Páginas Amigas

sábado, 31 de diciembre de 2016

Gerardo



Gera no, no.
Gerardo tiene nada más y nada menos que diecisiete años recién cumplido, es alto aunque aún le falta crecer, tiene el cabello negro y los ojos verdes, es muy inteligente, le gustan los deportes y leer.
Sin embargo, su madre ya no sabe qué hacer con él, siempre le han llamado hablar de la escuela que no cumple con las tareas, que es grosero con sus maestros, que falta tantas veces a clase y solo va cuando hay exámenes, que si ahora se pelea con alguien.
Carolina ya estaba harta, ella era una madre soltera y desde que entro a la prepa que su hijo pasa de ella sintiéndose muy grande. Ella se embarazo muy joven, y el padre nunca quiso saber nada del niño. Ella tenía un hermano fuera de la ciudad, era soltero y desde siempre quiso a Gera como su hijo pero por su trabajo nunca pudo pasar mucho tiempo con él.
Carolina decidió que era el tiempo que su hermano se hiciera cargo de su hijo por un tiempo porque sabía que si seguía Gerardo de ese modo, al cumplir los dieciocho se iba a ir a desperdiciar su vida y eso no lo iba a permitir.
Gerardo se fue a vivir a la otra ciudad con su tío Armando después de muchas amenazas de estar todos los días castigado – Carolina nunca castigo a su hijo con nalgadas como la habían criado a ella y a su hermano, se creía más liberal sin embargo sabía que su hermano le había castigado así antes.
Armando le puso las reglas y consecuencias pero cuando llego a la parte de los castigos y vio que eran nalgadas no se lo creyó, él no se iba a dejar.  
Armando lo inscribió en la escuela para que pudiera comenzar el año de cero, pero a la semana le marcaron a su oficina preguntándole que si Gerardo aún iba a ir a esa escuela ya que nunca se había presentado.
Armando estaba furioso, todos los días veía como Gerardo se levantaba para ir a la escuela, y como volvía terminando, incluso le decía algunas cosas que hizo en la escuela. Decidió buscarlo con el GPS que activo en su cel. sin que se diera cuenta y lo encontró en una tienda de libros un poco retirada de la escuela, lo observo por unos minutos desde la ventana de vidrio que daba a la calle, el chico estaba trabajando como vendedor y cajero, se veía que se esforzaba bastante, si así se esforzara para la escuela, pensó Armando.
Armando entró a la librería fingiendo mirar un libro hasta que Gerardo vio a su tío, el niño inconscientemente se hizo pequeño en su lugar recordando cuando era pequeño y  su tío lo descubría en sus travesuras e incluso se le vinieron a la mente las consecuencias de las que su tío le había dicho y se cubrió sus trasero con una mano disimuladamente, se iba a ir a la parte de atrás para no atenderlo o fingir que no lo había visto pero su jefe lo mando a atender al hombre.
  • ¿Se le ofrece algo, señor?- Gerardo optó por ponerse profesional, no creyó que su tío quisiera hacer una escena en público, si no desde que entro le estuviera gritando.
  • Ah sí… me voy a llevar este libro titulado “Más vale que renuncies y estés en el carro en 10 minutos antes de que te de nalgadas aquí mismo.”- Gerardo abrió grandes los ojos.
  • No tiioo, por favor! No me hagas renunciar, me gusta aquí y me dejan leer los libros!
  • No me hagas perder la paciencia Gerardo! Te espero en el auto.
Gerardo le pidió permiso a su jefe de salir a esa hora y que después le compensaría las horas faltantes, no sabía como pero convencería a su tío de que lo dejara seguir trabajando.
Salió de la tienda y se subió al carro, su tío lo llevo a su nueva casa, cuando llegaron Gerardo subió a su habitación rápidamente. Armando lo alcanzo a los pocos minutos solo que no iba solo, llevaba una paleta parecida a una de pingpong pero cuadrada. Gera volvió a abrir los ojos como platos, hace dos años que fue la última vez que su tío le había castigado con esa cosa, solo fueron como cinco en ese entonces pero recordaba que le habían dolido bastante.
  • ¡No puedes hacer eso tío! – dijo Gerardo poniendo sus manos cubriendo sus nalgas.
  • ¿Que no puedo? ¡Tú eres el que no puede faltar a la escuela! ¡no te presentaste ni el primer día de escuela! ¡Me mentiste! Me mentiste toda una semana. – A Armado casi se le sale la vena de la frente e hizo un esfuerzo muy grande por controlarse aunque al ver que no lo hacia lo mando a la esquina a que pensara en lo que hizo mientras él se calmaba. Gerardo pudo notar que su tío estaba realmente molesto y no le convenía hacerlo enojar más así que se quedó en la odiosa esquina por diecisiete minutos.
  • Explícate. – le pidió Armando a su sobrino cuando se había logrado calmar. Gerardo se cruzó de brazos y no dijo nada. –bien.- Armando puso a su sobrino en sus rodillas y mientras batallaba con las patadas que daba Gerardo le bajo el pantalón junto con los boxes. Armando comenzó a castigarlo con su mano pero después de que Gerardo siguiera mudo comenzó a aplicar la paletita de madera que llevaba, desde el primero Gerardo pidió poder explicarse, claro que Armando no le estaba castigando con fuerza pero esa cosa más que doler picaba y desesperaba, si bien lo sabía él; así que solo le dio en total 10 de los 17 pensados. El tío lo levanto de sus rodillas y le subió la ropa, lo sentó lentamente en su regazo mientras lo abrazaba y consolaba porque aunque estaba listo para hablar (según él) sollozaba como cuando tenía cinco y le pedía que lo cargara.
  • Ya mi niño, ¿Qué fue lo que paso?
  • Es que tiito, ella se hartó de mí, ya no quiero ir a la escuela porque en la otra se la pasaban molestándome y quitándome mis libros buaaa y los maestros solo se la pasaban molestando!- Armando entendió lo que sucedía, por eso había estado tan rebelde últimamente si antes no era así.
  • Ay mi niño! no te abandono tesoro, pensó que estar aquí te ayudaría más en tu futuro, le hubieras dicho antes lo que sucedía… te prometo que si te pasa eso de nuevo yo estaré aquí para ti, y si no te agrada la escuela hay millones para elegir, de acuerdo?
Gerardo miro a su tío, él ya estaba grande para andar lloriqueando por las cosas que le hacían sus compañeros pero su tío lo había apoyado.
  • Tío, puedo trabajar medio tiempo en la librería?
  • Ya veremos, hijo. Pasó a paso.

2 comentarios:

  1. DReaaaaaaaaaaaaaaa, se acaba de convertir en otro de mis favoritos Gerardo!!! Que sigan más capis, por favor, está muy linda la historia!!!

    ResponderBorrar
  2. Waoo me gustó mucho el capi!! y ojalá este niño se vuelva historia!! Se lo merece!!

    ResponderBorrar