La falla. Parte 1

La falla. Parte 1

-         No Leo, no iremos a la piscina, tengo que ir a trabajar y ya te dije que no puedes ir solo- dijo por enésima vez Renato, mientras cerraba su laptop y la guardaba en su maleta.

-         Pero no voy solo, el Juli va a ir también- Protestó Leo

-         Peor aún- dijo un cansado Renato, lo que menos quería era discutir con su hijo antes de una presentación, pero la verdad es que Leo se lo ponía difícil.

-         Papi no seas así, pooooor faaaaaaa- insistió Leo, muy acostumbrado a agotar la paciencia de su padre, aunque luego terminara llorando y frotándose la colita. 15 años tenía ya ese mocoso y aun no aprendía que cuando Renato decía no, pues es no.

-         Se perfectamente que Julián está castigado, así que Guillermo no le permitirá salir- Respondió Renato en un tono que presagiaba tormenta, pero que Leo como de costumbre no daba importancia.

-         Entonces déjame ir a casa del Juli para pasar con él, seguro está muy aburrido- pidió Leo

-         Leonel, te acabo de decir que Julián está castigado- dijo Renato en tono de advertencia, mientas recogía unos papeles del escritorio del estudio de su casa en donde se había pasado gran parte de la noche, armando una campaña publicitaria para un nuevo producto.

-         Pero yo no- respondió furioso Leo, haciendo un esfuerzo para no gritar

-         Muy bien, si ese es el problema lo resolveremos ahorita- dijo Renato ya harto de la situación y miren que ese hombre se caracterizaba por su gran, gran, gran paciencia

-         Que quieres decir?- dijo Leo que ni por error ponía a funcionar su cabecita cuando se empecinaba en salirse con la suya

-         QUE ESTÁS CASTIGADO LEONEL-

-         QUE?... PERO…. PERO… POR QUE?- reclamó airado Leo, porque ese niño sí que reclamaba cada una de las injusticias que creía se cometían en su contra.

-         POR INSISTENTE- respondió furioso Renato levantando la voz, dio un fuerte suspiro, logrando calmarse un poco-  estás en lo mismo desde anoche y no entiendes que NO, ya es suficiente. No quiero escuchar ni sola palabra más al respecto Leonel, BAS - TA.

Leo se sentó en una silla que estaba junto a la puerta cruzó los brazos y las piernas y puso un puchero de inconformidad, pero su silenciosa protesta no duró mucho.

-         Papito entiéndeme, es sábado y voy a estar solito hasta el medio día porque tienes que trabajar, no quiero estar solito papi….por fa- suplicó Leo tomando la mano de su padre y mirándolo con sus ojitos llenos de lágrimas

Leo quería enternecer a su padre y que le tuviera penita, era un artista en la manipulación, pero Renato era su padre y por lo tanto conocía perfectamente a su adorado niño y si bien lo amaba las que su propia vida, eran contadas las ocasiones en las que le permitía salirse con la suya, sin  embargo Leo era muy perseverante cuando quería algo y a veces aunque sabía que a Renato no era fácil manipularlo y que si lo hartaba no le gustarían las consecuencias, no desistía sino hasta cuando era muy muy tarde.

-         Muy bien haremos lo siguiente, tráeme todas las tareas del colegio que me prometiste tendrías listas ayer, para poder pasar el fin de semana completo con tus abuelos, y te daré permiso para ir a las canchas.

Renato sabía que el niño había pasado viendo películas y no hizo ni intento de abrir los cuadernos.

-         Quéeee?- preguntó con sorpresa Leo, dio un fuerte suspiro y miró al piso derrotado

-         Qué esperas Leo?, debo irme- insistió Renato escondiendo una sonrisa de triunfo

-         Déjalo papi, que te vaya bien- y leo le dio un breve abrazo y un beso a su papi y se fue triste a su habitación.

Renato tomó su maleta y salió con prisa ya que tenía el tiempo justo para llegar a la presentación, contento de haber terminado la discusión sin perder la calma con su adorado adolescente.

-         Papi, no estoy castigado verdad? – preguntó Leo que llegó corriendo hasta el auto antes de que Renato se subiese

-         No Leo, pero por favor deja de ser tan insistente y obedece a la primera si?

-         Si papi, lo prometo

-         Muy bien hijo- respondió Renato mirando  a su hijo con un brillo de orgullo en su mirada y le estampó un beso en la frente y Leo lo abrazó con fuerza

-         Chao papito…ven pronto

-         Chao hijo, te amo- subió a su auto y salió contento rumbo a su reunión

A eso de las 9h20 de la mañana sonó el teléfono en casa de Renato

-         Hola Juli

-         Hola Leo

-         No deberías llamarme Juli, estas castigado

-         No te preocupes por eso, papá ya salió para la oficina

-         Si, el mío también

-         Vas a las canchas?

-         No loco

-         Por qué? Estás enfermo?

-         No, es solo que quedé en hacer las tareas en la mañana para poder ir en la tarde donde mis abues

-         Oye, vamos a jugar un rato

-         No puedo tengo que hacer las tareas antes de que papá llegue

-         Oh vamos hermano, solo una hora y ya, ni siquiera se van a enterar

-         Con la suerte que tenemos seguro pasa algo y llegan antes, además  tú……

-         Si ya se, estoy castigado, no lo digas más

-         Pero….

-         Pero nada, llevo ya dos semanas enteras sin asomar ni la nariz a la ventana, sin celular, ni computador, aaahhhh tu sabes como andan de menopaúsicos nuestros viejos últimamente

-         es adropáusicos Juli

-         En el caso de ellos no amiguito ellos están menopaúsicos definitivamente

-         Como digas, pero por eso mismo no deberíamos salir

-          No te preocupes, ya lo tengo cuadrado

-         Qué quieres decir?

-         Te acuerdas que ayer fui directo a la oficina de papá luego de la escuela?

-         Si y ?

-         Que encontré a Amanda, la nueva secretaria, besuqueándose con el conserje del edificio

-         Nooooooo!

-         Siiiii…

-         Vaya! Vaya, quien lo diría

-         Pues bueno para no alargarte el cuento le prometí no contarle a papá si ella me acolitaba en algunos asuntos

-         Ay no Juli, que hiciste?

-         Que vamos a hacer

-         No, no quiero escucharte Juli

-         No seas cobarde Leo si salen antes de la reunión ella nos avisa y listo nos da tiempo para llegar a nuestras casas, será solo una hora y ya tome mi celular de donde siempre lo guarda el Guillo.

-         Y desde cuando te deja llamarlo por su nombre? – preguntó asombrado Leo

-         Tu sabes, mientras no me escuche no hay problema

-         Hay Juli, Juli

-         Que fue? Te animas verdad?

-         No se…

-         Cómo que no sabes, esto no falla hermano…vamos!

-         Aaaahhhhh

-         Vamos!

-         Está bien…pero como este plancito tuyo falle….

-         No fallará, está todo calculado confía en mí

-         Muy bien Juli,  SOLO UNA HORA

-         Ya sé, será solo una hora. Relájate que parece que a ti también te agarró la menopausia

-         No molestes, nos vemos en 15 minutos en las canchas

-         Topamos loco

Así que Leo una vez más confiaba en los planes de Julián, y se dirigió a los canchas a jugar un partido de baloncesto que les encantaba a los dos muchachos, allí se encontraron con los amigos de siempre entre encestada y encestada se les fue la noción del tiempo, además Julián dejó junto a su chompa el celular que en medio del bullicio del juego no se escuchó su sonido por más que timbraba y timbraba.

-         CHIIIICOS- era Ariana que acababa de llegar

-         Qué pasa?

-         De quien es este celular? No para de sonar- preguntó Ariana mientras agitaba el celular en su mano

-         DIABLOS!- dijo Juli con cara de angustia, se dirigió corriendo hasta donde estaba Ariana, seguido de cerca por Leo, y prácticamente le arrancó el celular

-         EYYY QUE PASA?- protestó Ariana

-         SSSHHHH- dijeron al unísono Leo y Julián?

-         Si?- respondió Juli con el alma en la boca

-         Juli se pospuso la reunión para la tarde, y tu padre y Renato se fueron a tu casa para ultimar detalles de la presentación, te he marcado como cien veces por que no contestabas?...... Juli…. Julián?

-         Si gracias- dijo apenas audible Julián y colgó , estaba muy pálido

-         Que paso?....... ay no Juli…. ay no…..ay no…. el plan falló verdad?- preguntó angustiado Leo.

Julián  solo afirmó con la cabeza

-         MIERDA!… LO SABÍA…. NO DEBÍ CONFIAR EN TI, ESTAMOS MUERTOS

-         Y bien muertos, ni siquiera hubo la reunión

-         LEONEL, JULIAN, AL AUTO - era Guillermo que los llamaba desde lejos.

Los dos muchachos tragaron saliva y se miraron asustados

-         Ay chicos….. que hicieron?- pregunto con tristeza Ariana

-         Nada Ari, nada- dijo con resignación el Juli

-         Chao Ari- dijo tristemente Leo

-         Chao chicos y suerte

Y los dos chicos se dirigieron a los estacionamientos asustados pero corriendo hacia su triste destino, no querían hacer esperar a sus muy enojados padres, ambos sabían que no era conveniente.