Páginas Amigas

martes, 9 de agosto de 2016

CAPÍTULO 19:



CAPÍTULO 19:

Esperé frente a la puerta del aula de los chicos a que saliera la profesora de música. Llevaba en la mano el libro de Borja, y en la mente una sospecha que había empezado a formarse en mí sin que pudiera evitarlo. Yo había encontrado el libro de matemáticas sin demasiado esfuerzo y sin revolver nada ¿Y si todo había sido una estratagema de Borja para estar a solas en el cuarto y poder esconder la navaja? ¿Y si se puso nervioso, buscando dónde esconderla y por eso lo desordenó todo? ¿Y si al oírme llegar no le quedó de otra que esconder el objeto entre la cama de Bosco, que era la que tenía cerca? Por alguna razón, esa extraña hipótesis, de la que no tenía ninguna prueba, me resultaba más creíble que pensar que la navaja pertenecía a Bosco. Me sentí mal por desconfiar de Borja, pero lo cierto era que, entre ellos dos, era el que me parecía menos de fiar… y según Damián era un mentiroso compulsivo, aunque no sabía si lo había dicho en serio o solo porque en ese momento estaban picados el uno con el otro.

De todas formas, no podía simplemente acusarle. El arma había aparecido en la cama de Bosco, así que era a él a quien tenía que preguntar. Cuando sonó el timbre entré a darle el libro a Borja, y Damián y los demás me saludaron, sorprendidos de verme allí. Benjamín me dedicó una sonrisa, y yo se la devolví.

-         Hola, chicos. Solo he venido a darle esto a Borja y a hablar con Bosco. ¿Vienes un momento conmigo al pasillo?

El niño me miró con cierta confusión, pero asintió y me siguió fuera de clase. Estaba nervioso, pero eso no significaba necesariamente que fuera culpable: visto el ambiente que reinaba en aquél colegio, que se pusieran nerviosos cuando un profesor les llamaba para hablar a solas me parecía normal.

-         ¿Ha pasado algo en mi casa? – fue lo primero que me preguntó. El hecho de que lo preguntara tan ansiosamente, como si estuviera esperando malas noticias, hizo que me olvidara por un segundo de la navaja.

-         ¿Algo como qué? ¿Qué habría de haber pasado?

Los ojos de Bosco se entristecieron un segundo, pero luego pareció relajado, porque entendió que mi preguntaba significaba que no había pasado nada.

-         Mi madre está enferma. Por eso me trajeron aquí. Está luchando contra un cáncer y mi padre la tiene que cuidar y seguir trabajando para pagar las medicinas. No podía ocuparse también de mí y me pidió que hiciera la prueba para ver si me admitían en este colegio. El examen fue muy fácil. – añadió, con una media sonrisa. Ese niño hacía lo único que podía por su madre: ser fuerte.

Aquello sirvió para recordarme que aún me faltaba mucho por saber de los chicos a los que tenía que cuidar. Me alegré de que Bosco compartiera esa información conmigo: como su guardián, quería estar al tanto de su vida para poder conocerle y ayudarle. Me senté con él en un banco del pasillo, sabedor de que aquella conversación era más importante que la que había planeado tener con él.

-         No sabía nada, Bosco, lo siento… ¿Hablas con ella a menudo?

-         Solo nos dejan llamar los fines de semana, pero sí.

-         La llamarás todos los días. Desde mi teléfono si hace falta – afirmé, tajante. Ese niño no podía perder el contacto con los suyos en un momento así. – Creo recordar que te quedas aquí los fines de semana, ¿no? ¿Por qué… no vuelves a casa?

-         Mi casa está muy lejos y sé que mi madre no quiere que la vea mientras está así… Mi padre me dijo que podía volver, pero yo sabía que no era lo mejor… Solo en el viaje gastaría mucho dinero y lo necesitamos para las medicinas.  Mi padre dice que el dinero no es problema, pero yo le escuché hablar con su abogado. Creo que su empresa está al borde de la quiebra. Aunque yo no entiendo mucho de eso, sé que no es bueno…

-         No, no lo es… - confirmé.

 Les pasaba a mucha gente con dinero: hacían mal una inversión, y perdían una fortuna. Lo terrible era que sucediera en un momento como aquél, cuando estaban luchando también con una enfermedad. Entendía que el padre de Bosco sintiera que no podía cuidar de él en esa situación, aunque bajo mi punto de vista las familias debían permanecer unidas en esos instantes más que nunca, y apartar a los hijos de los problemas como si no les afectaran a ellos también no me parecía lo mejor.

-         Eres muy buena persona por ayudar así a tu familia. – le dije. -  Aunque pienses que no, lo que estás haciendo al quedarte aquí es muy importante. Aunque no puedas ir a casa los fines de semana, seguro que tu padre viene a visitarte alguna vez...

Bosco asintió.

-         Dijo que vendría una vez al mes. Vino el sábado pasado, para ayudarme a instalarme, así que…me quedan tres semanas.

Quise preguntarle qué tipo de cáncer tenía su madre, pero no me atreví. No sabía si era terminal o era de los que podían curarse. Tal vez el año que viene Bosco pudiera volver felizmente a su casa y olvidar toda esa pesadilla, feliz junto a su familia. Luego iría a preguntar a secretaría, a ver si sabían algo al respecto, pero como por el momento no sabía nada, no quería decir nada inadecuado, como darle falsas esperanzas.

-         Verás como las tres semanas pasan rápido – le dije solamente, y le froté la espalda en un gesto que pretendía ser reconfortante. – Y lo de las llamadas lo decía en serio. Ya irás descubriendo que no siempre cumpliré al pie de la letra lo que dice el reglamento. No si algo no me parece justo, como es el que no puedas hablar con tu familia.

-         Pero entonces todos querrán llamar a sus casas…

-         Podemos hacerlo sin que nos vean. O puedo dejar que llamen ellos también, qué diablos.

Bosco me sonrió, agradecido, y de alguna manera supe que venía necesitando hablar del tema con alguien, para desahogarse. Para no ser el único que sabía lo de su madre, y tener que llevarlo como si fuera un secreto, además de una carga.

-         ¿Qué era lo que me querías decir? – me preguntó, al acordarse de que no había ido allí a hablar de su madre.

Casi se me había olvidado. Irremediablemente mi expresión cambió a una más seria. Ya no es que me resultara difícil de creer que la navaja fuera de Bosco: es que no quería que fuera, porque no quería tener que enfadarme con él después de lo que había compartido conmigo.

-         He encontrado esto entre tu cama – le dije, y saqué la navaja del bolsillo. Bosco abrió mucho los ojos al entender lo que era.

-         ¡No es mía! ¡De verdad que no!

-         ¿Estás seguro? Si es tuya, estás en problemas, pero no dejarás de estarlo por mentirme, solo agravarás la situación.

-         No es mía. – me aseguró.

-         Te creo. Pero de alguien tiene que ser. ¿No sabes quién la puso ahí?

-         Cuando hice la cama esta mañana no estaba…

Eso apoyaba de alguna manera mi teoría sobre Borja, porque había sido el único que había entrado desde que se fueron a desayunar… Aunque también era cierto que con todo lo de Lucas, yo no había estado pendiente de ellos por un buen rato y alguien más podría haber entrado.

-         Está bien, Bosco, gracias. Entra en clase, y de paso le dices a Borja que venga ¿vale?

-         Ok. Hasta luego – se despidió.

Borja vino a los pocos segundos. Traía las gafas algo torcidas y me dio la tentación de colocárselas, pero me recordé a mí mismo que no era un niño pequeño y podía hacer esas cosas solo. A mí a su edad me avergonzaba que mi madre me colocara la ropa o me limpiara la cara.

-         ¿Pasa algo? Tengo clase ahora, el señor López debe de estar a punto de venir… - me recordó. Eso me hizo dudar sobre si debía dejar el asunto para después de las clases. Tal vez fuera lo mejor, pero realmente necesitaba saber si había sido él…

-         Solo es una pregunta. ¿Esto es tuyo? – le dije, enseñándole la navaja. Borja lo observó con curiosidad y cierta admiración, pero no parecía reconocer el objeto.

-         Es una navaja ¿no? No, mía no es.

-         ¿Estás totalmente seguro?

-         Claro. Si tuviera algo como eso ya tendría cuidado de no perderlo.


-         No, si tuvieras algo como esto, estarías en problemas, porque aquí no se pueden tener armas. – respondí, algo frustrado, porque ahora me tocaba algo que odiaba: hacer de detective. Detestaba ir por ahí intentando encontrar un culpable, y el caso era que tenía una navaja y ningún dueño. – Está bien, Borja, vuelve a clase. Si averiguas de quién es, dímelo, por favor. 

10 comentarios:

  1. No sé, se me ocurre que puede mandarlo a un laboratorio para analizar las huellas. No es tan difícil pero le saldría algo caro. Aunque pues el asunto es más bien escolar. Podría devolverla y esperar a ver si algún niño la vuelve a agarrar. Pero la verdad creo que la tiene difícil.

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  2. Bueno si de verdad es bueno mintiendo no queda descartado pero tampoco veo que pueda confirmar por pripia cuenta quien es el dueño. Efectivamente la tiene difícil

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  3. Yo creo que es un maestro o el mismo director, que lo esta haciendo para hacer quedar mal a Victor y culparlo de algo

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  4. Me dejaste en una gran duda aqui...bosco en parte le creo pero si es supuestamente un mentiroso compulsivo es cosa que lea la ficha de todos los alumnos para saber si es verdad lo de la madre o no porque ahi simpre debe haber la razon del porque estan en esta escuela, lo de la admiracion de borja igual no me queda claro...apoyo la idea de Chany de uqe sea con analisis pero el colegio no es capaz, lo mas seguro es que se la tomen con todos a la vez conociendo a esta por asi decirlo escuela como es

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  5. Me encanta este guardian...pero debe ponerse pilas si quiere sobrevivir ese grupo de adorables "angelitos". El t'itulo muy acertado Dream, el angel es el que esta encerrado jajaja

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  6. Simplemente encantada con esta historia, la leí desde el primer capitulo hasta el final, el único problema es que se me termino la historia y ya quiero leer mas.

    No la había podido leer y veo de lo que me estaba perdiendo, una gran historia. Me encanta Víctor creo que un super personaje, que llego para quedarse con el cariño y aprecio de todos. Pero tu director me cai... como una piedra atorado en el zapato, que persona tan mas horrible y desagradable.
    No me gusto eso de la humillación, pobre chico... todo por un vaso de leche ni que fuera que. Solo quisiera tenerlo en mis manos grr y darle con un bate en la cabezota.
    Damian me encanto un personaje muy tierno a mi parecer, creo que en esa escuela le van a seguir dando esos ataques de pánico pero con la ayuda de Víctor se que los va a sobrellevar.
    Lucas es un super hermano y una super persona, jugarse una paliza por un gatito :3 y ni que decir de su hermanito los dos unos amores.

    Espero que pronto le den un acenso a Víctor y lo conviertan en director se lo merece ;)

    Y por ultimo espero que encuentren al de la navaja y que no castiguen a un traserito inocente.

    DriamGirl... sigue escribiendo de tus lindos niños que realmente son hermosos y disfrute leer de ellos.
    Cuídate mucho.

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  7. Tantas historias atrás de cada niño..
    Y es bueno que nos vayas regalando pedazos de cada vida de ellos...
    Me gusta la historia... Pero yo no soy cursi...
    Yo prefiero más historias de adolescentes que de niños...

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