Páginas Amigas

viernes, 30 de marzo de 2018

Capítulo 41 Cortando las penas




Capítulo 41
Cortando las penas

Llovía, llovía bastante pero aun así conozco lo suficiente el lugar como para poder perderme de todo y de todos. Noté que Edgar se quedó quieto, no sabía cómo reaccionar… no sabía si era por el puño que me acababa de dar Patrick o si él sentía lo mismo hacia mí.

Hice una especie de zigzag entre las casas hasta llegar a un parque… recordé ese lugar inmediatamente, solía ir cuando era niño con mi padre, recordé lo mucho que disfrutaba columpiarme así que me acerqué y le di vueltas por un tiempo. La misma lluvia hacía que mis lágrimas no fueran tan evidentes y que no hubiera nadie alrededor mío, sentía aun algo de sangre pero no sabía si era por la herida de la boca o si mi nariz seguía igual.

Observé a lo lejos una rueda… vieja y casi descuidada, ya nadie jugaba en ella pero cuando era pequeño era el lugar más extremo del parque tanto para mí como para mis primos. Me senté ahí y perdí la noción del tiempo, clima y lugar… solo daba vueltas muy despacio mientras sentía como las gotas me empapaban y a ratos chirriaba la rueda, no sabía que más hacer ni como más actuar… mi intención nunca había sido dañar a mi familia, yo de hecho era feliz… nunca iba a volver a sentirme como lo hacía con ellos, tal vez jamás iba a sentir la felicidad.

La lluvia no paraba, no sabía cuánto tiempo había pasado pero yo ya ni siquiera sentía el sabor de la sangre… seguía llorando, era algo que tal vez necesitaba para sentirme mejor o para desahogarme y prefería que nadie fuera testigo de este momento. Fue un escalofrío que sentí, producto del viento lo que me obligó a ponerme de pie y buscar un lugar con techo, me sentía como una rata a la que nadie quería y todos deseaban que estuviera lejos, era consciente de que no querían verme más y tenía que aceptarlo, ser maduro y asumir mis responsabilidades.

Seguí caminando bajo la lluvia sintiendo ya un poco de frío… era lo mínimo que me merecía solo por hecho ser precisamente yo el que sobrevivió, ya no quería saber de nada ni de nadie, mis zapatos estaban llenos de agua así que apenas llegué a una construcción abandonada, me metí y me los quité.

La vida era estúpida e irónica, yo no merecía estar vivo y mucho menos haber sobrevivido a un incendio. Siempre fui mucho peor que mis primos y mis padres, mi idea de vida no era estar en otro continente con familiares casi desconocidos para mí.

Patrick tenía razón, no debió conocerme… nadie quería eso, ni sus padres ni los míos, él tenía todo el derecho a darme ese puño, seguro si la situación hubiese sido al revés yo habría hecho exactamente lo mismo. Yo solo soy la porquería de persona que nadie quiere tener en su familia, lo acepto y lamento que ellos me hayan recibido en sus vidas.

Sabía que era media noche o tal vez la una de la madrugada cuando empecé a tiritar, era una noche muy fría y no ayudaba estar mojado, quería irme corriendo a mi casa pero no podía… Patrick y Edgar me odian, incluso es probable que quieran llamar a la policía si me ven, aunque no los juzgaría por eso, me lo merezco.

Supongo que me dormí en la madrugada, me levantaron dos cosas; la luz del sol y el frío que sentía. Mi ropa aún estaba mojada, me quité la camisa y caminé por todo el lugar… me sentía demasiado mal, no sabía si antes me había sentido igual pero solo quería desaparecer, ni siquiera tenía hambre.

No podía creer que hubiera confiado en Edgar y Patrick, era familia pero la familia desconocida… hasta supongo que por algo no me los habían presentado antes, entre los planes no debía estar conocerlos. Ir a la casa de Gloria había sido una pésima idea y contarles la verdad había sido una consecuencia que simplemente debía asumir por haberlo hecho.

Era algo muy lógico no confiar en ellos, pero es que tampoco tenía más gente con la cual desahogarme. Nadie me iba a entender, nadie, nadie, ¡nadie! Decirles era ponerme la soga al cuello con las únicas personas que podían estar conmigo al menos hasta que tuviera 18.

Sentía que me estaba volviendo loco, hasta ideas suicidas se cruzaban por mi mente pero en el fondo yo no me quería matar, no puedo dejar botadas las cosas por las que mi familia trabajó por tanto tiempo. Empezaba a tener síntomas de gripa, no sé si es porque me estoy enfermando o si en serio tengo depresión pero empecé a desear sentir dolor físico para olvidar en parte mis problemas.

Era paradójico que estuviera así, si el año pasado hubiera visto a alguien como yo estaba me hubiera burlado en su cara… pero como la vida da vueltas ahora solo quedaba mi parte triste, no era ni de sombra lo que había sido, ya ni siquiera me sentía como alguien alegre. Me pasé la mano por el pelo sintiendo mis rizos algo mojados, busqué en mis bolsillos y encontré mi celular apagado o tal vez, dañado por la lluvia, y algo de dinero muy arrugado.

Sin pensarlo mucho lancé el dinero que tenía al suelo con todas mis fuerzas y lo pateé unas cuantas veces para descargar la frustración que sentía, por haber hablado, por el incendio y por la reacción de ellos.  Después conté el dinero, me puse de pie y fui hasta una papelería.

Cuando entré, miré todo algo indeciso pensando en cómo podía disimular, me acerqué hasta el mostrador esperando nervioso a que me atendieran.

-Buenas tardes, ¿Qué necesitás? –Sonreí ocultando mi nerviosismo.

-Buenas tardes, un paquete de cartulinas y un bisturí ¿si tenés? –Era obvio que tenía, era una papelería.

-Claro, ¿de colores o blancas? –Preguntó, pero no le entendí.

-¿Ah?

-Las cartulinas, ¿blancas o de colores? –Repitió.

-De colores, el paquete pequeño. –Dije sonando algo distante.

-Dale. ¿El bisturí lo querés de plástico o de metal? –Preguntó sacando algunos y poniéndolos en el mostrador. Vi el más filoso y lo señale.

-¿Cuánto es? –Me guarde el bisturí en el bolsillo y saqué un billete algo arrugado.

-$7500 –Saqué el dinero y tomé las cartulinas para luego salir corriendo, ni siquiera cogí las vueltas (el cambio).

Volví a la construcción, me senté contra la pared más cercana y dejé las cartulinas de lado. Pensé un rato en lo que iba a hacer, el cutting era casi una moda de la que muchos amigos habían participado… sonaba estúpido pero ellos decían que aliviaban así sus frustraciones, antes no los entendía sin embargo, mi vida había tenido un cambio bastante drástico y en este momento solo quería calmarme, ya más decido de que en el dolor estaba la respuesta saqué el bisturí.

Por unos minutos lo observé, estaba bastante afilado y yo comencé a temblar, tenía mucho miedo, no sabía si entendía bien lo que estaba haciendo e incluso sentí lágrimas rodar por mis mejillas. No me iba a matar, solo necesitaba concentrarme en algo distinto a la culpa por haber matado a mi familia.

Coloqué mi brazo al frente mío con el puño cerrado hacia arriba, pensando en que esto solo pasaría una vez. Yo no era tonto y si mi idea fuera suicidarme era sencillo el corte, recordé las imágenes que había visto y una frase llegó a mi mente “Remember kids, it´s down the road not across the Street, make it count!” tenía que cortarme de forma horizontal para no matarme.

Si dolía, me salía bastante sangre que seguro no se vería tan traumática si estuviera en un lavamos con la llave abierta. Fueron solo dos cortes de tres centímetros de longitud en cada brazo porque no quise hacerlo más.

Había funcionado, me estaba concentrando más en la sangre que me salía y en lo que me dolía que en lo otro. No estaba muy arrepentido de lo que había hecho porque me sentía en paz. De repente, escuché unos ruidos, un grito que me llamaba y las voces de Patrick y Edgar… no quise ponerme de pie así que acepté el hecho de estar perdido, tenía que aceptar mi culpa y su odio.

4 comentarios:

  1. Oh qué pena del chico pero si es verdad que si alguien una persona le pasa eso lo normal es sentirse culpable asta no querer vivir yo creo que le hace falta mucha ayuda y su nueva familia se la va a dsr

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  2. uff super intenso, gracias por actualizar rapido, me teneis al borde de los nervios, adoro esta historia, GRACIAS POR ESCRIBIRLA¡¡¡¡

    SOY SIA¡¡¡

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  3. uuff cuando leí lo que hacía Camilo me preocupé!!
    Pero luego recordé que es el protagonista y se me pasó!!
    Pero bueno lo que hizo es parte del dolor que tiene guardado en su corazón y que pues le nubla la razón!!
    Y más de pensar que su familia lo odia!!

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