Páginas Amigas

martes, 6 de diciembre de 2016

CAPÍTULO 3




CAPÍTULO 3


Esa tarde los Sres. Holmes estaban que se comían las uñas, el Sr. Holmes caminaba de un lado para otro por la sala mientras que su esposa no paraba de hornear pastelitos solo para intentar no mirar el reloj.

Ambos saltaron cuando escucharon la limusina estacionar frente a su casa, querían salir corriendo pero sabían que eso molestaría a sus hijos.  

Por lo que solo se pararon al lado de la puerta de entrada, mirando por la pequeña ventana que daba a la calle.

Mycroft fue el primero en salir, luego salió Sherlock y cuando ya iban camino a la casa los dos Holmes mayores se dieron cuenta que el pequeño no había salido todavía de la limusina, es más, Sherrinford se había encerrado dentro

-Oh por dios santo!!!

El mayor fue el primero en expresar su disconformidad frunciendo el ceño e inmediatamente exigiendo que su hermanito abra la puerta.

- He tenido suficiente de tu actitud, sal de la limusina en este instante Sherrinford, ahora.

Sherlock era el único que estaba con una sonrisita en el rostro, nuevamente, este viaje de problemas familiares estaba resultando de lo más entretenido.

-Sherlock podrias ayudar en algo para variar.
-El no va a salir por su cuenta.
-Eso ya lo sé!
-Y qué quieres que haga, esta cerrado por dentro no puedo abrirlo.
-No has aprendido a abrir una miserable puerta en todos tus años que juegas al detective?, para qué entonces tanto trabajo de campo si cuando necesitamos de tus habilidades no sirven para nada.
-Soy un detective consultor no un abrepuertas!
-Desde cuando una puerta cerrada ha logrado detenerte a ti!

Ahora el que tenía una sonrisita en su rostro era Sherrinford que observaba divertido como sus hermanos peleaban por su causa.

Airado por las palabras de su hermano mayor Sherlock encontro una solucion al problema,

-Vas a correr con los gastos?
-Por supuesto, como siempre.
-Entonces hazte a un lado

Sin perder más tiempo Sherlock agarro una piedra y con fuerza y precisión la estrelló contra el vidrio del asiento delantero de la limusina y como Sherrinford se encontraba atrás no le ocasionó ninguna lesión y  ahora si pudo abrir la puerta

Mycroft sonrió maliciosamente y en menos de un segundo otra vez tenía a Sherrinford sujetado por la oreja llevándolo en dirección recta a su casa y por supuesto con las protestas respectivas del chico.

-Ay! Suéltame!, que me sueltes!, te vas arrepentir Mycroft!

Sherrinford trato nuevamente de manipular  a su hermano con su amenaza así que Mycroft sin perder mas tiempo dejó momentáneamente el agarre que tenía sobre su hermano, lo giro y entregó una fuerte, firme y dolorosa nalgada.

-El que tiene que estar arrepentido de todo lo que ha hecho eres tú, camina!

Sherrinford lo miró indignado - Me Pegaste!! - gritó esta vez él y se apresuró hacia la puerta de su casa, casi inmediatamente la puerta se abrió gracias a la Sra. Holmes que ya no podía esperar a ver a su pequeño.
-Mi pequeño, estas bien? - dijo la amable señora primero dándole a su benjamín una rápida mirada como queriendo chequear ella misma si todo estaba bien con su niño.

-Mami - dijo Sherrinford y prácticamente se arrojó a los cálidos brazo de su madre

Sherlock y Mycroft rodaron los ojos, si no hacían algo seguro que Sherrinford se salía una vez más con la suya y eso solo podía vaticinar más problemas en el futuro, y Mycroft definitivamente no iba a pasar por eso nuevamente.

-Esta vez no va a funcionar Sherrinford, nos has dado un susto de muerte y te has portado muy pero muy mal jovencito.

El señor Holmes trató de sonar lo más disgustado que pudo pero Sherrinford pareció no haberle escuchado y se quedó abrazado a su madre pareciendo un cachorrito herido, su madre lo mantenía fuertemente pegado a ella, sobre protegiéndolo como siempre, pero la mirada inquisidora de sus hijos mayores le recordó a la Señora Holmes que había sufrido mucho desde que supo que Sherrinford estaba perdido y francamente no sabía si iba a soportar otra más de las travesuras de su niño, tomó una respiración profunda y aclaro su garganta para poner su granito de arena en el regaño.

-Cariño, estoy muy molesta contigo, hacer lo que hiciste, jugar con tu vida, tu futuro y…
-....Pero mami toda la presión que recarga sobre mí hizo que tomara esa decisión, estoy abrumado con todos los mensajes que recibo de Mycroft exigiendo el 200%  de mi capacidad, las recriminaciones de Sherlock por decirme que él hubiese hecho las cosas diferentes a mi edad y tanta presión hizo que enloqueciera pero yo no quería defraudarlos a ustedes porque sé que también tienen una alta expectativa pero...sólo... no quería equivocarme tanto.

La carita sufrida en sus inocentes ojos azules hizo que sus padres cedieran ante la baja artimaña y ambos abrazaron a su hijo menor quedando a la vista de los mayores la carita pícara de Sherrinford, su sonrisita de lograr siempre lo que quería con sus padres irritó en demasía a sus hermanos pero sobre todo a Mycroft quien impulsado por Sherlock, como siempre, puso todo en orden.

-Y para esto me sacaron de Baker Street? Tengo cosas que hacer, me voy.
-No te atrevas a dar  un paso más Sherlock.
-Disculpa, Mycroft?
-Me oíste, no quieras entrar a mi lista de labores de hermano mayor.

Sherlock se contuvo de gritarle a su hermano pues una sola mirada a la cara molesta de Mycroft y retrocedió sus pasos y se ubicó en el sofá, perfectamente callado y sentado para que Mycroft prosiguiera.

-Ustedes dos- refiriendose a sus padres- si van a caer ante cada mentira y justificación que Sherrinford exponga debo decirles que mejor se despiden de él  porque al paso que va, estará en prisión en menos de 3 meses y saben que yo no me equivoco.
-Y en cuanto a ti- acercándose a su hermano menor- quieres explicar la clase de bebida que tuviste el descaro de no pagar pero si ingerir para pasar tu exceso de “estrés” a papá y a mamá- los señores Holmes fruncieron el ceño pues no querían escuchar ni mencionar bebidas alcohólicas ni nada adictivo, lo vivido con Sherlock había sido mucho para ellos.
-Yo…
-Exacto!- Mycorft no dejó que Sherrinford se explicase- apple martini, caipiriñas y por supuesto cerveza alemana importada, debo decirte que ni el mismo Sigmund Freud ha seguido una dieta desestresante como la tuya, además de tu despreocupación bajo el sol y que decir de la compañía junto a mujeres que te doblan la edad.  - Mycroft miro maliciosamente a su hermanito y luego se dirigió a sus padres con la firmeza que lo caracterizaba- así es, su pequeño niño, su bebé estaba a punto de revolcarse con dos……
-Mycroft Holmes para ahí!! - grito el Sr. Holmes ante la mirada horrorizada de su esposa,
La señora Holmes sollozaba - Mira lo que hiciste Mycroft, mamá está llorando por tu culpa - dijo Sherrinford ante la mirada asombrada de Sherlock es que ni él era tan descarado.
-Hiciste el punto Mycroft- dijo la Señora Holmes mientras se paro del sofá que compartía con su hijo, lo miró con frustración, se limpió las lágrimas - Sherrinford Holmes, no sólo te has aprovechado de nuestra confianza sino también te has dado el gusto de tomarnos por tontos excusándote y victimizandote de tus acciones, no más, es obvio que he fallado como madre pues en caso contrario no estariámos en esta situación.
-Pero mami.
-Ningún mami, yo rogando a tus hermanos que movieran cielo y tierra para encontrarte porque creí que te habían secuestrado de la Universidad.
-No le creas a Mycroft, exageró todo lo que te dijo.
-Tu hermano no ha hecho nada más que abrirme los ojos y como soy su madre sé exactamente lo que hará y lo apruebo.

La señora Holmes se fue todavía indignada por la actitud de Sherrinford a la cocina, aunque no le gustara admitirlo Sherrinford debía recibir consecuencias por sus deplorables actos y de paso madurar un poco aunque eso fuera doloroso para él y para ella, ya no se iba a interponer entre Sherrinford y el castigo que se merecía.

El señor Holmes fue detrás de su esposa, no queriendo que la señora se indisponga por el coraje vivido decidió estar a su lado, por supuesto no sin antes pronunciar unas palabritas.

-Tambien tienes mi aprobación hijo y te aseguro que voy a impartir la misma lección toda la semana y cada vez que Sherrinford lo necesite.

Sherrinford se quedó con la boca abierta estaba solo contra sus hermanos mayores, sus padres ya no estaban a su lado para protegerlo como siempre cada que Mycroft lo amenazaba o cuando Sherlock intentaba hacerlo entrar en razón.

Sherlock se sentía fuera de lugar, esta era la primera vez que iba a presenciar una escena como esa, siempre había sido él el receptor castigo, no espectador.

Mycroft buscaba afanosamente entre los cajones del escritorio de su padre hasta que por fin dio con el objeto deseado, sacó una vara y le pegó al viento haciendo que la vara produjera ese sonido tan conocido por Sherlock quien instintivamente se retorció en su asiento.

Sherrinford tenía de lejos los ojos bien abiertos, había visto esa cosa infinidad de veces pero como leyenda contada que se usaba para castigar, no tenía que ser un genio para saber que dentro de poco su hermano lo usaría en él, en este momento no sólo estaba arrepentido de sus acciones, que si le decían que haga acción comunitaria de por vida, él lo hacía!

-Obviamente me he quedado por una buena razón, después de todo las coincidencias existen para eso.

Mycroft rodo los ojos ante las palabras de Sherlock.

-Recuerda que tiene 16 y tiene la piel sensible, no lo quieres hacer tiras verdad?

Sherlock hablaba despacio en un rincón alejado con Mycroft.

-Claro que no! que clase de salvaje me crees?
-De la clase que nunca dijo nada cuando padre usaba esa cosa conmigo.
-Oh por dios santo! Sherlock, ahora no es momento para tus resentimientos, y dejame decirte que lo lamente todas las veces sólo que no podía hacer nada.
-Claro….
-Así es, fácil es ponerme como el malo de la película pero aunque no lo creas también es dificl para mi corregirlo, después de todo es el pequeño de la casa.

Sherlock miró agudamente a su hermano- Será posible que Mycroft tenga corazón? - se preguntaba, conociéndolo como hombre de palabra que era sabía que no usaría la vara con Sherrinford pero como lo conocía tan bien, sabía que lo iba a asustar con eso- En qué clase de salvaje lo convierte esa acción?- terminó pensante y concluyendo que en uno muy listo pues él también podía disfrutar un poco de la angustia de Sherrinford, después de todo el chico se había portado como un auténtico demonio..

-Hola? Todo está bien?- Por su parte Sherrinford se moría de nervios- De que hablan chicos?

Mycroft se acercó con la vara en la mano adonde estaba Sherrinford - Hermanito, no pensarás usar esa cosa - el pobre chico estaba hecho un nudo de nervios, solo de ver la vara toda su altanería había desaparecido, quizás la vara si tenía algo de magia para con los adolescentes.

Mycroft sonrió y volvió a agitar la vara en el aire - Padre usaba la vara cuando nos portabamos mal, puedes preguntarle a Sherlock, porque debería ser diferente contigo hermanito?

-Por favor Mycroft- dijo Sherrinford con lágrimas en los ojos esta vez verdaderas- haré lo que sea, solo pidelo.

-Que te parece si esta vez si vas a la Universidad y estando allá te transformas en el estudiante modelo, el mejor de la clase no espero menos y creeme sabre de cada uno de tus pasos.

Sherlock sonrió maliciosamente Mycroft era genial cuando quería - Y los fines de semana y festivos vendrás a mi departamento, trabajaras gratuitamente para el mejor detective de Inglaterra.

Sherrinford abría y cerraba la boca pero al ver de nuevo la vara solo pudo aceptar todas las condiciones -Esta bien ustedes ganan- dijo finalmente Sherrinford- pero alejen esa cosa de mi vista.

-Nosotros no ganamos nada Sherrinford, es nuestro deber de hermanos cuidarte y porque nos importas, por nadie en el mundo dejaría mis obligaciones, sólo por ti.

Era demasiado oírlo en voz alta, esas palabras  de su hermano mayor, del hombre más ocupado de Inglaterra, Sherrinford dejó fluir las lágrimas contenidas y sin haber recibido ni una sola nalgada.

Sherlock frunció el ceño.

-O por ti Sherlock, saben que estaré siempre para ambos, aunque no siempre les guste- les lanzó una mirada de advertencia.

Sabiendo que lo inevitable pasaría Sherlock se dirigió a la puerta, era el mejor momento para respirar un poco de aire y dejar que Mycroft termine con lo que debía.   

Apenas dio un paso en exterior y Sherlock escuchó los lamentos de su hermanito, hizo una mueca, la mano de Mycroft era tan dura y firme como su semblante, se dedicó a observar el jardín mientras la sinfonía de Au! y Ay! y Me duele! no cesaba, la paliza de seguro estaba siendo memorable sobre todo porque era la primera de Sherrinford.




EPÍLOGO

Sherlock estaba gratamente sentado en su sofá favorito leyendo el diario y en la mesita había un té recién servido, el departamento de Baker Street estaba distinto, olía bien y el caos que siempre imperaba había desaparecido, la puerta se abrió para dejar entrar al Dr. Watson.

-John qué bueno que viniste- dijo Sherlock de muy buen humor - te sirves un té?
-Contagiado por el buen semblante John sonrió -Sí, gracias.

Antes de tomar asiento John Watson echó una mirada a la sala todo estaba impecable, eso era muy raro - Contrataste a una empleada, ya era hora Sherlock.

-Claro que no John, sabes que no me gusta que ningún desconocido revise mis cosas.

John se sentó sin volver a preguntar qué había pasado, sabía que su amigo tarde o temprano le diría lo que pasaba en Baker Street, pero no tuvo que esperar mucho porque un jovencito entró a la sala trayendo una taza de té, el chico era muy guapo, alto y delgado, el doctor Watson estaba sorprendido de reconocerlo, pues viéndolo de cerca podía reconocer algunas facciones que le hacían familiares, por supuesto Sherlock interrumpió sus pensamientos- John te presento a Sherrinford el menor de los Holmes- John lo saludó con la amabilidad que lo caracterizaba pero sin dejar de observar a la persona que hasta hace poco no pensaba ni conocer.

Mientras Sherrinford terminaba de limpiar la cocina, como de costumbre John se enteró de muchas cosas ahí sentado en la sala junto a su amigo, novedades que lo impresionaba así como detalles triviales que picaban su curiosidad pero nada tan importante como saciar su curiosidad de conocer al tercer hermano.


FIN

3 comentarios:

  1. Linda la historia, chicas. Me hubiera gustado que termine antes de la fotografía, sin castigo, pero igual estuvo entretenida....aunque sigue sin gustarme que el hermano sea el que castigue.

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  2. jajaja ya lo tienen de sirviento!!
    Waoo sin duda no es bueno desobedecer a los hermanos mayores... Que aparte del castigo también se lo sonaron!!
    Carlita me gusta mucho como escribes!!

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