Páginas Amigas

domingo, 11 de agosto de 2024

Padrelotti y Vini Jr.



Padrelotti y Vini Jr.


Lección aprendida

Parte 1



Nota de autora: basado en la recién temporada que acabó de pasar 2023-2024, primer Clásico de La Liga fuera de casa, el día 28 de octubre del 2023.



El Real Madrid se jugaba el primer Clásico de la Liga, fuera de casa en la temporada, partido que empezaron ganando los locales por un error en la defensa de los blancos, pero consiguieron remontar con un doblete del actual goleador del Equipo, el joven inglés Jude Bellingham, quien inició la competición de forma excelsa, siendo esto de mucha ayuda para los merengues, y debido a que todo el esquema de juego tuvo que ser cambiado por la salida del francés Karim Benzema, los dos atacantes titulares tenían roles diferentes, algo que no era sencillo para acostumbrarse puesto que ni Vini, ni Rodry eran centro delanteros puros, aún así como Madridistas que eran ambos brasileños, siempre ponían todo su empeño para ayudar al Equipo, aquella noche no fue la excepción, sin embargo hubo una situación con uno de ellos dos, y es que Vinicius había vuelto a salirse de partido, ya le había pasado esto en otros juegos, pero era la primera vez que le sucedía contra el equipo rival, ya que aunque algunas veces entraba en discusiones con los jugadores del Barcelona, la mayor parte del tiempo era determinante y resolutivo para el Real Madrid, algo que no ocurrió en ese encuentro, no le salió nada y precisamente era porque estaba completamente perdido por el campo, más pendiente de los insultos que le gritaba la asquerosa afición local, que de jugar y si a esto se le agrega, que desde el inicio de partido el imbécil de Xavi le cogió la cara, cuando el chico se había acercado a Gil Manzano, para reclamarle una falta previa a la cual el colegiado se hizo el desentendido y Vini Jr cada vez estaba más caliente, con el pasar de los minutos, espero en el área una pelota de Rodrygo, pero este se fue a por la individual, el muchacho cada vez más desesperado y los minutos del marcador corrían mientras la grada seguía con los ataques racistas.

Al terminó del primer tiempo recibió un breve llamado de atención de parte de Carlo y algunos de sus compañeros, no argumentó a eso, él era consciente que no estaba haciendo las cosas de la mejor manera y ahí en el vestuario se decían todo de frente, no era la primera vez que pasaba, en este caso a él, y también él en otro momento había pegado un grito a alguno del Equipo para que espabilara.

El segundo tiempo había comenzado, el partido seguía a favor de los azulgranas, fue hasta el minuto 68 que Bellingham consiguió empatar, la pelota le quedó a placer y marcó por la escuadra, había sido un golazo, aunque  no estaba teniendo su mejor partido, estaba bendecido por el gol. Ahora ambos equipos se volcaron al ataque, fue un intercambio de golpes, en el que Jude salió ganador, como  suele ser habitual en lo que llevaban de temporada.

El de la remontada había llegado de rebote al minuto 92, bien habilitado el inglés, que se vistió de héroe una vez más. Vinicius, motivado por el gol de la victoria en territorio hostil, se dirigió a la grada tras ser sustituido, señalándose el escudo y mostrándole su sonrisa más irónica para poner la guindilla en las gradas de Montjuic. Rapinha a empujones lo quería sacar del campo, pero Vini no cedía.

Carlo Ancelotti,  le indicó  que cesara en su comportamiento, consciente de las posibles sanciones a las que se podía enfrentar, pero Vini seguía a lo suyo, el míster siempre paternalista con el crack brasileño, tuvo que retirarlo él mismo del campo, cogiéndole del brazo. En el camino poco antes de alcanzar el banquillo Ancelotti lo soltó y Vinicius aprovechó para girarse y continuar increpando a la fanaticada contraria, su entrenador se dio cuenta y de inmediato lo volvió a coger del brazo, esta vez con más fuerza y lo encaminó ahora sí.



-Que duele, me estas apretando muy fuerte – había dicho el muchachito, y Carlo se mantuvo en silencio hasta que llegaron.


- Se sienta ahí – le habló Ancelotti mirándolo muy serio.


 Vini quería decir algo, pero no era prudente en ese momento, así que se lo pensó mejor y se quedó callado, ubicándose en un asiento esquinado mientras recibió una buena regañina con  Brahim y Fran ahí cerca, quienes no se perdieron ni un solo detalle de todo lo dicho por el entrenador a uno de sus pupilos, que incómodo se sintió el chico con toda esa situación.

El colegiado dio algo de tiempo de reposición, sin embargo para  Ancelotti estaba claro que el Madrid ganaría, con esa confianza que tenía en el resultado favorable del Equipo, se enfocó en corregir el comportamiento de su muchacho, y sin más lo hizo parar del asiento y lo sacó de ahí ante la mirada atónita de los presentes, iba a llevarlo hasta los vestuarios, el brasileño no rechistó, pero sintió temor, no quería ni imaginarse la que le esperaba cuando alcanzaran el sitio, no quería un castigo de aquellos con público, se puso a rezar mentalmente.

Una vez dentro de los vestuarios Carlo le indicó que se pusiera a meditar sobre su conducta. Vini sabiendo lo que el míster quería que hiciera, lo hizo, pero de forma diferente. Tomó asiento en un banco que ahí había.


-No jovencito, ya sabes como va esto, te levantas, te das la vuelta y esperas en la esquina que esta allá – le señaló con el dedo índice el lugar dónde quiere que se coloque - cara a la pared.


-Míster déjeme que le explique, yo… - empezó a darle excusas, que Carlo no se creyó, poniendo todo su esmero para lucir estricto, ya que con Vini siempre era complicado, solo con los ojitos que ponía y su sonrisa, ya tenía para echárselo en el bolsillo, y no estamos hablando de habilidades con el balón, que a pesar de sus años don Carlo todavía daba cátedra, y ahí estaba el moreno sonriendo levemente, aunque ni él sabía si esto era para convencer o porque esta muy nervioso. – Te prometo que no volveré a liarla parda otra vez, pero por favor no me mandes al rincón.


-Eso has dicho la última vez  y hoy has vuelto a perder los estribos, así que ya sabes lo que tienes que hacer -dijo lo más serio que pudo.


-Pero no me gusta.-respondió mientras se arreglaba los interiores en la parte de atrás.



-Y quien ha dicho que te tiene que gustar, para eso es un castigo – dijo él tan tranquilo como solía ser para todo, sin embargo el brasileño no se movió de dónde estaba – Vinicius José Paixão de Oliveira Júnior, es la última vez que te lo repito, al rincón con la cara pegada a la pared.


Y  Vinicius todavía no se convencía, pero el tono de Ancelotti, ahora sí se notaba que estaba enfadado y encima llamarlo por su nombre completo y no simplemente de Vini como solía hacer, lo hizo obedecer, se fue caminando hacía la esquina, cuando Carlo vio que estaba bien ubicado le dijo:


-Te quedas ahí hasta que yo regrese, tenemos mucho de que hablar.


-Pero sí ya todo estaba dicho - pensó Vinicius en su lugar, Carlo salió de ahí. 


A Vinicius le fastidiaba mucho estar ahí en penitencia, de repente, recordó cuando estaba en São Gonçalo, Río de Janeiro, el tiempo que pasaba con su madre y ella solía mandarlo al rincón de la sala o la habitación, con la diferencia que esto pasaba en medio de una buena tunda o al final o algunas veces en medio y al final de esta, así  era  cada  vez  que  su madre tenía que corregir su comportamiento inapropiado, y él quedaba bien escarmentado.  Pasó una mano por su trasero e hizo una leve mueca.


-Vini, ¿que estás haciendo ahí parado eh? – preguntó Rodrygo interrumpiendo los gestos de su colega, había entrado a buscar su móvil y se sorprendió mucho a ver a Vinicius ahí.


-Estoy castigado, ya sabes Carlo me dice que tengo que  reflexionar – admitió - y yo soy el único responsable de esto, no te preocupes – agregó dándose la vuelta ahora con Rodry cerca de él.


-Cuanto lo siento Vini, a mi también me ha castigado así, tú terminaste dándote cuenta, ¿lo recuerdas? Por más que lo quise ocultar no pude -Rodry hizo un mohín y siguió-, luego de eso mi padre me dio dos azotainas seguidas, esa vez me calentaron bien el culo entre los dos.


-Sí, pobrecillo lo recuerdo, yo te invité a  pasar el rato y terminamos fue en tu casa.


-Sí, mi padre me marcó bien la regla en el trasero – e involuntariamente, por un momento se llevó la mano al mero centro de las nalgas.


-Sí, te entiendo, en São Gonçalo mi madre me daba las azotainas con la zapatilla de esparto y la correa, y siempre me ponía el culo a tope, he de agradecer a Carlo que solo usa su mano y en ocasiones la regla, y lo último es cuando es algo grave.


-Madre mía, tu madre era muy severa contigo.


-Sí, mucho, no me pasaba una, y tengo que admitir que cada castigo que me dio, era merecido.


-Mi madre igual que a ti me castigó así, y siempre fue por un motivo serio, por lo que yo también te comprendo, y aunque el míster es menos severo que nuestras madres, pues sigue siendo un correctivo incómodo y molesto.


-Lo sé, pero eso esta dicho desde que lo conocí en el verano 2021, Carlo se ha preocupado mucho por mi bienestar y de todos en general, es como el padre de la plantilla y yo lo respeto mucho y si él cree que en algún momento como ahora por ejemplo o antes he necesitado ser disciplinado de esa manera, aunque sea incómodo y todavía no lo comprenda del todo, lo acepto – explicó Vini sentado ahora en el banco largo, con una pierna arriba y la otra abajo y Rodry a su lado, escuchándolo atentamente – pero yo prefiero que sea en privado y en otro lugar, no en el puto estadio en el que estamos, imagínate que entre aquí alguien de ese equipo y me vea siendo corregido como ya sabemos, ahí sí que me mato.


-Madre mía, te has pasado tres pueblos, eso no va a pasar, porque Carlo jamás lo haría en público y menos aquí, y menos a ti, que sí que te tiene consentido, eres su niño favorito – le dijo Rodry para que Vinicius se riera y así se olvidara del lío en el que estaba metido y lo consiguió porque Vini empezó a reír mucho.


Siguieron  hablando un rato más hasta que se escuchó desde fuera el regocijo de los chicos por haber ganado el primer Clásico de La Liga en la temporada, Rodrygo le hizo señas a Vini para que volviera dónde lo hubo encontrado, pensando que Ancelotti se podía enojar más con él por desobediente, pero Vinicius se llenó de nervios y decidió no hacerlo, sus compañeros venían entrando todos juntos, así que le dio un poco de vergüenza, Rodrygo no sabía que hacer o decir, su amigo estaba que quería salir de ahí cuanto antes, mientras el resto de los muchachos seguía cada quien a lo suyo, él no tenía cabeza para nada y lo único que quería era disculparse con Carlo y que lo dejara irse a casa, ya mañana se disculparía con sus compañeros y el resto del cuerpo técnico e incluso con el presi de ser necesario, todo eso reflexionó  hasta que Carlo lo llamó para hablar aparte, recién lo vio llegar y de inmediato atendió su llamado.


-Ven, vamos afuera- le dijo Carlo, y el chiquillo lo siguió.


Llegaron al banquillo dónde estaban antes, pero ahora sin nadie presente, ya que el cuerpo técnico también estaba con el resto de jugadores en el vestuario, así que solo eran ellos dos, el italiano se sentó y le dijo al joven brasileño que hiciera lo mismo, Vinicius no quería, tenía temor que decidiera zurrarlo ahí mismo, se puso tenso, la ansiedad le pudo casi al punto de romper en llanto, no era justo, sabía que debió controlarse, pero su manera de actuar era un mecanismo de autodefensa, porque no quería que aquello le dañara emocionalmente, estaba harto de recibir ese trato racista y de odio en la mayoría de los estadios, él solo quería demostrar su fútbol en el campo y que se le reconociera por eso, repensó.

Ancelotti al ver que su muchacho estaba en ese estado, lo cogió del brazo, y tiro de él con fuerza, y de esta manera lo sentó en sus piernas mientras le hablaba palabras de consuelo.


-Ya mi niño, consigue sosegarte, te quiero mucho hijo-le acarició la espalda y luego le dio un beso en la cabeza


-No me pegues aquí por favor, te lo pido – dijo mirándolo todo desesperado con los ojitos ya llenos de agua y cuando Carlo se puso serio, bajó la mirada y empezó a tocarse los muslos mientras sudaba cada vez más.


-¿Como te ha pasado por la mente pensar semejante absurdo eh chaval? -cuestionó cogiéndole el mentón para que lo mirara.


-Yo solo lo pensé, como el señor me ha mandado a meditar en la esquina – hizo un adorable puchero.


-Es parte del correctivo hijo, y grábatelo bien en la cabeza, no lo haría en un lugar público, y si por alguna razón lo hago, ten la seguridad que solo seremos los dos, ni siquiera a Davide-se refería a su hijo biológico- le permitiría que estuviera presente, y si alguien más está metido contigo en un lío, pues será entre los tres, y como vez así llevó yo las cosas, así ha sido con todo el resto de los jóvenes a los cuales he tenido que corregir en su momento, la idea con esto es ayudarlos a reflexionar, en este caso a ti y que tengas una enseñanza, tampoco voy a castigarte enojado porque esto no es lo correcto, así que ya no estés triste- sacó del bolsillo de sus pantalones de vestir un pañuelo y le limpió un par de lágrimas que habían caído lentamente.


-Es que yo me he llenado de ira y reacciono mal o me pierdo, ha pasado en los últimos partidos, y ahora todos están enojados conmigo por mi actitud incluso usted, quiero cambiar, pero esto, ha sido muy complicado para mi, yo… - 


-Tranquilo mi niño, yo te ayudaré con eso, lo pegó más a él, cubriéndolo con un abrazo, mientras Vini lloraba bajito, era bueno que se desahogara.


Ancelotti seguía haciéndole cariño, sabía que su situación no era nada fácil, pero sí que podía mejorar, y tanto él como sus compañeros, el presi etc., lo iban a ayudar con eso, todo por su bien y del Real Madrid.

Vini se calmó.


-Como pesas muchacho, tendré que decirle a Pintus que te ponga sesiones más intensas de entrenamiento para que bajes un par de kilos – dijo Carlo a modo de broma riendo y de inmediato Vini hizo lo mismo – Me encanta verte siempre sonriente, y ya lo sabes nada de estar triste o preocupado, que todavía eres un crío para tener la mente llena de pájaros.


-Si Carlo, tienes razón, bueno, ya es hora que me levante o luego no vas a aguantar las piernas- empezó a reír más fuerte y se puso en pie – Bueno míster nos vemos mañana en Valdevebas, se iba girar para irse con sus colegas, si es que había alguno por ahí cerca, cuando su entrenador le dijo:


-Mañana en mi despacho bien temprano -Vini pensó que Carlo se la dejaría pasar por esta vez, pero pronto se dio cuenta de su error -Te voy a dar unos buenos azotes, y será con la regla y con el culo al aire como de costumbre.


Vini se puso colorado, que en su caso sería con la piel más oscura de lo que ya la tenía.


-Esta bien, ahí estaré, solo no seas tan duro conmigo.


-Seré justo, ve a ducharte y cuando estés listo, vamos con el resto, ya es muy tarde y debes dormir para mañana.


-Pero yo me puedo ir aparte, ¿no hay problema con eso o sí?


-Nos vamos juntos con el Equipo.


-Pero…


-Te lo he dicho antes y te lo estoy diciendo ahora, nos vamos juntos con el Equipo, por favor haz caso - dijo Carlo poniéndose serio.


-Yo no quiero, es decir prefiero irme aparte ya te lo he dicho  y es lo que pienso hacer – respondió mirándolo desafiante y enseguida le dio la espalda a su entrenador, con toda la intensión de hacer lo que se le daba la gana y no lo que según a él en su mente le parecía una imposición de parte de su mentor.


Ancelotti botó el aire, vaya con este chaval, cuando quería comportarse como un verdadero mocoso se lucía, pensó por un momento, ya Carlo había tenido suficiente con la actitud de Vini, así que antes que cumpliera su cometido de largarse solo por caprichoso, lo cogió del brazo y con maestría lo colocó bien, dejándole el trasero levantado hacia arriba y sin más le dio siete azotes con bastante firmeza.


-Ya esta bien, ya entendí, joder suéltame -protestó e intentó liberarse, pero el míster lo tenía bien sujeto -dijiste que mañana era mi castigo, no hoy, metió la mano, pero Carlo se la apartó de inmediato.


-Y así será, estos azotes son por desobediente – informó dándole siete más con la misma intensidad que los primeros, Vinicius apretó fuerte los labios a cada uno-Espero tengas cuidado la próxima vez jovencito-agregó y lo soltó.


-Lo siento míster, no quería hacerlo enojar, voy a ducharme y me cambio enseguida-mencionó mientras se frotaba las nalgas, Carlo que se le quedó viendo un rato y le dijo:


-¡Que voy a hacer contigo muchacho, eres un torbellino de emociones constantes, madre mía!-exclamó ahora con las manos en la cadera - anda a cambiarte mejor, que se nos coge la madrugada, y Vinicius se dio la vuelta mientras Carlo sonrió al verlo caminar apurado hacia el vestuario.


Vini encontró el vestuario de  visitantes vacío, se quitó los botines, se sacó las medias, luego la camiseta, seguido la pantaloneta y por último los calzoncillos, caminó hacia una regadera, abrió la llave, al  momento que sintió la refrescante agua caer por todo su cuerpo bien formado por los entrenamientos, fue muy satisfactorio para él, esto le servía además de quitarle el sudor, como una especie de relajante después de una noche tan intensa a nivel emocional, y lo único que quería el niño era paz mental. Se enjabonó y mientras seguía en su aseo,  decidió que a partir de ahora sí haría un cambio radical para mejorar su comportamiento, se lo prometió así mismo.





Nota de autora: Este es la primera parte de este relato, la segunda aún no la he escrito, pero ya sé como va a ir, hace rato quería escribir de este niño, mi Vini que lo amo mucho🤍😍  

Y se me ha venido la idea a la cabeza cuando vi en pleno partido del Clásico como Carlo lo sacó de la mano para que se tranquilizara, sin embargo no había podido terminarlo hasta ahorita, ya saben me toca escribir desde el celular y tengo que revisar varias veces para que se vaya con los mínimos errores ortográficos posibles.

Por cierto, espero mi amiga Estrella no se enoje por las referencias con la madre de Vini cuando lo corregía en Brasil, es que una madre siempre es un poquito más severa, para que sus hijos vayan por el camino del bien, de cualquier manera Vinicius es un amor y suele portarse muy bien la mayor parte del tiempo. Bueno sin más que agregar, nos leemos en el próximo😉






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