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sábado, 24 de diciembre de 2016

SONRIEEEEEE….






SONRIEEEEEE….
Corto de Navidad Flia Hoffman

Max de 10 años andaba para arriba y para abajo con su nueva cámara fotográfica, para esos días lo único que se escuchaba era a Max decir “sonrieeeee”, sus padres y hermanos ya estaban a punto de colapso nervioso. Y no solo por la cantidad de fotos que tomaba es que a veces no respetaba la privacidad para tomarlas. Adicionalmente casi un día de por medio le pedía a  Samuel, que lo  llevara a la tienda para que le revelaran las fotos.
Bendito regalo de navidad que había recibido de parte de Luis, comenzó a decir su padre. Max no era el único que disfrutaba de la cámara, Belkis estaba prendada a ella, por la sencilla razón de que era la modelo numero en la mayoría de las fotos junto al perrito de turno de la casa.
Sara había tenido que llamar la atención a Max al escuchar al pobre perro gruñir en más de una ocasión, ese día particularmente. El perro salió corriendo de la sala, y se cruzo con Mark a quien mordió por instinto, sin tener la culpa de nada.
Guao Guao grrrr..
Mark: Eyyy Bobby ¿Qué te pasa? AAyyy.. perrito coño de…
Sara: Mark Enrique, ni sé que ocurra terminar de decir esa palabrota que los niños andan cerca
PLAS PLAS…
Mark: Ayyy mamiiiii, pero bueno me muerde el perro y de paso tú me pegas.
Sara: ¿Bobby? Max murmuró. Max, Maxwell grito acto seguido para llamar al niño.
Max: ¿Si mami?
Sara: ¿Qué te dije hace rato referente al perro?.
Max: Que lo dejemos tranquilo.
Sara: ¿Y entonces?
Max: Yo estoy jugando con Bel, en el patio. Hace rato que no veo a Bobby. Dijo colocando unos ojos cautivadores.
Sara, lo examino con la mirada, y aunque no muy convencida prefirió dedicarse a limpiarle la pequeña mordida que Bobby le había hecho a Mark, no era nada del otro mundo pero mejor prevenir.
En la tarde Max fue interrogado por Samuel, y el peque negó estar fastidiando al pobre perrito, claro como al perro no lo podía hablar. Sin embargo no hizo falta, que el mismo se manifestara porque una imagen dice más que mil palabras.
Y fue que cuando Samuel fue a recoger las fotos que había dejado en la tienda para revelar encontró la razón del mal humor del pobre animalito.

Samuel: Maaaax, no dijiste ¿qué no habían fastidiado al perro?. Dijo levantando la ceja, mientras le enseñaba la foto.
Max: Upss.. Papi no lo fastidiamos solo lo ayudábamos a sonreír para la foto. Dijo de lo mas pícaro, huyendo de la escena.



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