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martes, 10 de mayo de 2016

Un mensaje de un hijo a un padre -El deseo de alguien o enseñanza divinas – parte 4 -Cumpleaños-



Un mensaje de un hijo a un padre  -El deseo de alguien    o   enseñanza divinas – parte 4   -Cumpleaños-

(Marambra mejor tarde que nunca… espero que te guste la historia,  tu regalo de cumpleaños un poquito tarde pero aquí esta   : )
Y perdón por tardar tanto con esta historia hace tres o cuatro  meses debería ver terminado  : S  )

Era el cuarto  día

Los chicos estaban fuera de la casa, hacia un airecito frio y lo más seguro es que fuera a nevar,  los muchachos estaban jugando, tonteando… Richard no dejaba de enfadar a sus hermanos y Santiago les ayudo a sus hijos a defenderse del más grande.
Richard: eso no se vale son tres contra uno…  montoneros.
Santiago: y tu estas más grandote que tus hermanos.
Arman estaba sentado en el estómago de su hermanos mientras Tomas y Santiago lo tenían  sujeto haciéndole  cosquillas al mayor,  pero como no era muy cosquilludo no consiguieron mucho. Después de un rato en el que su padre  los dejo,   Richard le quito un zapato a Tomas para hacerle cosquillas mientras lo arrastraba por el piso.
Tomas: ya Richard, ya deja me jejej aii ya.
Richard: no.
Tomas: jeja jajaj aiii ya, ya, te prometo que no te dijo tonto otra vez… ya Richard jaja papáaa.
Santiago: Richard ya déjalo.
Richard: aii ya esta –le soltó el pie-
Tomas: aaiiii pendejo me lastime.
Richard: perdón… Arman tú también quieres cosquillas.
Arman: no, yo no.
Tomas: si, si quieres cosquillas a ti nadie te hace cosquillas.
Entre los dos se pusieron hacerle cosquillas en la pancita, mientras Arman les decía que lo dejaran, no pasaron ni dos minutos cuando un charquito  apareció en el piso y los pantaloncitos del pequeño estaban mojados.
Arman: les dije que me dejadan tontos…
Richard: aaii perdón Arman,
Tomas: uups te gano.
Arman: totos, tontos.
Santiago: ya hijo, ven,  no pasa nada.
Arman: me hice pipi po su culpa… buaaa soy gande y me hice pipi buaaa aaja aaiii.
Santiago: hijo no cuenta,  estas chiquito y tu pancita no retiene lo mismo que si estuvieran más grande… anda,  te ayudo  a cambiar.
Tomas: ya vez,  tú tienes la culpa.
Richard: aa tú también tienes la culpa.
……………………………………………………………………………………………..
Por la tarde se fueron a un restaurante que estaba a las afueras del pueblo,  todos se sentaron en  su silla mientras a Arman lo dejaron en una silla alta de bebe.
Mesera: qué bonito nene.
Arman: no soy nene.  –dijo ofendido-
Mesera: aii perdón…
Santiago: Arman –regaño un poco a lo que el niño puso un pucherito y ojitos de corderito, gestos que se tranquilizaron cuando Santiago le acarició  la mejilla con ternura-
Todos se pusieron a comer,  Arman estaba ofendido por que todos tenían platos de chicos grande menos él,  su plato a pesar de ser bonito y elegante era de plástico.
Richard: iiacc que es esto… es verde!!! Que asco…
Fátima: tú lo pediste.
Richard: te cambio mi plato.
Fátima: no.
Richard: Tomas?
Tomas: no gracias… no deberías pedir algo solo por el nombre que tiene.
Richard: papá.
Santiago: tú lo pediste,  tú te lo comes.
Con distintas muecas y gestos Richard se comió el platillo que pidió, Arman esta sentadito aun lado de su papá comiendo filete con guarniciones y una sopa.
Santiago: que paso?
Arman: ya no quiedo.
Santiago: ya no te lo comas,  es mucho para ti. –le quedaba medio plato de comida-
Arman: Richad quiedes?
Richard: ya que insistes… -se terminó lo que le quedo en el plato de su hermanito-
Cuando terminaron de comer  pidieron un postre. Arman estaba balanceando sus piecitos  disfrutando de aquel pastelillo de una forma muy infantil -estaba en esos arranque de niñito-
Santiago: te gusto?
Arman: sii. –le dio una gran sonrisa-
Santiago le dio una gran sonrisa al pequeño y luego voltio a ver al mayor: Richard te va hacer daño.
Richard: claro que no papá.  -Se comió su platillo,  más la mitad del de Arman y un filete que le quedo a Tomas…
Richard: aiii que rico comí,  ya no entro en la ropa.
Arman: goldo.
Tomas: gordo.
Richard: no estoy gordo,  ni goldo tampoco.
Fátima: pues ya casi das el botonazo… oso con tu vida, parece que no habías comido en todo el año, que pena me da tú caso.
Era el quinto  día
Esa noche nevó dejando el piso, la cobertura del carro y las simas de los arboles adornados de un bonito color blanco.  Richard no durmió toda la noche el estómago le estuvo molestando con ruidos extraños, pero al día siguiente como si nada pasara.
Tomas: sigue tragando como puerco y si no duermo otra vez por culpa de tu estómago  te saco a patadas del cuarto.
Richard: aaa delicado.
Santiago: te dije que te midieras.
Richard: no pasó nada.
Arman: toda la noche tu panza  hizo   duidos y te echaste pedos –arrugo la nariz-
Richard: eran para perfumar el cuarto.
Fátima: que marrano eres… papá tu hijo.
Santiago: Richard compórtate.
Después de desayunar Tomas se acostó en el sillón de la salita a dormir lo que no pudo hacer en el transcurso de la noche.
Santiago: hijo porque no te vas a dormir a la cama ahí  te vas a torcer el cuello, anda te acompaño.
Tomas: pero aquí estoy más cómodo.
Santiago: pues entonces acomódate –le puso un cojín en la cabeza para que no estuviera todo torcido y le acomodo los pies-
Richard: está haciendo mucho frio... tengo ganas de un cafecito calientito, pa porque no vas por unos?
Santiago: y yo porque?
Richard: porque eres el padre y tienes carro… o me lo prestas?
Santiago: aii –dijo como si le doliera- es que quiero mucho a ese carro.
Fátima: jaja la confianza que te tienen.
Richard: no le va a pasar nada ya tengo permiso.
Santiago: está bien pero con cuidado.
Fátima: yo voy.
Richard: no.
Arman: yo voy, yo voy… si puedo? –le pregunto a su papá, dando saltitos y sosteniéndose  de la mesita para verle-
Santiago: si, si puedes.
Richard: mmggrr. –no le gustaba  que lo acompañaran por qué solían  decirle  que manejaba muy mal.
Tomas: a mí me traen una rebanada de pastel con un chocolate caliente, que tenga mucha espuma y bombones, también unas galletas que sean de mantequilla ya sabes de cuales me gustas y si no hay… pues las buscas.
Santiago: hijo no quieres nada más???
Tomas: no,  solo eso… ooo el pastel que sea de queso sin ninguna mermelada encima.
Richard: y tu nieve de que la quieres.
Tomas: nieve no tonto tengo frio, un chocolate.
Santiago: Tomas no seas majadero, no tienes que llamarle tonto a tu hermano.
Tomas: pues que me traiga lo que le pedí.-dijo arrogante y grosero-
Richard: a ti si te afecto ser el más chico   eres un mimado y malcriado.
Santiago: Tomas sabes cómo se piden las cosas o tengo que explicarte? –una clara amenaza-
Tomas: que?? Pero si no he dicho nada malo.
Santiago: sabes cómo se piden las cosas o no? –dijo serio-
Arman: se diche po favo. –se lo dijo con una sonrisita tierna- … que?
Michel/ Fátima: que lindooo… aaaiii cosita.
Arman: no, no, no  -se alejó al ver que lo iban a cargar y a empezar a jalarle sus pequeñas mejillas-
Michel: tú tienes la culpa por ser tan tierno –lo cargo y le empezó a besas las mejillas-
Fátima: si eres un amor.
Tomas: está bien… por favor me puedes traer lo que te pedí –le dijo de mal modo y mandando-… no, no papá.
Santiago hizo levantar a Tomas del sillón  soltándole tres nalgadas fuertes porque seguía empleando el mismo todo de voz mandón y arrogante que solía tener en algunas ocasiones.
PASSS, PASSS, PASSS –auuu, aiii yaa-
Santiago: vas a pedir algo, pídelo como se debe.
Tomas: no,  ya no quiero nada –se fue a la recamara  molesto  por lo que acababa de pasar-
Richard: upss.
Santiago: anden váyanse a comprar las cosas, Fátima ponle su suéter,  con el ropón que tiene le puede hacer daño.
Fátima: muy bien. –le puso el suéter de su versión mayor.
Fátima: pobre de Tomas.
Richard: nada de pobre, ya sabe que no somos sus criados.
Arman: pero si le vamos a comprar lo que pidió.
Richard: no,  para que se le quite.
Arman: a mí no me gusta que me castiguen de esa foma… que a los demás les den y a mí no… se siente muy feo que te hagan a un lado. –dijo triste-
Richard: está bien le comprare lo que pidió,  eso sí lo encuentro porque el niño pide cosas muy específicas.
Fátima: lindo –lo abrazo y le dio un beso en la cabecita,   ya que era cierto  a Arman le había castigado muchas veces de esa forma  la última vez fue un año atrás cuando Santiago lo dejo castigado en casa y todos los demás se fueron a la fiesta de los abuelos,  Arman no solía ponerse a decirles sus sentimientos o a recriminar nada,    era más de callar, pero entendían y a la vez se sintieron tristes por eso,  ya que  como había llegado un momento en el que Santiago  creyó que los regaños y los castigos no funcionaban con su hijo,  había optado por buscar otros métodos sin darse cuenta que ese era un método muy cruel.
.
Los chicos se pusieron a buscar las cosas,  Armas por un rato estuvo caminando pero como daba pasitos tan cortos Richard se lo llevo  en brazos sin escuchar las protestas del menor que no quería ser cargado frente a tanta gente. Entraron a la tienda y cuando empezaron a servir las bebidas…
Arman: soy gande yo quiedo café.
Richard: estas mal de la cabeza si crees que te voy a comprar  café.
Fátima: no puedes tomas café te hace daño.. los bebes tomas leche.
Arman: no soy bebe –le dijo enojado-
Richard: no vayas hacer un berrinche por favor. –dijo viendo a los personas que estaban en la tienda-
Arman: no estoy haciendo bedinche… peo soy gande y quiedo un café.
Fátima: que no peque, no se puede.
Arman: yo tomo café… que tene de malo.
Richard: que no.
Arman: que sí. –vio a su hermano lo más desafiante que esos ojitos le permitieron-
Fátima: yo también voy a tomar chocolate y también Tomas. No quieres lo mismo que nosotros?
Arman: no. Quiedo café.
Richard: oo pues… que estoy alegando contigo. –Sirvió tres cafés y tres chocolates-
Arman: tú te tomas el chocolate yo no lo quiedo.
Richard: aja… ya vámonos.
Arman se quedó quietecito ese aja era como decirle no a lo que él quería.
Fátima: anda Arman… -trato de cargarlo pero no se dejó-
Richard: oo de verdad que hoy amanecieron dos berrinchudos en la casa, anda se nos hace tarde.
Arman: no.
Richard: Arman.
Diez minutos después y Arman no se movía de su lugar y las bebidas empezaban a enfriarse, ya tenían todo pagado pero el pequeño no tenía ganas de caminar.
Richard: ándale ya vámonos.
Arman: no.
Richard: no vas a caminar?
Arman: no.
Richard tomo a su hermano dejando los cafés por un lado lo abrazo con una mano y levantando el suéter que le arrastraba  le soltó una nalgada fuerte  que apenas se sintió por el pantaloncito grueso.
Arman: shiiff me pegaste.
Richard: si, quieres otras? O caminas.
Arman: camino.
Richard: si te vas a tomar tu chocolate?
Arman: shiiff, si. –tenía un pucherito en la boca con unas lagrimitas que a un no caían de sus ojos, vaya sorpresa nunca se pensó  que su hermano le soltara una nalgada-
Fátima: aiii que lindo, precioso.  -lo cargo metiendo sus manos por debajo del gran suéter para poder tener forma de sostenerlo-
En todo el camino Arman ya no dijo nada seguía teniendo un pucherito en el rostro y cuando volteaba a ver a su hermano como que le daba sentimiento pero no dejaba que las lágrimas cayeran,  era un niño grande y esa nalgada ni había dolido lo suficiente, pero no era por el pequeño palmetazo en el trasero  si no la persona que lo había dado  quien  provocaba tal sentimiento,  se daban golpecitos de hermanos y de llevaderas pero un golpe en un brazo era muy diferente a lo que había ocurrido.  
Fátima: ya llegamos.
Michel: se tardaron.
Santiago se le quedo viendo al pequeño: que tienes hijo?
Arman: nada –dijo con la pequeña voz cortada-
Santiago: nada? Y por nada estas llorando?
Arman: yo no lloro –tenia las lagrimitas a media mejilla-
Santiago lo abrazo  y le acaricio la cabeza: que paso mi bebe?
Arman: shiii Richad me dio una nalgada buaaaaaa. –ya no pudo contener más ese sentimiento y se soltó a llorar-
Santiago solo hizo una seña para que le dijeran el motivo de aquello.
Richard: quería un café y como no le compre uno a él  se enojó y no quería caminar.
Santiago: hijo tú no puedes tomar café.
Arman: peo en casa sí shifff.
Santiago: si, pero  cuando lo tomas no pareces un bebe de dos o tres años…
Arman ya no discutió y se sentó en el sillón a tomarse el chocolate, Fátima fue a llamar a Tomas pero este no bajo hasta después de media hora como escondiéndose y tomando el chocolate.
Tomas: ya está frio.
Richard: claro,  hace más de media hora que llegamos con ellos y sin contar el tiempo  en el que el berrinchudo enano ataco  jejeje –vio como  Arman lo miro feo- quieres que lo caliente?
Tomas: no, yo lo caliento, gracias –dijo bajito y amable-
Era temprano así que y empezaban a alistar sus cosas para irse  al día siguiente, querían tener todo listo y que no se les quedara la mitad de las cosas.  
Santiago: hijo si no puedes hacer las cosas pide ayuda, no es la primera vez que te lo digo.
Arman: peo si puedo.
Arman subió con mucho trabajo a la parte alta de la litera aventando al piso sus cosas que había dejado del primer  día y que hasta el momento no había necesitado,  una vez aventó todo empezó a bajar, Santiago iba entrando y por un momento se quedó inmóvil pero reacciono cuando Arman perdió el equilibrio y se soltó siendo atrapado por su padre  antes de que tocara el piso
Santiago: Arman que hacías  ahí, una y mil veces te he dicho que pidas ayuda hijo, te pudiste hacer daño.
Arman: peo si…
Santiago: no puedes –lo acomodo en sus piernas le dejaría el mensaje grabado en las nalguitas ya que parecía que no entendía con las palabras-
Arman: noo papá –se puso a sollozar ya sabía que pasaría y no le agradaba la idea-
Santiago: pide ayuda  -le dijo serio y cansado de repartirle lo mismo tantas veces, le bajo el pantalón y el calzoncito y le dio unas cuantas palmadas no muy recio-
Pass, pass, pass, pass, pass, pass, pass  -waaa buaaa buuuaa-
Santiago: estas castigado por desentendido, aquí te me vas a quedar todo lo que resta del día –le levanto la ropa y abrazándolo lo deja en la cama que era de Richard  y él se puso a empacar las cosas del niño terminando y saliendo del cuarto sin voltear a verlo-
Arman se quedó llorando  sentadito en la cama pasando su manita en sus nalgas como tratando de sobarse no le dolía realmente pero si sentía aun la mano de papá en ellas y tenía un  dolorcito en la pancita.
Mientras tanto los demás estaban en la sala hablando y riendo Richard se estaba burlando del novio de su hermana,  estaba ofendida pero a la ves buscando algo en contra de la chica a la que Richard pretendía ya que apenas estaban quedando como novios.
Después de media hora Arman empezó a bajar la escalera sosteniéndose del barandal  de pasito a pasito hasta llegar a la mitad de la escalera y ser sorprendido por Santiago que enojado no solo porque estaba desobedeciendo sino porque estaba bajando la escalera sin supervisión,  se paró y cargándolo le llevo de vuelta a la recamara.
Santiago: te dije que estabas castigado, pero no entiendes… de verdad que no sé qué  tienes en esa cabecita, alegas que eres un niño grande y no sabes atender una orden y ya me cansaste.
Santiago dejo al niño nuevamente en la recamara, sentado en la cama, ya no le castigo, ni le dijo nada más, salió del cuarto sin voltear a ver al niño, sin ver si lloraba o estaba enojado, simplemente se salió y cerró la puerta. En la noche Fátima le subió unas galletas y un vaso de leche para que cenara haciéndole compañía parte del día hasta que se acostó a dormir. Era temprano pero todos se acostaron,  tenían sus maletas hechas…  regresarían   a  casa temprano ya verían que pasaría con el niño, no creían que se fuera a quedar de ese tamaño ya que no era la primera vez que lo estaba.
Arman estaba acostado con Tomas que ya dormía profundamente, se le quedo viendo un rato a su hermano y se bajó de la cama con mucho cuidadito, aun sentía algo que le apretaba en el  pecho, como pudo bajo la escalera y busco un suéter que no era muy grueso,  tardo mucho pero pudo abrir la puerta de la  calle no era muy difícil ya que no tenía llave solo el seguro de la puerta,  el problema fue  subir y bajar de la silla eso si fue realmente difícil, reviso por ultima ves las escaleras para observar que nadie bajara y se salió.
Una hora después, empezó hacer mucho viento y la puerta que había quedado abierta se atranco de golpe espantando a todos y bajando a ver qué pasaba.
Santiago: Richard te  dije que cerraras  la puerta.
Richard: yo no… a mí ni me veas.
Santiago: tú te saliste.
Richard: pero la deje cerrada.
Tomas: papá Arman no está.
Santiago: como que no está, el no puedo…
Se quedó callado, al ver y comprender que hacia la silla y una de las maletas fuera de su lugar, cerró los ojos  con miedo. Michel, Richard y Santiago salieron a buscarlo, no podía estar lejos ere un pequeño que apenas podía dar pasitos.
La ansiedad y la desesperación les estaba entrando a todos porque tenían pasadita de uno hora buscando y no lo encontraba,  estaba empezando a nevar, hacía mucho frio y no lograban ver a la pelotita caminante.
Santiago: porque, porque te saliste hijo… Armannn, donde estasss, Armann.
Continuaron buscando con unas pequeñas linternas.
Santiago: Richard metete a la casa te va hacer daño.
Richard: no, hasta que lo encontremos.
Michel esta algunos metros lejos de Santiago más cerca de la casa, vio como un mapache arrastraba un zapatito que reconoció, no supo qué hacer si seguir al animal o ir  a la  dirección contraria,  pero su instinto la llevo a la dirección de donde salió el mapache,  encontró a Arman sentadito debajo de un árbol llorando, tenía frio y un mapache feo se había llevado su zapatito.
Michel: peque porque te saliste, nos asustaste corazón. –lo cargo con muchos sentimientos encontrados, se habían llevado un gran susto- Santiago, Richard, lo encontré.
Arman: buaaa  aaagg buaa, me dobo mi chapato.
Santiago: Armannn, porque, porque te saliste.
Arman: buaaaa, no me pegues.
Santiago apretó las manos, había tenido  miedo, miedo de encontrar a un pequeñito muerto por el frio, se había prometido no gritarle, ni castigarle nunca más con tal de volver a ver a su hijo, tomo al niño en brazos sin decir nada,  creía que si hablada ropería la promesa que se había hecho a sí mismo de no gritarle, cuando le abrazo lo sitio frio, el suéter que traía se sentía mojado  por la briza y el agua nieve que estaba cayendo,  los tres se metieron a la casa cerrando la puerta. Arman lloraba bajito podía sentir el enojo de su papá y eso le daba miedo.
Santiago: lo primero es quitarte toda esta ropa mojada.
Lo empezó a desvestir pero termino dejándole  la tarea a Fátima ya que el niño no dejaba de sollozar y temblar sin entender si era el frio o  miedo, Arman tenía todo el cuerpecito helado así que Fátima lo metió al baño con el agua bien calientita pero sin quemarle,  lo metió a que el cuerpo empezará a agarrar calor  después de que calmara su llanto y el temblor del cuerpo pasara  empezó hablar con él.
Fátima: porque te saliste Arman, nos tenías muy asustados.
Arman: él no me quiede buaag
Fátima: tonterías, él te quiere mucho.
Arman: no, no me quiede, se cansó de mí, ya no me quiede.
Santiago está afuera escuchando,  escuchar aquello le dolió   porque él amaba a ese niño, solo que a veces se le dificultaba. Se supone que todo iba a mejorar una vez aclararan  sus problemas, preocupaciones y sus miedos,  pero Arman seguía ocultando muchas cosas. Podía notar miedo, la forma en que trataba de esconderse de él, la forma en que le pidió que no le castigara y su forma de llorar,  no le castigaría por lo de las materias, no como había pensado hacerlo, no como   un año atrás lo hacía…   cuando  le llegaba con esas notas,  en aquel momento no se lo pensaría ni dos veces ya que su única responsabilidad era estudiar, seria acaso eso lo que le preocupaba… habrá  dicho algo que no debió o tenía miedo por la travesura que había hecho recién, pero eso en parte tenía su motivo… era bueno o no!!  Ya que quería decir que el niño   estaba consciente de que lo  que había hecho estaba mal para temerle a un castigo.
Santiago entro al baño cerrando la puerta para que el calor no se saliera,  la idea era tenerlo bien calientito para que no le fuera hacer daño y pudiera calentar su cuerpecito, Santiago lo saco de la bañera y lo abrazo con mucho cariño dejando su enojo de lado,  lo que el niño necesitaba era un abrazo y él también lo necesitaba, internamente se decía que algo malo había hecho para que su hijo le tuviere miedo y que tendría que ver la forma de que ese miedo desapareciera para siempre así tuviera que cambie su forma de hacer y resolver las cosas.
Arman pudo sentir el cambio de su papá y también se abrazó a él, dejándose envolver por aquel cálido abrazo  olvidando sus penas y vergüenzas ya que estaba completamente desnudito.
Santiago: nunca me voy a cansar de ti, jamás, te quiero tanto,  me  ha dado tanto miedo de perderte, tenía tanto miedo de no volverte a ver.
Arman: peo te cansaste de mí.
Santiago: no hijo, no confundas las cosas, me canse de que no pidas ayuda, cuanto daría para que tuvieras esa confianza de decirme “papá me puedes ayudar” “papá me puedes dar esto”, que me tengas la confianza, que confíes en mí, que para eso estoy para ayudarte.
Arman: buaaa, buaaa
Arman se hizo bolita su papá no le comprendía, puso un pucherito triste y se llevó el dedito a la boca como hacia cuando era bebe y su mamá no le daba el chupón, un auto reflejo del cual no se dio cuanta el niño pero sí su padre.
Santiago se puso a mecer al niño en sus brazos y hablarle y repetirle palabras que de pequeño le tranquilizaban: ya, bebe, ya no llores, papá te va a cuidar, mami no está pero papi si  y él te está cuidando, shuu, shhuu mi niñito ya, ya.
Fátima se había salido para dejar aquellos dos.
Santiago tomo una de las toallas y lo envolvió en ella sin soltarlo se  sentó  en el retrete para secarle el cabello.
Santiago: chiquito bonito, hueles a bebe –le dijo mientras olía su cabecita- ya no llores hijo, dime porque lloras?... Porque me tienes miedo? –se preguntó a si mismo tratando de descifrarlo ya que el niño no le contestaba-
Santiago  cerrando los ojos mientras arrullaba al niño que ya casi calmaba su llanto, aun con los ojos cerrados pudo sentir como el tamaño de aquel pequeño niño aumento: que rápido creciste bebe.
Arman: no te enojes conmigo.
Santiago: y porque me voy a enojar e?
Arman: por salirme de la casa shhff.   
“Por lo menos sabe que lo que ha hecho está mal”  pensó para él: eso fue muy peligroso, porque te saliste?
Arman: shhff mmg. –movió sus hombros  dando a entender que no sabía-
Santiago: si sabes, pero yo no logro comprender y necesito que me lo digas.
Arman: no, no sé.
Santiago: si lo sabes hijo, no me digas que no. –Le dijo ya con la vos más fuerte-
Arman: te dije que no se shhfff bbugg –trato de levantarse y salir corriendo, pero sus pasos fueron impedidos-
Santiago: ven.
Arman: déjame.
Santiago: vasta Arman, necesito  que hablemos.
Arman: déjame.
Santiago enojado por aquel arrebato le quito la toalla que apenas tapaba parte de la espalda y por debajo de las rodillas,  jalándole con una mano y con la otra soltando una solo palmada fuerte que resonó en el baño.
PASSSSS –auuu buaaa-
Y fue   ese momento en el que Santiago lo volvió a dejar sentado en sus piernas y con la misma toalla lo cubrió y lo abrazo sin soltarlo arrullándole como si siguiera siendo aquel pequeñito, Santiago ya no le dijo nada solo se dedicó a consolarlo, hasta que Arman dejo de llorar y el solo empezó hablar.
Arman: estás enojado?
Santiago: no estoy enojado, pero si estoy triste.
Arman:  …?
Santiago: porque me tienes miedo, por eso estoy triste.
Arman: no… mm.
Santiago se le quedo viendo pero Arman calló nuevamente por un buen rato.
Arman: no te tengo miedo… bueno  a veces… un poquito. Te enojas muy fácil.
Santiago: no me enojo muy fácil al contrario les he dejado… porque les he dejado a todos.. pasar muchas cosas.
Arman: no es cier…
Santiago: … cierto a mí no –termino antes de que Arman continuara de hablar-
Arman puso una cara de enojo.
Santiago: no te enojes, eso ibas a decir o no??!!
Arman: no me gusta que se burlen de mi –dijo enojado-
Santiago: no me estoy burlando, pero eso ibas a decir y si te he dejado pasar muchas cosas más que a tus hermanos.
Arman: que mentira a Tomas siempre le pasaste todo.
Santiago: -“aquí van los celos”  pensó- admito que si le he pasado muchas cosas… espera déjame terminar –le puso el dedo en la boca antes de que empezara alegar- tú también admite que a pesar del carácter de tu hermano se metía en menos líos que tú, pero borrón y cuenta nuevo con eso, se supone  que estamos tratando de hacer las cosas bien. Yo de ser mejor padre para ti y tu de hablar conmigo no quedarte callado y escóndeme secretos, que es eso de esconderme las calificación e intentar hacer mi firma?
Arman se puso rígido, molesto y a la ves triste.
Santiago: no te estoy regañando hijo, me sentí orgulloso cuando me dijiste lo de la firma, pero no me gusta que me escondas las cosas algún día me daré cuanta de ello y ahí  sí estaría muy decepcionado más que decepcionado triste de que no confíes en mí. No soy un monstruo aunque lo creas.  
Arman: no creo que seas un monstruo –dijo bajito  después de un rato de silencio- me vas a castigas? –no pudo evitar preguntar porque internamente su corazón saltaba asustado por la respuesta-
Santiago se le quedo viendo un rato: por qué?
Arman se quedó calladito otro rato, ese “porque” no era un porqué de “porque tendría que hacerlo”  sino un “quiero que me digas el motivo de  porque te voy a castigar o porque hiciste lo que has hecho”, no hacía falta tener que hablar mucho se podían entender.
Arman: por salirme de la casa y asustarlos.
Santiago: dime tu si debería hacerlo?
Arman solo agacho la cabeza una vocecita le decía que lo que hizo estuvo mal pero otra temía por el castigo.
Santiago: antes que nada, dime porque te saliste? –interrumpió sus pensamientos-
Arman: tu dijiste que ya estabas cansado de mi… y… y me dejaste solo –no pudo evitar que los ojos se le humedecieran y una lagrima recorriera su cara eso era lo que más le había dolido,  que lo dejara solo y que su padre no lograra entenderlo-.
Santiago: hijo, ya te esplique… esa palabra te hace mucho daño lo siento, no era esa mi intención, pero entiende que no eres tú,  sino tus  acciones. Y te deje arriba de la cama porque era un castigo, no porque te quiera dejar solo, hijo te subiste a la litera… un pequeño monito de dos años,  te pudiste matar.
Arman: pero ya me habías castigado shuuff… siempre haces lo mismo me castigas y luego te vas.
Santiago: no te voy a dejar –lo abrazo, hablándole muy despacio y bajito- ya, bebe, ya no llores, papá te va a cuidar, mami no está pero papi si  y él te está cuidando, shuu, shhuu mi niñito shhhuu shssu. –palabras que siempre usaba para calmarlo… cuando su esposa  salía y dejaba a los niños al cuidado de él… o cuando murió su amada y el niño lloraba  sin hacer escándalo,  escondido y con un llanto muy triste-
Arman  calmo el llanto, se sentía tranquilo con esas palabras y empezaba a quedarse dormido era muy tarde y no habían descansado nada.
Santiago: eey.
Arman: mm.
Santiago: a dormir, es tarde y hay que descansar. 
Arman se paró sosteniéndose la toalla, pero antes de salir Santiago le puso otra enzima ya que si solo salía con eso le daría frio.
Santiago se asomó, Michel y Fátima se habían quedado dormidas al igual que Tomas, solo Richard seguía despierto.
Santiago: aun no te has dormido?
Ricardo: se me quito el sueño. Los demás se fueron a dormir porque saben que Arman está bien y que ya regreso a su tamaño.
Santiago: así!!!  Y como lo supieron.
Arman: ¿?
Ricardo: inevitable no escucharlos… además ya no hablas como bebe. –le dijo burlándose de su hermano-
Santiago: bueno a dormir…y tu cámbiate… hablaremos de todo mañana.
Arman: mmm.
Santiago: oye, no te voy a matar ni nada por el estilo quita esa cara, anda cámbiate y duerme… descansen un rato.
En la mañana solo la mitad de la familia estaba despierta, Michel había hablado con la encargada de la casa diciéndole que la entregarían  un poco después de media día ya que algunos seguían durmiendo.
Michel, Fátima y Tomas estaban desayunando, Santiago estaba en su cama aun dormido,  estar pensando una y otra vez en la situación en la que se encontraba, en lo que pudo pasar si no le hubiesen encontrado a tiempo… Arman ya estaba despierto pero aun en su cama y Richard aun dormía con la baba de fuera abrasando una almohada que ya estaba medio mojada.
Arman se paró de la cama se asomó a ver quién estaba en la cocina, no vio a su padre así que regreso sus pasos asomándose al cuarto que compartía con Michel, lo vio dormir así que se fue a su cuarto donde se sentó en la cama, parándose dos o tres veces decidido a terminar la conversación de la noche  anterior  pero sin atreverse a salir del cuarto.
Richard: Arman como caminas…
Arman: perdón por despertarte.
Richard: oye… papá no te va a matar… aunque si dan ganas, lo que hiciste ayer estuvo muy mal, nos asustaste mucho a todos. –dijo serio  al recordar la noche anterior- se supone que eras un niño “pensante” como no se te paso por esa cabecita… te pudiste morir. Un bebe no puede soportar estar fuera de casa con ese frio… así que si te dan una paliza la tienes bien ganada. Ayer papá te pregunto que si te merecías una paliza, no sabe que hacer… porque el prometió que si te encontraba jamás te volvería a regañar o a castigar  pero papá no lo hace con el afán de estar jodiedo o no siempre (la manera que un hijo defiende a su padre). Así que se hombrecito y dile que si te ganaste una paliza.
Arman estaba rojo: y tu como sabes lo que me pregunto papá.
Richard: porque estuvo oyendo bobo. Así que si no tienes el valor para decirle ponte un cartel en la frente que diga que te mereces ese castigo… así que sal de una vez hablar con él.
Arman se quedó quieto un rato, pensando en las palabras, sin creer lo que le estaban diciendo.
Richard: Arman ya ve hablar con él, no te quedes ahí  parado.
Arman: no es tan fácil.-dijo enojado pero con la voz entre cortada-
Richard: a como no…
El mayor se paró de su cama temblando un poquito al sentir el frio en sus pies, pero sin darle tanta importancia  tomo a su hermano del brazo con fuerza  y lo llevo al cuarto de su padre,  abrió casi de golpe la puerta ya que Arman trataba de no ser manejado al antojo del mayor.
Santiago: eey quee!! –dijo con los ojos aun cerrado- que paso??
Richard: Arman quería hablar contigo… y dice que si se merece  un castigo.
Santiago: mmm ¿¡¡  !!?? Y tú también por estar descalzo verdad?
Richard: yo?    yo todavía  que les estoy ayudando. –dijo saliendo del cuarto y cerrando la puerta detrás de el-
Arman solo se quedó viendo el piso,  jugando con sus manos, incomodo por la situación y avergonzado por que Santiago tenía unas bonitas y visibles ojeras por la falta de sueño.
Santiago: ven hijo.
Pero este ni se movió.
Santiago se le quedo viendo un rato desde la cama, con algo de pereza se levantó y lo jalo a la cama sentándose ambos en esta.
Santiago: Que tienes?... –por un momento pensó que tendría miedo, pero cuando le tomo de la mano este no se resistió, ni demostró tener miedo, pero esa forma de jugar con sus dedos…-  De que tienes vergüenza?
Arman: no tengo vergüenza.
Santiago: aja… -se tiro a la cama jalando Arman aun lado de él y cerrando los ojos-
Arman: Richard estuvo escuchando la plática que tuvimos anoche -dijo acusando a su hermano, sin enterarse que lo hacía en una forma  tan infantil-
Santiago solo dio una sonrisa sin abrir los ojos: es porque te quiere mucho así como todos tus hermanos y como te quiere Michel y yo, nos preocupamos por ti aunque lo dudes…  y me dices que más hablaste con tu hermano para estar así?
Arman: … Pue…mmm… es que… mm… él. Grrrrr.
Santiago: no me quedo muy claro –abrió los ojos y se le quedo viendo-
Arman: rrrggg –jalo la cobija y se tapó la cara-  me dijo que hablara contigo… y… y que… aaaagg.
Santiago: y que te merecías unas nalgadas?
Arman: si ya sabes que es lo que me dijo porque me haces esto… tu como sabias –dijo bajito-
Santiago: porque ayer hable con él. Tú te quedaste dormido…  me dijo que te diera una paliza  de su parte. Pero más importante… yo te pregunte algo a ti, crees que te lo merezcas?
Arman: mmmshh… Te prometo que ya no lo vuelvo hacer.
Santiago: eso es un sí o un no?
Arman: paaaa.
Santiago: muy bien, terminemos con esto entonces. –se levantó sentándose en la cama,  jalo a Arman y lo puso en sus piernas bajando  de un tiro pantalón y calzoncillo,  empezó a dejar caer la mano fuerte y pesada, la primera tanda sin decir nada-
Passs, passs, passs, passs, passs, passs, passs, passs, passs, passs, passs, passs, passs, passs, passs, passs, passs, passs, passs, passs, passs, passs, -auuu, mm, aiii auuu –trataba de no emitir sonidos pero la mano caía fuerte--
Santiago: aprende a medir el peligro jovencito.
passs, passs, passs, passs, passs, passs, passs, passs, passs, passs, passs, passs, passs, passs, passs, passs, passs, passs, passs, passs, passs, passs –aaauuu, ya, aaaiiiii sshhiii, shhff-
Santiago: no puedes salir de noche, menos tu solo y mucho menos si mides menos 60 centímetros.
passs, passs, passs, passs, passs, passs, passs, passs, passs, passs, passs, passs, passs, passs, passs, passs, passs, passs, passs, passs, passs, passs –ya, ya no lo vuelvo hacer, shhiiff, auuuu, shiii-
Santiago: háblame si tienes un problema, si algo que te diga te lastima, no te quedes callado y dime.
passs, passs, passs, passs, passs, passs, passs, passs, passs, passs, passs, passs, passs, passs, passs, passs, passs, passs, passs, passs, passs, passs.- cada palmada la sentía cada vez más dolorosa, tenía el trasero caliente y no pudo evitar meter la mano en dos ocasiones pero fueron apartadas por su padre a este punto Arman ya lloraba, bajito pero era perceptible-
Santiago: pide ayuda, para lo que sea que necesites pide ayuda, si no puedes hacerlas cosas tienes que acudir a alguien y nunca más nos des un susto de muerte –Santiago por un momento se lo pensó, pero tomo el cinto que estaba aún colgado en  una silla y lo dejo caer cinco veces en el ya rojo trasero-
Zasss, zasss, zasss, zasss, zasss. –aauuuu, ya buaaa, aiiii-
Santiago: ya, ya, shhuuu, se terminó, ya se terminó el castigo.
Arman estaba llorando trataba se dejar de llorar pero no lo podía evitar le dolía el trasero y tenía muchos sentimientos, Santiago le termino de quitar el calzoncillo ya que el pantalón se había salido desde hacía rato, con cuidado le ayudo a poner solo el pantalón que era más suelto que el calzoncillo, lo hizo acostar aun lado de él, lo tenía abrazado y sobándole la espalda después de un rato  los dos se habían quedado profundamente dormidos Arman soltando alguno que otro suspiro entre sueños esa había sido una buena tunda y Santiago sin dejar de abrazarlo.
Michel: que lindos.
Richard: qué?  No pensaran bajar a desayunar?
Fátima: déjalos en paz un rato.
Tomas: y  a qué hora nos vamos a ir?
Michel: ya veremos, porque si tu papá aún  está cansado tendremos que salir mañana.
Richard: por eso no hay problema yo puedo manejar.
Tomas: no quiero morir tan joven.
Richard: ja ja. –dijo con sarcasmo-
Pasaban de las 12 cuando Santiago despertó: wooo es demasiado tarde, shhuu bebe –le dio un beso en la frente-
Arman: mmm.
Santiago: estas de malas? –le dijo acariciándole el rostro-
Arman: mm me duele el trasero.
Santiago: a mí  me hubiera dolido más si te perdía, ese sería un dolor que jamás se podría quitar, vamos a desayunar anda.
Los dos se pararon,  todos estaba en la cocina hablando.
Fátima: buenos días. Hola mi bebe, te duelen mucho tus pompitas?
Arman: Fátima…
Fátima: mande.
Arman: no me hables asi… y si,  si me duelen… poquito
Fátima: eso pasa por darnos un susto de muerte. –le regaño un poco-
Arman: perdón por asustarlos.
Michel: vamos peque desayuna es tarde.
Arman: mm voy.
Esa tarde regresaron a su casa, Arman fue un poco incómodo ya que estar sentado por algunas horas había sido difícil.
Todos llegaron acomodar sus cosas, Santiago a preparar algunas cosas ya que trabajaba al día siguiente y no podía faltar.
Arman: papá?
Santiago: sí.
Arman: mm si me perdonaste.
Santiago: hijo –se acercó a él y le agarró la cara- todo quedo perdonado.
Arman: mm también lo de las materias que reprobé?
Santiago: aa jaja muy astuto. Vamos muéstramelos.
Arman: saco de su espalda las notas escolares.
Santiago: aiii hijo…hay que ponernos a trabajar en estas notas.
Arman: lo se… pa.
Santiago: sí.
Arman: mmm –se mordió los labios- tu dijiste que me perdonabas por todo, todo lo demás, por salirme sin permiso y por no pedir ayuda… de verdad todo eso ya está perdonado.
Santiago: mmm??? Sí. Hijo a dónde vas con todo esto?
Arman: tu dijiste que tenía que hablar…y que no te guardara secretos.
Santiago: ¡! Así es. Porque?… ven hay que hablar.
Arman volvió a morderse los labios: no te vayas a enojar…
Santiago: lo intentare.
Arman: te acuerdas que… cuando yo les di la cajita de joyas  de mamá?
Santiago: sí.
Arman: y que mamá me castigo por algo que no te dije.
Santiago: sí.
Arman: mmuff… fue porque me salía de la casa en las noches.. y me bajaba por la ventana del cuarto a hurtadillas… pero no fue la última vez  que lo hice,  hace dos meses, hace un meses… y tres semanas atrás lo hice otra vez –dijo tapándose las nalguitas, ya sabía que lo que había hecho no era bueno-
Santiago: te estas confesando…
Arman: más o menos... y…el que reprobara las materias tiene una explicación… bueno aparte de que soy idiota.
PASSSS -auuu-
Santiago: no eres idiota.
Arman: mmm
Santiago: que explicación tienes para las materias… a ver dime.
Arman: aaffff…mmm.
Santiago: Armannn.
Arman: pensamos… pensé. Aaagg creí que mi novia estaba embarazada.
Santiago se agarró la cabeza y saco todo el aire que tenía atorado en el pecho: lo está?
Arman: no, fue una falsa alarma.
Santiago: Arman, Arman, Arman… hijo, sabes ponerte un globito.
Arman: mmmgg. –la cara se le pinto de rojo-
Santiago: Hijo.
Arman: sí.
Santiago: pues si tu calentura ya llego a este extremo úsalos… y estas castigado tres meses sin salir.
Arman: pero eran dos.
Santiago: así es. Eran… anda a tu cama que ya es tarde.
Arman: eso es todo?
Santiago: te tengo que tener bien vigilado, aparte de eso, si es todo anda a dormí.
Passs -paa- Santiago lo encamino a la salida con una palmada.
Arman: pa.
Santiago: si
Arman: gracias por no gritar y escucharme… buenas noches
Santiago: buenas noches mi muchachito.

5 comentarios:

  1. Verdad que no es el fin??? Dí que continúa muchos capítulos más, sí?!!! Es que me encanta Arman, no quiero que termine!! Es una muy linda historia...todas tus historias me resultan emocionantes!!! Gracias por actualizar!

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  2. Que lindo final para esta etapa, pero que no sea el fin fin porfa que me encanta esta familia.

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  3. Amo tus historias, Arman es un amor grande o pequeño igual me encanta!!! me alegra que los problemas con Santiago se vayan solucionando ...

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  4. Querida MAry...

    De todo lo que escribiste sobre esta historia, éste es el mejor capítulo que hiciste y el que más tristeza me dio, son tantos sentimientos atorados dentro de Arman.
    He disfrutado muchísimo tu actualización, y te agradezco el detalle bonita, ha sido precioso leerte

    GRACIAS...

    Marambra

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