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miércoles, 18 de mayo de 2016

Andrés –cortó 5 o 6 -



Andrés –cortó 5 o 6 - 

Sandra
Era fin de semana y por lo general los chicos estaban  perdiendo el tiempo en  cosas sin sentido. Octavio estaba trabajando y llegaría tarde. Los mayores me ayudaban a vigilar Andrés en lo que yo hacia otras cosas entre ellas poderme dar un buen baño.

Franco
Tenía que salir un rato pero Maite no estaba y mi madre me encargo que cuidara a Andrés y que vigilara a Lucas  ya que ella se había metido a bañar y era una hora lo que se tardaría… era su hora de descanso y bien ganado se lo tenía,  había preparado la tina con su montón de perfumes y sales de baño,  todo el cuarto de ella está impregnado de aquel aroma a rosas. Solo saldría un rato pero no le dije a mi madre ya que si le decía ella no  descansaría,  no era que no confiara en el próximo encargado, simplemente que  el encargado no sabía hacer nada…
Franco: lo vas a cuidar?
Jaime: que si, yo lo vigilo.  Ya lárgate.
Franco: grrr      -CRASSS-  -le solté un golpe  en la espalda-
Jaime: aaaiii estúpido porque haces eso?
Franco: cuidarlo es “CUIDARLO”.
Jaime: sé que significa cuidarlo… oye tarado que crees que eres el único que sabe hacerlo?
Franco: pues… te diré…uuugg bueno te dejo… no llames a mamá, si algo pasa mejor me marcas a mi teléfono.
Tarde como  cuarenta minutos,   mi madre aún estaba en el baño… se podía escuchas la música, cuando me asome al cuarto de los más chicos  no los  encontré  así que me fui a buscarlos hasta que di con ellos,  estaban en uno de los cuartos  en la consola de video juegos en un juego de careras.  Andrés estaba alucinado, pero a mi pobre hermanito solo le estaban viendo la cara de inocente  porque el ingenuo creí que él estaba jugando,  pero no,  quienes  jugaban era Lucas y Jaime, pero Jaime atrás  de ellos… le decía a Andrés que él estaba ganando y que no se dejara perder… su control ni siquiera tenía baterías.
Franco: que poca madre  tienes.
Jaime: qué?  se lo deje a él y  solo iba  hacia atrás.
Franco: pues enséñale.
Jaime: trate de enseñarle pero no entiende.
Lucas: le estabas gritando así ni yo entiendo, hasta el cachorro te mordió por eso.
Jaime: no le grite, no seas mentiroso. –y como si recordara se sobo el pie, tenía unos cuantos dientitos marcados-
Puse el juego otra vez  a este se le podían unir cuatro jugadores, conecte tres controles en uno estaba Lucas en  otro Jaime y en otro  Andrés y yo. Le iba ayudaba a mover el control  diciéndole para que era cada botón y cada palanca, diciéndole que corredor era él,  solo hasta la tercera  vuelta entendió que él era el pequeño monito verde… las tres primeras carreras las perdió, no era fácil guiar  sus manos porque por instinto hacia otras cosas además de que aún no tenía un control en su propio cuerpo. A la quinta  vuelta seguimos perdiendo pero ya estaba entendiendo como mover el control,  la octava   vuelta ya lo deje a él solo  y pudo hacer avanzar al monito por su propia cuenta chocando a cada rato o soltando el control al piso sin ser esa su intención. El cachorro solo estaba pegado a la pantalla ladrándoles a los corredores o lamiéndolos cuándo se estrellaban  y que estaban a su alcance.   La llamativa meta aun le quedaba lejos y apenas estábamos empezando… lo extraño fue cuando Jaime y yo gritamos que habíamos ganado yo ya estando con un control propio,   después dijimos que era un empate,  estábamos discutiendo el empate cuando sin previo aviso.
Andrés: buaaaaa aashiff aag buaaaaa
Solté el control,  lo primero que pensé fue que se había lastimado o que algo le podía doler.
Franco: ee shuuu shhu que  tienes, que tienes? Shhuuu –lo abrace como tratando de revisar si tenía algo o si algún animal le había picado, que se yo… el no solía llorar- que tienes, que tienes Andrés? Cálmate… que tienes?
Andrés: buuuuaaaa aaj mmm aaa
Lucas: no llores. –decía ya asustado-
Mientras el cachorro labraba y se movía lamiéndole los pies para tratar de tranquilizarlo también.
Jaime: le llamo a mamá?
Franco: no espérate…
Pero no hubo  razón para esperar, la muchacha de la limpieza en cuento escucho llorar a mi hermano fue a llamar a mamá.
Sandra: que paso? Que tiene?
Franco: mamá… no sé.. Estábamos jugando. –le dije pasándole a mi hermano-
Sandra: que tienes mi niñito, que tienes ee shuuuu –se sentó en el sillón sentándolo  en sus piernas y abrazándolo tratando de buscar que estaba mal en él, que podía tener-
Minutos después su llanto se fue calmando hasta que solo quedo un puchero en  su cara.
Sandra: que tienes mm, porque lloras –le secaba la cara y levantaba el cabello que tenía en el rostro-
Andrés: ese shff–señalo la TV-
Sandra: que tiene?
Andrés: no gana… e gana, e gana, e gana –nos señaló -
Franco: por eso lloraste, porque tu no ganas!!!
Sandra: tú también les puedes ganar mi niño… solo que tú apenas estas aprendiendo y estos niños no hacen más que jugar todo el día.
Franco: que mentirosa, yo no juego todo el día.
Sandra: como que mentirosa mocoso este.
Passs, passs, passs –aaiiii mamá-
Me sobe el trasero que a pesar de que no dolió tanto si perduraba la incomodidad de su mano.
Jaime: jijijijiji
Franco: yo que tú me dejo de reír –lo amenace-
Sandra: ya dejen de pelear.
Franco: tú también quieres ganar?
Andrés: sii.
Franco: te ayudo a ganar.
Andrés: si…
Franco: anda pues, vente… nosotros les vamos a ganar e…
Nos sentamos devuelta a jugar, dejando yo mi control y ayudando a Andrés… empezamos el juego..
Andrés: uno…
Franco: uno que?…
Andrés: ahí. Uno.
Lucas: falta otro jugador.
Franco: mamá te toca jugar.
Sandra: hijo yo no sé jugar.
Jaime: es fácil,  además no tiene que ganar. –le explicó que tenía que hacer para poder jugar-
Así empezamos el juego,  yo ayudando a Andrés y Jaime y Lucas se hacían  tontos para no ganar, Jaime empezó a molestar a Lucas chocando su carro y rematando el carro de mamá.
Sandra: oye porque me chocas… olvida que algún día tengas permiso para conducir.
Jaime: jajaja aaja mi papá ya me prometió que me da carro para cuando cumpla 18.
Sandra: si no tienes mi permiso, no.
Jaime: maaa… ya ve como es…
Sandra: ya vez,  hiciste que me estrellara.
Jaime: jajajaja pero si yo estaba lejos de usted… menos mal que no conduce que si no así nos va jajajajaja.
Sandra: …
Jaime: mamá. Que hacesss.. no.
Sandra: si yo quiero aprendo a manejar…
Passs, passs, passs, passs, passs –maaaa grrrrr-
Detuvimos un momento el juego observando  a mamá que había dejado   a Jaime en sus piernas dándole de nalgadas encima de la ropa, claro que como buen hermano que soy mire a otro lado sin reírme de aquello.
Andrés: mamá hace así – passs-  aplaudió sus manos teniendo el mismo sonido-
Jaime: yaaa grrr. –dijo ya enojado, mi madre lo hizo parar y Jaime estuvo por aventar todo al piso y salir corriendo, pero mi madre le jalo las mejillas en forma de juego-
Sandra: ya vez que si quiero puedo hacer lo que quiera…. aaiiii quien lo quiere tanto.
Jaime: yaa maaa, no lo vuelvas hacer…-dijo rojo pero ya sin estar tan molesto-
Sandra: anda sigue jugando.
Continuamos el juego y el primero en llegar fue Andrés que pregunto si ya había ganado.
Lucas: si tu ganaste. –le dijo con una gran sonrisa-
Andrés: ganeee
Sandra: si tu ganaste –le dio un beso- mi niño,  cada vez vas entendiendo más cosas.
Jaime: claro es inteligente como yo.
Sandra: si,  pero eres inteligente para lo que te conviene y cuando te conviene.
.
.



Sandra
Una vez Andrés gano,  ya no quiso seguir jugando,  le llamaba la atención porque sus hermanos estaban emocionados gritando  pero al ser sus manos torpes se desesperaba con facilidad al final aventó el control al piso y se fue atrás de mi para que le diera algo de comer.
Ya en la noche una vez que Andrés cayo rendido del cansancio me fui a  mi cuarto a pasar el rato con Octavio mientras los chicos estaban en sus cuartos  jugando o  en el teléfono. Estábamos los dos muy románticos con la puerta perfectamente cerrada yo arriba de Octavio mordiéndole suavemente los  labios.
Octavio: quieres que apague la luz?
Sandra: mm…-negué con la cabeza en lo que él empezaba a quiérame el sostén- sabes que sería romántico?
Octavio: qué? –dijo con una voz tranquila y llena de pasión-
Sandra: hacerlo como la primera vez.  –En el coche alegados de la ciudad-
Octavio: si, pero no tengo ganas de manejar
Sandra: mmm yo podría aprender si tú me enseñas.
Octavio: jaj –se le escapo una risita-
Sandra: si puedo aprender –le dije sentándome arriba de él,  dejando el romance de lado-
Octavio: Sandra nunca aprenderías amor… manejar no es lo tuyo –dijo acariciándome la espalda sin prestarle atención a mi cara-
Sandra: si quisiera podría manejar.
Octavio: amor… te estamparías en el primer muro… para eso tienes chofer…
Eso sí me había hecho enojar,  una cosa es  que me lo dijeran mis hijos de juego y otra que me lo confirmara mi marido.
Sandra: aagggg –me pare enojada-
Octavio: mmm Sandra? … Sandra espera,  adónde vas? Mujer… pero que dije?  Donde quedo nuestra  noche???

Sandra: quedo  en un muro estrellado… -me puse la bata y me salí del cuarto estampando la puerta-
Octavio: Sandraa… pero...
Yo me baje a la cocina  y a los minutos bajo Octavio.
Octavio: Sandra, amor… me quieres decir porque te has enojado.
Sandra: y todavía preguntas..
Octavio: oo vamos Sandra no me digas que es por lo de conducir… de verdad eso es lo que te ha ofendido tanto.
Sandra: si.
Octavio: de verdad quieres aprender a manejar?
Sandra: si, porque no. Si mi hijo puede yo también.
Octavio: aaajj está bien… pero y Andrés. El no te puede acompañar a clases de manejo Sandra.
En eso no había pensado… pero manejar podía ser beneficioso por si un día pasa algo y estoy yo sola con los más pequeños.
Franco/ Maite: nosotros lo podemos cuidar. –dijeron, estando  en la entrada de la cocina-
Octavio: muy bien.
Maite: yo también puedo aprender verdad.
Octavio: ya que cumplas los 18…
Sandra: muy bien,  voy aprender a manejar… ya vez amor que te cuesta poquito ser buena persona conmigo y no ofenderme.
Jaime: ya despertaron a Andrés. –dijo algo enojado-
Sandra: ooou –solo a mí se me ocurría azotar la puerta-
Octavio: rayos.
Franco: jijiji
Subimos a las recamaras y Andrés ya estaba afuera de su cuarto tallándose los ojos y buscándonos.
Sandra: aai mi muchachito perdón, te desperté, ven vamos a dormir.
Andrés: a jugar.
Sandra: no, a dormir.
Lo agarre de la manita y lo acosté en su cama,  acostándome yo aún lado de él acariciándole la espalda pero fue imposible… se le había ido el sueño.
Andrés: mami, si.
Sandra: no es hora de ver la tele es hora de dormir… ándale duérmete. –Cerró los ojos pero a los segundos los volvió abrir-
Andrés: mami agua.
A los vente minutos ya estaba acostada en mi cama viendo un programa infantil,  Andrés estaba en medio de los dos y Octavio tenía una cara de fotografía como si fuera un niño haciendo un puchero porque definitivamente no habría nada esta noche. 
Andrés: agua.
Octavio: ya tomaste agua… te vas hacer pipi en mi cama.
Andrés: agua.
Octavio: aagggrr –le paso un vaso con tapadera “o vaso entrenador” -
Sandra: jijijiji jajaja aaag  vuelve a ofenderme.
Octavio: no le veo lo gracioso a esto… porque el mugriento (cachorro) tiene que estar en mi cuarto.
Andrés: baño… ven.
Sandra: ya ves, si se bañó, no está mugriento.
Octavio: a mi cama no lo subas.
Andrés: si, favor.
guaa, guaa –el perrito se paraba en dos patas pero aun no alcanzaba a poner sus patitas encima de la cama ya que estaba alta-
Octavio: shuuuu
Andrés se acostó pansa abajo en las piernas de su papá para tratar de acariciar al perrito, lo tomo  y lo subió a la cama.
Octavio: que no -passss-  -tomo al perro y lo bajo-
Andrés solo se sobo sus nalguitas sin hacer ningún gesto como si no le hubiera dolido pero sintiendo incomodo,  se volvió a acostar para subirlo otra vez y lo mismo se repitió,  así que se movió de lugar yendo a la base donde están los pies,  se acostó y volvió a subir al cachorro a la cama, pero Octavio le volvió a dar otra nalgada y bajo  al perro, obteniendo una carita como de enojo de su hijo, pero  no se quedó contento con eso así que se fue de mi lado acostándose en mis piernas y subiendo otras ves al cachorro, era gracioso verlos porque era como un juego de quien se cansa primero,
Octavio: no lo subas, no porque lo subas de ese lado se va a quedar en la cama.
Andrés: ven –lo ignoro por completo-
Octavio: aa míralo desentendido –le jalo el pantalón de dormir junto con el calzoncillo  dejándolo debajo de las nalgas y le dio otra nalgada marcando su mano-
PASSSSS.
Andres: no, no,  no -se sobo su nalguita aun con la ropa abajo-
Octavio: pues no lo subas, el perro no duerme en la cama, duerme abajo. –le subió la ropa-
Sandra: aiii grosero,  sonó feo, ven amor –lo hice girarse y le baje la ropa- le dejaste tu mano pintada.
Octavio: pues tiene que entender que no es no.
Andrés: no, no…  aquí,   si,  favor.
Octavio: no –dijo serio y muy convencido de él-
Andrés: si.
Octavio: no.
Andrés: favor. –le dio un beso en la mejilla a ver si con eso lograba convencerlo-
Cinco minutos de “por favor” dieron resultado,  Octavio divertido y con una sonrisa de verse dejado chantajea con unos ojitos, un “por favor” y un beso dejo que el perrito de unos cinco meses,  estuviera en la cama, acostándose en los pies de Andrés.
Sandra: mi niño precioso –le di en beso ya se estaba quedando dormido-…
Octavio: niño consentido.
Fue una larga noche pero al final los cuatro nos quedamos dormidos.


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