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martes, 29 de diciembre de 2020

Somos del mismo mundo Capítulo 8

Capítulo 8

 

Kevin parecía impresionado, me sorprendió que no se burlara… aún no podía creer que hubiera comenzado a llorar por algo tan tonto, ni que tuviera 6 años. El director ni se inmutó, solo llamó a nuestros padres y nosotros nos quedamos sentados, esperando a que llegaran.

 

Primero llegó la mamá de Kevin, no parecía sorprendida… tuvo una conversación muy corta con el director y al final se fue con él. Yo me quedé una media hora más hasta que llegó el papá de Gabriel, a diferencia de la mamá de Kevin él si estaba furioso, al verme no dudo en gritar que era un inconsciente… le dijo al director que no se volvería a repetir y me cogió del brazo hasta sacarme del colegio.

 

-Ahora se va a ir callado y directo a la casa si no quiere que de verdad hagamos un espectáculo en la calle -Me dijo, estaba rojo y eso me asustó.

 

Con mi papá las cosas eran menos personales, él jamás hubiera gritado en el colegio, no me habría cogido así del brazo delante de todos y menos hubiera salido conmigo del colegio, él había salido en otro carro o al menos se hubiera puesto de copiloto y yo atrás.

 

La actitud del papá de Gabriel me parecía muy amenazadora, supuse que debía estar cansado porque apenas había salido de turno, pero, al igual que con mi papá empecé a tener miedo del castigo, no quería que me volviera a pegar así que apenas sentí que estaba lo suficientemente distraído salí corriendo, no tenía rumbo, solo quería ir a mi casa. 

 

No tenía idea de en dónde estaba, apenas recordaba la casa de Gabriel, y todas estas calles angostas y algunas empinadas me confunden. Me asusté, quería huir, pero me sentía en un lugar más peligroso… cada detalle de este barrio me preocupaba más y más, era como ver esos programas de chicos de colegio de un barrio pobre. Logré ver un café internet, sin pensarlo me metí y le escribí por ahí a Gabriel, esperando a que vea mi mensaje.

 

No sabía si él tiene Instagram o whatsapp, pero si tiene acceso a mi celular posiblemente pueda ver mis mensajes. Solo le pedí que nos viéramos, que tenemos que hacer algo para volver a la normalidad… desee que me respondiera, pero luego de 10 minutos desistí y recordé que no tengo dinero para pagar.

 

Fui hasta la caja con cara de cansancio, mi día estaba siendo terrible y ahora, otro problema más. La señora me miró fijamente, supuse que en verdad daba lástima porque me sonrió y dijo que podía pagarle después. Salí buscando un lugar donde pudiera hacer algo, quería un bus, quería ir hasta mi colegio, buscar a mis amigos y pedir ayuda.

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No podía entender que esa eso de la página Gossip GCC, parecía un perfil falso, algo casi de serie gringa adolescente. Para mí, era tonto que se impresionaran que Laura y yo habláramos y más, que ella también se empezara a alejar.

 

Un chico de cabello negro se me acercó y comenzó a reírse. Me preguntó si me había comido a la monja… para ser un colegio de “niños bien” hablaban muy parecido a los de mi colegio. Esos comentarios me enojaban un poco porque recordaba que tengo una hermana y odiaría que hablaran así de ella.

 

Sin embargo, no dije nada. Por supuesto que no iba a pelear ni tampoco a defender a nadie… Laura se hacía la loca, pues yo también. Empecé a averiguar más cosas de ella, según todos los demás, ella es una chupamedias, siempre nos la hemos llevado mal y generalmente ella es la que me hace las tareas.

 

La salida del colegio se me hizo menos extraña, a diferencia de mi colegio la mayoría de estos chicos salían en sus carros, pero, Federico al igual que sus hermanos esperaban al chofer y junto los buses escolares salimos y nos fuimos a la casa. Durante el camino el hermano del medio intentó hacerme conversación, pero yo nunca le entendí de lo que hablaba.

 

Al llegar a la casa, fui hasta el cuarto de Federico, me sentía muy cansado y con ganas de irme a mi casa. Miré el computador y me di cuenta que me había mandado un mensaje, creo que nunca me había alegrado tanto por un mensaje en mi vida, me lo había enviado una hora antes y me preguntaba cosas sobre mi y si nos podíamos ver.

 

Claramente, yo quería volver a mi vida, estar con mis verdaderos hermanos por lo que le respondí rápido que sí. El resto de la tarde me quedé expectante, quería su respuesta, pero al parecer, no vio el mensaje.

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Se hizo de noche y todos mis planes se vinieron abajo, no pude irme a mi casa, no encontré ni un parque para ir a sentarme y solo me sentía más perdido cada vez. No supe en qué momento, pero la mamá de Gabriel me encontró, se veía muy preocupada.

 

-GABRIEL -Gritó antes de correr hasta mí y darme un abrazo, me fije que tenía lágrimas en los ojos.

 

-Hola ma -Respondí fastidiado, yo no quería estar aquí.

 

-¿Por qué hiciste eso? Tú sabes que huir nunca es la solución -Jaaa como si afrontarse a un tipo furioso que no conoces y quiere pegarte fuera fácil.

 

-No sé -Fue mi respuesta más sincera.

 

-Tu papá está muy bravo, pensé que hoy te portarías mejor -Dijo. Realmente me enojó su reproche… estaba haciendo lo mejor que podía.

 

-Pues no -Respondí, con un tono grosero.

 

-No empeores las cosas -Dijo ya enojada, acaso ¿las cosas podían estar peor?

 

Solté una especie de gruñido, pero no dije nada más. Estábamos medio lejos de la casa, estuvimos caminando por cerca de una hora, íbamos en silencio cuando sentí que me tomaban del brazo.

 

-¿Qué te pasa Gabriel? -Dijo en un susurro, pero bastante enojado.

 

Seguí sin decir nada, tenía ganas de volver a salir corriendo, pero iba a ser en vano el esfuerzo. Sentí como me dirigía el papá de Gabriel con fuerza hasta la casa, mi papá también me había cogido así e incluso más fuerte, pero con este señor tenía más miedo.

 

Al llegar vi a los hermanos de Gabriel, apenas nos vieron se levantaron rápido del sillón y casi corrieron hasta donde su mamá, supuse que tenían claro que me iban a pegar… o que su padre estaba furioso. El papá de Gabriel me empujó de forma brusca al sillón, casi me caigo.

 

-¿SABES LO QUE ME CUESTA SALIRME DE MI TRABAJO SOLO PORQUE EL NIÑO SE PUSO DE REBELDE? -En parte podía tener razón, pero ni siquiera estaba escuchando mi versión.

 

-Mucho -Dije rendido, esperaba que eso lo complaciera.

 

-EXACTO, MUUCHO. -Me siguió gritando -ADEMÁS HICISTE QUE TE SUSPENDIERAN, LO ÚNICO QUE ESTÁS HACIENDO AHORITA ES IR AL COLEGIO, TIENES QUE COMPORTARTE.

 

El regaño siguió, pero yo ya no quise escucharlo… empecé a sentirme derrotado, nadie me escuchaba, y eso me enojaba mucho. Me estaba intentando controlar para no explotar hasta que escuché:

 

-Recuéstate sobre la mesa y quítate los pantalones -Sentí un escalofrío, el día anterior me había pegado y se veía bastante dispuesto a darme una buena paliza.

 

-PERO AYER ME PEGASTE -Grité, el hombre parecía sorprendido.

 

-No sé que te está pasando y a quién crees que le estás hablando Gabriel, pero te voy a cambiar esa actitud arrogante que traes estos días… porque ya ni pareces el hijo que crie -Dijo, al menos se dio cuenta.

 

-PORQUE NO LO SOY… -Grité y sentí una cachetada.

 

-Me cansaste, te di una oportunidad y no la aceptaste -¿Qué? No entendía nada de los que decía.

 

Me volvió a tomar del brazo, pero esta vez con mucha más fuerza me tumbó en la mesa y mientras me tenía con una mano con la otra me bajó el pantalón y logró sacarse el cinturón.

 

Zas zas zas NOO zas zas zas zas zas zas zas zas zas zas zas NOO zas zas zas zas zas zas zas zas AYY zas zas zas zas POR FAVOR zas zas zas zas YAA zas zas zas zas zas zas zas zas LO SIENTO zas zas zas zas zas zas zas zas zas AUU zas zas zas zas zas zas zas AYYY zas zas zas zas AYY zas zas zas zas zas zas zas AYY zas zas zas zas zas zas zas zas zas zas zas SNIF zas zas zas zas zas zas zas zas zas zas zas zas

 

Pensé realmente que se iba a detener, me estaba doliendo mucho y ya estaba llorando a mares. Sin embargo, cuando me iba a levantar dijo:

 

-Quieto, falta la segunda parte Gabriel, no quiero que se te olvide que  a mi me respetas y que no puedes pelear en el colegio -Empecé a llorar peor antes de sentir de nuevo la correa.

 zas zas AUU zas zas zas zas AUU zas zas zas zas zas AUU zas zas zas zas zas zas zas zas PARA zas zas zas zas YAA zas zas zas zas zas zas zas zas AYY zas zas zas zas zas AYY zas zas zas zas AYY zas zas zas BUAA zas zas zas zas zas zas BUAA zas zas zas BUAA zas zas zas zas zas zas zas AUU zas zas zas zas zas zas SNIFF zas zas zas zas zas zas AYY zas zas zas zas  zas zas zas zas BUAA zas zas zas

 

Cuando acabo yo seguía llorando, pensé que iba a volver  a irse como la vez pasada. Me sentía terrible… me habían dado la peor paliza en toda mi vida, estaba con un montón de extraños y yo solo quería estar en mi casa.

 

-Gabe, ¿qué te pasa? -Escuché que dijo el papá de Gabriel, me terminé de levantar y al girarme pude ver que estaba sentado mirándome fijamente.

 

-Naa nada -Mi voz seguía sonando quebrada.

 

-Sé que algo te pasa Gabriel, tu nunca eres así… -Me dijo poniéndose de pie hasta quedar al frente mío.

 

-Nada sniff -Si, estaba siendo patético, pero es que toda la situación era muy complicada.

 

-Puedes decírmelo -Dijo el señor, se acercó y me dio un abrazo luego de subirme el pantalón. De poder podía, pero de ahí a que me creyera era imposible.

 

-Yo no soy Gabriel, me llamo Federico -Con la mirada que puso el hombre supe 2 cosas: 1. No me iba a creer y 2. Pensó que estoy enfermo.

 

-Amoor creo que el niño tiene fiebre, esta diciendo cosas sin sentido- Gritó luego de ponerme la mano en la frente. Me llevó medio arrastrado hasta la cama y al poco tiempo entró la mamá de Gabriel con lo que parecía ser un pastilla y agua.

 

Quizás si podía estar un poco enfermo porque apenas me acosté me invadieron las ganas de dormir. Me tomé la pastilla casi por inercia, pero quería más dormir que otra cosa.

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En la noche volví a revisar si Federico había contestado, pero nada. Me estaba empezando a poner nostálgico, extrañaba bastante a mis hermanos y a mis papás… no me gustaba mucho la vida de Federico, la sentía muy superficial y a sus padres muy infantiles conmigo, me trataban como mi papá lo hacía a los 13 y eso me molestaba.

 

Me trajeron la comida al cuarto y para pasar el tiempo empecé a jugar en línea. Pensé que el día terminaría así de aburrido, pero no, en medio del juego uno de los “amigos” de Federico le comentó que ya habían reprogramado la fecha para el desempate.

 

-En dos semanas será el partido contra esos nacos y podremos ver, quién es el mejor. -Dijo, iba a recordarle que nosotros íbamos ganando, pero me di cuenta que esa era la oportunidad de reencontrarme con Federico y volver a la normalidad.

 

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