EL DIARIO DE GRETCHEN Capítulo 3

EL DIARIO DE GRETCHEN 3

Todas las mujeres soñamos con un novio perfecto y chocolates sin calorías pero seamos honestas los novios perfectos no existen y los chocolates engordan.

Llevo un mes trabajando y hasta ahora solo puedo decir que ante mi gran desconcierto, Marc es un excelente cirujano he aprendido mucho al lado de él en especial a defenderme.

Todo parece llegar a una relativa calma hasta que llega una paciente que se ha cercenado 2 dedos en una trituradora, la pobre chica se va a casar y necesita su dedo anular me esfuerzo en que el dedo quede listo para la reimplantación, además es mi primera re implantación estoy emocionada hasta que llega Marc estoy acostumbrada a su cara de disgusto pero esta vez realmente está enojado.

Comienzo a dar mi resumen del caso y para relajar el ambiente digo que la paciente se va a casar por lo que necesitamos hacer nuestro mayor esfuerzo.

Marc ni siquiera me mira – Nina has encontrado a un idiota que se case contigo.

- Marc veo que sigues siendo el mismo imbécil que deje, no has cambiado nada.

Me quedo mirándolos atónita, ella era una ex de Marc que interesante caso.

- No quiero que este cabrón me toque mientras estoy inconsciente – Me mira decidida.

- Tiene toda la razón, pero ese cabrón es un buen cirujano, piense en la boda porque arruinarla por un imbécil como Marc Meier – digo mientras Marc nos mira con odio.

- Oye me gusta esta Doctora, no me puedes operar tú?

- Pero que tenemos aquí  maquillaje barato, neuróticas y celulíticas lo suficiente en común para una conspiración.

Marc sale de la sala y podría decir que gruñendo, nos quedamos las dos pensativas.

- Se está acostando con él? – me pregunta y quedo casi en shock

- Yo mmm claro que no – por desgracia no, pienso.

- Pero le gustaría cierto? Hay algo en su interior que le dice vamos conquístalo y hazle mejor persona.

- Son los analgésicos que están haciendo efecto – digo y me concentró en las constante y en que todo esté listo, pero en el fondo y aunque jamás lo admitiría en voz alta, es cierto.

Por fin la cirugía fue un éxito yo estoy exhausta pero feliz un éxito más en mi carrera, pero lo que me dijo Nina me ha dejado un poco trastornada así que camino por los pasillos para quedar justo en ginecología en realidad frente a maternidad en donde están los recién nacidos y eso me hace recordar que el reloj biológico camina inexorablemente.

Voy saliendo no quiero ver las caras de felicidad que traen por aquí pero no alcanzo a dar la vuelta cuando me quedo frente a frente con esos ojos profundos que me miran como queriéndome desnudar y así sin más me lanza una sonrisa seductora.

- Dra. Haase esta baja de moral.

Yo me quedo parada como una completa idiota

- No se preocupe es que todos los que estamos bajos de moral venimos a ver a los recién nacidos.

- Y por qué esta bajo de moral usted Dr. Kaan?

Inmediatamente veo que su seguridad se esfuma y un atisbo de dolor se refleja en su rostro.

- Lo siento no quise…..

- No se preocupe Dra. Haase hoy ha sido un día particularmente malo.

- Quiere ir a tomar una taza de café?

- Yo, no puedo la verdad es que ya estoy de salida – me dice y casi sale corriendo, pero que le pasa a los hombres en este hospital  si hace unos minutos parecía que quería invitarme a salir, es que he sido muy ofrecida.

Bueno pero es mejor así yo estoy cansada y no quiero ir a casa a escuchar a mi madre planear mi próxima cita así que decido quedarme en la sala de los médicos en donde encuentro un agradable y cómodo sofá para descansar estoy relajada hasta que escucho unos gritos, alguien se estará muriendo pero ya no estoy de turno así que no me muevo.

Pero los gritos vienen directo hacia la sala.

- Marc Olivier!!! Marc Olivier!!!

Estoy por pararme porque francamente los gritos son aullidos pero antes de que me pudiera mover llega Marc y la señora.

- Mamá por favor puedes dejar el escandalo?

- Marc Olivier, como se te ocurre hacerme esto?

- Mamá por favor no me digas Olivier.

- Es tu nombre yo misma lo escogí – dice la Señora mientras acaricia la mejilla de Marc, puedo mirar toda la escena cómodamente acostada.

Marc suspira frustrado.

- Pero jovencito, cuando pensabas decírmelo, cuando estés en el avión camino a Londres!!

- Mamá es solo una postulación, sabes cuantas personas postulan a esa beca, es solo una posibilidad y muy buena por cierto para mi carrera.

- y piensas abandonarme sin siquiera despedirte, que ingrato hijo he parido – la señora es toda una actriz y de las buenas.

- Mamá por favor estamos en mi lugar de trabajo, no me hagas una escena – dice Marc molesto.

Y así pasa algo que yo jamás pensé llegar a ver,  la madre de Marc le da una palmada, si pueden no creerlo pero yo lo vi, no es que nunca haya visto algo así, mi madre ya le ha dado más de una palmada a mi hermanito Jochen pero él es un crío, en cambio Marc es un adulto.

Cuando esto realmente se pone bueno y ni pienso en moverme de mi exclusivo palco aparece la enfermera Sabine.

- Disculpe la interrupción pero hay teléfono para la Dra. Haase.

- Como puede ver enfermera Sabine la Dra. Haase no está en este lugar – Marc tiene el don de la mirada que te congela y la pobre enfermera Sabine sabe que estoy aquí yo misma le pedí que me avisara si alguien me buscaba.

Contra mi voluntad salgo de mi escondite para ver la cara de asombro de Marc que cambia de tono porque sus mejillas se han sonrojado, nunca lo había visto tan cabreado.

Antes que pueda acercarme a la puerta pido disculpas intentando salir sin más preámbulos pero soy detenida por una voz bastante autoritaria.

- Marc Olivier, ella es Gretchen Haase?

Y ahora soy yo la que me sonrojo y quedo parada cual estatua en la puerta, me doy la vuelta sonrió.

- No me vas a presentar? – dice la señora casi dulcemente, Marc tiene una cara que ha espantado a Sabine que casi corre por el pasillo.

- Dra. Gretchen Haase le presento a Elke Fisher, mi madre.

Voy a darle la mano gentilmente pero en vez de un apretón de manos Elke Fisher me abraza emocionada.

- Hasta que por fin puedo conocerte en persona, Gretchen, puedo llamarte por tu nombre – dice la gentil señora.

- Claro Sra. Fisher – digo tímidamente.

- Nada de Señora Fisher, dime Elke por favor es lo menos que puedo pedir después de todo tu eres quien salvo la vida de mi hijo.

Miro a Marc con cara de mil preguntas pero él ni siquiera es capaz de mirarme a la cara.

- Oh eso paso hace tantos años, Elke.

- Por favor Gretchen tienes que venir un día a cenar con nosotros es lo menos que te debo por la vida de mi hijo, además aprovecho de conocerte un poco, es que Marc no dejaba de hablar de ti cuando estaban en el colegio.

Ahora sí que miro a Marc pidiendo una explicación pero nada solo se queda ahí parado y yo creo que he pasado a otra dimensión, Marc Meier hablaba de mí con su madre.

- Pero claro que acepto su invitación Elke, nada me gustaría más que cenar una noche contigo y Marc – y salgo lo más rápido posible de esa sala pensando en que esa sí que sería una cena interesante.

Un recuerdo viene a mí mente, fue tan extraño que pensé que lo había soñado, una tarde estaba sentada en el patio del cole lejos de todos comiendo un helado cuando veo a Marc venir hacia mi dirección, me preparo para uno más de sus maltratos.

Pero se queda mirándome se sonríe y cuando pienso que me va a tirar con el helado por la cabeza se acerca a mí y me da un beso, bueno en realidad no fue técnicamente un beso solo roso mis labios fue solo unos segundos y salió corriendo, nunca entendí que significó eso, incluso llegue a pensar que había apostado algo con alguno de sus amigos.

Yo estaba en el cielo, fue mi primer beso y no me importaba si fue solo una broma o un sueño por un momento fui la chica más feliz de todo el cole y el mundo.

  

Pero quien sabe si después de tantos años logre saber quién es realmente Marc Meier, el niño que me torturo en mi adolescencia y que me sigue torturando en mi vida adulta,  el niño incomprendido, el adulto seductor y conquistador de mujeres o solo un hombre que no logra encontrar el verdadero amor.

Fin……