación y yo supe por ella por tus abuelos.

Cuando me case con tu padre estábamos muy enamorados, y cuando supimos de tu nacimiento fuimos realmente felices y nos sentimos completos, una familia de verdad. Fueron los mejores días de mi vida lo tenía todo, pero un día llego un profesor extranjero a la universidad para unos programas de maestría y pues nos hicimos muy amigos, empezamos a salir juntos  y que te puedo decir, una cosa llevo a la otra y bueno empecé a alejarme de tu padre.  El estaba desesperado siempre pendiente preguntándome que me pasaba y yo con la conciencia culpable, hasta que el día de mi cumpleaños llego tu padre al estacionamiento con un gran ramo de rosas cuando me vio despedirme de él. Llego en la noche no respondió a mis llamadas, apareció al día siguiente siendo un hombre gentil pero no amoroso, un buen padre, pero dejo de ser un esposo para mí se convirtió en un compañero, yo no entendía lo que paso y cuando le pregunte solo me respondió, “te vi con él”, yo quería morirme le pedí una y mil veces que me escuchara que me perdonara, el solo me veía con tristeza y decía, “no hay nada que perdonar las cosas están más que dichas entre nosotros, si quieres irte con el yo no me opongo, pero mi hijo se queda conmigo”, le asegure que lo amaba que jamás había pensado en dejarlo, eso nunca, era el gran amor de mi vida, mi único amor, pero fue demasiado tarde, lo perdí…lo perdí hijo…lo perdí y fui tan cobarde que cuando tus abuelos notaron el cambio en nuestra relación y lo acusaron de haber vuelto con Estela no los saque de su error y el asumió una culpa que no le correspondía, jamás se quejo de las acusaciones no solo de su familia sino también de la mía y cuando quise defenderlo ante mi familia él solo dijo “no hace falta, no importa lo que piensen de mí, no te estoy defendiendo, lo hago por mi hijo, la verdad no importa la imagen que tenga de mi pero tú eres su madre, no quiero que escuche ni comentarios ni insinuaciones, la sociedad me juzgara sí, pero soy hombre y para las hombres ese tipo de reputación no interesa, pero para ti……. ” y así fue como dejamos las cosas, muy convenientemente para mí, lo reconozco, si hijo fui una cobarde pero lo creas o no yo no habría soportado si algunas vez me hubieses mirado de la forma como mirabas a tu padre.

Unos años después  tu papi estuvo de conferencista en un evento  y bueno se encontró con Estela, cuando me lo conto yo me sentí morir nunca pensé que herirlo de tal manera que dejara de amarme, pero no tenía derecho a decirle nada, desde hace mucho tiempo solo éramos una fachada, al menos fue honesto conmigo. A pesar de que me jure a mi misma hacerlo feliz, lo había herido, lo traicione, le falle…… los traicioné y les falle a los dos hijo y no me lo perdono, tu padre jamás me reprochó nada, fue como si no hubiera pasado, pero aunque tu tenias a un padre completo y amoroso a tu lado yo perdí a mi esposo. Unos años más tarde me dijo que había descubierto que tenía dos hijos con Estela.

Siempre supe que Estela represento el amor de juventud de tu padre, su primer amor, y que si ella no se hubiera marchado como lo hizo sería ella la que estaría a su lado a pesar de toda la oposición de tus abuelos, así que le dije que no solo que aceptaría su decisión sino que incluso lo apoyaría en lo que decidiera consiente que lo había perdido.

Poco tiempo después supe de mi enfermedad pero decidí no decirle a tu padre para que pudiera ser feliz, total mis días estaban contados. Hable con Estela, conocí a los niños, ella es buena amor, no la culpes de nada, prácticamente le suplique que si llegabas a vivir con ellos que era más que seguro, te tratara bien solo eso. Ella tomo mis manos y mirándome a los ojos me dijo “te juro por mis hijos que lo amare como mío”. Le agradecí con el alma, y sentí paz, paz por saber que cuando no esté encontraras en ella el amor que no puedo darte. Ellos serán tu familia, y no solo tendrás a tu papa, sino también hermanos y hasta una mamá…….si hijo una mama, porque estoy segura de que ella cumplirá su promesa, porque es fácil amarte, porque cualquier mujer se sentiría afortunada de tenerte como hijo, se que sabrás corresponderla con amor y respeto y nada  me haría más feliz que se gane el derecho a que le llames madre.

PERDONAME ANDRE, PERDONAME POR FAVOR RECUERDA QUE TE AMO CORAZON, TE AMO TE AMO TE AMO TE AMO NO LO OLVIDES NUNCA HIJO Y POR FAVOR SE FELIZ.

TU MAMI QUE TE ADORARA POR SIEMPRE DONDE QUIERA QUE ESTE”

No podía parar de llorar, estaba acurrucado en el piso abrazando la carta fuertemente contra mi pecho, estaba en shock, no podía creer debía haber un error todo esto era demasiado, no sé cuánto tiempo estuve así, pero cuando puede calmarme, me dirigí directo a la casa de papá.

Camine como zombi, no sentía nada, nada que no sea el dolor en mi alma y en mi corazón, los pensamientos se arremolinaron en mi mente al principio en forma de torbellino, pero a medida de que sentía el frio de la noche meterse en mi piel, mis ideas se ordenaron.

 - La verdad si no hubiese reconocido la letra de mamá no lo habría creído - empecé a analizar la situación- aun así no lo creía, pobre mamá como sufrió por una mala decisión, por un momento de debilidad, no voy a juzgarla, es mi madre, pobrecita cuanto miedo sentía de  defraudarme, aunque en algo tenía razón yo seguro la abría mirado de la forma como miraba a mi padre………. Papá……. había sido muy injusto con él, la verdad tampoco era una blanca paloma pero realmente debió amarla para soportar todas las acusaciones sobre él, le dijo que lo hacía por mí, pero estoy seguro que fue también por ella……… y Estela, vaya realmente era una cajita de sorpresas, sabía que era buena, pero nunca imagine su nobleza, recibirme en su casa y estar dispuesta a amarme como suyo, realmente me impresiono y al pensarlo admití que realmente se estaba ganando mi cariño, le estaba cumpliendo la promesa a mi madre…..tal vez mas pronto de lo que yo mismo imagine se gane el derecho de llamarla mamá.

Sonreí ante esa idea, la verdad era una palabra que había creído que jamás volvería a pronunciar y menos para referirme a nadie más que a mi verdadera madre, pero allí estaba yo jugando con la idea de decírselo a Estela……y con la venia de mamá……eso si que era de infarto.

Cuando llegue a la casa no había nadie, la verdad me alegre por eso, me senté en el bordillo del jardín a esperar que aparecieran pero de pronto recordé que había una llave de emergencia debajo de la hortensia favorita de papá, así que la tome entre a la casa y subí directo a mi habitación. Me sentía perdido, totalmente desubicado, vi la hora en mi reloj despertador y me di cuenta que era más de media noche,  de pronto recordé como terminé refugiándome en casa de mamá.

-Santo cielo, deben estar buscándome, deben estar preocupadísimos, ahora sí que papá va a matarme- pensé

De inmediato corrí hasta la sala y marque el número de papá, lo respondió al primer timbrazo

-Adré hijo eres tú? estás bien? dónde estás?- pregunto muy angustiado

-Estoy bien papi, estoy en casa- ni siquiera se dio cuenta que maque desde el fijo…saben me sentí muy bien al decirle donde estaba, realmente me sentía en casa.

-AAYYY hijito- dijo con un suspiro de alivio- vamos para allá, no salgas.

-Si papi te espero….. Papi?

-Si hijo

-Como esta Juanjo?

-Muy bien amor, muy bien…Te amo hijo

-Y yo a ti papá

Arrastrando mis pies subí hasta mi habitación y me acosté en mi cama, puse mi brazo derecho sobre mis ojos y pensé en el lio en que metí, golpee a mi hermano, a Juanjo, con lo bien que siempre se había portado conmigo, huí de casa, asuste a todos al desaparecer así,  me puse en peligro al deambular solo en la noche cruzando la ciudad de una casa a la otra, sin dinero ni celular  y todo por un estúpido partido de baloncesto…… bueno al menos encontré la carta de mamá y eso hacía que todo esto valiera la pena.

Diez minutos más tarde escuche llegar el auto de papa, tenía mucho que explicar, así que baje a recibirlos consciente de que solo el hecho de haber atacado a Juanjo me hacía merecedor de un buen castigo…. solo me quedaba rezar porque papá no utilizara la correa.

Apenas llegue a la sala, Estela  me atrapo en sus brazos y me lleno de besos, ni siquiera había esperado a que papá estacionara el auto para bajarse, estaba llorando y palpándome por todos lados.

-Estas bien amor? Estas bien?- preguntaba desesperada

-Si Estela estoy bien gracias-no termine la frase cuando sentí que papá prácticamente me arrancaba de los brazos de Estela y me asfixiaba en un fuerte abrazo

-Hijito, hijito mío- no dejaba de susurrarme, cuando me soltó, Juanjo se acerco y por un momento pensé que iba a golpearme, estaba a punto de pedirle que me perdonara cuando él dijo

-Imbécil- mirándome furioso y subió a su cuarto

-Juan José- le reprendió papá de inmediato, mientras que el Fer me daba un abrazo

-Déjalo papá, Juanjo tiene razón soy un imbécil-le dije con tristeza, la verdad me afecto mucho la reacción de Juanjo.

Papá suspiro fuerte y dijo

-Es hora de dormir, vamos a acostarnos, mañana hablaremos- nos dio un beso en la cabeza al Fer y a mí y subió con Estela a su habitación, luego de que ella también nos besara en la mejilla y nos deseara buenas noches.

El Fer y yo los seguimos, cuando entre a mi cuarto me arroje en mi cama y llore amargamente, había arruinado mi relación con Juanjo.