Capítulo 8

Capítulo ocho

Acontece al finalizar el Capítulo "Hard Sell" 8 cuando Neal y Peter vuelven a casa.

En casa de los Burke.

"como les fue a mis muchachos" los recibió Elizabeth.

"Bien mamá" dijo Neal dándole un beso en la meguilla y corrió a su habitación.

"Cariño que ocurre" dijo preocupada por la reacción de su hijo y por la mirada de su marido.

"que nuestro trabajo es lo suficientemente peligroso para él que lo haga aún más" dijo enojado.

"Yo sabía que nos sacarías de ahí" grito Neal de la superficie de la escalera.

"Neal a tu cuarto, aún estoy lo demasiado molesto para tratar contigo"

"no es justo" refunfuño Neal

"cariño vamos a preparar la cena, eso siempre hace que te relajes" dijo El sin pedir más detalles, ella prefería que Peter se calmara primero.

Cocinaron en silencio durante veinte minutos hasta que Peter finalmente hablo.

"pudo haber muerto, lo vi muerto, no puedo borrar esa imagen de mi cabeza" dijo abrazando a su esposa.

"Oh cariño" dijo abrazándolo con más fuerza, ella no sabía que había pasado pero le aterraba saber que su hijo pudo morir.

Después de preparar la cena llamaron a Neal.

"Neal, la cenar está servida" dijo El al tocar la puerta de su hijo.

"No me paso nada mamá, no es justo que papá me castigue por confiar en él" se quejó Neal al abrir.

"Neal, después de cenar hablaremos de eso"

"claro... como si pudiera comer sabiendo que me van a pegar después de eso" dijo cerrándole la puerta en la cara a su madre.

Eso era todo lo que podía soportar Peter, abrió la puerta sin siquiera golpear y tomo a su irrespetuoso hijo de una oreja lo levantó de la cama y le dio seis fuertes palmadas.

"he tenido suficiente de tu actitud jovencito, ahora le pedirás disculpa a tu madre y te sentaras a comer con nosotros" dijo arrastrándolo de su oreja derecha.

"AY, SUELTAME, ME DUELE" grito Neal, lo que le gano tres palmadas más de su padre.

"entendiste lo que dije"

"OWWWW, si… si señor" dijo siguiendo a su padre porque creía le arrancaría la oreja si no colaboraba.

Cuando llegaron a mesa, Neal miro a su padre como pidiéndole que lo soltara pero Peter ni se inmuto.

"Lo siento" dijo beligerante.

Peter le dio cinco palmadas más y le dijo "Inténtalo de nuevo"

Esta vez con lágrimas en los ojos por el dolor infringido por su padre y la culpa de haberle faltado el respeto a su madre le dio una sincera disculpa.

"Mami, lo siento mucho, no debí ser irrespetuoso tú no tienes la culpa de que este en problemas nuevamente." Dijo mirando el piso, su padre finalmente le soltó su orejita y le indico que se sentara.

Neal comió en silencio pero no podía dejar de notar que su padre lo mirada como si fuera un fantasma y que su madre como si lo estuviera perdiendo, fuera de todo pronóstico se puso de pie y camino contra una pared, de más está decir que choco con ella.

"auch…"

"Neal" dijo Peter mientras se paraba a comprobar que su hijo estuviera bien.

"viste, no puedo atravesarla"

"eso es bástate obvio hijo"

"entonces deja de mirarme como si hubiera muerto y me convertí en fantasma"

"ven aquí" dijo abrasándolo "te quiero hijo y es mi trabajo mantenerte a salvo no al revés"

"como digas" dijo no muy convencido pero no quería hacer enfadar más a su padre.

El resto de la comida transcurrió sin más contratiempos.

"Neal prepárate para la cama" ordeno Peter.

"Pero papá" dijo desilusionado una parte de él creyó que ya habían arreglado las cosas.

"hijo haz lo que te ordenó tu padre" intervino Elizabeth, una vez que Neal estuvo en su pieza se dirigió a Peter "no sé lo que ha hecho, pero confió en tu criterio" dijo mientras retiraba las cosas de la mesa, y una vez que terminaron de lavar la loza partieron al encuentro de su hijo.

"podemos pasar" dijo Elizabeth.

"adelante mamá" dijo recordando ser respetuoso con sus padres.

"Neal, toma asiento" ordeno Peter.

"Papá… yo sabía que lo arreglarías" gimoteo mientras se sentaba.

"me pueden explicar que ocurrió" pidió cortésmente Elizabeth.

"ya sabes que estábamos de encubierto en una misión, mi tapadera se descubrió, papá tuvo que ir a mi rescate y…" por fin intervino Peter.

"quedamos encerrados en una cámara de seguridad sin oxígeno y Neal tenía un tanque de oxígeno para 5 minutos tiempo suficiente para que lo rescataran"

"PERO TU NO" grito con enfado.

"Neal no es necesario gritar… Neal quiso darme el tanque y yo le dije que no, el insistió y le dije que lo podríamos compartir y sabes que hizo nuestro hijo"

"¿Qué Neal?" preguntó El

"…"

"Neal" dijo un poco más cabreada por el silencio de su hijo.

"se lo deje a papá" dijo mirando el piso.

"no Neal, me lo tiraste al piso y te fuiste al otro extremo de la habitación para que no pudiera dártelo"

"estaba buscando en botón"

"no, estabas arriesgando tu vida, sabes que podríamos haber compartido el oxígeno y haber buscado el botón"

"sabía que encontraríamos el dichoso botón a tiempo"

"A tiempo… a tiempo… te vi caer Neal, casi mueres por negarte a recibir el oxígeno cuando te lo entregué"

"no podía arriesgarme"

"¿a qué?"

"A QUE TE PASARA ALGO, si alguien iba a morir ese debía ser yo"

"que idiotez estás hablando" dijo muy enfado Peter.

"la gente depende de ti, tu eres el bueno, yo soy un simple ladrón" dijo ante sus estupefactos padres "si te mueres mamá no podría vivir, el en FBI te necesitan, en cambio si yo desaparezco no afecta a nadie"

Sin darse cuenta como llego al regazo de su padre empezó a patalear cuando sintió la mano de Peter golpear su trasero con mucha más fuerza que las otras veces.

"OWWWWww eso duele" grito pero solo consiguió que Peter le bajara el pijama y le pegara aún más fuerte. "PAPÁ DUELE AUCH"

"y no crees que nos duele oírte hablar así"

¡SWAT! ¡SWAT! ¡SWAT!

"OWWWWwwwww"

"No crees me dolió verte muerto en el piso"

¡SWAT! ¡SWAT! ¡SWAT!

"NO FUE OWWww MI INTENCIÓN AAAAAAhhhhhh"

¡SWAT! ¡SWAT! ¡SWAT!

"OWWWWWWWw"

¡SWAT! ¡SWAT! ¡SWAT!

"¿cómo crees que sería nuestra vida sin ti?"

¡SWAT! ¡SWAT! ¡SWAT!

"PAPIIIII lo siento, lo siento, lo siento…."

¡SWAT! ¡SWAT! ¡SWAT!

"No máaaaaaas papiiiiii duele mucho"

"ya paso bebito, tranquilo papi está contigo" dijo haciéndole cariño en la espalda, cuando su hijo logró controlar sus emociones Peter le acomodo el pijama y lo acomodó en su regazo. "no puedo perderte chiquito"

"Lo siento"

"tu padre tiene razón tesoro no puedo imaginar mi vida sin ti"

"si antes de"

"no hijo… hemos dedicado nuestra vida a encontrarte"

Neal dándose cuenta de su error agacho la cabeza y con culpa dijo.

"lo prometo, no lo haré de nuevo" dijo escondiendo su cabeza en el cuello de su padre.

"más te vale pequeño, porque no voy a volver a pasar por lo mismo, verte tendido en el suelo es lo peor que me ha pasado en la vida"

"¿aún peor que cuando me llevaron lejos?"

"peor, porque sabía que te recuperaríamos no importaba cuanto tardáramos, pero si mueres no hay esperanza"

"y la esperanza de encontrarte era lo que nos daba la fuerza para seguir" agrego El.

"no sabía que era tan importante para ustedes" dijo un poco avergonzado "les prometo que me cuidare más para que no tengan que pasar por eso de nuevo"

"Neal solo cuando tengas un hijo sabrás lo importante que eres para nosotros"

"…" Neal no sabía cómo responder a eso a sí que se limitó a abrazar a su madre.

"hijo" dijo El

"si"

"quiero que escribas 3000 veces 'no voy a arriesgar mi vida, porque mi vida es muy importante' y 2000 'antes de actuar apresuradamente debo recabar toda la información'" haciendo alusión a la discusión que habían tenido con anterioridad por el anillo de Peter.

"mamá" se quejó.

"mamá nada, eso te mantendrá ocupado"

"pero es mucho" gimoteo.

"si quieres puedo castigarte de otra manera"

"no gracias, me encanta escribir" dijo con fastidio, pero escribir era mejor que su otra opción. "chicos se dan cuenta que soy un adulto verdad"

"Neal si te comportas como un niño se te castiga como uno" dijo Peter.

"no es justo" dijo haciendo un berrinche pero en el fondo disfrutaba de tener unos padres que se preocuparan de él.

"la vida no es justa pequeño" dijo El dándole un toque en la nariz. "duerme bien" agrego dándole un beso en la frente.

"no me van a leer un cuento" dijo mientras dejaba que su padre lo arropara.

"entiendo tu punto Neal" dijo resolviéndole el cabello "que te parece la caperucita roja"

"como quieras" dijo Neal riéndose pero con un dejo de nostalgia sus otros padres jamás le habían leído un cuento.

"Había una vez una niña muy bonita. Su madre le había hecho una capa roja y la muchachita la llevaba tan a menudo que todo el mundo la llamaba Caperucita Roja.

Un día, su madre le pidió que llevase unos pasteles a su abuela que vivía al otro lado del bosque, recomendándole que no se entretuviese por el camino, pues cruzar el bosque era muy peligroso, ya que siempre andaba acechando por allí el lobo.

Caperucita Roja recogió la cesta con los pasteles y se puso en camino. La niña tenía que atravesar el bosque para llegar a casa de la Abuelita, pero no le daba miedo porque allí siempre se encontraba con muchos amigos: los pájaros, las ardillas...

De repente vio al lobo, que era enorme, delante de ella.

- ¿A dónde vas, niña?- le preguntó el lobo con su voz ronca.

- A casa de mi Abuelita- le dijo Caperucita.

- No está lejos- pensó el lobo para sí, dándose media vuelta.

Caperucita puso su cesta en la hierba y se entretuvo cogiendo flores: - El lobo se ha ido -pensó-, no tengo nada que temer. La abuela se pondrá muy contenta cuando le lleve un hermoso ramo de flores además de los pasteles.

Mientras tanto, el lobo se fue a casa de la Abuelita, llamó suavemente a la puerta y la anciana le abrió pensando que era Caperucita. Un cazador que pasaba por allí había observado la llegada del lobo.

El lobo devoró a la Abuelita y se puso el gorro rosa de la desdichada, se metió en la cama y cerró los ojos. No tuvo que esperar mucho, pues Caperucita Roja llegó enseguida, toda contenta.

La niña se acercó a la cama y vio que su abuela estaba muy cambiada.

- Abuelita, abuelita, ¡qué ojos más grandes tienes!

- Son para verte mejor- dijo el lobo tratando de imitar la voz de la abuela.

- Abuelita, abuelita, ¡qué orejas más grandes tienes!

- Son para oírte mejor- siguió diciendo el lobo.

- Abuelita, abuelita, ¡qué dientes más grandes tienes!

- Son para... ¡comerte mejoooor!- y diciendo esto, el lobo malvado se abalanzó sobre la niñita y la devoró, lo mismo que había hecho con la abuelita.

Mientras tanto, el cazador se había quedado preocupado y creyendo adivinar las malas intenciones del lobo, decidió echar un vistazo a ver si todo iba bien en la casa de la Abuelita. Pidió ayuda a un segador y los dos juntos llegaron al lugar. Vieron la puerta de la casa abierta y al lobo tumbado en la cama, dormido de tan harto que estaba.

El cazador despertó al lobo y le dio unos buenos azotes hasta que devolvió a caperucita y a la abuelita, y luego lo acomodo en sus rodillas y le dio las peores palmadas de su vida y no se detuvo hasta que el lobo prometió ser bueno y nunca más estafar ni mentir a las personas, después el cazador le dio un abrazo para consolarlo y se hicieron muy buenos amigos, mientras la abuelita había llamado a su hija y cuando esta llego la puso al tanto de la situación, la mamá de caperucita muy molesta por el comportamiento irresponsable de su hija le dio unas fuertes nalgadas por desobediente y por supuesto lo más importante por exponerse el peligro, caperucita muy arrepentida prometió ser una niña muy obediente y hacer caso a las recomendaciones de su abuelita y de su mamá.

Colorín colorado este cuanto se ha acabado"

"ja ja, así que pretendes enseñarme a ser un niño bueno con fabulas" rayos su padre era tan predecible pero tenía que reconocer que era ingenioso.

"yo que tu aprendería de ellos si no quieres terminar como ellos" dijo su madre.

"Así que soy la caperucita" dijo haciendo un puchero

"y a veces el lobo" dijo su padre. "descansa caperucito" dijo apagando la luz y entrecerró la puerta.