Páginas Amigas

jueves, 31 de diciembre de 2015

Trece primos y una historia: Lacour Capítulo 4: ¿El cambio soy yo o los demás?



Trece primos y una historia: Lacour
Capítulo 4: ¿El cambio soy yo o los demás?
Miguel Ángel POV
Me desperté con Andy y Leo dormidos encima de mí, Alejandro estaba terminando uno de sus libros en la cama y Cristian y Ricardo se aventaban las balas que les había dado el comandante de la policía un par de semanas atrás en aquella desafortunada balacera. Una de las balas le cayó en el pie descalzo a Alex.
-Au, ¿qué hacen tontos? ¡Déjenme leer!
-Alex ¡esas palabras!
-Perdón pero que se vayan de aquí.
-Ricky, Cris ¿Por qué no van a jugar a la terraza?-les dije pues yo también quería tener un poco de tranquilidad. Era de esas personas que les gusta mucho sentarse a meditar y últimamente cuidando a tanto chamaco no podía ni dedicarle un poco de tiempo a pensar.
Vi una sonrisa un tanto extraña en Cristian mientras le aventaba dos balas a Ricardo, agarraba uno de sus drones y salían corriendo los dos a la terraza. Dejé a los peques dormidos en mi cama y me tumbé en la alfombra del cuarto, me agradaba estar con Alex porque era como estar sólo y acompañado al mismo tiempo.
En eso entró Fernando al cuarto:
-Hola Miguel. Hoy es la fiesta en casa de José Pablo ¿me prestas la camioneta en la tarde?
-¿Qué no piensas pedirme permiso para ir?-le dije sonriendo maliciosamente.
-Ah perdón ¿Puedo ir? ¿Sí verdad? Gracias Pa.
Me dio risa pensar que para los mayores yo solamente era “papá” en los permisos, premios y castigos. ¡Y hay quién se queja de que uno chantajea a los chicos cuando en realidad es al revés! ;)
-Vale pero nada de alcohol ¿entendido?
Yo conocía el ambiente de esas fiestas y sabía que habría mucho alcohol.
-Sí gracias ¡gracias!
-Aunque te va a llevar el chófer eh.
-OK
Aaaaaaaaaaaaa!
Oí un grito que venía de afuera.
Corrí a asomarme a la ventana y vi a la vecina del piso de abajo en el balcón gritando:
“¡Están lloviendo balas! ¡Amor auxilio!”
Su esposo salió a calmarla y en eso vi el drone de Cristian subiendo hacia la terraza. Me alejé de la ventana y vi que Cristian y Ricardo bajaban corriendo de la terraza carcajeándose.
-¡Romy, Bruno, vengan a ver este divertidísimo video!
Conectaron el drone a la computadora de Fernando y pusieron el divertido video de la vecina aterrada. Todos se carcajeaban y yo mismo no pude evitar reír. En eso tocó el timbre de nuestro apartamento el esposo de la vecina. Les pedí a los chicos que se callaran y salí a tratar de arreglar las cosas.
-¡Es que sus mocosos están locos, le aventaron balas a mi esposa!
Pero en eso le cambió el rostro y salió corriendo al elevador. Yo traté de captar el porque de ese cambio tan repentino hasta que caí en la cuenta. Entré muriendo de risa al apartamento.
-¿Por qué te ríes así?-me preguntó Santiago
-Es que el vecino vino a reclamarme que tus hermanos le aventaron balas a su esposa, pero cuando cayó en cuenta del reclamo salió corriendo como si le hubiera sacado una pistola.
[En México es una ley no escrita el nunca meterse con un mafioso o alguien que pudiera estar ligado a los mafiosos, y pues el vecino creyó que las balas que teníamos tal vez tuvieran algo que ver con relaciones con el crimen organizado]
Logré calmarme un poco de la risa y traté de ponerme serio.
-Cristian borra ese video por favor.
-Pero papá, lo íbamos a subir a YouTube-me rogó Bruno
-No que YouTube ni que nada, lo borran en este momento. Y aparte no crean que se van a quedar sin castigo eh!
-Pero Pa, fue sólo una broma-me rogó Ricky con ojos de cachorro.
-Esas bromas no se hacen hijo. Pero debo admitir que fue divertida, así que por eso el castigo va a ser leve – le dije con una sonrisa.
-¿Prefieren cuatro nalgadas o una hora sin salir del apartamento después de desayunar?
Cristian prefirió las nalgadas y Ricardo optó por la reclusión.
-Ven Cris
Lo incliné sobre mis rodillas y le di
PLAS.. PLAS.. PLAS.. PLAS
-AU, duele
-pues no es un premio- le dije y le di otra leve-anda levántate
-Dijiste cuatro
-Eso no fue nada ¿quieres otra por contradecirme?-le dije bromeando y le di un abrazo.-el drone no lo quiero ver volando hasta mañana.
-Mmm-me dijo triste-bueno aunque sí hay algo muy importante que grabar me arriesgaré al castigo.
-Pues más vale que sea importante porque desobedecer un castigo no es negocio conmigo eh!
-Hablando de negocios, ¿Cómo vas con lo de cobrar el seguro?-me preguntó Fernando.
-Parece que se resuelve en una o dos semanas más ¿Por qué?
-Porque creo que sería bueno invertirlo en un negocio, a final de cuentas los Lacour somos una familia de empresarios y sabemos invertir.
-Interesante-le dije aunque en realidad soy más inclinado a ahorrar que a invertir- si se te ocurre algún buen negocio podemos checarlo.
Terminamos la conversación y comenzamos a preparar el desayuno que consistía más bien en calentar la comida ya preparada. En eso se me acercó Ricardo con cara de niño triste.
-Papá, creo que prefiero las nalgadas.
-¿Sí hijo?-le pregunté pero me extrañó que estuviera a punto de llorar.
-Vamos que tampoco se las pensaba dar muy fuertes. ¿Es por lo del castigo de la otra vez? Perdóname campeón, creo que esa vez se me pasó la mano aquella vez. Así que hoy estás indultado.
-¿Qué es indultado?
-Perdonado
-¡No! Buaa, dame las nalgadas.
Román y Bruno se voltearon a ver con cara de “mi hermanito se volvió loco.” Pero yo estaba seguro de que algún razonamiento llevaba a Ricky a ese comportamiento tan extraño.
Me incliné y me dirigí a él
-¿Por qué quieres que te pegue?
-No, no es que quiera que me pegues, es que solamente cuando me pegas me abrazas.
Yo había ido comprendiendo que Ricky era uno de mis peques aunque ya tenía diez años, su actitud muchas veces era muy infantil aunque a veces también tenía sus expresiones de niño grande. Le di un gran abrazo.
-Tienes razón hijo, creo que me he equivocado. Debo abrazarlos más a menudo y no solamente cuando los tengo que castigar físicamente.
Mi niño se animó mucho y hasta nos ayudó con la vajilla para el desayuno.
Fernando POV
Ya eran las 4:00 pm y el chófer ayudante no había ido ese día, pasé con Miguel Ángel que estaba viendo una película con los peques, de esas películas para niños. Miguel Ángel se entretenía peinando y despeinando el cabello de los niños mientras ellos veían la película y comían botanas.
-Miguel, no llegó el chófer, ¿puedo irme ya?
-Bueno, pero recuerda las precauciones e indicaciones, me dijo volteándome a ver.
Au / En eso Ana se quejó de que Miguel Ángel le había jalado su rubio pelo sin querer.
-Perdón nena, se disculpó sobándole la cabeza.
-Toma ocho mil pesos de mi cartera- me dijo Miguel Ángel – llévalos por si los necesitas, yo conozco el ambiente de esas fiestas y es un ambiente de mucho dispendio.
-Gracias, Bye- les dije y salí como un rayo a la camioneta.
En el viaje a la Ciudad de México me alegré de estar tranquilo por primera vez en mucho tiempo. Es que nuestra familia era genial pero a veces se extrañaba algo de tranquilidad. Por fin podría tomar unas copas con mis amigos, bueno copas no, bueno aunque sea de refresco.
Llegué a casa de José Pablo y salude a mis amigos, todo parecía igual, creo que el único cambio era el que había sufrido mi vida pues todos eran lo mismos. Decidí relajarme y también ser como si no hubiera sucedido nada.
En una parte de la party comenzamos las apuestas, apostamos varios rounds de 50 dólares y yo me gané 600 dólares al final. Comenzaron a circular las copas de alcohol y casi inconscientemente comencé a tomar una copa de Champagne Tres de los chicos contaron de su viaje a los casinos en Belice, dos de ellos habían perdido tres mil dólares y el tercero había ganado dos mil dólares jugando con trescientos, y lo mejor es que eran casinos libres de impuestos. Una idea de negocios se fue formando en mi mente, me relajé y tomé otra copa de Champagne como todo un CEO de una gran compañía.
Salí de la fiesta temprano, como a las 2:00 am y me dirigí hacia la autopista urbana pero ¡Oh sorpresa! De pronto me vi con el retén del alcoholímetro enfrente, tenía que ser una pesadilla, era impensable que me mandaran al Torito.
-¿Algo de Alcohol?-me preguntó el oficial
No sabía que responder, así que el oficial me pidió que pasara a la prueba y para cumplir mi peor pesadilla determinaron que superaba la cantidad de alcohol para poder manejar.
-Relájate que hay una sección protegida sin nacos para mirreyes como tú, muchos ricos y hasta algunos famosos han caído aquí alguna vez.- me dijo medio en broma medio en serio el oficial.
-No, bueno, espere tantito, voy a tratar de resolverlo, tengo contactos de influencia y le puedo hacer una cooperación adicional por su excelente trabajo.- le dije lanzándole una indirecta muy directa.
Traté de marcar el teléfono de mi amigo el sobrino del gobernador del Estado de México, pero no me contestó. No me quedó más remedio que hablarle a Miguel Ángel, pues era el Torito 24 o 36 horas y una buena paliza después o intentar por influencias y dinero evitar el Torito aunque de la paliza que seguramente me daría Miguel Ángel no había forma de librarme.
Miguel Ángel POV
Eran las 2:30am ¿Quién llamaba a esta hora?
Me desperté y recordé a Fernando. Corrí hacia el teléfono y contesté.
-Fernando ya es tarde ya vente
-No puedo
-¿Por qué?
-Porque me agarraron en el alcoholímetro
-¿Qué?-tenía que ser una pesadilla-¿Ya no hay nada que hacer?
-Tal vez. Necesitamos un buen contacto y yo traigo para la cooperación.
-Pídele unos minutos, voy a despertar a Santiago para ver si nos puede ayudar.
Me dirigí al cuarto de los mayores.
-Santiago, necesito que me ayudes, Fernando está en el alcoholímetro.
-Eso le pasa por borracho, deberías dejarlo ahí para que aprenda la lección.
-Santi ayúdame, es en serio.
-Ash, pero me va a tener que pagar el favor acompañándome a la protesta que estamos planeando con el senador.
-Bueno, eso lo arreglas con él, llámale a tu amigo el hijo del senador para que nos apoye con la clave.
Fernando POV
Me pasaron la clave y le tuve que dejar 300 dólares de propina al oficial además de que tuve que contratar a un chófer de “pasa las llaves” para que me llevara hasta Querétaro.
Llegué a Querétaro y ya sabía lo que me esperaba.
Miguel Ángel me hizo sentarme en el sofá frente a él.
-Yo ya sé cómo es el ambiente en esas fiestas, y sabía que terminarías tomando un poco, pero nunca pensé que como para que te detuvieran en el alcoholímetro. ¿Cuánto tomaste?
-Un par de copas de Champagne
-Ah, eso lo explica todo, sí traes claro el aliento a alcohol
-Perdón, no lo vuelvo a hacer
-Si te perdono pero no te voy a dejar sin castigo. ¿O preferirías haber pasado la noche en “el Torito”?
-No
-¿Prefieres un mes sin licencia de conducir o una zurra? Ahora ve a descansar, mañana me das tu respuesta.
Al día siguiente Miguel Ángel POV
Fernando había optado por la zurra, pero yo no quería pegarle. ¿Por qué casi siempre mis chicos elegían los castigos físicos cuando les daba a elegir? Bueno, tenía lógica, es un castigo doloroso pero rápido. Trataría de proponerle un tercer castigo no tan severo, pues tampoco es que hubiera llegado ahogado en alcohol y lo del alcoholímetro había sido mala suerte.
-¿Qué tal 150 lagartijas y 350 sentadillas? Así podríamos reducir a tres los azotes con el cinto.
-¿En serio?-Me preguntó Fernando con algo de sorpresa-pues claro que acepto.
-Bueno primero los azotes, ve a mi cuarto Fernando- le indiqué
Tuve que sacar a Alejandro que había comenzado un nuevo libro.
-Papá es que afuera todos hacen un escándalo.- se quejó Alex
-Tampoco aquí va a estar muy silencioso- le dije mientras lo sacaba con una palmada cariñosa. Fernando me miró con cara de “no era necesario”.
-Pantalón abajo e inclinado en la cama Fernando, y no protestes que te salió barato.
Fernando me hizo caso y comencé
ZAS.. ZAS.. ZAS.. Ouch! Se quejó Fernando
-Me diste muy duro
-Agradece que te salió barato, y ahora vístete que vas a hacer los ejercicios.
Se quejó pero comenzó a hacer los ejercicios mientras yo los contaba.
Alex POV
Había buscado un lugar para continuar con mi lectura pero los cuartos, la terraza y la sala estaban llenas de ruido y movimiento. Decidí esperar en la puerta a que Miguel Ángel terminara de castigar a Fernando, pero me sorprendió que Miguel Ángel estuviera contando y que llevaba 60 ¿azotes? Eso era demasiado. Continuó contando y traté de pegar el oído a la puerta, iban en 90, pero no escuchaba el clásico ruido de los azotes se oía diferente, además si fueran azotes con el cinto Fernando estaría gritando a estas alturas. Seguí esperando a que terminaran y oí que Miguel Ángel le decía a Fernando:
-Ahora las sentadillas
Descansé en mi alma, el castigo eran ejercicios no azotes. Miguel Ángel era incapaz de lastimarnos, al contrario nos quería y cuidaba como solamente él era capaz de hacerlo.
Toqué la puerta y Miguel Ángel me dejó entrar mientras continuó contando las sentadillas que hacía Fernando. Me senté a continuar la lectura de mi libro y le dije
-Pensé que le estabas dando 150 azotes con el cinto
-No le des ideas que con esto es más que suficiente-replicó Fernando
-¿Cómo crees que iba a hacerles eso, Alex?-me dijo Miguel Ángel algo preocupado
-Es que te oí contando los ejercicios, pero sé que eres incapaz de lastimarnos y que nos quieres mucho y por eso nos cuidas tan bien.
En eso Miguel Ángel dejó de contar las sentadillas que iban en 250. Se quedó pensando unos momentos.
-Gracias por tus palabras Alex, realmente ustedes son los más importante para mí y es mi mayor anhelo que todos ustedes estén bien y disfruten tener una verdadera familia a pesar de las circunstancias que vivamos.
-¿Por qué dejaste de contar?- se quejó Fernando
Miguel Ángel se acordó de que Fernando seguía haciendo sus ejercicios y lo levantó.
-Ya fue suficiente Fer, ahora si quieres vete a dar un baño.- le dijo mientras lo estrechaba en un saludo de jóvenes que consiste en estrechar la mano y luego chocar los hombros jalando del brazo.-recuerda no meterte en líos la próxima vez que vayas a una fiesta con tus amigos.
-OK- le dijo Fernando y salió para darse una ducha en la tina del baño principal.
Santiago POV
Entré al apartamento después de un acalorado partido de fútbol, Fernando se estaba bañando después del castigo de ejercicios que le había puesto Miguel Ángel y yo me metí a duchar en el otro baño.
Cuando terminé ya todos se estaban preparando para el almuerzo, intercepté a Fernando y le recordé el acuerdo de que me acompañaría en la protesta con el senador del PAN.
-Hermano me tienes que acompañar, era el costo de la clave para librarte del Torito.
-No si ya me costó 300 dólares, una zurra y varios ejercicios.
-Lo otro yo no sé, de todas formas ibas a tener que pagar el castigo y gastar en el Torito por trato preferencial.
-Bueno, aunque no se ni como funciona.
-¿alguien más me quiere acompañar?
Extendí los carteles sobre la mesa y MaJo se quejó de que obstruyera los preparativos del almuerzo .
-¿Puedo ir contigo?-me preguntó Alejandro
-¿Ir a una manifestación llena de nacos? Qué oso.-dijo Román
-No van nacos, vamos a llegar en Ferraris, Cadillacs, Porches, Mercedes y otros autos de lujo al hotel Fiesta Americana Grand de Reforma.
-Dos preguntas-me interrumpió Miguel Ángel- no me has pedido permiso ¿qué te hace pensar que te voy a prestar la camioneta? Y en segundo lugar ¿de qué se quejan un grupo de Juniors y Paps en Ferraris y carros de lujo?
-Realmente no tienen de que quejarse.-dijo de malas Fernando
-Claro que tenemos de que quejarnos ¡Sirvientes rateros, chóferes que no llegan a sus turnos, abogados fraudulentos, meseros y valets incompetentes!
Miguel Ángel estaba tomando un vaso de limonada y la risa provocó que escupiera la limonada en el vaso y casi se ahoga en carcajadas.
-¿De qué te ríes?
-¿En serio van a hacer una manifestación por eso?
-Pues si los gatos hacen manifestaciones contra nosotros sus jefes, ¿por qué no hacernos notar también? La gente tiene que entender que existimos y tenemos poder.
-Tú, el senador y tus amigos están locos.-me dijo Fernando medio molesto conmigo.
-No te quejes que la clave de ayer me la dio su hijo.-le respondí
-¡Quiero ir!-insistió Alex
-Yo quiero grabarlos con mis drones.-pidió Cristian.
-Una manifestación no es lugar para niños pequeños.
-Anda, déjalos ir, va el senador con toda su familia.-le pedí algo emocionado de que dos de mis hermanos quisieran ir conmigo.
Miguel Ángel se quedó pensando un poco.
-Además vienen muchos escoltas, así que no es peligroso.-traté de continuar convenciéndolo.
-Bueno pero tengan mucho, muchísimo cuidado. Y ahora hay que apurarnos a almorzar.
Comimos rápido el almuerzo y después nos vestimos con el uniforme que consistía en un jeans claro liso y una playera polo azul claro.
Fernando manejó a la ciudad de México y mientras yo animé a mis dos hermanos con la visión política de nuestro grupo. Realmente no me entendieron mucho pero se les hizo divertido acompañarme. La cita era en el Fiesta Americana Grand de Reforma. De ahí salimos con nuestros vehículos al Ángel de la Independencia para rodearlo mientras sacábamos los carteles y decíamos nuestras consignas. Y recorrimos toda la avenida Reforma.
¡Viva México! ¡muera el comunismo! ¡No a la igualdad de pobreza! ¡Sí al progreso y al esfuerzo!
Después de un recorrido de aproximadamente 45 minutos regresamos al hotel y comimos la cena que el Senador había patrocinado. Después regresamos a Querétaro.
Miguel Ángel POV
No acostumbrábamos ver televisión nacional, pero ese día dejé un noticiero prendido por si pasaban algo de la manifestación del senador. Y de repente pasaron algunas escenas de la manifestación “una manifestación poco común que parecía más un desfile de lujo que una protesta” según palabras de la reportera. Noté una escena especial, en la que estaba Alejandro parado en el quemacocos de la Escalade sacando una manta que decía:
“El cambio está en mi… El cambio está en ti… El cambio no está en los demás.”
Y con el ángel de la Independencia de fondo.
La imagen era simplemente encantadora, y lamenté no haber capturado esa escena. Esperaba encontrarla después en Internet pues era una imagen digna de ser enmarcada en un cuadro.
Después de un rato llegaron los chicos y me contaron sus experiencias.
-Fue muy divertido-dijo Alex
-Logré grabar con mi drone muchas escenas padres.-mencionó Cristian
-Por lo menos la cena estaba buena-dijo Fernando
-¿Y lograron algo, Santi?-le pregunté aunque obviamente ya sabía la respuesta.
-Darnos a notar, solamente para eso sirven las manifestaciones-me respondió sonriendo.
-Me da gusto que les haya ido bien, ahora vamos a descansar que ya es tarde.
Nos fuimos a descansar y me acosté entre Leo y Andy. Ricardo y Cristian compartían una litera y Alex dormía en el Sofá-cama. Comencé instintivamente a peinar el rubio cabello algo largo de Andy y a sumirme en mis pensamientos. Estábamos viviendo momentos muy difíciles, pero también momentos muy bonitos y agradables. Sólo podía pensar en dos grandes anhelos: que lográramos mantenernos unidos como familia a pesar de las circunstancias pues estaba seguro de que solamente la familia les podría ofrecer a mis primos la estabilidad con la que merecían crecer, y una chica guapa e inteligente que no se aterrorizara con mi enorme familia. Recordé la manta que ese día Alex había paseado en Reforma “El cambio está en mi, en ti, el cambio no está en los demás.” Trece vidas (incluyendo la mía) dependían de mí. Tal vez no fuera yo a cambiar el mundo, tal vez tampoco intentaría cambiar a México como Santiago sí lo pensaba, pero estaba seguro de algo, esas trece vidas que representaban la identidad de nuestro apellido: Lacour eran mi responsabilidad y a la vez mi razón para existir.


3 comentarios:

  1. Me encanta esta familia espero el siguiente capitulo.

    ResponderBorrar
  2. leyendo el final de ste capitulo esta increible, tiene el tono de dulzira y añoranza a la vez, es sencillamente fantastico

    ResponderBorrar
  3. ¡me gusta mucho! Me encanta que a pesar de la dificil situacion Miguel Angel esta siendo un buen padre y tratando de hacer lo mejor posible para que esten unidos!

    ResponderBorrar