ღ.La chica de los ojos tristes.ღ

Te amaré hasta el final de los tiempos
ღ.La chica de los ojos tristes.ღ

- ¿Estás bien? - escuche desde lejos.

No recuerdo cuanto tiempo estuve en otra dimensión, solo sé que con esa pregunta volví a la realidad y observe aquel chico que me miraba tiernamente.

- Sí, estoy bien - respondí y rápidamente limpie las lágrimas de mi rostro.

- ¿Puedo? - pregunto señalando la banca en la cual estaba sentada y antes de responder... él ya estaba junto a mí.

- Claro - intente sonreír sorprendida y pensando en ¿cuál era la idea de preguntar? si termino haciéndolo igual.

El chico me observo mientras yo me perdía observando la nada otra vez, no sé cuánto tiempo fue. Solo recuerdo que escuche su voz por segunda vez.

- ¿Segura que estas bien?.... ¿te puedo ayudar en algo? - pregunto amablemente.

- ¡NO!.- respondí un poco agresiva y luego suavice mi voz.- No me puedes ayudar.

- Eeeh tal vez... si me dices lo que pasa, tal vez pueda ayudarte.- eso me pareció muy dulce, pero no estaba acostumbrada a que la gente se preocupara por mí.

- ¿Por qué te interesa tanto lo que me pasa? - pregunte desafiante y molesta a la vez.

- No lo sé... es solo que te veo muy mal... tus ojitos son muy triste.

Al oír eso sentí el puñal clavándose en mi corazón al darme cuenta que un chico que estaba recién conociendo notaba que algo me pasaba, en casa todos pasaban a mi lado como si todo estuviera normal... casi todos ella hacia la diferencia.

- Pues, es así como me siento.- dije fría como el hielo.

Después de eso se hizo un intenso silencio. Nos observamos a los ojos por varios segundos hasta que rompí con el momento.

- Yoooo....yo me tengo que ir - cuando estaba por levantarme, él tomo mi mano.

- No, no te vayas.- el sentir su contacto se paralizo mi sangre y estuve a punto de darle una cachetada, el chico lo noto y cerro sus ojos y me hablo rápidamente.- y si me dices, A dónde vas ¡por favor!

- La verdad, es que no tengo idea a dónde voy.- en ese momento solté su mano de la mía un poco avergonzada.

- No puedes estar sola por aquí... y menos si no sabes a donde ir, ¿te perdiste?.

- No... mm.. se puede decir que un poco... me escape... - hice una mueca divertida al decir eso.

- ooooh, ya veo...un poco te escapaste - nos quedamos unos minutos otra vez en silencio.

Ese silencio fue incomodo, pero me ayudo a pensar en algunas cosas...recordé que tengo una tía que vive en San Rafael y eso era muy lejos desde donde nos encontrábamos.

- ¿Vives aquí? - esta vez el sorprendido fue el chico.

- No, vivo en San Rafael - genial al parecer algo bueno me pasaba en ese fatídico día.

- ¿Me podrías hacer un favor? - pregunte muy emocionada

- claro, ¿Cuál? .

- ¿Sabes dónde puedo tomar un autobús para poder llegar a San Rafael?

Si bien esperaba que me dijera que sí, comencé a preocuparme ya que no tenía dinero, pero eso daba igual... ya me las arreglaría para llegar a casa de mi tía.

- sí, pero... para que quieres un autobús si te puedo llevar yo.

- ¿En serio? - dije ilusionada y mostrando una gran sonrisa.

- ¡claro! ... ¿ya comiste?.- pretendí decir que sí, pero mi estómago me traiciono y mis tripitas gritaron que no.

Al darse cuenta camino a un restaurante sin decir nada, me quede en el lugar por un minuto quieta y luego lo seguí justo en el momento que abría la puerta y cargaba con mucha comida...una vez que comimos, yo le jurare que le pagaría todo al llegar a nuestro destino, subimos a su auto y comenzó a conducir rumbo a mi nueva vida.

- No me has dicho cómo te llamas - dijo sin despegar su vista de la carretera, la verdad estaba un poco nerviosa ya que no veía más mayor que yo y me preguntaba si tendría carnet de conducir.

- Isis.

- ¿Isis? o ¿Isidora? .- pregunto extrañado.

- Me llamo Isis - lo mire incomoda, siempre que decía mi nombre la gente se extrañaba

- Dale... Isis, es un bello nombre.

- Gracias... - respondí tímidamente.- luego recordé que me había subido a su auto y mi corazón se aceleró.... Tampoco sabía cómo se llamaba.- oh pues... lo siento y tu... ¿Cómo te llamas?

- Pablo.- respondió y luego se dedicó a conducir.

ღ.....En casa de Isis.....ღ

- Tenemos que encontrarla.- pensaba en voz alta un padre desesperado.

- Ya volverá... no le tomes mucha importancia.- Respondió la madre de Isis como si hablara de cualquier persona y sin prestar el menor interés... estaba concentrada en pintarse las uñas

- ¡Es mi hija!... está obscureciendo y no sé nada de ella.

- Estará bien, es una adolescente y ya sabes cómo son hoy en día, veras que mañana ya estará aquí....solo deja que se le pase el coraje y listo.

Después de eso el padre de Isis pensó en lo que dijo su esposa... quizás ella tenía razón y lo de su hija era solo una gran pataleta.

- Tal vez, tengas razón...esperaremos.

ღ.....En el auto de Pablo.....ღ

Llevaban una hora de camino y faltaba mucho para llegar Isis y Pablo estaban en silencio desde que salieron, el chico se concentraba en el camino y ella perdida en sus pensamientos, eso fue hasta que lo observo y se dio cuenta que el chico estaba cansado al igual o más que ella.

- ¿Estás cansado? .- pregunte.

- No, claro que no.- luego me dedico una tierna sonrisa.

- Sí, lo veo en tus ojos... ¡estás cansado!.- respondí con seguridad.

- Tienes razón.- suspiro.- más adelante esta un hotel, ¿Qué te parece si pasamos el resto de la noche ahí y ¿mañana continuamos?

- ¿Un... un HOTEL?

Al oír esas palabras casi muero....Según tenía entendido, los hoteles que estaban en la carretera y eran "Hoteles de paso" saben a lo que me refiero ¿verdad?.... Yo lo acabo de conocer, aun no tengo la suficiente confianza para quedarme en un hotel con él.

- No te preocupes.- al parecer leyó mi mente.- se lo que estás pensando, solo dormiremos.- sonrío.- bueno... si eso es lo que tú quieres.

En ese momento y frente a ese comentario tan directo, solo sentí mi cara arder y mucho...¡mucho calor!