CAPITULO 6: HABLEMOS (Tercera Parte)

CAPITULO 6: HABLEMOS (Tercera Parte)

Luego que la familia tuvo una “conversación” amena por teléfono- es decir los chicos solo dieron la versión de sus actos mientras Allan solo hacía negativas con su cabeza, pero ya tendría la oportunidad de comentar su versión, a solas, sin los oídos curiosos de sus hijos- las pizzas habían llegado y aunque moría de hambre Allan se fue al estudio para hablar en privado con su esposa, dejó a los chicos comiendo su almuerzo y les rogó que no se coman la suya.

-Cómo estás? como va todo?

-Quieres la versión real? o la versión paralela que obligo a mi mente crear, te recomiendo la segunda opción es tipo Matrix!

-Amor, no es broma ni juego, como está tu mamá?

-De maravilla! Hoy hicimos un musical estilo broadway y me enseñó trucos para despistar a mi padre já! si eso me lo hubiera enseñado cuando niña te imaginas de cuantos problemas me hubiera evitado?

-Mel…hablo en serio.

-Está bien te diré la realidad; ni en un millón de años imagine verla así, Allan, es tan vulnerable, débil y…enferma…me levanto todos los días para prepararle el desayuno y hacerle comer porque no quiere recibir comida de nadie más, no puede hablar se comunica escribiendo en un papel, no me dice nada cuando estoy con ella solo me sujeta la mano cuando intento levantarme…me siento tan impotente, ya me disculpe con ella pero no me siento del todo bien.

-Por favor Mel, cálmate, trata de calmarte.

-No puedo, es mi madre pese a todo lo que pasó es mi madre.

Allan quería estar a su lado y darle su hombro para llorar no importaba lo que dijera, aún, si estuviera presente en su casa sabía que su esposa quería desahogarse.

-Que dice el médico?

-El doctor hace visitas todos los días y obligué a mi padre contratara una enfermera, no hay mejoras y desde que perdió el habla dice que empeora gradualmente, no se sabe el tiempo solo que se pondrá peor y es tan obstinada! A penas y deja que el médico haga su trabajo.

-Tu eres fuerte amor, lo eres, van a superar esto, la harán todos en tu familia solo trata de entenderlos un poco.

-Lo hago pero siento que si no fuera porque ella no quiere que me aleje de su lado nadie más solicitaría mi presencia, sé que mi padre me culpa por su enfermedad a penas y me dirige la palabra y eso es cuando esta mi madre presente, cuando va a verla a su habitación.

-Ni por un instante pienses que eso es verdad, tú no tienes la culpa de su enfermedad!

-Si lo sé.

Allan estaba que echaba chispas por la boca, quería insultar a Roberto, su suegro, cómo podía ser capaz de decirle semejante cosa a su hija!, cómo podía ser tan despreciable de no tratarla bien luego de tanto tiempo sin verla! Respiro profundo para calmarse y dijo algo más bien para sí mismo, porque la rabia lo estaba consumiendo mucho.

-Entiéndelo amor, para tu padre tu madre era su mundo, todos lo sabíamos, seguro está igual o más acongojado que tú por toda la situación.

-Si debe ser.

-Y tus hermanos?

-Ya los conoces, preocupados en sus problemas cada uno es un mundo aparte, bueno, egoístamente aparte, a veces me hacen pensar que solo esperan la partida de mi madre para regresar a sus ridículas vidas ordinarias.

-No quisiera que estés sola, me gustaría…

-No, no Allan, ni lo menciones que por un lapsus diré que sí, los chicos te necesitan y no quiero que nuestros hijos presencien o conozcan a mi familia…se decepcionarían mucho de mí…

-Pamela estás hablando de tus hijos! ellos jamás se decepcionaran de ti por las acciones de otros, sólo van a entender que no todo el mundo es…

-Dilo, no me molesta.

-Bueno, que no todo el mundo es una familia perfecta y feliz que hay problemas y que a veces las personas reaccionan de forma criticable.

Era una forma decente para describir lo que en verdad quería decir Allan, pero no era tonto, jamás le diría a su esposa lo que pensaba acercaba de su familia, no la lastimaría de esa forma.

-Esa es una bonita forma de describirlos, pero mi respuesta sigue siendo un no, y ya no hablemos de cómo va todo aquí, por favor, cuéntame tú ahora.

-Prometes que estarás bien?

-Claro que sí amor, como si no me conocieras.

-Promete que sonreirás mucho, no puedo imaginarte apagada eres la alegría de mi vida.

-Lo haré amor, ahora dime, los chicos te dieron un día difícil verdad?

-Difícil es una bonita manera de decirlo.

-No seas duro con ellos, sé que Adrián jamás se toma bien las presiones así que no lo hagas si?

-Yo no lo presione!, solo le dije que se esforzara más.

-Y tú crees que lo ha hecho?

-No de la manera que lo hizo hoy.

-Vamos Allan, admítelo, no tienes que decirle lo que esperas de sus calificaciones cada segundo de su vida, ya se lo dijiste: captado y recibido ahora te toca ser paciente para los resultados.

-Bien, sí, tienes razón, esperaré; además ya hable con Adrián y todo quedo muy bien…con quien no estoy muy seguro de cómo resolver las cosas es con Sergio… estaba tan molesto con los dos por tooodo lo que me dijo el director que sin dudarlo le dije que también lo castigaría, pero ahora ya no estoy muy seguro de eso, creo que no tengo la menor idea de cómo afrontar las cosas con él, se portó mal, sí, pero hasta cierto punto no sé si debo castigarlo porque reaccionó a golpetazos con todos o debo premiarlo porque se defendió de ésos chicos fueron abusivos con él y él se puso frente a la situación…y no quiero que se enoje conmigo porque ya lo oíste no deja de decir que soy “injusto” con él.

Allan no le había comentado lo que le dijo su hijo al llegar:

-“Si mamá estuviera aquí no pasaría esto”

Al igual que la mayoría de los padres se encontraba indeciso sobre cómo actuar con su hijo y necesitaba la opinión de su esposa respecto a este asunto, que haría Pamela?

-Si entiendo que sea más difícil castigarlo a él pero por lo que me dijo Sergio…

Pamela imitó la voz de su hijo menor, tal cual hablaba él.

-“Papá es el hombre más injusto del mundo yo solo me defendí y él va a castigarme… por tener huevos! digo valentía!”

Allan no pudo evitar abrir la boca de la sorpresa y riendo le dijo:

-Pamela Castelú!, Tú le agregaste la última parte!

-Nah conozco a nuestro adorable hijito menor y a su colorida rabieta que sale por su boca, no te sorprendas si llegas a oír eso.

-Sí y con lo mucho que apruebo ese tipo de lenguaje.

-Por suerte estoy lejos de ti jajajaja.

-Jajajaja te extraño mucho.

-Y yo a ti amor.

-Crees que en verdad Sergio cree eso de mí? que soy injusto con él?

-Con seguridad, pero ahí entra tu labor, debes castigarlo no puede soltar golpes a diestra y siniestra y con lo que hizo pues yo bien le daría un par de cepillazos.

-Ufff si nuestro hijito supiera que tú le quieres dar un par de cepillazos! Apuesto a que ya no me reclamaría tanto lo injusto que soy!.

-Hehe bueno que de gracias no estoy ahí pero no envidio tu lugar, es más, avísame cuando acabes de castigarlos así los mimo vía telefónica jajajaja.

-já já já a este paso acabaran odiándome!!!

Diez minutos más de charla y ya era tiempo para que Pamela volviera hacerle compañía a su madre.

-Ya debo cortar amor.

-Ok vida, te amo.

-Y yo a ti.

Pamela estaba a punto de cortar pero alarmada le dijo a su esposo:

-Allan!, Allan!

-Qué, qué pasa Mel?

-Pusiste todo en orden con el director verdad?, dime que lo amenazaste de muerte si es que los chicos que molestaron a Sergio no serán expulsados!

Allan sonrió con ternura, Pamela nunca dejaría que castigara a los chicos si es que no estaba ciento por ciento segura que todos los que cometieron falta recibirían un castigo, ella no se oponía a las sanciones pero vaya que se ponía feroz si es que se cometía alguna injusticia con sus nenes.

-Sí lo hice, bueno, no lo amenace de muerte claro, pero le dije que si mi hijo volvía a ser acosado de esa forma él tendría los días contados en ese escritorio, así que sip, ésos chicos no sólo fueron sancionados en la “lista negra” –refiriéndose al castigo que le impuso a Adrián, en observación y a la menor tontería expulsado- los expulsaron por dos semanas y están en exámenes así que fue una sanción fuerte.

-No negaré que me alegro por eso.

-Si, yo también.

-Ah! y sobre el auto “prestado” cuando ofrecerán las disculpas?

-Me comunicare con la afectada, si entendí bien, era la tía de la chica que se atravesó con Adrián.

-Oh, cielos, apúrate con eso no vayan a presentar cargos.

-No lo harán, pero sí presiento que recibiré una llamada de los padres de la chica…no recuerdo su nombre…creo que era Margareth, no, era…Isabel! Sip Isabel!

-Y por qué presientes eso?

-Porque lo que no te conto nuestro galante hijito mayor fue que los encontraron a él y a Isabel en el suelo y uno encima del otro.

-QUE!!!!

-Sip, me lo contó el profesor que los encontró, a mi parecer fue  una historia muy graciosa, creo que se tropezaron o algo así, bueno, el punto es que Adrián le sirvió de alfombra si no, tal vez, la chica se hubiera lastimado.

-Bueno, entonces con mayor razón: suerte con eso!

-Hahaha.

-Adiós amor.

-Adiós Mel y por favor llámame por cualquier cosa que necesites, hablaremos todas las noches como siempre ahora fue un motivo de fuerza mayor…ya conoces a tus diablitos.

-Sip y los amo tal cual son, no te preocupes amor, estaré bien.

La despedida fue terminada con el típico sonido de quien cuelga el teléfono, Allan suspiro largo por la situación que atravesaba su esposa y se dijo así mismo que le cumpliría la promesa, no iba a intervenir, salvo sea la misma Pamela quien se lo pidiese.

Ya no pudiendo aguantarse más el hambre, salió para comer su porción de pizza si es que acaso sobraba un poco.

Un panorama que no se imaginaba estaba frente suyo, sus hijos terminaban de comer las pizzas en platos, en platos!, y bebiendo agua en lugar de las gaseosas que habían pedido, oh, esto de lejos era un muy buen comportamiento.

-Qué tal las pizzas?

-Deliciosas! Y ni si quiera miramos la tuya.

Adrián dijo sirviendo una buena porción de pizza a su padre y Allan sonrío levemente, su hijo ponía mucho empeño por salvar a su hermanito de su castigo, pero aunque nadie estuviera de acuerdo se lo iba a dar.

Mientras su padre terminaba de comer, sostuvieron una charla muy tranquila y llena de risas, cuando los tres terminaron de comer Allan dijo:    

-Bien,  Adrián ve a revisar tus tareas para mañana y Sergio tú y yo tenemos una charla pendiente.

-Pero papáaaaa

-Ningún pero, vamos a tu habitación…

-No!

-Hijo!

-Eres injusto! Esto es una mierda! vas a castigarme solo porque tuve los huev…

Antes que terminara de decir la predicha palabra, Allan lo tomo de una oreja y lo llevó arrastras hacia el piso de arriba dejando a Adrián con una mueca de dolor en el rostro el más temprano ya había recibido una paliza de su padre.

-Quieres irte de pasadita por el baño para un enjuague de boca, no?

-Au!, au!, au! ,au! Papá mi oreja au!, au!, au!, au! , au!

Rápido lavó la boca de su hijo que como había dicho su esposa tuvo una rabieta muy colorida, lo regañó por el pésimo lenguaje lo llevó a su habitación, se sentó sobre su cama y lo puso sobre sus rodillas.

-Desde que llegamos te he dado oportunidad para que pienses las cosas pero lo que tu jovencito necesitas son unos aplausos por tu comportamiento.

-Plaf! Plaf! Plaf! Plaf! Plaf! Plaf! Plaf! Plaf! Plaf! 

-Ay! Ay! Ay! Ay! Ay! Ay! Ay! Ayyyyyyyy! papáaaaaaaa

Lo reincorporo y Allan se puso de pie para encontrarse con la típica pose de las manos sobre las caderas.

-Entonces debí dejar que me golpearan y que mi nota sea cero porque ése estúpido borró mis respuestas del examen.

Sergio dijo en tono extremadamente triste, se extendió sobre su cama y tomando la almohada escondió su rostro, Allan lo había predicho, sería muy difícil castigar a su hijo menor.  

-No, no tendrás reprobado porque yo ya hable con el director Arteaga y ésos chicos que te molestaron ya no lo harán porque los expulsaron por dos semanas como advertencia y a la mínima trastada que te hagan la expulsión será definitiva.

El chico sacó la carita de la almohada, se sentó haciendo una leve mueca y se frotó los ojos porque ya le habían salido unas lagrimitas.

-Qué pasara con mi nota de historia?

Allan se sentó a su lado para confortarlo, sabía que su hijo menor no le daba importancia a los problemas de relación con sus compañeros de curso pero sí le importaba su rendimiento escolar, eso sí que le importaba muchísimo.

-Darás otra prueba tu solo mañana a primeras horas.

-De verdad?

-Si hijo, no hay alternativa…

-No hay problema papá, me sé la lección! Já! me gustaría que los otros idiotas vean como resuelvo la prueba en menos tiempo de lo que ellos captaron las preguntas.

 -Sergio! No seas presuntuoso!

-Pero es la verdad!

-jajajajajaja

Allan no pudo más y terminó riendo mientras abrazaba a su hijo menor, en ese aspecto era idéntico a él, cuando adolescente a Allan le satisfacía sacar buenas calificaciones, le encantaba la escuela pero a diferencia de su hijo menor le importaba muchísimo la popularidad, cosa que agradecía no le importe nada a Sergio.

El muchacho era muy listo y como sabía que un asuntito estaba pendiente y peor porque tenía su conciencia picándole, no queriendo pase más tiempo para la agonía, preguntó algo que ya se sabía la respuesta.

-Papá?

-Si?

-Todavía vas…vas a castigarme?

-Oh, sí, lo había olvidado.

Allan puso a Sergio sobre sus rodillas y lo agarró por la cintura, el chico empezó a moverse incómodo pero no dijo nada sabía que se merecía las palmadas y si aún no estaba muy de acuerdo por el castigo de su autodefensa sabía que las merecía por lo que dijo a su padre antes de subir las escaleras.

-PLAFF!!! No PLAFF!!! Más PLAFF!!! Reacciones PLAFF!!! Impulsivas PLAF!!! PLAF!!!

Para su muy grande sorpresa su padre lo reincorporo luego de seis palmadas e inmediatamente lo abrazó fuerte, en verdad había sido muy difícil castigarlo.

-Eso es todo?- pregunto muy extrañado.

-Síp, quieres más?- Allan sonrío muy amplio.

-No!...pero pensé…pensé que…-Sergio levantó el rostro del amplio pecho de su padre.

-Que te daría una paliza como Adrián?, escucha Sergio, entiendo lo que se siente ser molestado por los compañeros de curso, no dudes en decírmelo y nos ahorraremos días como éstos, hijito ten más confianza en tu padre yo voy a hablar con quien sea necesario para que nadie te moleste y tienes mi palabra que lo haré como debe ser, como lo hice el día de hoy, apenas supe que te molestaron y hable con el director para que las sanciones de quienes te molestaron sean las adecuadas…

-Papá eso ya lo sé y no me interesa lo que los idiotas piensen no me interesa en verdad, lo que pasa es que yo pensé…pensé que…

El padre puso las manos sobre los hombros de su hijo porque parecía que el chico estallaría en lágrimas.

-Qué es hijo?-Allan vió directamente a los ojos de su hijo menor, Sergio suspiro hondo y puso una carita de culpabilidad- Pensé que estabas muy molesto porque dije que no pasaría nada si mamá estuviera aquí-  ya no se contuvo más y unas lagrimitas bajaron por su mejilla- lo siento mucho papá- Allan nuevamente lo atrajo hacia él, su hijo era un buen chico, él lo sabía, y otra vez no dejaba la sonrisa de  su rostro.

‘já! si supieras que mamá me apoyó en la decisión de tu castigo!’ – pensó y le dijo con ternura:

-Hago mi mayor esfuerzo nene y si hay quejas para mamá no me enojare ni contigo ni con Adrián, pero aun así, si se portan mal como hoy- enfatizó- y yo considero que merecen unas buenas nalgadas de mi mano entonces unas buenas nalgadas les daré.

-Papáaaaaaaaa! No lo digas así!.

-Bueno pero así se dice, como quieres que le diga.

-No sé, que es un castigo, una penitencia o cualquier cosa! menos como lo dijiste!

-jajajajaja, está bien, está bien.     

Acabadas las risas Allan dejo encargado a su hijo menor, al igual que al mayor, revisara las tareas del día salió de su habitación y mientras bajaba las escaleras miró su reloj, eran las cinco de la tarde y debía llamar a la tía de Isabel para ofrecer las correspondientes disculpas por el auto prestado. Cuando estaba por pisar el último escalón Adrián salió de su habitación y le dijo:

-Papá, sólo tengo que ofrecer disculpas a la dueña del auto, verdad?

El chico preguntó con urgencia necesitaba confirmación directa, después de todo, aun no salía de su cabeza la chica que había conocido en circunstancias poco convencionales no se olvidaba de lo irritante que fue con él además de odiosa y metiche….pero lo más importante es que no podía sacar de su cabeza la mirada desarmada que le fijó cuando se cayeron, ésa mirada que le hizo pensar era dulce en alguna parte de su carácter…y eso le volvía loco, porque no salía de sus pensamientos:

-‘Isabel, Isabel, Isabel’

Solo eso sabía, su nombre, y como a él, sabía que a la chica no le agradaba su persona y eso era lo que en verdad estaba volviendo loco a Adrián, pero el aún no lo sabía.

-Pues sí solo con la dueña del auto o fuiste grosero con alguien más?

-Emmm no, claro que no papá.

-Bueno entonces revisa tu tarea yo te aviso cuando tengamos que salir.

-Ok, papá.

Adrián suspiro con tranquilidad, si su papá decía una cosa pues lo cumplía y punto, se dio un golpecito en la frente por ser tan paranoico era claro que no volvería a ver a Isabel y eso le pareció muy bueno…hasta que sin querer a su mente volvió la imagen de ella riéndose del niño con el que se cruzaron, del dueño del perrito, ahora no salía de su cabeza la contagiosa risa de la chica y su melodiosa voz…pero eso extrañamente, al chico, le hizo sonreír.

El mayor de los Amezaga se puso a revisar su tarea mientras su padre se dirigía a su estudio, era una labor por demás vergonzosa llamar a casa ajena o a persona desconocida y ofrecer disculpas por los arranques de su hijo, pero debía hacerlo así que sin retrasar más el tiempo marcó el número que el director de la escuela de los chicos le dio para que se comunicara con la afectada.

Rrriiing!!! Rrriiing!!! Rrriiing!!! Rrriiing!!! Rrriiing!!! Rrriiing!!!

El teléfono sonaba y sonaba pero nadie contestaba, Allan intento una vez más.

Rrriiing!!! Rrriiing!!! Rrriiing!!! Rrriiing!!! Rrriiing!!! Rrriiing!!!

Rrriiing!!! Rrriiing!!! Rrriiing!!! Rrriiing!!! Rrriiing!!! Rrriiing!!!

Y otra vez y otra vez y otra vez:

Rrriiing!!! Rrriiing!!! Rrriiing!!! Rrriiing!!! Rrriiing!!! Rrriiing!!!

Rrriiing!!! Rrriiing!!! Rrriiing!!! Rrriiing!!! Rrriiing!!! Rrriiing!!!

Rrriiing!!! Rrriiing!!! Rrriiing!!! Rrriiing!!! Rrriiing!!! Rrriiing!!!

No obteniendo resultado decidió volver a marcar luego de una hora, entró a su estudio para hacer el trabajo acumulado quería por lo menos avanzar un poco, sentado en el escritorio se puso afanado a revisar los mails que le mandó su asistente.

Revisando cada mail, Allan supo que esta noche no dormiría el trabajo requería su completa atención, suspiro con resignación, sus hijos sí que le habían dado trabajo extra el día de hoy pensó que no importaba cómo pero los chicos siempre encontraban maneras de meterse en líos y en su mente ingenua pensó que de haber tenido niñas seguro los problemas se hubieran eliminado, las chicas de seguro no se metían en líos.

Y por supuesto Allan se equivocaba, quien diga que las chicas no se meten en problemas es mentira porque si bien somos más listas para no hacernos descubrir las trastadas, que ese es otro tema muy diferente, a veces y solo a veces todo nos sale mal; es precisamente que ha llegado el turno para leer las explicaciones de lo que pasó este día en particular pero desde la perspectiva de Isabel y la de su familia.