Capítulo once

Moisés se fue al pequeño despacho que compartían su esposa y él en el garaje, necesitaba hacer unas llamadas antes de soltarle la bomba a su esposa. Sabía que Ana María no estaría de acuerdo y que intentaría desmontarle su propuesta a la más mínima oportunidad. Amaba a su esposa, pero eso no quitaba que la mujer pudiera ser bastante terca cuando se lo proponía. Era ese tesón lo que le había hecho prosperar, Ana María creció en un camping de caravanas y ahora era la propietaria de tres  tiendas gourmet de mucho éxito. Era una mujer que cuando se proponía algo no paraba hasta conseguirlo, Moisés admiraba eso de su mujer, pero en ocasiones, como esa, eso no era algo que jugara en su favor.

Moisés era de familia media-alta, sus padres le pagaron los estudios universitarios a él ya sus hermanos sin tener que hacer sacrificios.  Le ayudaron cuando se fue de casa, le compraron su primer coche y siempre se habían adelantado a todas sus necesidades. Eran unos padres justos y rígidos pero como cualquier padre no dudaban ni un segundo en ayudar en todo lo que podían y más a sus hijos.  Moisés era igual con Fran “mimos si, caprichos no” que decía su madre, y Ana María era de la misma opinión. Pero era cierto que Ana María tenía una perspectiva distinta de la vida.

Era la hora de la cena cuando su esposa, Tara y Fran llegaron a casa, los niños desaparecieron nada más llegar a casa. Moisés se imaginó que Tara estaría deseosa de hablar con sus hermanos y Fran, bueno Fran era muy cotilla, así que seguro que estarían los 4 en la habitación de David y Bruno.

-         Cariño, tenemos que hablar (Moisés le dijo a su esposa al quedarse a solas y cerró la puerta del salón para que no hubieran oídos curiosos que pudieran escucharles).

-         Sí es por la escuela, ya he llamado yo, puede empezar el lunes mismo ya…(dijo Ana María un poco altiva)

-         Alto, para, para, ¿cómo que  has llamado? (Moisés no salía de su asombro)  Pero… maldita sea, podrías disimular algo, joder, Ana María, (estaba molesto con su mujer porque no había perdido un segundo en llamar a la escuela)  no has tardado ni un segundo en agarrar el teléfono y llamar a la escuela, ¿no? ¿Lo tenías en llamada rápida o qué? (Moisés estaba molesto)

-         Se ha vuelto contra nosotros, Moisés (refiriéndose a Bruno) . No te das cuenta, hoy has sido tú ¿Cuánto tardará en atacarnos a Fran o a mí? Si a ti, todo lo grande que eres, te ha pateado crees que no se va a creer con derecho de patearnos a nosotros también? (Ana María dijo alterándose también ella. Su marido parecía ciego con esos chicos. Pero eran como un cáncer que los iba consumiendo) Sí, Moisés he llamado, igual que si tú me levantaras la mano agarraría al niño y me largaría lejos. Aquí no quiero ese tipo de actitudes, es mi casa y la de tu hijo  también ¿Recuerdas?

-         Ana María, no exageres, no es lo mismo (dijo negando con la cabeza y empezando a pasear por la habitación como hacia cuando algo le rondaba la cabeza).

-         La violencia es violencia, Moisés. Y ya lo habíamos hablado si volvía a hacer de la suyas iba directa a esa escuela, sin peros (Ana María se mostraba tajante. Y lo cierto es que lo del Mauritania había sido idea de él, ella solo le había sugerido un cambio de escuela). Hay que ponerse serios con Bruno o sino esto va a acabar muy mal.

-         Grrrr (gruñó Moisés en signo de frustración).

-         ¿Qué ha pasado con David? (Ana María dio por cerrada la discusión y pasó a otro tema) ¿Se droga, no?

-         No, no se droga (le contestó  irritado, Ana María le echó una miradita y Moisés intentó bajar los humos). Se hace cortes, fue a un complejo de oficinas cerca del puerto para poder hacerse esos corte, en casa siempre están los niños o nosotros, por lo que necesitaba un sitio con algo de intimidad para hacerse los cortes (mientras hablaba la cara de horror de Ana María iba aumentando).

-         Llamaré al terapeuta de Bruno, hay que pedir cita para mañana mismo (dijo y fue hacia el cajón donde tenía uan pequeña agenda de teléfonos con los teléfonos importantes anotados).

-         Sí, yo mañana lo llevaré a la clínica para que le hagan un chequeo completo.

-         Sí, pobre chico (Ana María se mordía el labio inferior como solía hacer cuando estaba preocupada y creía que nadie la miraba)  ¿Cómo ha podido hacerse algo así? (dijo con tristeza Ana María. Ana María estaba convencida que David no estaba bien, pero todo ese tiempo pensó que el chico fumaba porros o tomaba otro tipo de drogas. Ya se sabe “de tal palo, tal astilla”. Pero lo de hacerse cortes a si mismo era una cosa bien distinta, era como entrar en otra dimensión de anormalidad).

-         No lo sé, francamente me ha dejado fuera de juego. Llevo dándole vueltas a una cosa toda la tarde y necesito que me escuches con la mente lo más abierta posible (Ana María se lo quedó mirando preocupada)

-         Escucho (dijo agarrándole dulcemente las manos a su marido para que hablara con franqueza y sin miedos, eran un matrimonio y debían estar juntos a las duras y las maduras).

-         He pensado en tomarme una excedencia, he llamado a Pedro (su jefe de departamento) y no cree que vayan a ponerme ningún problema, porque me tome un año sabático. 

-         ¡QUÉ! ¿QUÉ VAS A HACER QUÉ? ¿TE HAS VUELTO LOCO? ¿Y TU CARRERA QUÉ?

-         Cariño, cálmate, solo será un año, no pasa nada y no es como si dejara todo, puedo centrarme en la parte de investigación, ya sabes hace tiempo que no público, por falta de tiempo. Pero creo que debería de tomarme un año, para estar más con los chicos. Es obvio que necesitan mucha atención. Debí tomármelo cuando llegaron, pero sinceramente esperaba que el tiempo pusiera las cosas en su sitio, pero en vez de eso, lo ha empeorado todo.

-         ¿Crees que por tomarte un año vas a arreglar a esos dos? (dijo con sarcasmo)

-         Sino lo intento no lo sabré (Moisés estaba un poco harto de esa desconfianza), y no quiero vivir con eso en mi consciencia.

-         ¿Y cuál es el plan te quedas en casa y esperas a que exploten?

-         Ana María… (dijo avisándola que se estaba pasando). He pensado ofrecer mis servicios en el Mauritania, un par de horitas al día. Y después estar con ellos cuando regresen y vigilar que David no se corte y trabajar con el control del carácter de Bruno. Además también me gustaría hablar más con Tara y con Fran. Tienes razón Fran idealiza a sus primos y últimamente tiene unos detalles  que no me hacen ni pizca de gracia. Tiene 10 años, es demasiado joven, para tanta rebeldía y réplica.   

-         ¿Ya está? Decidido, no? Vas a dejar ti trabajo en la universidad durante un año. No e suficiente darles una casa, unos estudios, una familia, toda la paciencia del mundo, ahora también te van a robar tu carrera.

-         No me roban nada, solo es un año, un curso lectivo, y ya te he dicho que aprovecharía para investigar y publicar.

-         ¿Y piensas llevar a los dos al Mauritania? Mira, Moisés, Bruno lo necesita como el comer, pero David…es un chico demasiado…demasiado…es muy sensible. Un sitio así es para centrarse y dejarse de payasadas. Aprender no solo conocimientos sino también disciplina y principios morales sólidos. David no tiene problemas de disciplina, ni de autocontrol…

-         Se corta Ana María, se corta, tú no le has visto los brazos. A demás no eras tú la que estaba tan interesada en que fueran a ese centro.

-         A que fuera Bruno, Moisés. A que fuera ese pequeño demonio de Tasmania. David es educado, obediente y buen estudiante, no lo veo yo allí.

-         Si, y lleva mintiéndonos des de que puso el píe en esta casa. ya se cortaba en casa de mi hermana, empezó cuando le dijeron que no había cura. Todo este tiempo lo ha estado en nuestras narices, nos ha estado haciendo creer que todo estaba bien, que él único que tenía problemas era Bruno. Tú no dejas de decirme que lo de tara no es normal, ¿pues entonces lo de David que es?

-         Una enfermedad. Y como todas las enfermedades las debe de tratar un médico. Sé que parece increíble que sea yo precisamente la que diga que no debes de llevar a uno de tus sobrinos al Mauritania, pero al igual que creo que a Bruno le va a hacer mucho bien, al igual creo que con David te equivocas.

-         Al menos en el Mauritania estaremos seguro que está en la escuela y no en cualquier sitio de mala muerte dañándose a sí mismo.

-         Te vas tomar un año, ¿No es así?  Pues en vez de ofrecer tus servicios a un instituto, porque no te quedas en casa y le das clases en casa a David. Así te asegurarás las 24 horas que está bien y que no se hace daño (Moisés se quedó pensando un rato en eso último que acababa de decir su esposa. Tenía razón, David no era el prototipo de alumno del Mauritania, no tenía problemas en la escuela ni con la autoridad. Y puesto que se iba a tomar un año sabático podría darle clases en casa. Ana María se sentó sobre el regazo de su marido y abandonó el tono duro y se puso dulce) Sé qué piensas que no trago a tus sobrinos, pero no es así. Les quiero y quiero lo mejor para ellos, pero no a cualquier precio. Tómate ese año si quieres, pero solo eso. Y si eso no funciona, entonces Moisés, tendremos que hablar muy seriamente y ver que opciones nos quedan (Moisés se tomó eso como un ultimátum tenía un año para “arreglar” a sus sobrinos o lo más probable es que acabarían separándolos y enviándolos cada uno con un tío. Y Tenía muy claro que Ana María abogaría por Tara dejando a los que más los necesitaba con su hermano Jesús que no tenía ni idea de paternidad y con el hermano de Bobby, el cual apenas conocía).

-         Un año (dijo como si aceptara aun reto amistoso).

-         Un año (repitió ella, pensando que solo era retrasar lo inevitable)