Páginas Amigas

miércoles, 12 de noviembre de 2014

Capitulo 5



Y mientras Bruno hacía ya rato que había acabado sus tareas del instituto, y se preguntaba cuanto más podría demorarse sin que sus tíos se olieran que estaba intentando eludir el castigo.
Moisés tampoco estaba deseoso de tener esa charla con su sobrino, por lo que estaba ignorando el hecho que a esas horas los chicos ya solían estar enganchados a la tele. Ana María sabía perfectamente a lo que estaba jugando Bruno, no podía enfadarse con el niño por intentar retrasar su castigo lo máximo posible. Ahí estaba su marido con 42 años haciendo exactamente lo mismo. Ana María tras suspirar por novena vez, decidió, que ya tenía suficiente y se levantó del sofá, apagó la tele, dejando a su marido descolocado. Pero tras 15 años casados, se conocían muy bien y Moisés sabía que Ana María lo había calado bien. Ana María le dio un beso en la frente y lo miró con ternura.
-          Tú y Bruno, siempre habéis tenido una relación muy especial, él siempre te ha idolatrado. Pase lo que pase, eso no va a cambiar. Bruno tiene muchos defectos, pero sabes muy bien que para esos tres la familia es lo más importante en el mundo.
-          Lo sé, y lo que me preocupa no es el hecho de que crea que después de reñirle y castigarlo Bruno vaya a dejarme de querer. Lo que me preocupa es que no sé qué decir ya. Ya le he dicho varias veces que la violencia no es la respuesta para nada y que hay que tener en cuenta los sentimientos de los demás. No solo los de la familia. Y ya ves, en unos minutos volveremos a tener esa charla, y sé que va a servir para lo mismo que ha servido las otras veces.
-          Cariño, no puedes tirar la toalla, tú no eres así.
-          Llevan más de un año aquí. David sigue sin amigos, Tara sigue haciendo como si sus padres nunca hubieran existido y Bruno sigue siendo un pequeño camorrista, y cada vez tiene menos de pequeño. Las cosas no van a mejor, van a peor. Si Natalia estuviera viva…
-          Bruno ya era así, antes de que Natalia enfermara, y lo sabes. En el parque solía quitarle los juguetes a los demás niños y siempre estaba peleando. Sé que es tu sobrino y que lo adoras, pero Moisés, la muerte de sus padres solo ha hecho que empeore algo que ya estaba mal. No digo que Natalia hicieran un mal trabajo como madre. La pobre estaba enferma y suficiente hizo, teniendo en cuenta todo. Y Bobby hasta la muerte de Natalia, los llevaba más o menos, pero nunca conectó con Tara, David es tan retraído como lo era el condenado de su padre, por lo cual llegar a él es casi imposible. Y creo que a ellos ya les estaba bien, así (dijo con disgusto). Y Bruno, Bruno siempre ha sido el pequeño, y siempre ha tenido a una madre enfermiza o unos hermanos sobreprotectores que le tapaban todas sus travesuras. Y ahora ya no es un niño pequeño y sus travesuras ya tienen poco de travesuras y mucho de crueldades.
-          ¡Ana María! (Moisés increpó a su esposa).
-          Nada de Ana Marias, cariño. Los chicos con nosotros son fantásticos, pero estoy harta de recibir quejas de los vecinos, de los clientes e incluso de las madres de alguno de sus alumnos. David por agrio y Bruno por salvaje. Y te recuerdo que tenemos un hijo de 10 años que creen que esos dos son el mismísimo mesías. Hay que pararlo ya. Y si tú no sabes cómo, yo sí.  Como diría tu padre. Mano dura (Ana María le dijo furiosa a su marido, porque estaba segura que de tratarse de Fran, su marido no sería tan inseguro).
-          ¿Eso crees? ¿Qué con una buena tunda todo estará solucionado.
-          Mira Moisés, me voy, porque no quiero discutir contigo. Bruno es el hijo de tu hermana, no de la mía. Haz lo que te venga en gana, pero no me vengas después a comer la cabeza.
-          Solo digo que las últimas veces que se ha metido en problemas, le he reñido, le he castigado y le he dado una buena zurra. Y sí está muy suavecito durante unos días, pero eso es todo.
-          ¿Entonces?
-          Cariño, no te va a gustar lo que voy a decir, pero lo diré igualmente (dijo Ana María acariciando a su marido),necesitamos ayuda, ayuda de un profesional.
-          ¿Un loquero?
-          Grrrr (gruñó desquiciada Ana María). Ahí te quedas (y salió del salón farfullando algo en italiano, al cabo de un minuto se escuchó  la puerta de la calle cerrarse. Moisés supo entonces que era el momento de hacerse cargo de Bruno. Moisés respiró hondo y se levantó del sofá y fue hacía la habitación de Bruno y David).
-          Toc toc (picó a la puerta, pero no esperó a la respuesta, acto seguido, abrió la puerta. La cara de Bruno era un poema, estaba aterrado). Tú y yo tenemos una conversación pendiente y ya está bien de hacerse el remolón (Moisés se sentó en la cama de David, Bruno no se movió ni un milímetro de su silla, prefería que su trasero siguiera en contacto con esa silla lo máximo posible). Bruno, estoy esperando una explicación, has tenido un par de días para pensar bien, así que espero algo más que un “no sé” (dijo Moisés imitando, a la perfección, a los chicos incluso en el hundimiento de hombros).
-          Tío…yo…no pensé, solo lo hice y ya está ¿Me vas a castigar con el cinto?
-          Eh, eh, eh. Alto ahí, muchas ganas tienes tú  que te caliente el trasero. Esto no funciona así. Cuéntame cómo fue y no te ahorres los detalles (Moisés se miró el reloj) tenemos todo el tiempo del mundo. Realmente quiero saber la razón porque lo hiciste eso a ese chico, hijo (dijo de una forma muy paternal)
-          Es que…no, no hay razón. Él estaba allí y entonces recordé una película, en que le hacían eso a un empollón, y pensé que sería divertido repetirlo con ese panoli (Moisés dio un manotazo en la cama, no soportaba a los abusones, y sabía perfectamente que así era como llamaban los abusones a los chicos que no eran populares).
-          ¡Bruno! (Moisés estaba respirando como un toro)
-          Lo siento, quise decir chico (corrigió en pánico).
-          Ya hablaremos después de eso de llamarles nombres a tus compañeros (dijo fulminante). Me estás diciendo que no hubo provocación, ni pelea, ni nada, ¡solo pensaste que ser cruel con ese chico sería divertido?
-          No pensé que era cruel.
-          ¿Ah no? Y crees que es desnudar a un chico y atarlo al mástil de la bandera para que lo vean todos los del instituto es algo bueno? Algo divertido? ¿Te paraste a pensar cómo te sentirías si te lo hicieran a ti? (Bruno bajó la cabeza y las lágrimas empezaron a deslizarse por sus mejillas. Odiaba que su tío lo castigara pero se sentía fatal cuando sentía que lo estaba decepcionándolo).
-          No, señor (dijo en un hilito de voz)
-          Nada de “señor” Bruno. ¡Maldita sea! (dijo dando otro golpe en el colchón) Me niego a creer que no eres capaz de diferenciar entre el bien y el mal.
-          Sí que soy (dijo gimoteando como si fuera un niño de 4 años en vez de 13).
-          Pues, no lo entiendo, Bruno. En serio que no lo entiendo (Moisés se pasó la mano por el pelo desconcertado). Sí sabías que estaba mal ¿Por qué lo hiciste?
-          ¡Ya te lo he dicho, joder! (le gritó desquiciado) No lo pensé, no me pongo a anular como un puto científico todo lo que hago, solo lo hice y ya está, ¿Vale?
-          ¡No, No vale! (dijo poniéndose en píe). ¿Sabes, Bruno? Las cosas te irían mejor si pensaras un poquito, solo un poquito, lo que vas a hacer antes de hacerlo (Bruno no se atrevía a mirar a los ojos a su tío, realmente estaba muy enfadado, no lo recordaba tan enfadado en su vida). Te repito lo que te hemos dicho antes, una cagada más y te sacó de ese instituto y te meto en un centro privado donde no vas a tener oportunidad alguna para hacer estupideces. (Bruno estaba demasiado asustado como para pararse a analizar las palabras de su tío). Lo que queda de curso se acabaron las salidas y el equipo de futbol, de casa a la escuela y de la escuela a casa (Bruno lo miró aturdido, justo acababan de empezar el tercer trimestre). Y a partir de la semana que viene vas a visitar a un psicólogo para ver si él puede ayudarte a controlar esos impulsos tuyos, porque está claro que a nosotros no nos haces ni caso. (moisés no creía mucho en los psicólogos pero si no llevaba al crio a uno Ana María se pondría insoportable. Además mal no le podía hacer ¿no?)
-          ¡QUÉ! NO, NI HABLAR. YO NO ESTOY LOCO, NO NECESITO NINGÚN LOQUERO, NO PIENSO IR (incluso dio un pisotón en el suelo).
-          No te lo estoy preguntando, te lo estoy diciendo. Y Bruno, por cada sesión que te saltes acabarás con un trasero muy adolorido  ¿He hablado claro? (Bruno no dijo nada solo se hizo pequeño pequeño pequeño) Y ahora (Moisés empezó a quitarse la correa), ambos sabemos lo que viene, pantalones y calzoncillos a bajo y sobre el escritorio (Bruno tragó saliva al oír la sentencia).
-          Por favor, tío, por fa, por fa, te lo suplico con el cinto no, por fa, con lo que sea menos con eso (suplicaba Bruno).
-          Bruno (Moisés se puso las manos en la cintura y arqueó una ceja).
-          Por fa, por fa, juro que nunca más seré cruel con nadie, lo juro (Bruno decía llorando).Por favor, tiito (intentó apelar a los recuerdos de cuando era pequeño).
-          Bruno, si he de ir yo y bajarte los pantalones y colocarte sobre la mesa, lo haré, pero a base de cintazos (Moisés no se estaba marcando un farol, Bruno sabía de propia mano, que salir huyendo u oponerse, solo significaba llevarse unos buenos correazos extras y también extras de duros. Así que se bajó los pantalones y calzoncillos y se agarró bien fuerte al extremo del escritorio).
-          ZWASS ZWASS ZWASS (Moisés no era un hombre de muchas palabras cuando zurraba a alguno de los chicos. sabía perfectamente que en ese momento uno solo está centrado en lo mucho que le duele el trasero y que se diría lo que fuese con tal de acabar con ese dolor cuanto antes. Así que era rápido y contundente. No brutal, no era necesario, la puesta en el escena, era casi el 80% del castigo, solo necesitaba asegurarse que los chicos relacionasen el dolor con el castigo. Así que el castigo no duró mucho, el cinturón duele muchísimos 12 cintazos son muchos. Y quien diga lo contrario es que jamás Ha recibido uno) ZWASS ZWASS
-          BWUAAAAAAAAAAAAAA AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH NOOOOOOOOOOOOO NOOOOOOOOOOO AUUUUUUUUUUUUUU LO SIENTOOOOOOOOOOOOOOO AUUUUUUUUUUU PERDOOOOOOOOÓN
-          SSSSSHHH YA, ya está Bruno y agarró a Bruno por el cogote suavemente y se sentó encima de la cama de nuevo, pero esta vez colocó al muchacho sobre sus rodillas (sabía que ahora el trasero le dolía horrores, así que las palmadas que le iba a dar solo eran para remarcar el mensaje) PLASS PLASS
-          AAAAAAAAAAAAAAAAU NOOOOOOOOOOO (Bruno se giró de repente y se llevó las manos al trasero para protegerlo. Pero Moisés que ya se esperaba esa reacción. Todos los chicos reaccionan igual. Le agarró ambas manos las quito del medio y durante un minuto azotó con gusto ese trasero, el chico aullaba como si lo estuvieran hirviendo vivo. Moisés no quería maltratarlo, solo castigarlo lo suficiente para que el chico abandonara esa actitud tan cruel y violenta).
-          PLASS PLASS PLASS PLASS (Cayeron las últimas palmadas que como siempre eran las más dolorosas. Y Moisés ayudó a ponerse de píe y subirse los calzoncillos a su sobrino) Venga, Bruno, ya acabó. Ya está. Ya no se volverá a repetir ¿verdad? ¿Ya entendiste, no?
-          Sí, señor. No volveré a portarme mal con nadie, lo juro (dijo mientras se sobaba el culo y se restregaba los ojos).
-          Esos espero, hijo. Eso espero. Pero ten en mente lo que hemos hablado antes. Piensa antes de actuar, sé que si te paras y lo piensas, dejarás de meterte en líos, eres un buen chico, eso no me cabe duda (y le dio un pequeño achuchón de cariño. En ese momento Bruno se calmó, solo cuando su tío le daba un achuchón o una caricia sentía que el castigo había realmente acabado).
-          Lo prometo, tío.
-          Muy bien (le acarició el pelo). Me voy a la cocina, por lo visto, hoy me toca cocinar a mi (dijo poniendo pucheros).
-          ¿Pizza?

-          Hoy no (dijo aguantándose las ganas de reír). A ver qué encuentro que pueda descongelar (dijo arroscándose la cabeza mientras salía de la habitación de sus sobrinos. Fue oír la puerta de la habitación de David y Bruno. Y David dejó su lectura en el portátil y se fue a comprobar cómo estaba su hermanito, aquella había sido de las duras, con el cinturón, ni más ni menos).

10 comentarios:

  1. buaaaaa... pobre Bruno!!!!! :(

    Tía mala esa... no me cae, no me cae y NO ME CAE!!!! =P

    Camila

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  2. Buen capi, aliviada de que al fin el chico ya no sufre la espera pero igual no le fue de rositas , veremos si esta vez hace caso eso de hacer crueldades no esta bien, nada bien.

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  3. tenaz....pobrecito Bruno.....la Tia como que esta muy dura con los chicos..uyyy pero bueno no son hijos de su hermana. Muy buen cap.

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  4. Litle me encantan tus historias..eres genial

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  5. LittleHoshi: Me alegra que les guste, muchas gracias.

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  6. mi querida Little....

    no pude ponerte un comentario en un inicio, pero ahora acabo de leer todo tu relato, estoy en un vilo por mi pequeñito, espero que solo sea una fea amenaza, de esas que te apretan el estomago y aceleran el alma, no pueden enviarmelo a un instituto militar, por favor
    y que este tio tenga un poquito mas de paciencia que vamos, Bruno noes malo

    me encato, espero loactualices prontito

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  7. Agh no se si me da peno o desteto a Bruno... me creas un conflicto

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  8. Pobre Bruno...
    grrrrrrr esa tia no la soporto..........
    Buna la historia como siempre....

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