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jueves, 7 de mayo de 2015

SI ODIO TODO SOBRE USTED, PORQUE DEBO AMARLO? CAPITULO 14




SI ODIO TODO SOBRE USTED, PORQUE DEBO AMARLO?
CAPITULO 14

Los días de esa semana de retiro en la cabaña al lado del lago, habían pasado verdaderamente tranquilos, a pesar de un inicio algo accidentado transcurrían llenos de armonía para la familia Contreras Torres.
Angélica María, estaba extasiada mientras disfrutaba de la impresionante colección de obras de arte, libros y discos de música de todo tipo, que había en el amplio estudio de la cabaña.
Definitivamente el difunto doctor Alberto Caicedo, era un hombre sumamente cosmopolita y culto, con un gusto exquisito.
También observaba, con bastante curiosidad y ternura, la interacción padre e hijo que se daba tan natural, con demasiada empatía y absoluta complicidad.
Andres Felipe y Juan Andres, luego de aquella fuerte experiencia por la que habían pasado juntos, de aquel durísimo castigo, de las lágrimas que derramaron ambos aquel día, parecían necesitar más que nunca el uno del otro.
Juntos se transmitían mutuamente seguridad, amor y tranquilidad, padre e hijo pasaban los días enteros, pescando o nadando en el lago.
Jugando futbol por horas, en los amplios prados del lugar, u organizando excursiones juntos por los frondosos bosques de los alrededores, de las cuales regresaban como si hubieran estado patrullando por la jungla durante semanas enteras.
Casi todo el tiempo trascurrido en aquel lugar, sus hombres estaban caminando o jugando descalzos, ambos vestidos con pantalones cortos y buzos de algodón bastante sencillos.
Pareciendo ambos, padre e hijo como auténticos niñitos de la calle, debido a sus fachas, sus travesuras, y lo sucios que mantenían debido a sus constantes juegos y aventuras.
Andres Felipe, estaba más que decidido a borrar de la mente de su niño, todo rastro de la imagen de padre en extremo estricto, injusto o impositivo, él no era Hernando Contreras, le aterraba la sola idea de comportarse igual que el general con los suyos, sentía que había sido descuidado con su príncipe y lo compensaría a como diera lugar.
Juan Andres, por su parte sentía que se había comportado con sus padres, como un verdadero idiota, los había herido profundamente en un momento de dudas, de celos y de ira, les había dicho una cantidad de cosas horribles que el en realidad no pensaba.
El la desembarraría con sus papitos a como diera lugar, de ahora en adelante se enfocaría en ser el niño más dulce, obediente y respetuoso.
Su padre solo era infinita paciencia y ternura con él, y en cambio él ya lo había golpeado y ofendido horriblemente.
Juan Andres, había sentido la infinita angustia y el enorme dolor que Andres Felipe, había experimentado mientras lo castigaba, ambos habían sufrido horriblemente en aquel momento, ya no le cabía ninguna duda, su padre lo amaba con todo su ser.
Había sido impactante para el chico ver a su normalmente recio y fuerte padre desmoronarse de dolor hasta el punto de las lágrimas por su causa.
Por otro lado, lo que más curiosidad le causaba a Angélica María, era la actitud absolutamente relajada de su militar en aquel lugar, parecía otra persona por completo, más tranquilo, más reflexivo y sumamente dulce.
Algo absolutamente sorpresivo para Angélica, fue darse cuenta de que su normalmente serio y rudo militar, era un ávido lector, el cual conocía a profundidad las obras de García Márquez, de Vargas Llosa, de Gabriela mistral, de Borges, de Cortázar, de Benedetti.
Todas las noches durante esa semana, sentados en el entapetado piso, junto a la chimenea del estudio, padre, madre e hijo(s), disfrutaban de unos deliciosos malvaviscos asados en las brasas de la chimenea de la cabaña.
Siempre ambientaban las veladas, con música alegre sonando de fondo, Andres Felipe, constantemente mimaba, abrasaba y besaba a Angélica María y Juan Andres.
Ellos por su parte a medida de que iban comiéndose los pegajosos manjares derretidos, también aprovechaban la ocasión para arremeter juntos a punta de cosquillas contra la humanidad del militar el cual se rendía en medio de carcajadas, quedando siempre bajo los cuerpos de su amada y su hijito.
Después de aquello siempre se recostaban los tres juntitos abrazados en el gran sofá de la sala del lugar, debidamente aprovisionados de críspelas, papitas pringles y muchísima coca fría, a disfrutar de alguna de las múltiples y bastante escalofriantes películas de terror, sacadas de la colección personal de Juan Andres.
Andres Felipe, por petición de su retoño, había disfrutado durante todas las noches de esa semana, al tiempo de acostarlo a dormir, de recostarse al lado del niño en su cama, para leerle en voz alta a su hijo un capítulo de los doce cuentos peregrinos de García Márquez, hasta que el peque terminaba vencido por el cansancio del día y el sueño.
Para  Juan Andres, aquello era un auténtico deleite, ya que escuchar la voz de su padre siempre lo había hecho sentir protegido, a salvo de todo y feliz, razón por la que no le costaba demasiado esfuerzo conciliar el sueño con rapidez.
Además de conocer a fondo de literatura latino americana, el militar era un virtuoso intérprete del violín, cosa que había sido descubierta de casualidad, por Angélica.
En una fría mañana, muy temprano en que había despertado y noto que su amado no estaba durmiendo a su lado en la cama.
Al bajar a buscarlo, la dulce música del instrumento la había guiado hasta la parte trasera del muelle del lago, quedando estupefacta al observar a Andres Felipe, tocar magistralmente un viejo violín que normalmente permanecía guardado en el estudio de la cabaña.
Amor, que lindo que tocas el violín, manifestó la maestra absolutamente emocionada y conmovida.
 Angie,… hola amor, contesto totalmente sorprendido y un poco sonrojado el militar al sentirse descubierto por su amada, hace cuanto que estás ahí, viéndome en estas… jejejejejeje.
Hace una media hora amor, eso sonaba hermoso mi vida, luego la maestra poniendo una expresión bastante sexy, se acercó al oído del militar y le susurro, mientras pasaba su lengua tibia y húmeda por el mismo.
Que sexi que te ves así amor mío… sin camisa, descalzo y tocando un violín al lado del lago.
El asunto aquella fría mañana entre Andres y Angélica, termino zanjado con la pareja de enamorados, haciendo el amor con una pasión y fogosidad enorme, dentro del lago en medio del agua helada, muy a las seis de la mañana.
Después de hacer el amor en el lago, como conejitos, Angélica María, bombardeo a preguntas a su amado sobre sus exquisitos gustos literarios y sus habilidades musicales.
Andres Felipe, con un gesto dulce aunque bastante nostálgico, le conto a su amada que la literatura, las artes y la música, habían sido aportes a su educación de su adorado abuelito materno.
El doctor Alberto Caicedo, en sus tiempos había sido un afamado médico cirujano, que había viajado por todo el mundo y fue mientras vivió, un Hombre bastante culto y humanista, el cual ciertamente había sido una influencia definitiva y bastante positiva en su vida.
Gracias a su abuelito Alberto, había conocido de conceptos como la empatía, el dialogo como método para solucionar los desacuerdos, el respeto por la opinión y forma de pensar de los demás, la democracia y la importancia de su defensa.
Razón por la cual a partir de ese día, claro que luego de muchos ruegos, algunos pucheros y chantajes por parte de su futura esposa e hijo,  Andres Felipe, a la hora de la cena los deleitaba interpretando alguna pieza clásica en el maravilloso instrumento musical para ambos.
Para Juan Andres, resultaba novedoso pero genial ver esta faceta artística, normalmente oculta de su heroico padre, aquello los hacia aún más cercanos, ya que el pequeño amaba la música y las artes en general, y era más agradable para el chico coincidir con su padre en ese terreno.
El siguiente sábado en la noche, luego de cenar juntos, mientras Juan Andres, se entretenía en su habitación, con su computadora portátil, viendo videos de terror, escuchando música y sosteniendo veinte conversaciones de chat al tiempo por medio de Facebook.
Los enamorados disfrutaban de una cálida fogata al lado del lago, muy bien abrigados, abrasándose, y en medio de los más apasionados besos y caricias, disfrutando de una exquisita botella de Casillero Del Diablo cosecha 1963  y de unas deliciosas trufas.
Amor mío, dijo Andres Felipe, a Angélica María, mirándola dulcemente, con voz romántica y algo seductora, creo que esta es la ocasión más que conveniente para pedirte como corresponde, que me hagas una vez más el hombre más feliz y orgulloso de la tierra al convertirte en mi esposa.
Deseo que en esta ocasión mi petición de matrimonio hacia ti, sea lo más romántica y agradable posible, ya que mi primer intento salió bastante pedestre y accidentado.
Al mismo tiempo sacaba de uno de los bolsillos del pantalón de drill que tenía puesto, una cajita con un hermoso anillo de compromiso de oro y diamantes de la casa Cartier, el cual cuidadosamente puso en el  dedo corazón de su amada, en lugar del pesado anillo del escudo de armas de su familia.
Tu eres lo mejor que me pudo pasar en la vida, antes de conocerte no sabía lo que era vivir de verdad, solo llevaba una existencia vacía, sin propósito ni sentido real, estar separado de ti estos años doce largos y solitarios años, fue una autentica tortura.
Eres el único y legitimo amor de mi vida, mi compañera, mi cómplice, mi mejor amiga, mi amante, la hermosa madre de mis hijos, mi polo a tierra, la razón para no perder la fe en la humanidad.
Eres la piedra angular, la columna principal sobre la cual fundare mi propia familia, serás la madre de las futuras generaciones, en ti se corregirán todos los errores de los Contreras.
Mis hijos crecerán libres de toda carga, siendo amados y protegidos siempre, te amo demasiado, tanto que ocasiones duele, sin ti no podría seguir viviendo.
Angélica María, se sentía completamente feliz y conmovida por las palabras llenas de inmenso amor y sinceridad dichas por parte de su amado, sintió como sus bellos ojos se llenaban de lágrimas.
Al tiempo que besaba con mucha ternura a su militar el cual también lloraba emocionado como un niño por la emotividad de aquel momento.
Yo también te amo demasiado mi soldado de plomo, eres el hombre de mi vida, el único e irremplazable, el padre de mis hijos y mi futuro esposo, ya que por supuesto que me pienso casar contigo.
El resto de la velada transcurrió para los enamorados en medio, de muchos besitos endulzados con trufa boca a boca, caricias, abrazos y varias copas más de ese delicioso y ultra escaso cabernet sauvignon.
El cual había sido destapado por el militar, para ser disfrutado en la más especial de las ocasiones en compañía de la mujer que amaba con locura, la cual era la ama y señora de su corazón.
La semana de retiro en aquel hermoso lugar había pasado sumamente rápido pero de la forma más placentera para los tres, y el domingo en la tarde después de almorzar, estaban de regreso en camino a Bogotá.
Una vez habían llegado al edificio de ciudad salitre, Andres Felipe, puso en su espalda el maletín más grande de equipaje, al tiempo que subía en alzado en brazos hasta el apartamento a su pequeño, el cual se había quedado profundamente dormido durante el camino de regreso.
Angélica María, los seguía, cargando un maletín pequeño con el resto del montón de ropas sucias que sus hombres habían dejado después de una semana de gaminear de lo lindo por la cabaña del lago.
Andres Felipe, en la habitación del niño, lo descargo con sumo cuidado en su cama, para después cambiarlo de ropa con gran habilidad, poniéndole  un pijama abrigado y dejándole los calcetines puestos.
Después de dejar a su hijito calentito, cómodo y profundamente dormido dentro de las cobijas, Andres Felipe, le dio un cálido beso en la frente, al tiempo que le decía, duerme bien mi pequeño, descansa mucho y ten lindos sueños, papa te ama mi vida.
Juan Andres, más dormido que despierto, en medio de un gran sopor, al sentir los mimos y escuchar la voz de su padre, abrió sus lindos ojos color miel y le dedico una bella sonrisa.
Al tiempo que lo abrazaba por el cuello, dándole un beso en la mejilla, para luego decirle muy mimoso, yo también te amo muchísimo papi, poco después seguía durmiendo completamente profundo, sintiéndose amado y protegido, ya que estaba en casa con sus papitos.
El lunes, siguiente, muy de mañana, luego de tomar desayuno junto a sus amores,  Angélica María y Juan Andres, vieron como Andres Felipe, se había duchado y salía del apartamento perfectamente uniformado.
 Luciendo un uniforme numero 3 (uniforme militar ejecutivo) al tiempo que en un maletín tipo portafolios, guardaba una serie de documentos y una pistola prieto beretta.
Mis amores, hablo Andres Felipe, mientras tomaba las llaves de la bestia, tengo que reunirme con mi mejor amigo, en el comando del ejército, me va a entregar algo importante.
Nos vemos después de mediodía para que almorcemos juntos por fuera, dicho esto, el militar se despidió de su mujer y su hijo muy sonriente y con un par de besos.
Una fea sensación de angustia e incomodidad se apodero de Angélica María, ese sexto sentido llamado intuición, tan desarrollado en las mujeres, le estaba indicando que algo iba terriblemente mal, por alguna extraña razón temió por su amado al verlo partir.
Después de lidiar con el terrible tráfico de la capital por más de una hora, Andres Felipe, bastante molesto hacia su ingreso por el primer anillo de seguridad del enorme complejo militar y administrativo.
En el cual funcionaba el Comando Del Ejército Colombiano, llamando bastante la atención por su ruidoso y llamativo vehículo.
Se anunció con el Sargento Primero, encargado de la recepción del edificio en donde funcionaba la dirección de inteligencia y contra inteligencia militar.
A los pocos minutos estaba saludando en su oficina de forma efusiva a su gran amigo el Capitán Camilo Prieto.
Hola cursito, saludaba con cordialidad y un fuerte abrazo el Capitán Prieto, a su antiguo camarada.
Upa que elegancia mi Capitán Contreras, usted tan místico y marcial como siempre, JAJAJAJAJAJAJAJAJA, bromeaba haciendo clara alusión al pecho lleno de insignias de cursos militares del uniforme de su amigo.
Si cursito, usted sabe que ante todo la elegancia militar, JAJAJAJAJAJAJAJAJA contestaba divertido el varias veces condecorado oficial militar de fuerzas especiales.
Después de varios minutos de fluida conversación, entre los oficiales militares haciendo remembranzas de sus épocas de cadetes y poniéndose al corriente de los más variados acontecimientos del ejército.
Por supuesto después de disfrutar de un par de buenos cafés de Juan Valdez, el gesto del Capitán Prieto se tornó serio y bastante sombrío.
Cursito, espeto con tono marcial el Capitán Prieto, mirando directo a los ojos a su amigo, lo que averigüe después de hackear el servidor central de Comando Ejército, me dejo sumamente perplejo y preocupado, mi hermano esto no te va a gustar para nada.
Tan grave es acaso? Pregunto intrigado y algo preocupado Andres Felipe, al ver la cara de absoluto pesar de su viejo amigo.
UFFFF, en fin, para eso te pedí que investigaras, y es la principal razón de mi visita, así que dime de una buena vez que averiguaste cursito, quien fue el hijo de puta que nos perjudico?
Pues… veras, mi hermano, todo esto es tan bizarro, tan absurdo, que no me lo podía creer a pesar que lo tenía frente a mí.
Los radio gramas encriptados, con las ordenes específicas para tu traslado al Sinaí, fueron firmados por Prócer 6, el tipo incluso se encargó de que te ubicaran en la unidad de tarea que tenía a su cargo los Montes del Golán.
Estabas bajo estricta y constante vigilancia, encontré copia digital de un detalladísimo informe, proveniente de la unidad de inteligencia militar.
De fecha 23 de Agosto del año 2003, sobre ti, tu desempeño militar y tu relación amorosa con una maestra de colegio público de la ciudad de Florencia, de la cual también hay información detallada.
Según bitácoras de la dirección de aviación militar, PROCER 6, realizo el día 24 de Agosto del año 2003 sobre las 07:00 a.m. un desplazamiento aéreo junto con todo su esquema de seguridad al batallón de infantería de Florencia, en donde estabas destacado para esa época, regresando a Bogotá el mismo día en horas de la tarde.
También encontré en una carpeta digital encriptada, sumamente bien escondida, un correo electrónico, de fecha 25 de Agosto del año 2003, con información anexa.
En el que el mismísimo ministro de educación nacional de esa época, le confirmaba a PROCER 6 que el decreto ejecutivo, ordenando el traslado del Liceo Departamental de Bachillerato de Florencia al Liceo Nacional de la ciudad de Cúcuta de una licenciada en idiomas de nombre ANGELICA MARIA TORRES, era un hecho confirmado.
Su traslado se tramito y se hiso efectivo en un tiempo record, ella tomo el vuelo HK2534 de Avianca, de las 03:00 p.m., el día 26 de Agosto del año 2003, desde Florencia hasta Cúcuta.
Eso fue exactamente tres días antes de que tú viajaras desde Florencia hasta Bogotá, para reportarte para traslado al extranjero.
Andres Felipe, palideció de repente al escuchar todo aquello con detalle, para después sentir como la más profunda, asesina y brutal furia, se apoderaba Poco a poco de todo su ser, sus ojos brillaban teñidos del mas fulgurante destello amarillo.
Andres Felipe, sabía perfectamente que el código de I.O.C. (Idioma Operacional de Comunicaciones) “PROCER”, solo era asignado y usado por Generales de La Republica de Altísima Graduación.
Por lo que en solo fracción de segundos consiguió atar cabos y tenía en su mente a un más que obvio responsable de aquella atrocidad, pero su adolorido corazón de hijo, necesitaba que se lo confirmaran.
Camilo, por favor, espeto con una pasmosa pero aterradora calma el Capitán Contreras, dime de una puta vez, cual es el nombre del cabron que se empeñó en destruirme la vida y enviarme a que me mataran en el Sinaí.
El capitán Camilo Prieto, con un nudo en la garganta, tomo un profundo respiro y después de un silencio de casi dos minutos finalmente termino por confirmar lo que Andres Felipe, internamente ya sabía.
Mi hermano, Andres Felipe,… cursito…, ashhhh, hijueputa vida, mejor te lo digo de una vez.
PROCER 6, es el código del General Hernando Contreras Whitemore, del “DRAGON CONTRERAS”, de verdad que no entiendo como tú propio padre te pudo hacer algo tan horrible.
Cursito, hablo lleno de angustia el Capitán Camilo Prieto, al notar la absoluta furia en el semblante oscurecido de su amigo.
Te ruego encarecidamente que conserves la calma y manejes toda esta situación inmunda con cabeza fría, el Dragón, no solo es tu oficial muchísimo muy superior, sino que también es tu Padre.
Tranquilo cursito, contesto con una aterradora calma fingida el Capitán Contreras, al tiempo que se ponía de pie con intención de abandonar rápidamente aquel lugar.
Yo sé perfectamente quien es el Dragón, y también se la forma en la que debo de tratar con él.
Andres Felipe, agradeció cortésmente la ayuda de su amigo, después le pidió que le entregara la copia escrita de toda la información que había obtenido.
La cual guardo cuidadosamente en su portafolios, para después despedirse con una serenidad pasmosa y salir de la oficina del Capitán Prieto.
Hecho una completa furia, aunque sin demostrarlo en absoluto, el Capitán Andres Felipe Contreras, se hiso presente en las instalaciones de coordinación logística y comando de las fuerzas especiales del Ejército de Colombia.
En donde después de identificarse y recibir los saludos de rigor, tan propios de la etiqueta militar, aduciendo un asunto de seguridad nacional, pidió una dotación de combate urbano completa.
Rápido como un rayo, Andres Felipe, se cambió el uniforme número 3, por uno de combate para operación tipo comando anti terrorismo urbano, el cual tenía todos los accesorios necesarios para tal propósito.
Chaleco blindado, granadas cegadoras, granadas aturdidoras, un enorme cuchillo de combate, guantes, coderas y rodilleras de queblar, cuatro Proveedores de cincuenta cartuchos calibre 5.56 ml, un fusil de asalto pequeño M4, para finalmente guardar en la chapuza en su cintura su pistola beretta.
Después de equiparse como para una guerra a pequeña escala, Andres Felipe, se dirigió a la oficina de comunicaciones y encriptación militar en donde sabía que estaba destacada la teniente Gloria Varón.
La teniente Varón, era una antigua compañera de sus épocas en la península del Sinaí, con la cual había sostenido un fugaz romance, por lo que sabía perfectamente que le ayudaría con la información que precisaba en ese momento.
Después de saludar a la oficial militar con gran cortesía y fingida alegría, mintiendo con total calma, le solicito le informara la ubicación exacta del señor General código PROCER 6, ya que le habían asignado a última hora coordinar la seguridad de un desplazamiento del alto oficial militar y ya iba tarde a presentarse para tal fin.
Luego de revisar en el ordenador de su oficina, la teniente Gloria Varón, le informo a Andres Felipe, que PROCER 6, se encontraba en el cantón militar de Ato Grande a las afueras de Bogotá, supervisando personalmente las pruebas de ingeniería de los últimos carros de combate adquiridos por comando ejército.
Andres Felipe, apenas pudiendo disimular su inmensa furia al igual que su prisa por alcanzar a su padre en aquella lejana y poco custodiada instalación Militar de pruebas, cortésmente agradeció por la ayuda prestada y se despidió de la teniente Varón.
La cual observo con sorpresa que el Capitán Contreras partía de las instalaciones de comando ejercito  de forma veloz, completamente solo, y a bordo de un automóvil clásico de color negro muy potente, manejando como un enajenado.
No partió de las instalaciones en un vehículo militar, razón por la cual se comunicó con la oficina del Capitán Camilo Prieto, ya que el oficial militar era un amigo que tenían en común, para preguntarle si el capitán Contreras, también le había hecho una visita rápida pero extraña como a ella.
Rápidamente tomo su teléfono móvil y discretamente llamo al Capitán Camilo Prieto.
Mi Capitán Prieto, disculpe la molestia, manifestó la teniente Gloria Varón, vía celular, al escuchar la voz del oficial de inteligencia militar al otro lado de la línea.
Pero hay algo delicado que necesito preguntarle, se me acaba de presentar una situación de por más extraña con mi Capitán Contreras, y quisiera saber si usted sabe algo al respecto.
Holaaa Glorita, dejémonos de formalismos, que estamos entre amigos, que paso con mi cursito Andres Felipe, pregunto el militar con cierta angustia aunque tratando de parecer tranquilo mientras hablaba.
Mi capitán Prieto, lo que sucede es que mi Capitán Andres Felipe, me acabo de visitar en mi oficina, estaba armado hasta los dientes, parecía un arsenal andante.
Me pregunto por la ubicación exacta de un general del comando central de las fuerzas militares, me dijo que lo habían asignado a la coordinación de la seguridad de ese general, pero hasta donde yo sabía mi capitán Contreras estaba destacado en Cúcuta no?
El Capitán Camilo Prieto sintió como un agudo escalofrió recorría por su espina dorsal, pero como el curtido oficial de inteligencia militar que era, logro reaccionar de inmediato, por lo que inquirió con angustia pero fingiendo calma a su interlocutora.
Mujer, cálmese y más bien dígame exactamente el código del general del comando por el que el Capitán Contreras estaba preguntando?
Contesto la joven oficial militar, mi capitán Contreras, me pregunto por la ubicación de PROCER 6.
Mi Capitán Prieto, no sé por qué, pero tengo un mal presentimiento de todo aquello, es que me pareció completamente extraño y hasta fuera de lugar.
Ay por Dios Santo, inquirió presa del pánico la Teniente Varón, dígame que no la recontra cague mi capitán.
Mierdaaa, mierdaaa, pensaba angustiado el Capitán Camilo Prieto, al tiempo en que contestaba la pregunta en automático.
Esteeee… nooo, claro que no teniente, usted estese tranquila, pero ni una palabra de todo esto a nadie más, este es un asunto de seguridad nacional, me entendió con claridad teniente Varón?
Fuerte y claro mi Capitán, contesto con marcialidad la Teniente Varón, al tiempo que sentía que su corazón se comprimía dentro de su pecho y una profunda angustia invadía todo su ser.
Ella no era idiota, sabía que algo Gordo estaba pasando en ese momento, pero si le estaban ordenando desde la dirección de inteligencia militar guardar silencio, algo le decía en su fuero interno que lo más conveniente para salvaguardar su cuello, era guardar absoluto silencio sobre todo aquel extraño incidente acabado de ocurrir.
Después de cortar la comunicación celular, con la teniente Gloria Varón, con absoluta angustia, estando más que seguro de a que iba todo aquello, el militar procedió a verificar desde su ordenador la ubicación exacta del general Contreras Whitemore.
El Capitán Camilo Prieto, casi sin pensarlo, le aviso vía celular a la doctora Lina patricia Caicedo, que Andres Felipe, estaba totalmente fuera de sí por la ira, y que mucho se temía que estaba más que dispuesto a hacer una terrible locura ya que no estaba pensando con claridad.
Le dijo a la angustiada y confundida madre de su mejor amigo, que en ese preciso instante salía para el cantón militar de Ato Grande a 15 minutos a las afueras de Bogotá, en la vía que lleva hacia el municipio de Cajicá.
Ya que estaba más que convencido que el Capitán Contreras, se estaba dirigiendo en ese instante a toda velocidad, con rumbo a aquel lugar.
Que le rogaba se diera prisa en partir para ese sitio de inmediato, ya que estaba seguro no poder contener la furia de su amigo el solo, ya que Andres Felipe, estaba demasiado dolido.

Acto seguido, el Capitán Camilo Prieto, partía a toda velocidad en su motocicleta Suzuki Hayabusa, a más de 120 kph, con rumbo al cantón militar de Ato Grande, rogando al todo poderoso poder alcanzar a su mejor amigo a tiempo.

4 comentarios:

  1. Me encantó pero como lo dejas continúala pronto por favor.

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  2. Muy buen capítulo!!! Me encantó la declaración de amor de Andrés! YYyyyyy.... ya quiero saber qué pasará!! Espero que Andrés no se mande una macana por alguien que no vale la pena! Tiene mucho que perder!

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  3. Este cap esta muy ardido... Me intriga la descomunal reaccion de Andres, vamos que no se lo tomo muy bien jjjj
    Espero saber pronto lo que sucede, ha sido grato leerte, este cap y el anterior han estado intensos... Realmente intensos

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  4. Excelente capitulo!!
    Wow enserio amo a esta familia :3 Andres y Gelica transpiran amor hasta por los poros y eso es simplemente espectacular, mmm aunque la paliza anterior que se llevo Juancho me hizo el corazón chiquito chiquito ;/ Pero en verdad los mimos de padre a hijo son hermosos, Mmm me dan ganas de mandar al "dragón" a una montaña, cueva o yo que se, pero que este lejos y exiliado de toda la milicia y lo que ama para que vea que se siente! xD
    Genial historia Ac, enserio me muerdo las uñas y espero el siguiente capitulo por que se ve que va estar intenso como el solo
    Saludos :3

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