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miércoles, 26 de abril de 2017

Cuando una pantera une a la jauría de tigres



Cuando una pantera une a la jauría de tigres
Capítulo uno
Scher-K
Has amado tanto que sientes que no podrás respirar si no compartes el aire con quien amas, o que sientes que tu vida no es vida si no está a tu lado, o cuando sientes su presencia tu cuerpo reacciona a ella, tu piel a su tacto, tu interior a su contacto de un modo que creíste sería imposible, a explotar de placer con solo saber que te ama, a olvidar respirar porque todo tu ser está concentrado en vivir el placer que te provoca, tener un orgasmo con solo escuchar tu nombre salir de sus labios, gritar como una loca su nombre y hacer la declaración de amor más pura al llegar al clímax y escuchar lo mismo salir de su cuerpo en ese instante, el quedar rendidos de tanto amor que hay entre ustedes, el que con un beso te arranca del abismo más profundo, el que hace todo por quitarte el dolor incluso si debe provocar otro porque sales o sales. El respetar el espacio de recuperación aunque mueras por abrazarlo porque sabes que no son tus brazos los que necesita, estar ahí a su lado siempre y para siempre, el amarlo desde el centro de la tierra hasta el infinito y más allá… bueno yo lo viví… yo lo perdí… y yo volví a recuperarlo porque Sean André nada ni nadie te amo, ama y amará más que yo.
Porque desde que te reencontré, mi vida volvió a tener sentido. Porque nuestros cachorros me gritaron que era el momento. Por eso mi vida llegó el momento que juntos contemos nuestra historia de cómo nos amamos, como la vida nos separó como nuestra princesa nos reunió.
Estas es nuestra historia la verdadera historia.
Desde que nací supe que estaba destinada a él, así eran las cosas aquí, las diferencia entre las familias eran de la puerta hacia fuera los de derecha o izquierda, de arriba abajo, católicos, ateos, judíos, daba igual el color, partido o equipo, los hijos se casan entre ellos, el amor no es un factor decisivo, te dabas cuenta muy pronto, no somos más que una moneda de cambio en ese mundo. Pero fui afortunada, porque el amor de mi vida vivía justo a mi lado y era un ‘buen partido’ decía mi padre, los suyos no tenían tiempo para ver lo que pasaba entre nosotros, las miradas que nos dimos de niños, cuando nos tomábamos las manos escondidos, cuando nos escapábamos de clases para ir al parque, o cuando mis padres nos dejaron la casa a solas para que consumáramos nuestro amor, ambos sabíamos lo que ellos pretendían, pero no nos importaba, era un obstáculo menos, ya que los padre de Sean ya habían abierto la temporada de caza, sin importarles que nosotros fuéramos uno prácticamente desde que nacimos, un juego de niños dijeron y qué negocios son negocios.
Nuestra vida era fácil ellos se olvidaban de nosotros mientras no saliéramos en las noticias, rompe esa regla y el boleto sin regreso al extranjero era lo primero que obtendrías.
Y eso nos pasó cuando una noche que para variar estábamos solos en mi casa y las caricias subieron de tono, que nuestros cuerpos reaccionaron al cuerpo del otro, cuando dejamos de pensar que era pecado como decían en la Iglesia o nos enseñaban en el colegio, no nos fue posible detenernos como las otras veces, simplemente no pudimos evitar que como dijo mi tigre ‘ropa fuera’ me guió hasta mi cama, con los ojos cerrados retrocedí entre sus brazos, me dejo caer lentamente en mi cama con sábanas seda moradas, luego con una agilidad felina avanzamos hasta quedar en el centro del que sería nuestro nidito de amor y si nidito porque ese día ocurrió el milagro más importante de nuestras vidas, él recorrió lentamente mis piernas, mientras yo me dejaba llevar por el placer, recorrió mordiendo cada fibra de mí ser, y yo tuve un orgasmo con cada mordisco, recuerdo haber rogado para que finalmente me penetrara, rogué, supliqué y exigí al punto de casi llegar a las lágrimas pero tú lo hiciste antes de tener que recurrir a eso, esa noche ambos brillamos, ninguno sabía que eso era posible, pero lo fue, alguien sabe lo que es que tu vagina libere tanta energía que sientas rayos en tu interior, yo lo he sentido, no sabes si reír o llorar, pero te inclinas por sólo gemir y decir ‘ay Dios’ gritar su nombre en el orgasmo final y escuchar tu nombre salir de su boca, caer rendidos y dormir desnudos y abrazados sin importar mañana. Pero nos equivocamos, mañana si importaba, porque con el paso de los días los cambios en mi cuerpo comenzaron a ser evidentes, hasta que el palito blanco confirmó lo que felizmente sospechábamos, estábamos embarazados.
Al primero en quien confiamos nuestra dicha fue a mi padre quien contra todos mis pronósticos no reaccionó bien, al parecer yo ya no tenía valor, había que encerrarme hasta que la vergüenza pase, nadie se podía enterar que ya no era pura. Y a Sean, casi lo mata, y sus padres no dijeron nada, porque si era lo suficiente hombre para preñar a una puta, lo era para responsabilizarse de su vida. Nuestro amor era tan grande que no lograron el propósito, Sean me rescató cuando trataban de sacarme del país, ya que mi vientre hinchado no podía ocultarse más, los controles era sumamente secretos y sólo me informaban si nuestro hijo estaba bien, jamás pude verlo, la libertad nos permitió pasearnos de la mano, de mostrarle al mundo que seríamos padres, que nos amábamos y estábamos felices, mantuvimos los mismos médicos, porque según mis padres eran los mejores, hacer eso fue el primer error de nuestras vidas.
Cuando entramos en labor intentaron por todos los medios que Sean no entrará al parto con nosotros, pero pretendían que mi amado se perdiera el nacimiento de nuestro hijo.
Ahora comienza la parte dolorosa de la historia, escuchar al amor de tu vida gritar que no te mueras, mientras sostiene a nuestro hijo en los brazos como se desgarra por dentro mientras eres incapaz de gritar, “amor estoy viva, estoy viva, ayúdame me están matando” sé que alguien le quitó a nuestro cachorro de los brazos para hacerle los exámenes de rigor, luego lo sacaron del quirófano. Sentí como sin ni un pudor sacaron otro bebé desde mi interior, eran dos, tenía gemelos, escuche como los cambiarían porque el mayor se veía más sano que el otro, que en el quirófano del lado lo estaban esperando y vi cómo se llevaron a Derek mi primogénito, no sabía que esperaba gemelos, pero algo me decía que eran dos y yo había elegido sus dos nombres, luego mis ojos se cerraron, estaba muriendo y no podía hacer nada para evitarlo.
La siguiente vez que abrí mis ojos, estaba en la morgue, sabes lo frío que ese lugar, grité hasta que me cansé y seguí gritando pero nadie parecía oírme, cuando ya no salía más voz de mi garganta alguien abrió la puerta y grito por mí.
“Ayuda, está viva” y comenzó con la reanimación, sé que me llevaron nuevamente al quirófano y luego a la una habitación, notificaron a mi padre, no te imaginas cuánto dinero corrió para que todo esto quedará en secreto, quieres saber la respuesta, no lo creerás, la respuesta es cero, eso ocurre cuando tu padre es el director de la clínica su bebé y no está dispuesto a perder por todo lo que ha luchado por su hija la cualquiera, si se casó con mi madre, solo para heredar la clínica de los abuelos.
Nunca supe si él fue parte del secuestro o no, pero su mirada gélida, ordenándome salir del país en cuanto me recuperé me hace creer que sí, estuve incomunicada, lo único que me mantenía viva era poder ver a Sean, abrazar a nuestro hijo y decirle que nos habían robado uno. Pero no podía, mi padre me mostró mi obituario, jamás hablo de mi otro hijo, no me atreví a preguntar, escuche cosas entre los pasillos, sobre una alemana que llegó sin vientre y salió con un hermoso bebe, ese sería mi primer destino, la infección estaba tan arraigada en mi cuerpo que tomó 6 meses eliminarla, seis meses que encerrada en esa miserable sala, sin ni una visita, me sentía como la mujer de la máscara de hierro, que era lo único que faltaba que pusieran.
Sabes lo que es que tu propio padre envié de viaje a su mujer, les dé la semana libre a todos los trabajadores del hogar, para llevarte a casa a tomar unas pocas cosas para sacarte del país y que sólo accediera a eso ante la amenaza de hacer todo público.
Cuando entre a mi habitación estaba todo embalado, con la dirección de mi próximo destino un internado para señoritas en Alemania. Al menos me pregunto cuál era mi destino de preferencia.
Tome en una maleta de mano solo lo más importante e indispensable, busque mis tarjetas, ahorros y bocetos de mis diseños de algo tendría que vivir, aunque logré un buen acuerdo el que era muy simple, mientras me mantuviera fuera de Chile jamás te faltará nada. Me limite a tomar lo más importante el corazón de oro que me dio Sean con una S grabada y salí de esa casa, sin mirar atrás.
Con lo que no contaba era con que a las tres de la madrugada Sean saliera a pasear con nuestro pequeño.
Su rostro se desfiguró, parecía que había visto un fantasma, camino hacia mí.
“Vete” le grité, si lo veía no podría irme y debía buscar a nuestro gemelo a Derek, como le decía que el bebé que tenía en las manos era Steve y no Derek como habíamos acordado.
“Scher-k que mierda está pasando” dijo acercándose.
“Olvida que me has visto, yo estoy muerta, muerta”
“Mira a nuestro hijo” dijo pasándome a mi pequeño. “Es Steve André tal como tu querías amor, que ocurrió, Scher-k tengo derecho a saber que te hiciste todos estos meses, te enterré por la mierda, merezco una puta explicación, porque no quieres sostener a nuestro hijo” a esa altura lloraba desesperado.
“Me voy Sean no volverás a saber de mí, yo estoy muerta y enterrada tú mismo lo has dicho”
“Tú no vas a ninguna parte” dijo tomándome del brazo con fuerza, no lo resistí, lo bese con mi vida, me desgarre por dentro como jamás pensé que sería posible y hundí en el infierno del que jamás podré salir, y pagaré por eso el resto de mi vida, lo vi, vi a nuestro hijo y su carita se me grabó en la retina, ya sabía cómo sería el rostro de nuestro Derek André.
“Amor” me dijo con esa intensidad tan propia de nosotros.
“Déjame ir, amor déjame ir” le rogué “la próxima vez que nos veamos no importa cuánto tiempo pase, vas a entender porque no puedo quedarme, te prometo por nuestro amor que lo que hago es por nuestra familia. Dile a nuestro hijo que estoy muerta, cuando llegue el momento tendré que pagar por todo esto, pero ahora no puedo. Dije subiéndome al auto de mi padre, así fue como partí en busca de nuestro gemelo perdido.
De más está decir que jamás pise el internado, comencé a buscar a mi hijito perdido, no te imaginas cuantas alemanas dan a luz en el extranjero, sospechoso no, años buscando años siguiendo pistas falsas, años robando cabellos para hacer ADN y nada.
Una noche cuando estaba al borde del suicidio, caminando por la barandilla del puente tratando de convencerme que si bajaba lo encontraría.
Pero lo que me hizo bajar del puente fue ver a una princesa que caminaba solita, no tenía más de tres años, busqué por todos lados a su familia, por días, meses y años, mi lucha y su lucha se hicieron nuestras, pero yo cada vez estaba más convencida que mi K fue un regalo de Dios y por eso cuando la pista sobre sus orígenes nos llevó de regreso a Chile, no lo pensé ni un instante, habían pasado más de 15 años que no pisaba mi país, como estaría mi hijo, cómo estaría mi Sean, se habrá casado, se habrán olvidado de mí. Al pensar en eso mi cuerpo se dobló de dolor.
“Mamá qué te pasa” me dijo mi hija Kathya asustada.
“Nada mi amor, estoy bien princesa estoy bien” nos subimos a un taxi que nos llevó a nuestro nuevo hogar, mi pantera lo había elegido, viviríamos literalmente en la punta del cerro, en el Panul. Si hasta eligió su colegio llegaría sin importarle tener que entrar a la mitad de año.
“Mamá mañana entro a clases” me sonrió.
“K puedes tomarte una semana, ya lo hablamos”
“no, algo me dice que mi destino está en ir mañana mamá ya te lo dije” luego se mordió el labio.
“Que hiciste Kathya Francisca”
“Te mentí mami, no era información de mi familia la que conseguí”
“QUE” pegue el grito tan fuerte que el taxista se detuvo.
“No te enfades pero hackee la aduana, extranjería para ser exactos sabes que fotografían a los bebes y ninguno coincide con la foto que le robaste a tu papá, Derek no salió de Chile al menos no siendo un bebe”
Casi muero con la noticia, tantos años buscando alrededor del mundo para enterarme que mi gemelito estaba aquí en Chile.
Si comenzó mi nueva búsqueda, y la nueva vida de mi pequeña princesa.
Mi corazón me dice que mis dos hijos están cerca y es mi pantera quien me guiara a ellos.

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