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domingo, 12 de abril de 2015

CAPITULO 2: LECCIONES DE SEGURIDAD



CAPITULO 2: LECCIONES DE SEGURIDAD

A Christopher aún le escocían los ojos. Después de que Peter firmara aquél contrato, lo cegó una luz potente y poderosa que deslumbró a todos los presentes. Era como si el universo quisiera constatar que lo que acababa de pasar era algo grande.

Chris no puso evitar recordar todo lo que habían recorrido hasta llegar ahí. Cómo sus hijos descubrieron que existía la magia. Cómo habían descubierto que ellos también la tenían. Cómo Peter había creído que su deber era exterminar a los demonios….y ahora era su rey.

Un rey demoníaco que si cometía un error podía pagarlo con su vida. En otro tiempo, Chris hubiera dicho “mi hijo jamás matará a un inocente”. Pero había visto demasiadas cosas, y había entendido que uno no siempre tiene el control de la situación cuando hay magia de por medio.

En cualquier caso, ese contrato era un error. Christopher aún no podía creer que Peter lo hubiera firmado. ¡Él le dijo que no! ¡Le dijo que no lo firmara! ¿Acaso ahora lo que él dijera no iba a contar para nada?

Aquellos dos últimos meses habían sido extraños. Todo había sido muy difícil, así que Chris había dejado pasar algunas cosas. Pequeñas peleas que fingía no ver y otros asuntos por los que normalmente les habría regañado. No quería ser el malo después de tantas emociones, y tantas subidas y bajadas. Pero tal vez sus hijos lo habían malinterpretado y ahora se pensaban que podían hacer lo que les diera la gana.

O tal vez solo fuera Peter, tan sumamente poderoso que la opinión de su padre de pronto no le importaba.

Chris había tenido la esperanza de que al volver de la muerte su hijo fuera un luz blanca, como él. Pero aquél no era su destino, y tuvo que aceptar que fuera un demonio. Demonio o no, seguía siendo su hijo, y él le dijo que no firmara aquél papel.

Cuando llegaron a casa Nick estaba muy callado, asimilando aquella novedad, y Peter tenía una expresión perdida  en la mirada, como si se sintiera extraño en su propio cuerpo. Chris en cambio estaba furioso.

-         ¿CÓMO HAS PODIDO HACER ESO?

-         ¿Papá? – preguntó Peter, algo impactado por aquél grito, dirigido claramente hacia él.

-         Sí, exacto, papá. ¡PAPÁ!  Tu padre. El mismo que te dijo que no firmaras eso. Cuando yo digo que no…

-         ….es no. Sí, esa me la sé. Pero no esta vez. – cortó Peter, lo que no contribuyo a tranquilizar a Chris. Ese tono ligeramente altanero era más propio de Nick que de él.

-         ¿Y SI LO SABES, POR QUÉ NO HICISTE CASO?

-         No era decisión tuya. Era algo que sólo me incumbía a mí.

-         ¿Qué solo…? ¿Pero tú te crees que aquí cada uno va por su lado? ¡Somos una familia! ¡Claro que me incumbe cuando decides hacer algo estúpido que puede costarte la vida!

-         ¡No pienso matar a nadie así que no correré ningún peligro!

-         ¡Disculpa si no te creo después de haber visto como te desangrabas delante de mí!


Christopher se arrepintió nada más decirlo, porque sabía que esas palabras le harían daño a Peter, pero era algo que tenía atragantado, como una espina clavada que se tenía que sacar. ¿Cómo le pedía que no se preocupara,  cómo le decía que no iba a correr peligro cuando él le había visto morir…cuando le había visto suicidarse?

No había palabras para describir el miedo que sentía cada vez que recordaba aquello. Todas las noches tenía pesadillas con lo mismo.

Peter le miró muy dolido, y poco a poco su expresión herida se fue transformando en una de enfado.

-         ¿ME LO VAS A RECORDAR TODA LA VIDA?  - chilló.

-         ¡PUES NO LO SÉ, PORQUE DUDO QUE A MÍ, A TUS HERMANOS, O A CUALQUIERA SE LES OLVIDE! – replicó Chris, gritando también, con las emociones a flor de piel. Después se dijo que debía mantener la calma, y respiró hondo para dejar de gritar.  – No me pidas que no me preocupe por ti, porque no puedo hacer eso. Me preocuparé siempre, por todos vosotros.

-         Pero más de mí ¿no? ¿Es eso? ¿Temes que haga alguna locura?

-         ¡Eso ya lo hiciste al firmar ese maldito papel! ¡Ni siquiera sabemos las consecuencias de lo que has hecho! El inframundo nunca ha tenido nadie que lo gobierne… Hablamos de demonios aquí. Seres despiadados que podrían matarte en cuanto cierres los ojos, solo para poder ocupar tu puesto.

-         ….Te olvidas de que Nick y yo somos demonios también.

-         Sois diferentes. Nick es medio demonio y tú…tú tienes alma.

-         Los demonios tienen hijos como las personas. Me niego a pensar que nacen ya malvados. Me niego a pensar que no se pueda conseguir nada bueno de ellos. Voy a pensar en una manera de…

-         No, tú no vas a pensar nada – cortó Chris – Llamaré al abuelo y buscaremos una forma de anular ese contrato….

-         Tendréis que pasar por encima de mi cadáver  - replicó Peter.

-         ¡Eso no lo digas ni en broma! ¡Precisamente es lo que quiero evitar! ¿Es que no lo entiendes?  ¡QUIERO EVITAR QUE TE MUERAS! ¡OTRA VEZ!

-         Deja de gritar….estás medio histérico… mejor me voy a dar una vuelta y hablamos cuando estés más calmado.

-         ¡No, de eso nada! ¡Se acabaron los paseos para ti, y no vuelvas a llamarme histérico!

-         Pues no te portes como uno. ¿Ahora estoy encerrado? No vas a impedirme ir a donde me corresponde.

Christopher entrecerró un poco los ojos.

-         ¿Y qué lugar sería ese?

-         Ya lo sabes. El inframundo. El hogar de los de mi especie.

-         ¡TU HOGAR ESTÁ AQUÍ CONMIGO!

-         ¡YA SÉ QUE SÍ, COÑO! ¡PERO NO PUEDO OBVIAR LO QUE SOY! ¡VOY A IR ALLÍ Y NO PUEDES IMPEDÍRMELO!

Chris se acercó a su hijo, le agarró del brazo, y le dio una palmada fuerte sobre el pantalón.

PLAS

-         ¿Quieres ver cómo sí puedo?  PLAS   No me grites ni me hables así. PLAS  No vas a ir a ningún lado, Peter, y menos a ese…nido de serpientes….

-         ¡ESE NIDO DE SERPIENTES COMO TÚ LO LLAMAS TIENE RESPUESTAS SOBRE MI MADRE Y SOBRE LO QUE SOY! ¡PÉGAME CUANTO QUIERAS PERO LLEVO SEMANAS LLENDO ALLÍ Y PIENSO VOLVER!

Peter echó a correr escaleras arriba y cerró la puerta de su cuarto de un portazo. Chris respiró hondo para contener los deseos de estrangularlo. Sentía los ojos de Nick clavados en él como los de un inquisidor.

-         Hubo un tiempo en el que no creí que Peter pudiera reaccionar así, y hablarte de esa manera – dijo Nick, con algo de tristeza – Las cosas han cambiado mucho desde entonces.

-         No han cambiado tanto, Nick. Tu hermano sigue siendo tu hermano, sigue siendo él mismo, pero tiene que enfrentarse a cosas muy complicadas. Si algo he aprendido es que cuando se pone tan rabioso lo que en realidad está ocultando es su miedo. Algo que también haces tú, por cierto.

-         Tal vez….

Chris se acercó a darle un abrazo reconfortante. Sabía que Peter no era el único con problemas. Nick había sido el que compartió las visiones de Victoria, y ver aquellos sucesos hipotéticos tan horribles no tuvo que ser fácil. Chris no era el único que tenía pesadillas.

-         ¿Por qué no pones algo en la tele, y vas pensando en algo rico que hagamos de comer, mm? ¿Te apetece?

-         ¡Sí, sí, sí!

Chris le dedicó una sonrisa, confirmando lo que él mismo había dicho: las cosas no habían cambiado tanto. A su hijo aún le gustaba cocinar con él.

Algo más tranquilo, subió a hablar con Peter. Esperó unos segundos al otro lado de la puerta a ver qué se escuchaba, pero solo le llegaba el sonido del silencio, así que finalmente se decidió a abrir.

Peter estaba sentado en su cama y parecía mucho más tranquilo que antes de subir.

-         Siento haberte hablado así… - murmuró. – Lo siento mucho.

Pese a todo, Chris no pudo evitar sonreír. Escuchar esa disculpa en labios de Peter, con esa expresión alicaída y esos ojos brillantes le demostró que, demonio o no, aquél seguía siendo su niño inseguro y bueno, capaz de darse cuenta de cuando se equivocaba y de enmendarlo.

-         Te creo, Pete. Pero no fue eso lo que me hizo enfadar.

-         También siento haber firmado tan…impulsivamente….pero en verdad no me arrepiento de haberlo hecho, ni de haber ido al inframundo.…es lo que soy, papá…

-         Ese lugar es peligroso.

-         Muchas cosas lo son….

-         ¡Esto más! ¡Y ahora me entero que has estado yendo desde hace semanas!

-         Si no lo sabías era porque no querías saberlo…. Mentirías si me dices que no sospechaste ni un poco.

-         No quería creer que eras tan inconsciente.

Peter agachó la cabeza. A Chris le gustó ver que ya no le replicaba. Suspiró, y se sentó a su lado en la cama.

-         Tesoro…perderte…aunque fuera solo por un rato…..pensar que no iba a volver a verte más, ha sido la cosa más dolorosa que me ha pasado nunca. Tienes que entender que me aterre pensar que puedo perderte de nuevo.

-         Yo… lo de ese día…

-         Lo que pasó, pasó, Pete. Pero haré lo que pueda y más para que no pase de nuevo. Y eso incluye ponerme algo duro en lo que respecta a la seguridad.

-         Y supongo que eso implica que estoy frito por haber firmado eso y haber ido al inframundo.

-         Ya sabía yo que tenía un hijo muy inteligente.

-         Hace mucho que no me castigas – protestó Peter, poniendo una expresión muy parecida a un puchero - ¿No podríamos seguir así? Ya me diste tres palmadas abajo.

Peter se venía muy tierno así, pero Chris tuvo que sobreponerse a eso.

-         Escúchame, Peter. Jamás te castigué por lo que pasó hace dos meses porque consideré que todo había sido demasiado intenso, y quise creer que no volverías a hacer algo como eso de nuevo. Pero lo de hoy me ha demostrado que sigues sin tener el más mínimo aprecio por ti mismo; sin preocuparte por lo que te pueda pasar. Si tú no vas a hacerlo, yo lo haré por los dos.

Peter suspiró, convencido de que no era posible hacer que su padre cambiara de opinión, y se puso de pie, únicamente para colocarse tumbado sobre las piernas de Chris. Sabía perfectamente cómo iba aquello y solo quería que acabase cuanto antes.

-         Buen intento, Pete, pero esos pantalones van abajo.

-         Jo….papi…

Haciendo oídos sordos al “papi”, Chris le incorporó y le bajó la ropa.

- Debería ir a por el cepillo, así que ni te molestes en protestar.

A partir de ese segundo, Peter se quedó en silencio. Se dejó tumbar de nuevo y no opuso ninguna resistencia. Tampoco acostumbraba a hacerlo.

Christopher sabía que Peter era ahora más fuerte. Más fuerte que él, y que cualquier persona, porque era un demonio, y no cualquier demonio, sino un demonio bestia muy poderoso. Sabía que era más fuerte, y que por tanto si le castigaba con su mano iba a sentir poco más que caricias, pero se negaba a emplear más fuerza que de costumbre en aquello. Siempre se había tratado de dejar una impresión, no de hacerle daño o de golpearle con fuerza.


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Peter se revolvió mucho, y Chris tuvo que parar para sujetarle.

-         Estáte quieto – dijo, tratando de sonar firme, pero no duro.

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-         Au….ya papá….ya….

-         Peter. Ambos sabemos que bajar a ese lugar es peligroso, y merece más que unas pocas palmadas. Apenas estoy empezando, hijo.

- Pero me estás dando…snif…muy fuerte.

-         Para nada.

Chris estuvo tentado de rodar los ojos ante lo que consideró una actitud infantil y un intento de manipulación, pero entonces se dio cuenta de que Peter no mentía: realmente estaba llorando, tratando de que no se le notara.  Tal vez estaba sensible. Motivos para estarlo no le faltaban.

Chris decidió darse prisa en terminar aquello.

-         No quiero que bajes allí nunca más.

-         Pe…

-         Déjame terminar. Sé que alguna vez tendrás que ir. No soy idiota. Sé que eres un demonio y aunque pienses que no, estoy bien con eso. Te lo dije más de una vez: yo te querré siempre, seas lo que seas. Sé lo que eres, acepto lo que eres, y entiendo lo que implica. Pero si tienes que bajar ahí, no será tu solo, y no será a escondidas. Yo iré contigo.

-         Snif….


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-         Ay….au…papá….ya, por favor….

-         Tu abuelo y yo buscaremos el modo de anular ese contrato y nunca más volverás a hacer algo como eso. Si te digo que no hagas algo no lo haces, y ¡¡más si se trata de firmar un contrato que puede implicar tu muerte!!


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Peter empezó a llorar con demasiada fuerza, y Chris se alarmó un poco. Se detuvo y dejó su mano sobre la espalda de su hijo, en un gesto que pretendía ser reconfortante. Sabía que Peter lloraba muchas veces por causas emocionales más que físicas así que intentó buscar qué podía ser.

-         No me enfadé por que seas un demonio ¿entiendes? No tengas miedo de eso. Eres mi hijo, y eres perfecto tal y como eres. Sé que estás asustado, que ese contrato te asusta y que creíste que debías firmarlo. Tu abuelo y yo lo solucionaremos. – le susurró, acariciándole la nuca, pero Peter no dejaba de llorar.

Christopher le incorporó y le subió la ropa. Le ofreció luego un hueco entre sus brazos, el cual Peter aceptó efusivamente, lanzándose a ellos sin dejar de llorar.

-         Me ha dolido mucho – se quejó. Sonaba sincero.

-         ¿De verdad? Pero…si ahora eres más fuerte.

-         Snif. Pues me dolió.

-         Bueno, bueno, ya…..Ya está, ya pasó. Por eso hay que hacer caso ¿eh?

Enredó los dedos en el espeso pelo rizado de su hijo, y disfrutó de tenerle así, junto a él, mimoso, sano y salvo. Le dio un beso y le miró a los ojos.

-         Te quiero, Peter. Te quiero mucho.

El chico se acurrucó en su pecho, y cerró los ojos, escondiéndose en  el huequecito del cuello de Chris.


-         Y yo a ti…  - susurró.

3 comentarios:

  1. Ojala se anule ese contrató continúala pronto por favor.

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  2. Siii dream que se anule vuelve a tus raices de problemas tipicos de familia
    y con este capitulo recupere el amor por ti

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  3. mi precioso demonio de nuevo castigado, joooooooo, no hay derecho, jjjj

    Apoyo el pedido que su abuelito luz blanca y radiante, vamos que rompa el contrato, Peter es un niño todavía y merece vivir feliz con su papá y sus hermanos

    Marambra

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