Páginas Amigas

miércoles, 31 de diciembre de 2014

Capitulo 15



Ana María después de la discusión con su marido, se quedó muy tocada, secada vez estaba más convencida que ese niño iba a ser el fin de su matrimonio. Ese mocoso era un pequeño delincuente y su marido estaba cegado por el amor que sentía hacía su difunta hermana para reconocerlo.  Bruno necesitaba mano dura y a Moisés le costaba mantenerse firme cuando se trataba de esos tres. Y estaba convencida que los chicos, sobre todo Bruno, se aprovechaban de su marido. Tras la rabieta inicial, Ana María empezó a calmarse, quizás no debió ocultarle el tipo de disciplina que se llevaba a cabo en el Mauritania. Moisés era muy sensible con ciertos tipos de disciplina. Era consciente por el calvario que pasaron David y Tara en  los últimos años de vida de su madre. Pero Bruno necesitaba mano dura, y unos cuantos azotes, no eran mano dura. No se trataban de trastadas, Bruno podía  a llegar a ser muy  cruel y violento. Y no era cosa suya, sus profesores estaba de acuerdo. Y la excusa del pobre huerfanito no le serviría ante un tribunal. Ellos no parecían ser capaces de pararle los pies, por eso pensó en el Mauritania. Y seguía pensando que era una buena idea, lo único de lo que no estaba orgullosa era de haberle ocultado a su marido lo de sus métodos de disciplina. La había cagado y bien cagado, solo esperaba que su marido pudiera perdonarla. No soportaba la manera con que le había mirado y la forma en que se habían hablado. Ellos se querían, jamás deberían de tratarse así, pero en la vida las cosas no siempre son como deberían ser. Si las cosas fueran como tendrían que ser, la madre de los niños seguiría viva, y ellos seguirían siendo los tíos guays que se los llevaban de acampada. Pero en vez de eso, ahora aquellos tres inadaptados estaban consumiendo a su marido, a ella y a su matrimonio.

Moisés no quería irse a la cama, no sabía ni que haría ni que diría cunado viera a Ana María a solas. Amaba a esa mujer, y él sabía que ella lo amaba a él. Pero también sabía que lo que había hecho no estaba bien. No era ningún secreto que Ana María no estaba cómoda teniendo a sus tres sobrinos en casa. Cuando murió el padre de los chicos y Moisés decidió traérselos a casa, fue una decisión tomada  de forma unilateral y ella había accedido en abrir las puertas de su casa a los tres, solo por él. Moisés lo sabía y le estaba agradecido. Pero en el fondo Ana María no los quería allí, no lo había dicho nunca, pero estaba claro. Y después de lo del Mauritania había quedado clara una cosa más no solo no los quería en su casa sino que poco o nada le importaba lo que les pasara a esos tres.
¿Y qué debía hacer él ahora? por una parte estaban sus sobrinos y por otra su mujer y su hijo. Moisés sabía que ante todo era padre, pero esos tres eran los pequeños de su hermanita, y se había hecho una promesa a si mismo que los protegería y les ayudaría en todo lo que estuviera en sus manos.
Era casi la una cuando David, se levantó de la cama y con sumo silencio, empezó a meter en la mochila de acampada todo lo que creyó que era primordial, una vez llena, hizo lo mismo con las cosas de bruno. David aunque quería creer a su tío, sabía que le había costado muy poco despreocuparse de Bruno. Ni siquiera había comprobado personalmente a que tipo de sitio enviaba a bruno. Solo se había fiado de lo que aquella bruja le había dicho. Y era una obviedad que Ana Maria no tragaba a Bruno y que se la tenía jurada. Y confió en una persona así para elegir la escuela de Bruno. Por supuesto que iba  a ser una especia de Guantánamo. Él le juró que nunca les fallaría, y le había mentido. Ya no era un niño pequeño, ya no debía aguantar por su madre, ahora era mayor y no estaba dispuesto a pasar por lo mismo otra vez, y mucho menos iba a permitir que Bruno pasara por aquel infierno.
-         Eyyy, enano (le susurró mientras lo movía con cuidado para despertarlo)
-         Grrrrr (gruñó y se tapó la cabeza con la almohada).
-         Venga, Bruno despierta (le dijo con sumo cuidado de no alzar al voz. Bruno lo miró con cara de psicópata, no era de los que tenían buenos despertares). Bruno, vístete, nos vamos.
-         ¿nos vamos?
-         Si, venga, ponte la ropa (y le lanzó unos pantalones y una camiseta).
-         ¿A dónde? ¡Es la una y veinte, tarado!
-         Shhhhhh, vas a despertarlos a todos, venga que hemos quedado con Tara a y media abajo.
-         ¿Pero de qué narices hablas David?
-         Nos largamos, lo de hoy es solo el principio, lo sé, ya he pasado por esto. Nunca es culpa de ellos, siempre es por culpa nuestra o un accidente (David hablaba a mil por hora) es cuestión de tiempo que no vuelva todo a …(David se detuvo y se quedó mirando a su hermano que lo miraba como si se hubiera vuelto loco). Nos vamos a casa de los abuelos.
-         ¿a casa de los abuelos? ¡Ni de coña! Prefiero quedarme aquí con la bruja de Ana María.
-         No sabes lo que dices. Anda, ponte la ropa.
-         Los abuelos son viejos (David no pudo evitar rodar los ojos ante tal obviedad) quiero decir son viejísimos y su casa huele raro y la abuela siempre llora cuando nos ve. Y…
-         Cállate ya, y vístete (dijo nervioso mirando s su reloj).
-         Yo no quiero ir a casa de los abuelos (dijo poniendo morros y cruzándose de brazos).
-         Bruno, no hay tiempo para esto, de camino a casa te lo explico.
-         ¡NO! (dijo Bruno poniéndose muy serio)
-         ¡Shhh. No grites, gili! Los despertarás a todos.
-         Me da igual, yo no voy a ninguna parte, no sé que miera te ha dado ahora, pero a mi me dejas en paz ( y se volvió a meter en la cama).
-         Bruno grrr Bruno (Intentaba con todas sus fuerzas no gritar y no estrangularlo) Bruno, mueve el culo, nos vamos, si no te vístete sacaré en pijama (lo amenazó cosa que hizo que bruno se girara para mirar a la cara  a su hermano).
-         Grábate esto en la mollera, tarado. Yo no me voy a casa de los abuelos. El tío ha dicho que este año nos quedamos en casa los dos, tío, sabes, que significa eso, nada de uniformes, nada de zapatos incomodos, nada de madrugar, no más profes imbéciles de gimnasia, no más comida de cafetería, no más…
-         Bruno, no le importamos, le da igual, se lavó las manos.
-         Claro, y por eso, en cuanto lo supo, tardo cero coma en llamar para sacarme, por eso ahora vas a todos esos loqueros, por eso está dispuesto a enfrentarse a la tía,…venga dime que no te diste cuenta, no sean dirigido la palabra en toda la cena. Ojala le dé la patada.
-         Eso no va  a pasar y lo sabes.
-         ¿no puede uno soñar?
-         Bruno, me hizo una promesa y la ha roto (dijo muy serio David).
-         Y tu te has estado cortado durante años y no nos has dicho anda ni a mi ni a Tara. Soy tu hermano,¡ Joder! ¡Eso si que es traicionar a alguien y no esta mierda!.  Y ahora déjame dormir de una puta vez, ¿No ves que estás haciendo el capullo? El tío ya dijo que no tenía que volver allí, y estaremos todo el año que viene juntos (esto último lo dijo como si le hubiera tocado la lotería. En ese momento Tara entró en la habitación).
-         ¿Pero a qué estáis esperando? Luke está ya fuera (dijo Tara enfadada).
-         Pues dile a ese Ken que se largue yo no me voy a ninguna parte (y se tapó con la sabana hasta el flequillo).
-         Bruno, no es momento para hacer el idiota, nos vamos.
-         ¿tú también? Una cosa es que aquí el tarado de los cortes se le haya ido la olla y otra que a miss perfección también.
-         Bruno si no te levantas de esa cama  ahora mismo te juro que le contaré a todos tus amigos hasta que edad mojaste la cama (Bruno la miró indignado y ofendido). Hablo en serio, canijo, nos largamos de aquí, las cosas se han puesto difíciles aquí, es hora de largarnos antes que sea demasiado tarde. Confía en nosotros, nos tenemos que ir.
-          Os recuerdo que fue a mi a quien el dieron con la vara, si joder, dolió, pero no es para tanto, de verdad, ¿estáis colocados o qué?
-         Bruno, no es momento para esto, créeme cuando te digo que debemos irnos, confía en nosotros.
-         Estáis mal de la cabeza, el tío no es papá (y David y Tara se quedaron blancos como el papel) No me miréis así, era pequeño no ciego o sordo. Sé perfectamente lo que os hacía papá cuando se enfadaba. Y el tío no es igual, papá era un puto tarado, no le importábamos una mierda, solo quería a mamá. Lo dejó muy claro (haciendo referencia al suicidio. Ni David, ni por supuesto Tara, jamás habían hablado de la muerte de su padre entre ellos). Suicidarse fue lo único bueno que hizo des de que mamá enfermara (sentenció finalmente)
-         Bruno (le riñó David)
-         No me digas “Bruno” los dos pensáis igual que yo. No me seáis hipócritas. Quizás el tío a veces es un coñazo y si joder odio cuando se pone en plan “estoy muy decepcionado contigo”, pero en este año y medio se ha preocupado más por mi que papá en toda su vida. Yo no recuerdo como era papá antes de que le diagnosticaran a mamá cáncer. Simplemente no tengo esos buenos recuerdos de él (sabía que sus hermanos si que lo tenían y él le gustaba hacer como si también los tuviera para estar más unidos a ellos). Y si me encantaría que tía Ana María fuera abducida por alienígenas, pero eso no va a pasar, y me aguanto. Tengo 13 y tengo más cabeza que vosotros dos. El tío no permitirá que nada malo nos pase. Los abuelos son viejos, muy viejos, y no tienen ni idea de que hacer con un capullo que le mola cortarse, con una controladora compulsiva y con un …bueno ya sabéis conmigo. Si vosotros os queréis largar, pues muy bien, largaros. Pero yo no lo dejo solo con esa bruja. ¿Habláis de traición? Pues de toda la gente que conozco, él es único que no me ha traicionado nunca.
-         Bruno… ¿Qué te pasa? Esta tarde eras tú él que te querías largar de aquí y ahora lo estás defendiendo como si te fuera la vida en ello? (dijo atónito David que no se creía lo que estaba escuchando).
-         Eso fue antes de que el tío dijera que no tenía que volver allí, no lo sabía, no lo sabía, ¿entendéis? (y sin darse cuenta los chicos habían ido alzando progresivamente  la voz, Moisés que seguía viendo la tele en el sofá intentando evitar regresar a su dormitorio escuchó los gritos y corrió a ver lo que pasaba).

-         ¿Pero... Qué pasa aquí? ¿Qué son estos gritos a estas ho-ras? ( dijo Moisés al entrar por la puerta y se quedó helado mirando las mochilas del suelo)

2 comentarios:

  1. Uyyy pobrecitos.....pero bueno parece que en toda su locura Bruno no es tan impulsivo y reconoce que el Tio es buena nota.....y si ojala y a la Tia se la come un hombre lobo o olgo asi.

    Exelente Little

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  2. EseMoises aveces me agrada pero aveces!!
    Aunque Brunotuvo buenos puntos!!
    PObres de los otros dos se ve que si sufrieron antes con su Papá!!!

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