Páginas Amigas

jueves, 9 de mayo de 2013

Capitulo 21


-         ¿De Quién es esta casa? (preguntó Mark un poco asustado y muy pero que muy excitado)
-         De mi primo Javi, está en Estados Unidos haciendo un posgrado, y me dio las llaves para que le regara las plantas y le recogiera el correo. Pero básicamente vengo aquí a fumar y pasar la tarde cuando no me apetece ir al insti (dijo con una sonrisa picarona). Ven (tiró de la mano de Mark). Quiero que veas una cosa, no es como vuestra casa pero…ya verás (Mark se dejó llevar). Cierra los ojos, venga (dijo Ana María muy emocionada. Mark se rió pero cerró los ojos y se puso una mano delante de ellos) Ok, ahora ya puedes abrirlos (Mark abrió los ojos y vio una habitación no muy grande de unos 4x3 toda decorada al estilo chill-out. Cojines, cortinas, banderolas, lámparas hippies y una shisha de cristal trabajado preciosa y enorme)
-         Guaaaau (dijo sorprendido) ¿Tu primo es hippie?
-         No, pero le encanta el rollo oriental ya sabes las mil y una noches (dijo con picardía y Mark dejó de mirar a su alrededor como un turista en el Taj Mahal y volvió a centrarse en el cuerpo de Ana María y sonrió lascivamente).
-         ¿Y mi regalo? (dijo intentando aguantar el pose pero la sonrisita se le escapaba)
-         Ummmm ¿tú regalo?,¿ tu regalo?, déjame pensar ¿dónde habré puesto yo tu regalo? ¿quizás aquí? (dijo quitándose una zapatilla y mirando dentro) ¿quizás en la otra? (se quitó la otra zapatillas y miró dentro. Mark la miraba obnubilado) . No aquí tampoco quizás esté debajo de aquí (dijo quitándose la blusita)
-         Me ha parecido ver algo ahí (dijo Mark aguantándose la risa mientras señalaba los shorts de Ana María).
-         ¿Aquí? (dijo fingiéndose la inocente)
-         Si, si, creo que justo ahí de bajo.
-         Pues habrá que mirar (Mark asintió como un tonto y Ana María empezó a reírse pero enseguida volvió  al juego). Pues no había nada. Pero yo estoy segura de haberlo traído (dijo quedándose en ropa interior). Puede que se me haya resbalado por el escote.
-         Si, a veces pasa (dijo Mark que estaba disfrutando como un niño del jueguecito que se traía Ana María), lo mejor será que te quites el sujetador para que nos cercioremos.
-         Si, eso será lo mejor (y se quitó el sujetador de una forma que Mark estaba seguro que era la forma más sexy de la historia). Pues tampoco está. ( y se mordisqueó el labio inferior y lo miró como una niña inocente, aquello hizo que Mark se pusiera en píe de guerra, Mark y el pequeño Marquito, por supuesto).
-         Pues ya solo queda un sitio donde pueda estar (dijo Mark fingiendo también inocencia).
-         Eso parece (y Mark se fue hacia ella en plan seductor. Ana María lo paró antes que pudiera besarla) alto ahí ¿y tú? ¿ti me traes algo?
-         ¿yo? (ahora Mark no entendía nada él solo quería besarla, abrazarla y todo lo demás)
-         Sí, si, tú (le dijo apuntándole con el dedo en el pecho). ¿no lo tendrás escondido ahí debajo de tu camiseta (y empezó a quitarle la camiseta, entonces Mark entendió, y sonrió de nuevo)
-         Frio, frio (dijo como cuando se jugaba al escondite).
-         ¿Quizás ahí? (dijo quitándole una de las zapatillas y mirando dentro) ¡ooooh tampoco! (puso morritos) ya sé miraré en la otra (y le quitó la otra zapatilla) Aquí tampoco (se puso triste) lo llevas escondido debajo del pantalón, pillín (dijo sacándole poco a poco el pantalón. Ahora estaban los dos en igualdad de condiciones. Mark el slip y Ana María en bragas) Ummmm parece que tienes algo ahí escondido lo veo sobresalir jejeje (dijo tocándole suavemente el pene por encima del calzoncillo).
-         No soy el único que esconde cosas, señorita (y deslizó sus dedos por debajo de las bragas de Ana María y empezó a masturbarle. Ella no se lo esperaba y soltó un gemidito). Vaya, vaya, señorita, creo que por aquí encontraremos algo.
-         Jejeje. No sí encuentro yo mi regalo primero ( y le bajó el calzoncillo de un tirón)

Lo que pasó a continuación es lo que Mark llevaba tiempo esperando que pasara, para su sorpresa aquella fue la primera vez de ambos. Aquello hizo que después de los juegos preliminares en que ambos se había vueltos unos expertos a la hora de la penetración fuera bastante tosco y escueto. Pero Ana María por miedo que la tachara de frígida no dijo nada, además se había corrido con la lengua de Mark, aquello solo había sido un trángulo que pasar, estaba segura que las siguientes ocasiones sería mejor. Mark, se sintió en el séptimo cielo, pero también tuvo que reconocerse a sí mismo que fue todo muy breve y poco romántico. La parte del jugueteo había sido genial, pero a la hora de penetrarla se había vuelto todo como muy raro. El miedo de hacerle daño, de no saber hacerlo, de que ella no le gustara, y después encima no tardó casi anda en venirse. Después de aquel primer polvo torpe y rápido los dos se quedaron abrazados desnudo un buen rato, aquello era agradable y dulce y compensaba la torpeza de ambos de minutos atrás.

-         Sé que es el peor momento para decirlo pero…gracias por aguantarme (dijo Mark).
-         Jajaja de nada, chico (dijo poniendo voz grave como de un señor con bigotón). Eres tan dulce que debería empezar a inyectarme insulina.
-         Eyyyy (dijo mirándola con cara de estar un poquito indignado).
-         Cuando te vi en la piscina pensé que eras un turista de esos que viene solo a pasárselo bien. Pero en cuanto hable contigo supe que ibas a ser mío (le besó apasionadamente). Mark Erwin Geldof eres el chico de 15 años más maravilloso con el que jamás me haya acostado.
-         Jajajaj soy el único.
-         Eso es porque ya no quiero que haya ninguno más.
-         Yo tampoco, ojala pudiera pasarme el resto de mi vida así, los dos abrazaditos.
-         Desnudos.
-         Ahora que lo mencionas jejeje eso también está muy bien jajaja (rieron los dos) ¿te apetece repetir? (Ana María lo miró y se preguntó si la segunda vez iría mejor que la primera. Mark se preguntaba lo mismo, quería que Ana María disfrutara cono las chicas de las pelis pornos que estaba cansado de ver)
-         ¿Por qué no? Jajajaa (y empezaron de nuevo, as caricias, besos, abrazos, mordisquitos, jugueteos y el segundo polvo de la mañana. Que si fue bastante mejor, pero aún no se parecía a lo de las películas. Pero sin duda ese segundo polvo hizo que los dos se tranquilizasen un poco, el sexo era algo en que se podía mejorar. Y yo empezaban de cero por lo que podían mejorar mucho).
-         Gracias por mi regalo (le dio un beso)
-         ¿Esto? esto no fue tu regalo, nene, fue el mío, es mi recompensa por aguantarte y por ser tu novia aunque te pases al vida encerrado. Hace un mes que llevo siendo la novia de un presidiario.  Pero ni se te pase por la cabeza que ya has saldado tu deuda conmigo.
-         ¿y te la vas a cobrar toda en especies? Jajaja
-         TODA (deletreó Ana María muy lascivamente o eso le pareció a Mark)
-         Me siento un hombre objeto jajajaj
-         Jajaja ya te gustaría a ti. Anda vistámonos que aun he de darte tu regalo
-         ¿en serio que no era esto?
-         Claro que no, esto no es un regalo, bobo
-         Si, si que lo es (dijo con cara de pervertido)
-         Burrooooo ( y empezó a vestirse)
-         ¿hay que vestirse ya? (protestó como un nene pequeño)
-         Si, ya recordé donde puse mi regalo jejeje y  mi regalo no está aquí jajaja (Ana María fue a por su bolso y sacó un sobre y se lo dio). Feliz cumpleaños, gingerman.
-         Noooooo lechuguita, lo que quieras menos gingerman, me llamaban así en parvulario.
-         Como eres más pequeño que yo, entonces…
-         Soy más alto, y solo soy 6 meses más pequeño que tú.
-         Ya bueno yo empezaré el bachillerato este año, a ti a un te queda un año más de secundaria (dijo haciéndose la chulita) y deja de replicar a tus mayores y abre el sobre, jooo (dijo perdiendo así toda madurez que pudiera haber tenido en algún momento. Mark le sonrió y abrió al fin el sobre y cuando sacó el papelito abrió mucho la boca y se quedó sin palabras).
-         Pero…soy menor, jamás me
-         ¡Ey! Es amigo de mi hermana, más bien…es el ex de Lucia, así que ni una palabra ni a Lucia ni a Adri, no quiero problemas.
-         ¿ni una palabra? Estás loca si crees que voy a decírselo a alguien.
-         Yo también me haré uno (dijo picaruela)
-         ¿Y qué te tatuarás tú?
-         Jejeje un muñeco de jengibre jajaja, ya sabes como el de Shrek.
-         Entonces yo me tatuaré una lechuguita.
-         Si, eso sería super-romántico, así rememoraremos este día ( Mark la miró y sonrió como si fuera a olvidar ese día).
-         Pero en serio que no dirán nada por nuestra edad..
-         Nooooo ya te he dicho que el tatuador es amigo mío, él mismo me dio ese vale.
-         Peroooo
-         Tranqui Mark, aquí no somos tan estirados como en Holanda, si te lo hace una migo, no pasa nada. Y no te creas, Robert es un auténtico artista y además es un obseso de la higiene y esas mierdas. Además no es del todo un tatuaje, es con InfinitInk (Mark la miró como si hablara en chino) Que no es permanente, solo duran seis meses a más durar.
-         ¿podemos ir ahora?
-         Si, quedé con él a la una. Pillamos una hamburguesa por el camino y vamos.
-         A las cuatro tengo que estar en casa.
-         No creo que le lleve tanto tiempo, yo al menos no voy a hacerme nada descomunal,
-         ¿y dónde te vas a tatuar ese muñequito de jengibre?
-         En un sitio donde solo lo pueda ver mi otro muñequito de jengibre (le dio y lo besó dulcemente) ¿y tú?
-         Tiene que ser en un sitio donde no se vea, porque si me lo ve mi madre me mata. Aunque sea removible.
-         Entonces háztelo en el culo (dijo tan natural Ana María. Mark sabía que ese no era un buen lugar, para nada era un lugar seguro. Pero eso no se lo diría nunca a su novio y mucho menos después de haber perdido la virginidad con ella).
-         En la muñeca, como llevo siempre la muñequera esta, creo que es el mejor sitio
-         No sé Mark, ¿no prefieres en el trasero? O justo donde acaba la barriga y empieza…(sonrió con malicia mientras le miraba la zona)
-         ¿en el pene? (dijo abriendo muchos los ojos)
-         ¡No, burro no! Arriba justo aquí, a un ladito (dijo tocándole muy sensualmente la zona: Mark lo pensó un rato, aquel era un buen sitio aunque su madre le bajara los calzoncillos siempre era bocabajo y cuando ya estaba sobre su regazo así que no había problema. él único que le hacía bajar los pantalones era Pedro y con cubrirse sus partes como siempre hacía ya no vería el tatuaje ¿no?).
-         ¿Y tú crees que ahí me quedaría bien?
-         Ummm ahí te quedaría supersexy.
Mark y Ana María fueron a la tienda de tatuajes de Robert, y como le había dicho Ana María que al no utilizarse agujas y no ser permanente no era necesario ser mayor de edad ni el consentimiento de los padres. Aunque Robert dijo que de 6 meses nada el tatuaje duraba dos años. Mark y Ana María se miraron. Y decidieron que igualmente se lo harían, dos años, no es como si fuera para toda la vida. Y aunque así fuese, gustosamente se harían un tatuaje de verdad pero ninguno de los dos tenía la edad legal para hacérselo.
               

                                           
Así que no lo dudaron y siguieron para delante con lo de tatuarse. Los chicos le dijeron más o menos lo que querían hacerse y donde y Robert que tal y como había dicho Ana María hizo su interpretación del tatuaje. Al salir del local de Robert los dos salían muy satisfechos con sus respectivos tatuajes, y ambos estaban deseosos de volver a poder vérselos el uno al otro de muy cerca.
A las cuatro en punto abría Mark la puerta de su casa.
-         ¿Mark, eres tú? (gritó Cristina des del salón al oír la puerta).
-         Siiiii (Mark pensó que esa era una de las estúpidas preguntas de su madre. Claro que era él. En casa solo ellos tenían las llaves y si los tres estaban en cas solo podría ser él. Pero aun así, ella preguntaba cada vez).
-         En el salón (volvió a gritar Cristina. Mark rodó los ojos y fue hacía al salón).
-         ¿Y Ana María? ¿no viene contigo?
-         No, quería pasar por casa a cambiarse primero. Vendrá luego con Adri y Lucía a la fiesta.
-         ¿qué tal lo pasasteis?
-         Bien (dijo muy seco, ni de coña iba a hablar de su mañana con Ana María. Cristina miró a Pedro y torció el hocico al oír una respuesta tan seca de su hijo. Pedro le echó una miradita para que lo dejase estar). 
-         El teléfono no ha dejado de sonar en toda la mañana.
-         ¿en serio? (dijo sin mostrar ningún tipo de interés mientras se tumbaba en el sillón poniendo los zapatos sobre la mesita de café y Pedro dándole un manotazo en el pie para que los bajara, Mark gruñó y Pedro lo miró de reojo muy serio. Aquello se había convertido en una rutina en casa).
-         Jooo es mi cumple
-         Jooo es mi mesita de café (dijo Pedro imitándolo).
-         ¿Y quién ha llamado? (dijo para cambiar de tema).
-         Tus primas, tus tíos, mis padres, los abuelos de Holanda (Mark iba poniendo muecas de aburrimiento o asco), tu padre (Mark se puso serio un segundo pero después volvió a su pose de chico duro), llamará luego a la noche.
-         No sé porque me han llamado si los voy a ver en la fiesta (obviando el tema de su padre).
-         Es una costumbre, solemos llamar para ser los primeros de felicitar aunque después nos vayamos a ver.
-         Yo también lo hago (dijo Pedro) jajaja (se rieron Cristina y Pedro mientras Mark los miraba con cara de desprecio).
-         Cariñito ¿quieres mi regalo ahora, o luego en la fiesta?
-         Ahora, a menos que quieras que lo desprecie como tengo pensado hacer con los estúpidos regalos que seguro que tus hermanos o los opas me han comprado.
-         Maaaaaark (dijo Cristina mirándolo enfadada)
-         Era una broma mamá buffff relájate (dijo con malicia mientras se reía de su madre).
-         Ya conozco yo tus bromas y no les encuentro la puñetera gracia, hijo. Quedas avisado puede que sea tu  fiesta de cumpleaños, peor como me la montes vas a empezar los 15 años con muy mal píe, Marky.
-         Que si, que si…¿y ese regalo fabulosos que va a elevarte al alatar de las super madres, bien o no viene?
-         Pero que tendréis los chicos duros que nos volvéis locas (y le agarró los mofletes y se los pellizco. Cristina lo hizo con toda la maldad del mundo. Sabiendo que aquello le sacaba de las casillas a su hijo).
-         ¡Mama! (le dijo Mark indignado).
-         Anda cielo, abre el armario de la entrada, verás un paquete, es tu regalo (Mark olvidó en el acto el enfado y dio un bote del sillón y corrió hacia el armario. Sacó el paquete y se sentó allí mismo en el suelo y empezó a abrirlo. Pedro y Cristina tuvieron que ir hasta la entrada para no perderse la cara de Mark al ver su regalo. Cristina miraba a su hijo quizás ya fuera mucho más alto que ella, pero ahí sentado en el suelo, le recordaba a cuando era muy pequeño y era la mañana de Navidad y abrían los regalos).
-         ¿qué es? (pregunto al quitar el papel de envoltorio y ver una caja de embalaje toda de color plateada)
-         Tendrás que abrirlo para saberlo, hijo.
-         Mark, sea lo que sea te aseguro que no es el anuario de playboy que me dejaste hacer cuando te pregunté qué quería para tu cumpleaños.
-         ¿te pidió eso? (preguntó sorprendida Cristina)
-         Sí, pero tranquila, le dije que la pornografía se la compraba él, como hemos hecho todos a su edad jajaja
-         No sé cuál de los dos es peor (dijo Cristina negando con la cabeza)
-         Él (dijeron Pedro y Mark a la vez señalándose el uno al otro. Cristina no pudo evitar reírse).
-         ¡Oh dios mío, mamá! ( y saltó al cuello de su madre y la abrazó muy fuerte. Cristina rio, en ese momento se sentía la mujer más feliz del mundo). Como siempre te has superado, sigues manteniendo el título indiscutible de mejor madre del mundo.
-         ¿Un patinete? Eso es lo que llevabas con tanto secretismo? (dijo Pedro sorprendido) pero si Mark ya no es un niño para ir en patinete ¿no? (Mark y Cristina miraron a Pedro dieron un bufido y resoplaron, todo esto sincronizados al milímetro).
-         ¡No es un patinete, Es un “Plan B”! mamá te debe haber costado una fortuna, no debiste, ahora ya no somos ricos.
-         Jamás lo fuimos, Mark, pero no todos los días mi bebé cumple 15 años.
-         Mamaaaaa.
-         Estaba indecisa entre un “plan B” y un “Birdhouse”.
-         Los Birdhouse son carísimos, mamá, ¡estás loca!
-         Si, pero por el precio de un Birdhouse te he comprado este y toda la equipación completa y sabes que
-         Que sí que nada de salir a hacer el cafre sin el casco.
-         Sin el casco y las protecciones.
-         Sin el casco (volvió a probar Mark como si estuviera negociando)
-         ¿Sin el skate?
-         Ok, ok, tú ganas, y sigues siendo la mejor (le volvió a dar un beso a su madre). Voy a bajar a probarlo.
-         No, Mark, ya lo pruebas mañana, ahora ve a ducharte y a cambiarte, para al fiesta.
-         Ey ey sigo aquí sabéis (dijo Pedro un poco indignado por el esquinazo que le acababan de dar tan descarado) Y yo también te compré algo, aunque no sea tan super-mega-guay como el “plan b”. (cristina miró a Pedro y se rio)
-         ¿celosete?
-         No, claro que no (dijo Pedro muy serio). Pero también tengo un regalo para Mark (le dijo a Cristina a la defensiva). Claro que no creo que después de como me ha tratado este último año estuviera muy obligado a comprarle nada.
-         Pues no haberlo hecho (dijo Mark que ese había sentido un poco herido por ese comentario).
-         Pero como este verano te has portado un poco mejor de lo que nos tienes acostumbrados y parece que vas madurando, pues…bueno que te he comprado algo por tu cumpleaños.
-         Me quieres (dijo Mark poniéndole morritos). Venga Pedro, no te hagas el duro, reconócelo te mueres por mis huesitos, te gusto. No pasa nada Pedro. No hay de que avergonzarse. Soy irresistible, me pasa constantemente (dijo Mark sin escapársele ni una risa).
-         ¿Sabes qué otra cosa te pasa constantemente? LA REGLA
-         No, los hombres no menstruamos, Pedro si fueras más a la escuela lo sabrías.
-         Anda y sube para tu cuarto que te lo he dejado en el escritorio.
-         Si es un libro de ejercicios de lengua te juro que te lo puedes meter por el…
-         ¡MARK! (le paró su madre a tiempo echándole una mirada matadora).
-         No es un libro de ejercicios de lengua, pero ahora que lo mencionas te hubiera sido de mucho provecho, quizás para Navidad…Anda sube (dijo Pedro riendo).
-         Jejeje estás tú de muy buen humor hoy (le dijo Cristina a Pedro bajito una vez Mark corrió hacía su habitación).
-         Es un día de fiesta y ya sabes lo mucho que me gustan las fiestas (dijo agarrándola por la cintura y besándola en el cuello)
-         Jajaja ya veo. Anda vayamos arriba ¿no querrás perderte la cara de Mark cuando abra tu regalo, verdad?
-         Pero en serio ¿no es muy grande ya para patinetes?
-         Grrrrrr (gruñó Cristina deshaciéndose del abrazo de Pedro)
-         ¿qué? (dijo sin entender nada)
-         Que mi hijo es skater, y des de que su padre se fue no ha vuelto a subirse a un monopatín. Antes vivía para eso.
-         ¿antes?
-         Tiene 15 ¿Cuándo fue antes? ¿Cuando estaba en tu vientre?
-         Buffff Pedro, a veces me agotas tú más que el niño Plass (le dio un cachete en el culo) anda sube a ver como abre tu regalo (Pedro obedeció).
-         Es el día de las cajas, pero esta pesa
-         ¿no la abres?
-         Os estaba esperando (y empezó abrir, en cuanto quitó el papel de regalo vio que era una mesa de mezclas para conectar al ordenador) ¿Cómo? Como lo sabías. Esto…guauuu… Pedro… yo…yo no sé qué decir
-         Lo habitual en estos casos es “gracias” (le dijo Pedro osnriendo)
-         Gracias pero es que guaaau esto es…no puedo aceptarlo, es demasiado.
-         Más vale que lo aceptes, por que estaba en oferta y no aceptan devoluciones.
-         ¿Pero cómo sabías que quería una?
-         Me lo dijo un pajarito (Mark miró extrañado a su madre. Cristina le dijo que ella no) Tu tío Óscar, decía que cuando bajabas a ayudarle a la tienda te estabas un buen rato en la sección de música. Es más un día me dijo que logró una venda bastante suculenta gracias a ti.  Además llevo meses viendo como te pasas el día jugando ese jueguecito de mezclas.
-         Gracias (Mark se quedó sin palabras y se ruborizó).
-         De nada (le sonrió Pedro) pero te digo lo que tu madre
-         ¿qué me ponga el casco?
-         Los cascos, auriculares Mark y solo después de haber acabado las tareas de la escuela ¿entendiste?
-         Si, si, no sufras, uso responsable, lo capté, gracias.
-         ¿soy ahora yo la super mamá? (dijo Pedro riendo, cristina le dio un golpecito en el brazo).
-         Jajaja no Pedro, aunque seguro que tu regalo es más caro y no miento cuando digo que es una pasada, mamá sigue siendo la mejor super-mamá del mundo. ¡Es una “Plan B”, tío!
-         Jajajaja (sacó pecho Cristina y se rio). ¡Yo gano!
-         Jajaja
-         ¿quién gana? (preguntó Bea que acababa de salir de la ducha y al oír las risas fue a ver qué pasaba) .
-         Tu madre (dijo Pedro rodando los ojos). Por lo visto el regalo a tu hermano era una especie de competición.
-         Bufff todos los años lo mismo (dijo rodando los ojos Bea y se fue para su habitación).
-         Eyyy tú, no tan aprisa (le gritó su hermano) ¿y mi regalo?
-         Ya te lo daré en la fiesta.
-         ¡Noooo, lo quiero ahora! Reclamo mi derecho de cumpleañero de tener mi regalo ahora (y se fue tras su hermana, Pedro miró a Cristina y empezaron a reírse ¿en serio ese chico cumplía 15 años?)
-         ¡Madura Mark! Y le tiró su regalo a la cabeza (Mark lo pilló al vuelo)
-         ¿Ropa? (dijo anda más tocar el paquete con cara de asco).¿quién sabe Mark? ¿quizás es lencería fina par Ana María? (dijo burlándose de su hermano)
-         ¡Beatriz! (le riñó su madre) No me gusta que os hagáis ese tipo de bromas.
-         ¿una broma? (dijo poniendo morritos Mark) entonces ¿no lo es? Ya sé es un picardías para mí (y se puso a hacer poses sexys, Beatriz empezó a hacer como que le daban arcadas. Pedro no podía parar de reír) mua muac sexy sexy Mark es sexy sexy.
-         ¡Mark! (le riñó su madre) ¿qué acabo de decir?
-         ¿Que tienes el mejor hijo del mundo? (y le dio un beso en la mejilla a su madre. Cristina dio un bufido y alzó las manos al cielo. Tenía que tener más paciencia que un santo con esos dos)
-         Anda abre de una vez el regalo de tu hermana.
-         Si mamiiiiiiiiii (dijo riendo con vocecita de niño repelente. Y abrió el paquetito. Cuando vió que era una camiseta del Feyenoord con su nombre empezó a darle besos a su hermana)
-         Puajjjj quita, puajjj argg que asco Mark, noooo (dijo riendo Bea mientras intentaba apartar a su hermano) si lo sé te compró un cd de música.
-         ¿del Feyenoord? (preguntó osrprendido Pedro)
-         Si, y como me digas que eres del Sparta te juro que mañana mismo te rajo las ruedas del coche.
-         Ajax (dijo Pedro sabiendo que también había rivalidad entre los seguidores del Ajax y los del Feyenoord).
-         Mamá, no te puedes casar con él, no podemos vivir en el mismo techo que un seguidor del Ajax, mañana mismo volvemos al apartamento de la tienda. (dijo muy digno Mark).
-         Cariño, Pedro se está metiendo contigo ¿Qué no lo ves? Pedro no es de ningún equipo Holandés. Además de ser de algún equipo de futbol Holandés, sería del mejor, del Excelsior. jajaja
-         ¡Arriba Excelsior! (se apresuró a decir Pedro, llevándose un fuerte abrazo y beso de su madre).
-         Grrrrrrrrr como si no tuviera suficiente con mamá (Mark se puso la camiseta de su equipo favorito).
La fiesta de cumpleaños fue muy bien, para sorpresa de Cristina. Mark estaba de un estupendo buen humor, y estuvo muy cercano con sus tíos y abuelos, incluso jugó un poco con sus primas. Sobre todo con Laura que sabía que estaba platónicamente enamorada de él. Y claro que te idolatren es siempre agradable aunque sea una mocosa de 11 años. Por supuesto las estrellas de la fiesta después de Mark fueron Grace y Richie. Y todos absolutamente todos le hicieron regalos, y al ser una familia tan numerosa eso significa muchos regalos para Mark. Que estaba encantado. Su madre se lo quedó mirando un par de veces, Mark se le veía muy alegre y social, hacía la menos 4 años que no veía a su hijo así. Y durante unos segundos pensó que quizás nos e debía al hecho de cumplir los ansiados 15 años, quizás hubiera algo más, quizás drogas. Que no fueran drogas. Pero después vio como le ponía una mueca de asco a su tío Juan cuando él no miraba y respiró aliviada, ese era su chico.
Después de incordiar mucho, Óscar dejó que Pablo se quedara a dormir con Mark. El pobre chico vivía en la dictadura de las mellizas y estar con Mark le sentaba bien. Aunque a Óscar a veces le daba miedo que su hijo se volviera tan deslenguado y descarado como su sobrino. Pero le agradaba que su hijo sintiera esa afinidad por alguien de la familia. Normalmente en las reuniones familiares las niñas jugaban entre ellas y él se quedaba sentado en el sofá calladito viendo la tele o jugando con algún juego de la consola. Mark había logrado algo que solo habían logrado Óscar y la señora Eugenia, que Pablo se mostrara astuto y lleno de energía. Pablo era así era un niño extraordinariamente inteligente, con una gran dote de observación y con un sentido del humor bastante retorcido. Eso último era lo que hacía que su padre y él se llevaran también, porque ene so Óscar y él eran clavaditos. A Mark también le hacía gracia esa apariencia de mosquita muerta de Pablo, pero cuando la dejaba ir era como un bofetón en toda la cara, pero si ¡n ser doloroso, solo que te dejaba impactado y sin saber que decir. Mark se lamentara que Pablo fuera tan pequeño de haber sido de su edad seguro que habían salido de marcha por ahí, se lo hubieran pasado genial. Pero al fin y al cabo, Pablo era aún un niño.
Ana María estuvo muy correcta toda la noche, sabía que cada vez que hablaba con Mark las miradas de Lucía, Cristina y Adrián caían sobre ellos dos. Y sinceramente no era algo muy de su agrado. Así que estuvo hablando con todos en la fiesta. Aprovechó que a los padres de Adri ya los conocía y se quedó un rato hablando con el señor Ricardo, después con Bea, y ya finalmente salió a la terraza de la planta de arriba a fumarse un cigarrillo, porque ya no aguantaba más.
-         Eeyyyy si te pilla tu hermana ¿Qué? (dijo Mark quitándole el cigarrillo y dándole una calada y después se lo devolvió).
-         Buffff (resopló Ana María)
-         Lo siento, mi familia puede ser muy agobiante, lo sé.
-         No es tu familia la que me agobia, bueno Adri un poco, es sobre todo mi hermana y tu madre.
-         ¿te ha dicho algo?
-         No, después de lo de “la pillada” que me habla de una forma escalofriantemente correcta. Conozco a tu familia y nadie habla así. Bueno excepto tu padrastro.
-         ¿Mi qué?
-         Stepfather (le aclaró Ana María en un inglés horrible pero que Mark entendió bastante bien), ¡Mark, en serio tú no apruebas lengua ni que se te aparezca la virgen del Pilar y te baile una jotica en medio el examen mientras te canta las respuestas!
-         ¿Ein?
-         Olvídalo. Que es agobiante que todo el mundo te esté mirando esperando que en cualquier momento me abalance sobre ti y te desnude y te viole en medio del salón.
-         ¿hay alguna posibilidad que eso pase? (dijo esperanzado Mark. Ana María tuvo más remedio que reírse)
-         Quizás para tu decimoctavo cumpleaños, si aún seguimos juntos.
-         Después de decirme eso, claro que seguiremos juntos jajaja (y la besó).
-         Mejor que bajemos, antes que empiecen a pensar que estamos “retozando” como animales salvajes.
-         Se dice cupular. Lo sé, el maestrillo me enseñó.
-         ¿te enseñó a cupular? (abrió mucho los ojos Ana María)
-         Si (Mark no se había dado cuenta que se había dejado el pronombre y que dicho así podía generar mal entendidos).
-         Y yo que pensaba que había sido yo esta mañana jajaja (dijo Ana María la darse cuenta de que se trataba de un error en la traducción).
-         ¿qué?
-         Se dice “el maestrillo me lo enseñó” sabes que suena igual de mal, déjalo. Jajaja Y bajemos. Antes que empiecen a criticarnos y tacharnos de adictos al sexo.
-         Peor es que yo lo soy. Ahora mismo solo hago que pensar en eso, en sexi, mucho sexo, a todas, partes, en todos los sitios, a  todas horas y en todas las posturas, sexo con mi Lechuguita.
-         Jajaja venga vamos hombre de jengibre
-         Ummmm soy TU HOMBRE de jengibre, nena.
-         Jajajaja pero que subidito lo traes jajaja


La fiesta de cumpleaños se acabó sobre las once, en que Óscar, Elena y las mellizas se fueron. Todos estaban agotados, así que pasaron de recoger y lo dejaron para la mañana siguiente y se fueron a acostar. Pablo se construyó una especie de cama con todos los cojines de los asientos del sofá de la salita y el saco de dormir de Mark. Los chicos estuvieron hablando hasta la una que Pedro subió, para reñir a su ahijado por estar aún despierto a esas horas y de paso le echó un regaño, más leve, a Mark por lo mismo.

A la mañana siguiente desayunaron todos juntos y empezaron a recoger el desorden de la fiesta del día anterior. Pedro llamó a Mark a su despacho un momento y le enseñó la regla.

-         Hoy ya no es tu cumpleaños.
-         Pero, está Pablo.
-         Lo sé, por eso no te desperté esta mañana a las siete menos diez, y te los di. Es un castigo por haber faltado a tu palabra y haber faltado a clase, no lo hago para mortificarte o avergonzarte. Es porque quiero que se te meta en la cabezota esa lo importante que es la palabra de uno y lo importante que son los estudios para formarte como persona
-         Bla bla bla (dijo cansado Mark, ese discurso de Pedro era tan y tan repetitivo y aburrido).
-         Mark (dijo mirándolo muy serio) cuando se haya ido mi ahijado, después de comer, recibirás las 5 (enseñándole la regla) y cuando acabemos de recoger, te quiero sentadito en la mesa del salón estudiando.
-         Pero Pablo…
-         Yo me encargo de mi ahijado, tranquilo siempre he sabido mantenerlo ocupado. Además en la salita hay una tele muy grande y una videoconsola con un montón de juegos.
-         ¿Él puede jugar y yo no? ¡Y Yo tengo que ponerme a estudiar ese coñazo! (preguntó indignado Mark, y a Pedro le sonó más una queja de un niño de primaria que a un chico de 15 años).
-         Si, Mark él puede jugar y tú no. Y él puede jugar porque hizo lo que debía durante el curso y estudió, hizo sus tareas y sacó muy buenas notas, y ahora en verano puede pasarse los días jugando y haciendo cosas menos “aburridas” que estudiar. Y si tú hubieras hecho lo mismo, ahora en vez de quejándote como un niño de primaria, estarías en la playa con Ana María, o arriba jugando con tu primo a la videoconsola, o donde te apeteciese y tu madre te dejase (añadió rápidamente). ¡Pero no, el señorito quiso suspenderlas todas! Mark no siento ninguna lastima por ti, así que corta el rollito y ponte a estudiar, en dos semanas llegan los exámenes de septiembre y no has acabado aún temario.
-         Bufff (resopló Mark).
-         Menos resoplar y más estudiar Mark. Y si quieres poder salir esta tarde un ratito con Ana María, no quiero más discusiones, ahora ve.
Mark obedeció pero el fantástico buen humor del que había hecho gala el día anterior se esfumó de repente. Y volvió a ser el mismo Mark deslenguado y arisco de siempre

Sobre las cinco de la tarde.
-         Mamá salgo (dijo pasando rápidamente por el salón camino de la entrada)
-         Alto ahí (dijo Pedro).
-         ¿Y mamá? (dijo al ver que no estaba con él en el salón).
-         Con tu hermana, en la cocina están preparando bombones.
-         Ummm (dijo relamiéndose).
-         Me voy, estoy de vuelta a las diez.
-         Buen intento, Mark. Cenamos a las nueve y media, a las nueve en casa.
-         Perooo
-         De acuerdo, se lo preguntas a tu madre (Mark sabía cuál sería la respuesta de su madre “en casa a las 9:00”).
-         Pero ahora tengo 15 años.
-         Pero sigues castigado…y eso me recuerda que tú y yo tenemos algo pendiente (Pedro dejó el libro y se levantó del sofá).
-         Es que ya llego tarde (puso como excusa Mark)
-         Puedo ser muy rápido, no sufras por eso (le contestó Pedro que sabe más el diablo por viejo que por diablo). Vamos al despacho (dijo agarrándolo por el cuello de la camiseta y negando con la cabeza). Muy bien Mark, ya sabes, pantalones abajo y sobre el respaldo de la silla.
-         Grrrr (Y Mark empezó a desabrocharse los pantalones)
-         ¿Qué es eso? (exclamó Pedro señalando al sojitas de lechuga que asomaban por el slip de Mark. Mark miró hacía bajo y se subió rápidamente el slip lo máximo que pudo) ¿Mark? ¿Qué demonios era eso?
-         Nada (dijo inocentemente)
-         Dime que no te has hecho un tatuaje (dijo pellizcándose el puente de la nariz)
-         No me he hecho un tatuaje (dijo temblándole la voz).
-         Bájate el slip
-         ¡Qué! ¡No!
-         Mark te he dicho que te bajes el slip.
-         No, ni hablar, maldito degenerado, si crees que me…(pero Pedro le interrumpió de golpe)
-         ¡CRISTINAAAA! (gritó pedro, pedro odiaba que la gente se gritar, no costaba nada ir hasta donde estuviese esa persona y hablar. Estaba cansado de decírselo a todos, así que el hecho que acabara de llamar a gritos a Cristina hizo que Mark se asustara bastante)
-         Nooooo (dijo casi en pánico)
-         Siiiiii (dijo furioso Pedro) ¿a ella también la llamarás maldita degenerada? (Mark negó con la cabeza porque se había quedado sin habla) a ver que tiene que decir tu madre de tus inquietudes artísticas.
-         Por favor Pedro
-         ¿sí? (asomó la cabecita Cristina al despacho que aún llevaba el delantal puesto).
-         Enséñaselo a tu madre (le ordenó Pedro, Mark negó con la cabeza)
-         ¿Qué me enseñe el qué? (preguntó Cristina que no entendía nada pero que veía que pedro estaba furioso y que Mark estaba asustado) ¿Mark? (pero  Mark solo bajó la cabeza. Cristina rodó los ojos, eso no era buena señal) ¿Mark qué es lo que me tienes que enseñar?
-         Nada (dijo muy flojito)
-         Bájate un poco el slip, solo un par de dedos, no tienes que enseñar nada solo la parte de la ingle (le dijo Pedro. Mark ni se movió). Mark Erwin Geldof si he de ir para allí te bajo yo mismo el slip pero hasta los tobillos y base de correazos (Mark miró tímidamente a su madre y tragó saliva, y bajó un par de deditos el slip)
-         ¡Oh dios, mío! (gritó escandalizada Cristina) ¿eso es un tatuaje?
-         No es permanente, me lo hicieron con un aerógrafo (se apresuró a explicarse Mark. Cristina lo agarró de la muñeca y tiró de él y miró con detenimiento el dibujo). Pedro tráeme un algodón, la crema bronceadora y el alcohol (Pedro la miró extrañada pero fue a por ellos). Si no es permanente con una de estas dos cosas se borrará un poco, reza porque se borre.
-         No mamí (dijo en pánico), es una tinta nueva, no se borra
-         A eso PLASS se PLASS llama PLASS tatuaje PLASS (le dio 4 palmadas bien duras en el muslo derecho)
-         No. No lo es, saldrá solo pero de aquí a un tiempo.
-         ¿Un tiempo? ¿Cuánto?
-         No sé, un año.
-         ¡un año! ¿Dónde te lo hiciste?
-         ¿qué?
-         Vamos a ir ahora allí y quiero tener unas palabritas con el “artista”.
-         Nooooo ¿tú estás loca o qué? NO puedes (dijo horrorizado por la idea que su madre le montara un escándalo. Cristina no pudo más y de un tirón le bajó el slip del todo, se sentó en la silla y tomó la regla que Pedro tenía sobre la mesa y le dio 20 reglazos, los 20 sobre el mismo punto ese donde las nalgas y los muslos se juntan) ZWASS ZWASS ZWASS ZWASS ZWASS ZWASS ZWASS ZWASS ZWASS ZWASS ZWASS ZWASS ZWASS ZWASS ZWASS ZWASS ZWASS ZWASS ZWASS ZWASS ZWAS.
-         AAAAAAAAAAAY BWUAAAAAAAAAAAAAAAA BWUAAAAAAAAAA NOOOOOO NO MAMI AYYYYY DUELE AAAU ESO DUELE NOOOO NO CON ESO AUUUUU PARA, PARA, YA NO MÁS, AYYYY BWUAAAA BWUAAA.
-         DE TODAS LAS TONTERÍAS QUE HAS HECHO HIJO, ESTA SE LLEVA LA PALMA. MÁS VALE QUE REALMENTE NO SEA PERMANENTE, PORQUE SINO HIJO, TE JURO QUE LA PALIZA QUE TE VOY A DAR, SÍ QUE VA A SERLO ¡Vístete, nos vamos a ver a ese tatuador! (Mark se subió la ropa rápidamente y seguía llorando) Plass (le dio una palmada muy dura justo donde acababa de descargar al regla)
-         Ayyyy
-         ¡Muévete, que es para hoy!
-         Sniff sniff no miento, no es permanente, lo juro sniff
-         Como ya te he dicho más te vale, hijo. Y permanente o no, despídete de todos tus regalos por una larga temporadita, y si quieres ver a Ana María, tendrá que venir ella aquí, pero tú no vuelves a salir solo hasta que pueda volver a confiar en ti (le dijo estirándole de la oreja y trayéndosela cerca de la boca como si le fuera a contar un secreto)
-         Noooooo
-         ¡Un tatuaje! Maldita sea Mark, sabes la cantidad de enfermedades que puedes pillar por culpa de las agujas.
-         Que no hubo agujas ayyyyy que fue con un aerógrafo
-         Más te vale, tira para delante, tira que me tienes contenta.
Cristina efectivamente estaba furiosa, y cuando entró en el taller de Robert lo dejó patente. Para Robert Cristian no era el primer padre furioso con él que se enfrentaba. Aunque para hacerse tatuajes de verdad se tenía que tener 18 años o el consentimiento de los padres, para los reversibles y los piercings eso no era necesario. Y no siempre los padres veían con buenos ojos que sus hijos se marcasen o se agujereasen sus cuerpos por una cuestión puramente estética o de rebeldía. Robert logró calmarla, enseñándole la tienda, todas las precauciones sanitarias e higiénicas que seguía. Después le habló de los tatuajes reversibles, y que como le había dicho a Ana María y a Mark solo sería cuestión de dos años, después son habría ni el más pequeño vestigio del tatuaje. Cristina le echó dos miraditas más asesinas a su hijo la primera cuando escuchó nombrar a Ana María y la segunda cuando escuchó lo de los 2 años. Pero también se quedó más tranquila al saber que efectivamente no había habido agujas, que el sitio era un lugar autorizado, que Robert era un tipo serio y que no era permanente. Al llegar a casa mandó a Mark directamente a su habitación y tomó el teléfono y llamó a vasa de Adri, estuvo hablando casi una hora con Lucia. Lucia que era dermatóloga, se puso como una moto y nada más colgar a Cristina llamó a sus padres y le contó lo sucedido. Para rabia de Lucia, su madre solo lo tomó como una chiquillada de la niña, y que ya estaba al corriente desde hacía tiempo que Ana María le hacía gracia esos tatuajes nuevos sin agujas y que eran removibles. Lucía estaba aún más furiosa, Adri tuvo que frenarla para que no agarrar le coche y se presentara en casa de sus padres para gritarle 4 frescas a su hermana. Pero ya lo haría, en cuanto la viera, le iba a cantar ella las cuarenta.
Toc toc (pico a la puerta Pedro, al oír llamar a la puerta de esa manera Mark ya supe que se trataba de Pedro)
-vete (dijo entre sollozos Mark)
- Tenemos que hablar Marky (dijo Pedro entrando en la habitación y sentándose en la silla del escritorio).
- Tú no quieres hablar, ella te ha enviado para que me pegues, quiere asegurarse que recibo una paliza memorable ¿no?
- Sabes muy bien que tu madre es muy capaz de darte una zurra memorable, no tiene que enviarme a mí para nada. He venido para enseñarte algo (Pedro se puso de píe y se bajó un poco el calzoncillo enseñándole un trocito de su nalga derecha, en el había una especie de cicatriz pero se podía apreciar aun lo que un día fue un corazón y el nombre de Diana). No tenía 15 años sino 25 cuando me lo hice. Estaba enamorado como tú, para mí ella era una mujer extraordinaria, una entre un millón, como lo es Ana María para ti, creí que nuestro amor duraría toda la vida, como tú. Pero no fue así. Ella no fue la primera, pero fue muy especial en mi vida, quizás no me diera hijos como Fred le dio a vuestra madre, pero era mi esposa y la amé. Y cuando el amor se acabó y nos divorciamos, el tatuaje seguía aquí. Recordándome un amor que se acabó, que dolió y que ya nunca más volvería. Y si, el láser lo puede quitar, pero ya ves como se ve, una cicatriz fea ¿verdad? Una cicatriz que me recuerda que las personas que nos marcan en la vida al igual no se pueden borrar con un láser tampoco se puede banalizar con un dibujo. Me enfadé contigo antes, porque cometiste el mismo error que yo, y ojala te hubiera hablado de mi tatuaje, ojala lo hubiera hecho, así quizás te lo hubieras pensado un poco
- es reversible, peor de habernos permitido hacernos uno de verdad, lo hubiéramos hecho. Ana María no es como tu ex.
- Claro que no lo es, y mi matrimonio no falló por ella, un matrimonio se rompe por ambas partes. Y en este caso yo tuve una gran parte de culpa. (confesó Pedro) No digo que lo vuestro no vaya a durar toda la vida. Solo digo que no banalices  lo que sientes por una persona con un estúpido dibujito en la piel. Yo lo hice, y lo hice por los mismos motivos que tú, y me equivoqué, sé que nadie aprende de los errores ajenos. Pero Mark, al menos ten presente lo que te digo.
- ¿Mamá sigue enfadada? (le preguntó cuándo Pedro ya salía por la puerta).
- sí, y lo estaría por unos cuantos días.
- No tenías por qué chivarte.
- primero ella es tu madre, claro que debía saberlo, y segundo tienes 15 años Mark, no debiste hacerte algo así sin su permiso.
- ¡Pero es mi cuerpo!
- Pero ella es responsable de todo lo que le pase a ese cuerpo. Y aunque no lo fuese, que por lo que respeta la ley lo es, es tu madre y los padres siempre se sienten responsables de todo lo que les pasa a sus hijos.
- ¡Eso son tonterías!
- Eso opinaba yo antes. Pero si hasta yo me he sentido responsable de que te hicieras ese tatuaje, llevo toda la tarde mortificándome pensando que debí de hablarte de mí tatuaje, nadie mejor que yo para explicarte lo que significa tatuarte el nombre de alguien quien amas. Así que imagínate. Si yo que solo hace unos meses que vivo con vosotros me siento así, ¿Cómo diablos crees que se siente tu madre?, que te llevó dentro de su vientre 9 meses, que te parió, que te amamantó hasta que pudiste comer algo que no proviniera directamente de ella, que te enseñó a jugar, a  andar, a  hablar y que sigue educándote como buenamente puede. Cristina está frustrada, cree que te está fallando como madre, que lo está haciendo mal. Pero ambos sabemos que no es así.
- Es porque ella quiere sentirse así, eso no es culpa mía.
- Mark te lo volveré a pedir, deja de actuar como un niño egoísta, no estás solo en esta vida, tu madre, tu hermana, tu familia, joder hasta yo, joder, nos preocupamos por ti porque te queremos. ¡Y si joder si tenías que pedirle permiso! ¡Maldita sea Mark! si tienes que pedir permiso para salir de casa ¿Qué narices te hizo pensar que no lo necesitarais para tatuarte? ¡Aunque sea reversible! (Pedro estaba diciendo palabrotas y aquello le impactó a Mark. Y exactamente como pedro le decía siempre a Mark, cuando uno pierde las buenas maneras y a la educación el mensaje se pierde. Y Mark se había perdido que Pedro acaba de decirle que se preocupaba por él).
- Pero…es mi cuerpo (dijo casi en un susurro una vez más).
- (Pedro suspiró agotado) Como tú quieras, Mark, cómo tú quieras, así es como es siempre ¿no? Solo intento hacerte entender pero hablar contigo es como hablar con un muro de hormigón armado.  (Dijo enfadado y se fue. Mark se quedó estirado en la cama odiando a su madre y a Pedro hasta que se quedó dormido). 

2 comentarios:

  1. he sufrido mucho con este capitulo Mark es un niño muy oprimido por su madre y su padrastro
    No les costaba ser mas diplomaticos, tratar de hablar y creerle y hacerle sentir que lo oyen por lo menos una sola vez, ir con el a preguntar a ese lugar donde se hizo el dibujo ese, y luego en casa pues hablar de las cosas como son y el porque se enfadan o dejan o hacen algunas cosas, pero irse a tirar la paliza y eso de que el tal Pedro lo maje cada mañana me tiene conla piel achinada, de verdad
    Un beso
    adoro a este nene
    Marambra

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  2. Como va pasando el tiempo en esta familia.

    Lo de los tatuajes me ha hecho reir, segun la descripcion parecen unas figurillas muy graciosas, como pues una lechuga y un muñequito de jengibre, nooooo, mas bien se va a quitar! jeje.

    tán tán ta tan... tán tán ta tan, quiero quiero leer la boda de Cristina y Pedro.

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