Capítulo 17.

Capítulo 17

Max se encerró en su habitación y abrió el sobre enseguida y empezó a leer

Hola Max

No sabes cuanto me alegré leer tu carta, pensé que no volvería  a saber nada  de nadie más en mi vida. Victor es muy majo y cuida muy bien de mí. Antonia se pasa de vez en cuando y me cuenta cosas de vosotros, pero no es lo mismo. Me gustaría verte. Pero dicen que es demasiado pronto y que es peligroso.

La semana que viene la escritora Dakota Sarrow vendrá a firmar libros en el centro comercial Sur. Recuerdo que te gustaba mucho. Yo ahora tengo mucho tiempo libre y he leído alguno de sus libros, no están tan mal como pensaba.

Te echo de menos, sé que te lo he dicho antes, pero es cierto, te echo terriblemente de menos. Saber que estás vivo y no poder verte me mata. Espero que pronto podamos volvernos a ver, tu tienes  a tu familia pero yo solo tengo la esperanza de que pronto podremos volver a vernos y podré volver a besarte

Te quiere Coral

Max releyó un millón de veces la carta antes de quemarla y echar las cenizas al retrete.  Sabía que Coral estaría en esa firma, era la forma de Coral de decirle que podían verse de forma segura. El corazón le iba  a mil. Al fin después de tanto tiempo podría verla, besarla, acariciarla, y quien sabe, quizás le echara tanto de menos como para dejarse hacer algo más que magrearla por encima de la ropa.

Puede que a su alrededor todo fueran malos rollos aquel día pero Max se sentía flotar. Sebastian cada vez que lo miraba sonreía, tenía una cara de bobalicón que era para echarse a llorar de la risa. 15 años ¿Quién los tuviera otra vez? Pensaba Sebastian.

Aquella noche Julio le dio la cena a Marcos, con baberito y cubiertos de clores de plástico incluidos. Sebastian se preguntó de donde narices había sacado su padre esas cosas. Pero prefirió no preguntar. Marcos ya lo estaba pasando suficientemente mal como para ir haciendo comentarios.

Aunque sabía que rea forzar un poco las cosas Sebastian le dijo a Alejandro que aquella noche la pasaría con Antonia ya que ella se iba a ir unos días y quería verla antes. Sebastian pensó en la posibilidad que como Alejandro estaba muy susceptible por el asunto de César cabía la posibilidad que le dijera que no. Pero lo que nunca se esperó es decir que iba con él. A Alejandro se le estaba escapando que lo que quería era “estar a solas” con Antonia no tener una charla amena con ella y su tío. Y aunque la cara de Sebastian era un poema, no era idiota y no dijo nada, simplemente tomó las llaves del coche y llevó a su tío al apartamento de Antonia.

Alejandro  no era idiota sabía perfectamente que cuando Sebastian le había dicho que se iba a ver a Antonia, lo que iba  a hacer era dormir con ella. Pero llevaba casi todo el día intentando comunicar con Antonia  y no había tenido ningún éxito. Alejandro  tenía que hablar con Antonia antes que se fuera con Leopold a lo que fuese que fueran a hacer, era importante.

Al llegar al apartamento de Antonia, Alejandro se sorprendió que Sebastian no llamara, en vez de eso sacó unas llaves del bolsillo y abrió él mismo la puerta. Alejandro sabía que esos dos estaban juntos y que su sobrino pasaba allí la mitad del tiempo pero aún así eso le sorprendió.

-      Tonia ¿estás? (dijo des de la entrada dejando las llaves en un platito que había en el minúsculo recibidor)

-      En el bañoooooo (gritó Antonia)

-      Pasa, (le dijo Sebastian como si aquella fuera su casa) Siéntate, ahora saldrá…¿Te traigo una birra?

-      No (dijo Alejandro muy seco. Mientras Sebastian iba a la cocina a por una birra para él, él si que necesitaba una cerveza).

-      Ya pensé que no venías (dijo Antonia saliendo del baño) oh jajajaja (le dio por reír al ver a Alejandro sentado en el sofá) ¿Tenemos visita? (dijo fulminando a Sebastian con la mirada. Sebastian solo puso cara de circunstancias)

-      He intentado hablar contigo todo el día (y realmente Alejandro parecía que la estuviera riñendo)

-      Ahhh si. Vi las llamadas y los mensajitos…iba  a contestarte cuando llegara a casa, pero me lie con otras cosas (dijo de la forma más casual que pudo) no hacía falta que vinieras, te hubiera contestado más tarde

-      No me tomes por estúpido, Antonia. Lo hubieras hecho cuando ya estuvieras fuera (dijo muy serio Alejandro)

-      ¿Qué quieres Alejandro? (dijo cansada Antonia robándole la cerveza a Sebastian y dándole un trago).

-      Sabes muy bien que quiero (dijo mirando rápidamente  de reojo a sebastian)

-      Miram quizás sea es leader de los Bocha, pero a menos que el motivo de tu visita esté relacionada  con tu anillo, no me interesa para nada. Así que creo que has hecho el viaje para nada.

-      Leopold se está aprovechando de ti.

-      Gracioso, los Hof piensan que nosotros nos estamos aprovechando de Leopold. Y sionceramente, lo estamos haciendo. Lo mínimo es que caundo nos pide ayuda, le ayudemos. Y ya que su divina majestad no quiere bajarse de su trono me toca a mí arrimar el hombro. Y eso que no tengo porque

-      Le agradezco a Leopold todo lo que ha hecho por nosotros, pero somo dos clanes distintos, no hay que inmiscuirse en los asuntos de las otras manadas.

-      No me inmiscuyo, él me lo ha pedido…es muy distinto, Alejandro (Antonia estaba irritada porque pensaba que estaba haciendo más por ellos de lo que debería y encima tenía que aguanatr los humos de Alejandro en su propia casa). No tengo nada que ofrecerte para cenar, si hubieras avisado que venias…la próxima vez avisa ¿eh? (dijo fuminandolo con la mirada) y compro algo para cenar (Antonia le indicó con la mano donde estaba la salida)

-      No he venido a cenar, he venido a hablar y aún no he acabado. Al igual que a mi sobrino se te olvida quién soy

-      Al igual que a tu sobrino a TI se te olvida quien soy yo (le interrumpió rápidamente Antonia). No te debo pleitesía, soy Bocha pero pertenezco a los caballeros de la Rosa, no tengo porque obedecerte y lo sabes. Así que corta el rollo ese de “ser superior” conmigo.

-      Y aún así eres una Bocha, seguramente la única mujer Bocha que queda viva, tienes un deber para con tu clan

-      Ya te dije que NO y mi respuesta sigue siendo que NO. No seré la incubadura de los lobitos Bocha. Y si vuelves  a intentar meterte en mi relación con tu Sebastian te huro que cumpliré con el mandato de los caballeros d ela rosa y con anillo o sin acabaré contigo (dijo poniendo los ojos de loba. Alejandro tuvo que reconocer que la mujer sabía como poner a laguien en su sitio. Tragó slaiva y se levantó del sofá lo más digno que pudo )

-      ¿Vienes? (le preguntó Alejandro a Sebastian)

-      Me quedo, nos vemos mañana en el desayuno (dijo Sebastian que también se había acojonado un poco con al reacción de Antonia)

-      ¡Ya te vale traértelo a casa! (protestó Antonia en cuanto salió Alejandro por la puerta)

-      No es como si hubiera tenido alguna opción. Ya podías haberle contestado a alguno de sus mensajes ¿no?

-      Hay ensalada y musaka para cenar (dijo aguantándose la risa y metiéndose en la cocina)