Páginas Amigas

lunes, 18 de junio de 2018

Bastian





Terminé de envolver el regalo que había escogido cuidadosamente y eché un vistazo al reloj en mi teléfono. Aún faltaban dos horas para el día del padre...
Había sido un día cansado Así que decidí recostarme más o menos por una hora. Se suponía que ya estuviera dormido, después de todo.
Después de activar una alarma en mi teléfono, recosté mi cabeza en la almohada y cerré los ojos. Si alguien me hubiera dicho cuando llegué a esta casa que pondría tanto tiempo y esfuerzo en un regalo para ese tipo, seguramente no le hubiera creído ni una palabra...

La relación entre mi padre y yo no había empezado del todo bien... Para empezar, la mayoría de los niños son bebés cuando llegan a casa por primera vez... Yo, por otro lado, tenía seis años. Eso aparte de que ni siquiera era su hijo, acababa de ser adoptado.

Tan sólo había visto a mis nuevos padres como 4 o 5 veces antes de mí adopción, pero mi mamá y yo habíamos hecho click inmediatamente, así que para mí no había problema en ir a vivir con ella... Bueno, sólo uno: no parecía caerle ni un poco bien a su esposo.
No me importó mucho las primeras veces que fueron a visitarme al orfanato, es decir, él era sólo un tipo sentado en el sillón en el cuarto de visitas mientras mi mamá y yo jugamos con algunos de los buenos juguetes. Sin embargo, él dejó de ser tan irrelevante cuando me mudé con ellos.
Asphen Stholberk era un tipo joven de Noruega que había dejado su casa para estudiar en Canadá, donde tuvo la suerte de conocer a mi mamá el primer año de universidad. Realmente no lucía como una mala persona, siempre le sonreía a mi mamá como si fuera la persona más increíble que él hubiese visto... Pero era algo obvio que no estaba encantado conmigo.

Mis nuevos padres era una joven pareja acaban de terminar la universidad como 4 años antes de conocerme, y hoy han pasado casi la mitad de ese tiempo viajando. La familia el tipo tenía una compañía, lo cual le permitía trabajar desde casa en ocasiones.

Mi nueva mamá era una bonita y divertida joven que disfrutaba jugar y pasar tiempo conmigo, yo siempre me sentía seguro y feliz cuando estaba con ella, lo cual era casi todo el tiempo desde mi llegada a su hogar.
No me importaba mucho la indiferencia del tipo, raramente teníamos que hablar interactuar. Creo que se lo había estado de acuerdo en adoptarme porque mi mamá quería un niño, pero eso no importaba porque la tenía ella, así que el hombre yo pudimos ignorarnos el uno al otro durante meses sin problema alguno. Al menos hasta cierto día...

Una tarde, 6 meses después de que había salido del orfanato, mi mamá no fue a recogerme de la escuela... En el kínder donde me había inscrito solíamos quedarnos en el salón después de clases y las maestras nos llamaban cuando nuestros padres llegaban a la puerta, pero ese día me encontré de frente con el esposo de mi mamá cuando la maestra me llamó para irme a casa.

Me quedé ahí de pie por un momento, completamente confundido hasta que mi maestra me apresuró para ponerme mi chaqueta y mochila. Obedecí, mirándolo confundido mientras la maestra y él conversaban un poco. De pronto él Toma mi mano y se espío de las maestras antes de prácticamente arrastrarme por la escuela. Era algo obvio que no estaba acostumbrado a caminar conmigo porque casi Tenía que estar corriendo para poder mantener su paso.

-¡¿Dónde está mi mamá?!- me atreví a preguntarle una vez que llegamos al estacionamiento.

El hombre se detuvo y sus fríos ojos azules me miraron como si no supiera que hacer con un niño gritándole, si hablar conmigo, arrojarme un juguete o empujarme de las primeras escaleras que encontrase. Después de un momento, optó por responder.

-Salió en un viaje de trabajo, pero volverá en dos semanas- bien pudo haberme dicho que el mundo se iba a acabar...

Bien, había pasado un largo tiempo desde que había hecho una rabieta, pero eso no significaba que había perdido práctica. No puedo recordar exactamente en qué estaba pensando porque decidí hacer lo que hice, pero antes de que me diera cuenta ya era el protagonista de una gran escena... Había arrojado mi mochila tan lejos como había podido y mi chaqueta también, lo cual era un tanto estúpido porque realmente hacía frío, también estaba gritando que quería a mi mamá. En cierto punto había logrado que soltase mi mano y estaba haciendo todo lo posible para evitar que la tomase de nuevo. Si tener rabietas fuera una materia, hubiera sido el niño más brillante de mi salón.

Un poco después de que el hombre se había rendido en intentar tomar mi mano o lograr que me callase, una de mis maestras llegó. Aparentemente,la maestra haciendo guardia en la puerta de la escuela le había llamado.

Mientras mi maestra intentaba lograr tranquilizarme, pude ver la clara humillación en el rostro del tipo. Apuesto que era la primera vez que tenía que lidiar con una rabieta de esas y no ayudaba para nada que hayase fallado miserablemente. Después de que la maestra de algún modo me había convencido a dejarla ponerme de nuevo mi chaqueta, comenzó hablar conmigo acerca de como los buenos niños debían de escuchar a sus padres y comportarse, pero yo no podía dejar de llorar por mi mamá. No quería quedarme con ese tipo que en el momento me desagradaba tanto, además de que obviamente él tampoco quería cuidarme, es decir, me miraba amenazante mientras sostenía la mochila, como retandome empezar un nuevo berrinche... Lo cual realmente no me hubiera molestado.
Estaba tan molesto con la situación que me maestra tuvo que acompañarnos al auto y ayudarme a poner el cinturón de seguridad.
El hombre le agradeció y subió al auto, donde sólo se escuchaban mis lloriqueos.

-¿Qué rayos fue eso, Sebastian?- soltó después de conducir por unos minutos.

Evidentemente me rehusé a contestar. Todos me llamaban Bastian a menos que estuviera en problemas, en los cuales no debería de estar porque no era para nada justo. No me estaba agradando ese tipo y menos si me llamaba por mi nombre completo, eran sólo dos letras de diferencia pero en ese momento significaban mucho para mí.

-Te hice una pregunta-

Lo fulmine con la mirada y le saqué la lengua, sólo quería que volviera mi mamá.
Él me devolvió la mirada fulminante y sostuvo aún más fuerte el volante antes de exhalar pesadamente.

Tengo que reconocer que el hombre estaba siendo bastante paciente, seguro no estoy acostumbrado a recibir esa actitud a lidiar con mocosos malcriados.

-Entiendo que esto fue algo inesperado para ti, pero ella volverá pronto. Todo va a estar bien- a pesar de su intento de palabras reconfortantes, sólo era algo aterradora el que me estuviese hablando tanto (al menos más de lo que estaba acostumbrado)- Mira, sé que no somos exactamente cercanos, pero quizás podemos pasar algo de tiempo juntos en lo que Leah... Tu mamá, vuelve-

Rodé los ojos al escuchar eso. Ni siquiera le caía bien pero quería que pasáramos tiempo juntos? Sí, seguramente...

Era obvio que se sentía incómodo en mi presencia, ya que no hizo mayor intento de hablar conmigo en todo el camino hasta que nos detuvimos en el centro comercial.

No hace falta decir que fui una completa pesadilla... Desde que me bajé del auto me rehusé a sostener su mano aunque había mucha gente a esa hora del día, aprovecha cada oportunidad en la que él se distrae un poco para correr lejos de él, le saqué la lengua cada vez que tenía que mirarlo directamente a la cara y me rehusé a hablar con él en lo absoluto.

La gota que derramó el vaso fue cuando después de un desastroso intento fallido de ir a comprar unos suéteres para mí, me llevó al área de comidas.

Incluso evitando a mirarlo a los ojos, pude notar que el tipo estaba poco a poco perdiendo la compostura. Usualmente era una persona bastante sería pero relajada, en ese momento pude haber jurado que estaba a 5 minutos de tener un tic en el ojo y destrozar su teléfono celular de tan fuerte que lo estaba sosteniendo. Eso era bastante satisfactorio para mí, estaba convencido de que si lo hartaba lo suficiente, llamaría a mi mamá para que volviera.

-¿Qué quieres comer?- de acuerdo mi nuevo hábito, sólo le saqué la lengua e incluso hice trompetillas.

El hombre intentó contener un suspiro de exasperacion y ordena una malteada del restaurante más cercano. Era un claro intento desesperado de hacer que al menos le hablase, ya que nunca lo había visto comer ningún tipo de comida chatarra. Lo que nunca imaginó fue que tan pronto lo intentaría pasarme mi bebida, se la arrojaría a la playera de un manazo.

El estupor en su rostro hizo que mi fachada de seguridad vacilace un poco. No sabía qué es lo que había esperado, pero ciertamente no siquiera había considerado meterme ningún tipo de problema, aunque su progresivo cambio de incredulidad a ira me decía lo contrario.

-¡YA FUE SUFICIENTE!- rugió completamente furioso, sin importarle en lo absoluto que la gente estuviese viéndonos.

Completamente tomado por sorpresa por los gritos y su expresión amenazante, hice lo único que me vino a la mente a los 6 años... Estallé en llanto.
Desafortunadamente para mí, el hombre ya estaba demasiado enojado como para que le importase, así que sólo tomó mi brazo y echó a andar sin importarle todas las lágrimas y gritos que estaba soltando.

-Disculpe, señor, ¿Está todo bien?-levante la vista para encontrarme con que nos estaba bloqueando el paso un tipo bastante serio vestido como guardia de seguridad.

-No, no lo está. Este mocoso me arrojó su malteada y ahora tenemos que ir a casa-

-Necesito que me muestre su identificacion-

-Mi identificación? Qué tipo de broma estúpida es ésta?!-

-¿Estás bien, niño?-

El tipo sosteniendo mi mano bufó.

-Está más que bien, el pequeño patán...- sin realmente saber porque, eso sólo me hizo llorar más.

-¿Es pariente tuyo?- el guardia me habló de nuevo.

-¿Qué se supone que está insinuando?- lucíamos lo bastante parecidos como para serlo, el mismo cabello oscuro y ojos azules.

-¿Es algo tuyo?-

-¡NO! ¡NI SIQUIERA LO CONOZCO!- bramé incluso más fuerte que antes... No es como que estuviese mintiendo del todo en ese momento

-¡Eso es mentira!-

-Señor, retroceda-

-Con una mierda que voy a retroceder, yo...-

Después de eso todo sucedió demasiado rápido, lo siguiente que supe fue que el esposo a mi mamá estaba en el piso y el tipo de seguridad se encontraba junto a mí sosteniendo un taser en la mano.

4 comentarios:

  1. Muy hermoso. Me encantó. Continúa, Kono, por favor.

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  2. Que buen comienzo espero que actualices pronto

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  3. Pero pobre papá hasta para que le dé algo con ese tremendo berrinche que armó Sebastiáncito jajajaja
    Espero encontrar la continuación eeehh

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