Mi súper héroe

Mi súper héroe

“Libreeeeeeeeeeee” gritaba con un loco Félix por fin le habían sacado el odioso yeso de su hermosa pierna… paren… paren… que es lo que vio Félix su pierna estaba flaquita, blanquita y peladita. “buaaaaaaaaaaa me arruinaste la pierna” le grito a médico que le había sacado el yeso.

“Félix mi vida es normal” le explico su mamá

“no, no me dijiste que esto pasaría, lo sabías y lo permitiste” lloraba mirando su piernita, ahora como iría a la piscina, que vergüenza, como se luciría frente a Marcelita, mostrándole como podía hacer clavados, habían arruinado su vida.

“Félix tranquilo con rehabilitación tu pierna quedara como nueva”

“calla inútil la arruinaste, no la quiero como nueva la quiero como antes que me pusieras esta tonta bota, eres tonto” le grito frustrado a l médico, cosa que a su dulce madre no le gusto nadita, como se le ocurre comportarse así, por lo que más pronto que temprano le cayeron dos palmadas bien fuertes en su boca.

“Discúlpate Félix o te doy la zurra que estas pidiendo a gritos”

“BUAAAAAAAA ERES MALA LO SABIAS, ERES TAN MALA COMO ESE” dijo indicando al médico, “los odio quiero a mi papá” sentencio bajándose  de golpe de la camilla “BUUAAAAAAAAAAA MI PIERNA ME DUELE MI PIERNA, ME ROMPI MI PIESITO”

El médico reacciono antes que su madre y lo recogió del suelo para sentarlo en la camilla nuevamente le reviso el pie y la pierna, por suerte no se había hecho daño.

“está bien pero para descartar llamare a que le hagan una radiografía”
“Gracias” dijo la madre que le limpiaba las lagrimas a su retoño, pero en cuanto le medico salió hizo que Felixito se recostara boca abajo y le bajo toda su ropita.

“no mamita, me duele, mamita no lo hagas”

¡ZAS! ¡ZAS!

“mami no en casa te lo ruego”

¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS!

“no fue en casa donde te portaste mal hijo”

¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS!

“BUaaaaa mamaaa me dueleeee”

¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS!

“pusiste lastimarte de nuevo”

¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS!

“no quiero ni una queja porque te pego de nuevo, todo esto que ha pasado es por tu responsabilidad así que ni una solo jovencito si quieres volver a sentarte algún día”
¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS! Así dio por finalizado el castigo le acomodo la ropa y lo sentó en la camilla.

“te duele”

“snif mucho” lloraba el pequeño

“la pierna o el trasero”

“mi potito mamá”

“pues entonces ni una queja” le dijo seria, el médico entro con el enfermero y se llevaron a Fe a hacer la radiografía, una suerte que no se lastimo nada, por lo que solo le pusieron una tobillera.

El camino a casa fue silencioso, Félix estaba furioso con su madre y ella no podemos decir que estaba contento con él, por suerte su papá estaba en casa, y le tenía su comida favorita, Josefina lo había llamado para avisarle que  el niño había tenido un mal día y que necesitaría a su papá, por lo que Félix acomodo unas reuniones para poder ir a almorzar con su hijo.

“que le paso a mi Fe”

“la mamá me pego y el médico me rompió mi papita” lloro mientras corría a echarse sobre su papá

“pero que veo mi príncipe puede caminar solito… sin esa fea bota” dijo para distraer a su muchacho.

“buaaaaaaaaaaaaa pero mi pierna quedo feaaa buaaaaaaa no podre ir a la piscina esta flaquita y blanquita y no tiene ni un mísero pelito buaaaaaaaa mi vida se acabo ya no podre conquistar a Marcelaaaaaa porque estoy deforme ya no soy perfecto papá buaaaaaaaaaa”

“pero hijito te pagan para decir tanta tontera junta” ser rio Gustavo lo que indigno a Fe

“no te rías”

“pero si es cierto tu eres perfecto ya que eres la mezcla perfecta entre mamá y papá”

“puacala como me dices eso” eso es lo que ningún hijo quiere escuchar menso cuando lo está pasando en clases de biología el había nacido de un repollo.

“la piernita volverá hacer igual que la otra, la rehabilitación la fortalecerá, la pondremos al sol y los pelitos volverán a crecer”

“¿seguro?”

“seguro” le dijo su papá

“eres el mejor papá del mundo… ahora como solucionamos el dolor de mis nalguitas, mira que también te dije que la mamá me pego injustamente debo agregar”

“fácil le das un beso fuerte y un abrazo grande y le prometes no hacer mas tonteras de seguro se te pasa el dolor enseguida.

“no te creo mucho”

“cuando te he mentido”

Luego de meditarlo un rato respondió “nunca” y se fue al encuentro de su madre.

Quien al llenarlo de besos abrazos y darle un chocolate gigante hizo que todo el dolor en las nalguitas se desvaneciera en un segundo, si definitivamente su papito era mágico son solo unas palabras solucionaba toda su vida.