Páginas Amigas

martes, 7 de mayo de 2013

Capitulo 20


-         Hogar dulce hogar (dijo Cristina nada más entrar en el dúplex)
Habían pasado dos semanas en la casa del pueblo y había estado genial para desconectar, pero debía confesar que Pedro llevaba un poco de razón sus sobrinas podían ser un poco consentidas. Y estaba deseando llegar a casa para tener un poco de paz, las niñas eran agotadoras, tenían un afán de protagonismo y querían que todos constantemente estuvieran por ellas. Tenían 7 año aquello era gracioso pero hasta Grace que tenía 5 sabía que solo un ratito después ya cansa. Así que nada más cruzar el umbral de la puerta dejó tirada la maleta en la entrada y se fue a estirar al sofá.
La primera semana con Pedro fue genial, no es como si se hubieran ido de viaje a un lugar exótico o romántico, pero era como ser una parejita de enamorados aprovechando el viaje de los papis para estar un par de días asolas en casa. Fue muy bonito. Pero la segunda ya llegaron los niños. Y con los niños se acabó el idílico remanso de paz. Y Cristina no solo tuvo que batallar con los niños sino también con sus padres. Se sentía como si volviera  a tener trece años. Lo cierto es que al tercer día estaba ya de un humor de perros. Mark no estaba mucho mejor, ya que aunque la regla no había viajado con ellos, Pedro encontró un sustituto muy viable, y las 5 nalgadas matutinas también regresaron. ¿Quién iba a pensar que una pala de ping-pong podía usarse para eso? seguro que el inventor del tenis mesa nunca se le ocurrió. A menos que fuera un maldito sádico con mucho tiempo libre y pasión por las pelotitas. Así que Mark tampoco estaba muy contento que digamos y encima iba a estar una semana entera sin poder hablar con Ana María. Porque su madre nada más verlo la primera vez con el teléfono se lo confiscó al momento y le dio con la zapatilla por agarrar de nuevo el teléfono sin su permiso.
Para Mark aquello era extra mortificante, porque toda la casa se enteraba que le habían zurrado, así que se pasaba el resto del día rehuyendo a todo el mundo. Estaba cabreado con su madre y con Pedro porque no podían dejarle un poco de dignidad y perdonarle esa semana. Claro que como le recordó Pedro, la semana que pasó con los abuelos no hubo castigo y estaba muy tentado de darle esas 35 de una sola vez si seguía agriándoles a todos las vacaciones con esa actitud tan nefasta. Aquella advertencia/amenaza  sirvió para que Mark se mostrara un poco más afable, pero tampoco una locura, no vayan a pensarse.
Bea por su parte, estaba ejerciendo de “hermana mayor” con las mellizas, era genial, peinarlas, vestirlas, jugar con ellas…y sobre todo era genial que la veneraran como a una diosa. Ya se había dado cuenta con las hijas de su tío Juan, que la seguían e imitaba en todo y no querían separarse de ellas. Pero las mellizas no eran muy diferentes, exceptuando que eran cansinamente competitivas y se habían empecinado que ellas serían sus primas favoritas y se pasaban todo el día detrás de ellas como pollitos. Bea no le importaba en absoluto, las veía muy graciosas, porque a diferencia de sus primas Teresa y Laura, las mellizas tenían más chispa y eran más espabiladas, siempre iban con segundas. Además hablaban como si fueran adultas y eso le hacía mucha gracia a Bea, porque hubo en un par de ocasiones que hasta ellas le aconsejaban que hacer o que decir.
Pedro por su parte repartía el tiempo entre Cristina, Mark y Bea y su ahijado. Pedro adoraba a su ahijado, para él era el ejemplo de niño alegre, simpático, de buen corazón, y bien educado. Era siempre agradable llevárselo a sitios o pasar un buen rato construyendo algo. Pablo había salido a su madre en eso, era muy mañoso, y de un tiempo a esta parte parecía obsesionado con las maquetas. Obsesión que su padrino alimentaba trayéndole una nueva cada vez que lo visitaba. Pablo por supuesto, encantadísimo de que alguien le prefiriera a él que a las mellizas y no podía ocultar querer monopolizar un poco a Pedro y a Mark.
-         Si, al fin en casa (dijo Pedro agarrando la maleta de Cristina y quitándola del medio temporalmente).
-         Han estado bien, peor ya tenía ganas de regresar.
-         Lo mismo digo cielo (se tumbó a su lado en el sofá y la besó en el cuello).
-         Me voyyyyy (dijo pasando como un ciclón Mark. Cristina se miró el reloj eran las siete y media de la tarde).
-         ¡Alto ahí! ¿Dónde crees que vas? (le dijo Cristina girándose para mirar a su hijo, que se había cambiado en una nano-milésima de segundo).
-         Voy a ver a Ana María un ratito y vuelvo.
-         Cielo, acabamos de llegar, ya al verás mañana.
-         No, pasa nada, no estoy cansado y estaré aquí antes de las 10.
-         Cielo, hoy no, sube y ponte algo cómodo y pon la ropa sucia a lavar, de aquí a un rato haré lavadoras.
-         Mamá, solo será un ratito, vengaaaa
-         Mark, ya has oído a tu madre, mañana cuando acabes de estudiar, la ves.
-         Pero yo ya he quedado con ella, no quiero darle plantón (dijo Mark empezando a sonar molesto).
-         Mark (le advirtió su madre con esa mirada que echan las madres a veces que te ponen los pelos de punta y te hielan la sangre).
-         ¡No es justo, llevo una semana sin verla ni hablar con ella! ¡Y solo va a ser un ratito!
-         Cielo, mañana ya la verás, y el miércoles es tu cumple, invítala a la fiesta, así podréis pasar todo el día juntos.
-         ¡Con la familia! (le dijo a su madre como si Cristina estuviera loca)
-         Cielo, no es como si no la conociéramos. Adri, la conoce, Lucia, por supuesto que la conoce, los abuelos la conocen, yo y Pedro, la conocemos. Pablo también ¿no?
-         Pero es diferente.
-         ¿por qué cielo? (Pedro intentaba no reírse, entendía perfectamente a que se refería Mark. Conocía demasiado bien a Miguel y a Óscar y sabían que lo iban a mortificar con lo de la “novieta”. Lo que le pobre iluso de Mark no sabía es que lo más seguro es que lo hicieran invitara o no a Ana María).
-         Porque lo es, mamá, joder, lo es y punto.
-         Mark, habla bien a tu madre (le riñó en seguida Pedro).
-         Bueno (dijo ya enfadado) ¿me puedo ir o qué?
-         No, hijo, no puedes ir, es tarde acabamos de llegar de un viaje muy largo en coche, y esta noche no se sale.
-         Pero estaría aquí…
-         Mark, ¿no me has oído? (le dijo ya irritada Cristina) He dicho que no y es que no. Y no me discutas que aún cobras.
-         ¡No es justo! ¡Tú solo quieres amargarme la existencia!
-         Mark, ve a tu habitación y cuando te hayas calmado si quieres bajas.
-         ¡No me voy a calmar! (le dijo a Pedro y volvió a discutir con su madre) Lo que a ti te pasa es que no quieres que salga con Ana María porque te repatea que con ella sí que soy feliz.
-         Mark! (le rugió Pedro y apretó fuerte las mandíbulas)
-         Hijo, no te prohibido que la veas, que podría porque soy tu madre y tienes 14 años, solo te he dicho que hoy NO. Pero si sigues por ese camino no solo será HOY, y además te irás calentito a la cama (dijo Cristina).
-         No tengo 14, tengo 15, y soy mayorcito para decidir a quién quiero ver y cuando, que te enteres (Y Mark empezó a caminar hacía la entrada).
-         Mark Erwin Geldof, no des ni un paso más (dijo Cristina levantándose velozmente del sofá, pero Mark en vez de pararse corrió hacía la puerta y la abrió. Pedro y Cristina corrieron hacia la puerta. Cristina logró interceptarlo justo al píe de la escalera. Lo agarró fuerte por la oreja y tiró de él hacia casa).
-         Aaaaaaaaaaaaaau suéltame, joder sueltaaa, que me dejes (decía Mark intentando que su madre le soltara la oreja)
-         Sin pellejo te voy a dejar, hijo (y retorció un poco más la oreja y cerró la puerta tras de ellos de un portazo no la pierna)
-         Aaaaaaaaay no para, suelta (se quejaba Mark, Cristina lo llevó de nuevo al salón, se sentó en el sofá y se lo puso encima de su regazo).
-         Cariño ¿me puedes traer mi cepillo, por favor? (le dijo a Pedro. Pedro lazó la ceja y negó con la cabeza, aquello había sido muy estúpido. Con Mark era siempre igual cuando creías que estaba haciendo progresos te salía con alguna como esa).
-         Si, será un placer, y si necesitas la regla también te la puedo traer (Mark giró la cabeza para mirar horrorizado a Pedro. Pero solo sirvió para que Pedro le lanzara una mirada espeluznante. En menos de 10 segundos Pedro regresaba y le daba el cepillo a Cristina) Aquí tienes.
-         Gracias, cariño (y empezó sin más a  descargar el cepillo bien fuerte sobre los pantalones de Mark) PLACK, PLACK, PLACK, PLACK, PLACK, PLACK, PLACK, PLACK, PLACK, PLACK, PLACK, PLACK, PLACK, PLACK, PLACK, PLACK, PLACK.
-         Arghhhhhh noooo arghhhhhh suéltame, suéltame, auuuuu te odio, te odio auuuuu argggg
-         PLACK, PLACK, PLACK, PLACK, PLACK, PLACK, PLACK, PLACK, PLACK, PLACK,
-         Noooooo auuuuuu aaaaaaaaaaaaaah arghhh grrr nooo para para por favor, mamá para ya aaaah
-         PLACK, PLACK, PLACK, PLACK, PLACK, PLACK, PLACK, PLACK, PLACK, PLACK, PLACK, PLACK, PLACK, PLACK, PLACK,  (los azotes iban cayendo uno tras otro hasta que Mark empezó a llorar y a balbucear palabras de perdón y arrepentimiento)
-         Nooo lo siento auuuu no perdón, aaaaaaaaaayy perdón, nunca más lo juro aaaaau te hare caso,aaaaau me portaré bien auuuu no mamá no más ayyyyy ya aprendí, ya aprendí bwuaaaaaa
-         PLACK, PLACK, PLACK, PLACK, PLACK, (Cristina paró y empezó a reñirle). Hijo, soy tu madre y me obedeces, y si te digo que NO es que NO. Y cuando te hablo, me miras y no te vas y me dejas con la palabra en la boca. Y NUNCA, hijo, NUNCA, VUELVAS A SALIR ASÍ DE CASA SIN MI PERMISO. YA TIENE SUNA EDAD PARA SABER QUE NADA DE ESO ESTÁ BIEN. PLACK, PLACK, PLACK ¿Qué es lo que quieres tener 30 años y que siga teniendo que darte unos buenos azotes porque no sabes comportarte? Mark, es hora que empieces a poner algo de juicio en esa cabecita tuya. Porque hijo este año ha sido horrible para todos, y no quiero pasarme el resto de mi vida vigilándote, riñéndote y zurrándote ¿entiendes? Creo que no te hemos educado tan mal, creo que te enseñamos muy bien lo que está bien y lo que no. Así que hijo, te lo pido por favor, deja de enfrentarte a mí. No soy tu enemigo. No quiero hacerte miserable. Solo quiero lo mejor para ti y para tu hermana. Y si te pido que te quedes es porque hemos hecho un largo viaje encoche, estamos todos cansados y ya es tarde para quedar. Puedes quedar con Ana María otro día, no te lo prohíbo, solo te digo que hoy no. PLACK, PLACK, PLACK, PLACK
-         Auuuuu lo siento. Auuuu es que la quería ver
-         Lo sé cielo, me lo imagino, pero no se acaba el mundo porque esperes un día más.
-         Snif snif me diste muy duro.
-         ¡Agarraste la puerta y te fuiste! ¡Delante de mis morros! ¡Mark! Hijo ¿qué esperabas? ¿Qué te dijera “niño, malo, eso no se hace” y te dejara 5 minutos de penitencia en la esquina? ¿en serio?
-         Nooo, pero solo quería verla un ratito
-         Hijo, ya te he oído las cuatro o cinco últimas veces, y esto no ha sido porque quisieras verla, ha sido por cómo me has hablado y por largarte a pesar de decirte varias veces que no podías.
-         Lo siento, mamá (dijo poniéndose de píe de nuevo y sonando algo compungido aún).
-         Ok, cielo, está bien, sube a tu habitación y descansa un rato, ya te avisaré cuando esté la cena (Mark asintió con la cabeza y se fue para su habitación al pasar por el lado de Pedro pudo notar la mirada de enfado de Pedro y corrió hacia su habitación no fuera que Pedro tuviera algo que decir también).
-         No hace ni 10 minutos que hemos llegado y ya has tenido que zurrarle, esto debe haber sido algún tipo de record mundial (dijo Pedro volviéndose a sentar).
-         Y algo me dice que no va a ser la última zurra que dé hoy (dijo Cristina abrazándose a él agotada)
-         Sé que te dije que de hoy no pasaba, pero si quieres se lo decimos mañana (le dijo dulcemente Pedro). Tienes razón ha sido un largo viaje y estamos todos cansados.
-         No, esta noche se lo contamos (dijo decidida Cristina, Pedro le dio un beso en la frente y se quedaron un rato los dos solos tumbados en el sofá simplemente abrazados y dormitando).
-         Ve a ducharte yo preparé la cena (le dijo al cabo de una hora Pedro).
-         ¿Qué vas a hacer? Una ensalada de pasta y brochetas de pollo, tomate y piña.
-         Ummm suena delicioso (dijo dándole un besito en la boca y levantándose para ducharse. En cuanto Cristina se metió en la ducha Pedro subió al piso de arriba y entró en la habitación de Mark sin picar y lo pilló hablando por el teléfono con los pantalones bajados y las manos en la masa).
-         ¡Mark!
-         ¡Pedro! ¡no! ¡Sal! ¡FUERA! (dijo histérico Mark. Pedro instintivamente salió cerrando la puerta).
-         ¿puedo entrar ya? (dijo Pedro al cabo de un minuto, pero no obtuvo respuesta) Mark voy a entrar (dijo y abrió la puerta. Mark le echó una mirada de puro odio) Lo siento, debí llamar, quería decirte una cosa antes que tu madre saliera de la ducha y se me olvidó, sé que no es excusa pero, Lo siento.
-         Debería de hacerte lo mismo que me hiciste tú cuando entré en vuestro dormitorio (dijo ofendido).
-         ¿y qué te parece si yo te doy esas 35 que me debes?
-         Grrrr
-         Lo siento, de verdad, “mea culpa”. Tienes razón para estar molesto, debí llamar. Por cierto ¿ese teléfono? (Mark bajó la mirada) ¡Trae! (dijo seco poniendo la mano. Mark se lo entregó) Es el de tu hermana ¿te lo ha dejado?
-         Se podría decir así.
-         Ya, bueno, pues que no vuelva a pasar o vamos a tener que volver a repetir la charla de ahí abajo de cuando se te dice NO es NO. Nada de móviles ni ordenador, Mark.
-         Valeeee (dijo tirándose en la cama y agarrando un comic).
-         Mark, subía para decirte que esta noche durante la cena tu madre planea contaros lo de la boda.
-         Y quieres que finja que no lo sé ¿no?
-         No, lo que quería era pedirte un favor.
-         ¿un favor mío?
-         Si, ¿no sé de qué te extrañas? Vamos a ser familia, las familias se hacen favores constantemente.
-         ¿de qué se trata? (puso una mueca de disgusto).
-         Podrías…no sé…ponerte del lado de tu madre por una vez.
-         ¿De qué demonios hablas? Yo siempre estoy del lado de mamá. Es Bea la que
-         A eso me refiero, podrías no sé, no ponerte en plan “rebelde y chulillo” durante la cena. Y bueno si nos ayudaras con Bea para que ella lo entienda.
-         Vale, me portaré como un auténtico pelele pero lo de Bea es batalla perdida. La va a montar y gorda, y si te crees que yo soy un pequeño hooligan, es porque aún no has visto a mi hermanita en plena pataleta. Lo siento Pablo, pero cuando empiece el espectáculo yo me subo a mi habitación, no quiero ser objeto de su ira por accidente (dijo llevándose la mano al brazo donde Bea lo arañó hacía poco).
-         Eso ha sonado un poco cobarde, Mark (dijo con una risita)
-         Un poco no, del todo. Sinceramente ahora me alegro de que mamá no me deje salir esta noche. Así podré ser testigo del espectáculo.
-         Maaaaark (le advirtió Pedro) primero tu madre no te deja salir de noche y punto, lo que no te dio permiso fue para salir esta tarde. Segundo a esa actitud precisamente me refería.
-         Tranquilo, me comportaré, me haré el sorprendido y no diré nada en contra, pero eso es todo.
-         Entiendo que estés enfadado porque tu madre no te haya dejado salir esta tarde, pero Mark no mezcles churros con meninas. Te estoy pidiendo un favor personal, no recuerdo haberte pedido ninguno. Te he hecho de profesor, de chofer, de cocinero, de recadero, de
-         De padre…no te cortes dilo…te mueres de ganas (dijo con rabia).
-         Sé muy bien que ese no es mi papel, pero vives en mi casa, bajo mi techo y debes acatar unas normas, y si, Mark sino las acatas, hay castigo. Pero no te confundas eso no es ser un padre. Un padre no consiste solo en castigar y reñir. Un padre es mucho más, es amor, es cariño, es respeto mutuo, es educar en unos valores, dar ejemplo, intentar mejorar constantemente para dar lo mejor a tu familia, es desvelarte por las noches porque estáis enfermos o simplemente, estáis fuera. Es preocuparse y amar. No soy padre Mark, pero fui hijo, y fui hijo de un gran hombre. Y aunque me preocupo e intereso por vosotros, te lo reconozco, lo hago por Cristina, porque ella se preocupa y desvive por vosotros. No sois mis hijos, aunque a veces os riña y os castigue, sé muy bien que eso no me convierte en vuestro padre. Pero no te estoy pidiendo que seas mi hijo, te estoy pidiendo que seas un buen hijo para Cristina y le ayudes con tu hermana. Pero vuestro egoísmo nunca deja de sorprenderme. No sois capaces de hacer el más mínimo esfuerzo si no habéis de sacar provecho. ¿Sabes qué? Olvídalo. Tienes razón ya nos ocuparemos tu madre y yo de Bea. Muchas gracias (dijo muy seco y cerró de un portazo la puerta. Dejando a Mark sin poder replicarle)

Durante la cena
-         Niños, Pedro y yo queríamos comentaros algo (dijo Cristina no sonando muy segura). Como ya sabéis Pedro y yo hace ya un tiempo que salimos y bueno desde hace unos meses que vivimos todos juntos. Y bueno estoy muy feliz porque parece que al fin las cosas empiezan a funcionar un poquito mejor entre todos. Y bueno cuando dos adultos se quieren mucho y viven juntos y funciona (Cristina estaba realmente asustada y se le veía)
-         ¡Estás embarazada! (Saltó Bea con cara de terror)
-         ¿Qué? ¡No! ¡No! ¡No, absolutamente no!, no estoy embarazada (dijo también en pánico Cristina. Bea respiró hondo y Mark hizo auténticos esfuerzos para no reírse). Lo que queríamos deciros es que bueno Pedro y yo…que Pedro me ha pedido que…me ha pedido que nos casemos y yo le eh dicho que sí.
-         ¡QUÉ! (gritó Bea enfurecida y levantándose de la silla).
-         Beatriz, cielo, siéntate (le pidió su madre)
-         No, no pienso sentarme. Ya estáis viviendo juntos, tú no crees en el matrimonio ¿Por qué coño tienes que casarte con él? (dijo furiosa apuntando a Pedro sin ni mirarlo).
-         Beatriz, esa boca, estamos en la mesa (dijo pedro sin ni pensar).
-         ¡Cállate! No estoy hablando contigo (dijo como si fuera un pitbull o algo así).
-         ¡Beatriz! (le llamó la atención su madre).
-         Si te casas con él, no te hablaré nunca más (dijo y se levantó de la mesa y subió a su habitación corriendo. Mark dejó con toda su parsimonia la servilleta encima la mesa y se levantó también).
-         Mark, hijo, dime algo (le agarró por el brazo deteniéndolo).
-         No pienso ser el chico de los pétalos (dijo mirando a su madre con una media sonrisa). Voy a hablar con tu hija. Entre egoístas nos entendemos (soltó ese último comentario a su madre pero iba dirigido a Pedro y subió al piso de arriba)

-         ¡VETE! (Bea le tiró un cojín a la cara nada más entrar en la habitación).
-         Tiras como una nena (dijo dándole un cojinazo suave con el cojín que le había lanzado y sentándose a su lado en la cama).
-         No quiero hablar con nadie.
-         Venga Bea, no seas tonta, ese berrinche es de niña de 4 años, no de 12.
-         ¡Muerte! No te hablo
-         En algún momento, pero no planeo nada a corto/medio plazo. Beaaaaa (le suplicó su hermano) vengaaaa mirameeee. Soy yo Mark, el mejor hermano mayor del mundo, y él más guapo, y el más listo y el más…
-         Burro
-         ¿creí que no me hablabas? Jajaja
-         Maaaark, hablo en serio, déjame sola.
-         Mira Bea, mamá quiere a ese gafitas flacucho. Créeme soy el más sorprendido que nuestra madre pueda fijarse en un tipo como ese. Ella se merece mucho más que un maestrillo de escuela. Pero uno no elige de quien se enamora. Y mamá le quiere mucho y Pedro se ve a la legua que también la quiere. Se porta bien con ella, la cuida, la hace reír, la escucha, ya sabes todas esas gilipolleces que a las tías os gustan tanto. Deberías de alegrarte de que haya alguien que haga feliz a mamá.
-         Papá hacía feliz a mamá (Mark respiró hondo gustosamente le habría dicho que la hacía feliz a base de mentiras pero supo morderse la lengua).
-         Sí, pero eso ya pasó, y ambos sabemos que papá y mamá no volverán a estar juntos nunca jamás.
-         Eso no lo sabes, nunca digas nunca jamás.
-         Eso queda muy bonita en las letras de las cursi-canciones que escuchas pero no es así. Yo jamás volveré a tener dientes de leche y tú jamás volverás a tener apéndice.
-         No es lo mismo.
-         No, no lo es, pero sabes que mamá y papá no volverán, no es algo pasajero. No es que estén enfadados, mamá ya perdonó a papá hace tiempo. Pero ahora mamá quiere a Pedro y Pedro están ñoña como tú y cree en esa cursilada de las bodas y de fueron felices comieron perdices. Y si mamá no cree en esas formalidades pomposas e innecesarias pero cuando quieres a una persona haces cosas que no te gustan mucho solo para hacerla feliz. Yo odio ir de compras y des de que salgo con Ana María que no hay tarde que no vayamos al centro comercial. Y lo hago porque
-         Porque quieres follártela
-         ¡Beatriz! (le riñó su hermano)
-         Pero es cierto (dijo a la defensiva).
-         Pues tu madre quiere follarse a Pedro y se casa para poder seguir haciéndolo.
-         ¡Puaaaaaaaaj eres un cerdo, Mark!
-         Si, vale, a mí también me repugna la sola idea de tenerlo en cuenta, pero es lo que hay se quieren, viven juntos, se acuestan juntos, que se casen o no, no va a cambiar el hecho que no va haber más “papá y mamá”. Así que deja de comportarte como una niñata egoísta y malcriada y ya estás bajando a darles la enhorabuena (le ordenó Mark usando el mismo tono que utilizaba su padre cuando les daba una orden directa).
-         Pero yo no quiero que se casen (poniendo morritos)
-         Lo sé, a mí tampoco me vuelve loco la idea, pero esa decisión no está en nuestras manos, eso es cosa de ellos dos. Además el divorcio es legal en España, no hay que perder la esperanza, hermanita jajaja
-         Tonto jajaja (pero Mark logró arrancarle una sonrisa. Pedro y Cristina que habían subido justo detrás de Mark y lo habían escuchado todo desde el pasillo, decidieron entrar en ese momento).
-         Cielito (dijo Cristina sentándose entre sus dos hijos). Sé que no te hace gracia que Pedro y yo nos casemos, pero para mí es muy importante que estés allí el día de mi boda, hija. Se supone que el día de tu boda es el día más feliz de tu vida. pero el mío ya no lo va  a ser (Pedro la miró con curiosidad, Bea también). Porque el día más feliz de mi vida fue cuando nacisteis vosotros dos. Pero eso no quita que tenga que ser feliz también, y sin vosotros dos no será posible. Quiero a Pedro y él me quiere y me hace feliz, y eso será así con o sin boda. Solo es que hemos decidido que vamos a compartir durante un día nuestra felicidad celebrando una ceremonia muy especial con nuestros amigos y nuestros familiares ¿entiendes?
-         Si (dijo muy flojito y asintiendo)
-         Lo sabía, siempre has sido la más lista de la familia.
-         Eyyyy que aún estoy aquí delante (dijo Mark fingiendo estar indignado).
-         Y tú siempre has sido mi chico duro con un corazón más grande que la muralla china.
-         Oh mamá, eso ha sonado super cursi, casi prefiero lo de tonto
-         Eyyyy yo jamás te he llamado tonto, ninguno de mis hijo es tonto, quizás uno de ellos sea recalcitrantemente perezoso y flojo, pero tonto, ninguno.
-         Jo mamá ¿no sé cómo te lo haces? Pero solo tú consigues que un halago parezca una riña.
-         Jajaja años y años de práctica. Anda bajemos, y acabemos de cenar.
-         ¿y cuándo será la boda? (preguntó no muy feliz Bea pero ya más calmada)
-         Para el 10 de enero.
-         ¡tan pronto! (todos tragaron saliva esperando una segunda pataleta) ¡No hay casi tiempo para buscar un buen vestido! Mamá, mañana tenemos que ir al centro, a ver si en España tienen aguan tienda donde tengan vestidos elegantes y que no parezcan de primera comunión o de
-         De putón (dijo en voz alta Mark con naturalidad olvidando que su madre y Pedro también estaban)
-         ¡Mark!
-         ¿Qué? ¡Es verdad!
-         Anda y baja a cenar, antes que esa bocaza tuya te meta en un lio (le dijo Pedro agarrándolo del cuello de la camiseta y sacándolo de la habitación. Bea y Cristina se quedaron un rato más arriba hablando) ¿Mark?
-         ¿Sí?
-         Gracias (le dijo hablándole de tú a tú y con verdadera gratitud en la mirada)
-         No sé de qué me hablas (dijo haciéndose el tipo duro) ¿Qué hay de segundo? Porque la ensalada de pasta era más bien escasa y no estaba muy fría que digamos (Pedro rodó los ojos y sonrió)
-         Brochetas de pollo (dijo feliz Pedro).
-         ¿hay salsa teriyaki? (preguntó desde la cocina)
-         ¿No eres capaz de comerte algo sin echarle salsas? (dijo negando con la cabeza y alzando las manos al cielo)
-         Eso depende…¿lo has cocinado tú? jajaja (y empezó a echarle salsa a sus brochetas)
-         Grrrr (gruñó Pedro como gruñían los Martínez y Mark se empezó a reír de él, al darse cuenta Pedro también no tuvo más remedio que reírse).
-         ¿Sabes qué Pedro? ya sé que os voy a regalar para vuestra boda.
-         Sé que me voy a arrepentir de preguntarlo pero bueno ¿qué nos vas a regalar?
-         ¡Condones! Ni de coña te reproduces, con un Martín tenemos más que suficiente en esta casa.
-         ¿Te refieres a mi casa, verdad? (dijo alzando una ceja) Mejor te los guardas para ti los condones Marky, si por casualidades de la vida pillas algo o dejas embarazada a alguien, dígase Ana María, tu vida no valdrá un pimiento.
-         Tranqui, no pienso arruinarme la vida teniendo hijos, eso no va conmigo, jajaja.
-         No me refería a eso, Marky, me refería a cuando tu madre o tu tío Adrián se enteraran (a Mark se le cortó la risa de golpe).
-         ¿de qué hablabais? (preguntó cristina al entrar al salón con su hija del brazo)
-         De recetas culinarias (dijo Pedro riendo)
-         Si, seguro (se rió Cristina).
-         ¿Pedro? (preguntó tímidamente Beatriz) ¿significa eso que a partir de enero tendremos que llamarte papá a ti también? (aquella pregunta los dejó a todos fuera de juego)
-         Jajaja si claro “papimaestrillo” jajaja (Mark empezó a reírse como un loco).
-         ¡Mark! (le medio riñó su madre pero al ver que Bea también reía no se puso muy seria).
-         ¿Tú quieres llamarme papá? (Bea negó) entonces ya está, no te preocupes por eso nadie te va a obligar a llamarme papá o nada que tú no quieras, no va a cambiar nada, Bea, no sufras, tú serás toda la vida Beatriz Eugenia Geldof, hija de Fred Geldof y Cristina Martínez. Nuestra boda no puede cambiar lo que tú o tu hermano sois, así que no sufras (Bea se sintió un poco más aliviada).
-         ¿y yo? (dijo poniendo ojitos) ¿yo puedo llamarte papiPedro? (dijo muriéndose de risa)
-         Por supuesto, si te sientes cómodo llamándome así delante de tus compañeros de clase, por supuesto que puedes llamarme así, y yo te llamaré mi nene rebelde (Cristina y Beatriz no podían parar de reír).
-          Jajaja hijo, más vale que lo dejas, no vas a ganar nunca a Pedro en eso de retorcer las palabras, de todo el grupito de amigos de tus tíos, Pedro era famoso por su sarcasmo y su facilidad y rapidez de contestación. Jajaja (Pedro solo le sonrió y Mark dio un bufido y dio un gran mordisco a su brocheta que estaba empapada en salsa)
-          ¿Beatriz, cielo, tienes alguna pregunta más sobre la boda o sobre tu madre y yo? (le dijo de una forma muy suave Pedro)
-         Creo que no
-         Bueno si te asalta cualquier duda, no tienes más que preguntarle a tu madre o a  mí, gustosamente te aclararemos cualquier duda que te surja.
-         Sí, tengo una
-         ¿si, cielo?
-         Puedo invitar a un amigo a la boda
-         ¿Un amigo? (preguntó serio Mark)
-         Si
-         ¿Qué amigo? (le preguntó de nuevo Mark  con cara de haber olido un pedo)
-         Uno, no es asunto tuyo. Si Mark puede ir con Ana María ¿puedo ir yo con un amigo? (dijo casi protestando)
-         Claro que si cielo (dijo su madre sonriéndole sin darle más importancia pero Mark se había quedado mosca)
-         Mamá, si solo tiene 12 años, ¡que amigos ni que mierdas!
-         ¡Mark! (le amonestó Pedro mirándolo seriamente)
-         Para la boda ya tendré 13. Y mamá ha dicho que si (le sacó la lengua)
-         Ves, eres una niñata, no puedes ir con un amigo, te prohíbo que tengas amigos.
-         Mark, por favor, no seas estúpido, no puedes prohibirle a tu hermana tener amiguitos, que tú quieras ser un lobo solitario, vale. Pero a los demás nos gusta al compañía humana (le dijo su madre)
-         (Mark le echó una miradita a su hermana y le dijo flojito) ya hablaremos tú y yo de ese amigo (Bea dio bufido y lo ignoró).
-          

-         Tengo tu regalo de cumpleaños. Y te va a encantar (dijo por teléfono Ana maría mientras ojeaba una revista en su cama).
-         Ana María, no tenías que comprarme nada (dijo Mark)
-         ¡Tonterías! Es tu cumpleaños ¿Qué mierda novia sería yo si no te regalara nada?
-         Valeeee, dame una pista.
-         No
-         Venga, al menos dime si se lo podré enseñara mi madre.
-         No creo que esa no sería muy buena idea.
-         Eso promete jejeje, entonces me lo tendrás que dar a escondidas.
-         Algo así (dijo riendo y Mark ya se estaba montando toda una película en su cabecita, una película para mayores, por supuesto).
-         Estoy deseando que llegue mañana jeje (risa lasciva).
-         Yo también ¿a qué hora es la fiesta?
-         A las seis.
-         ¡Tan pronto!
-         Lo sé, mi madre aún cree que soy un niño pequeño, estoy segura que por si ella fuese contrataría payasos y castillos inflables jaja
-         Jajaja no sabes cómo te entiendo mis padres son iguales. Y tú aun tienes suerte que eres el mayor, peor yo soy la pequeña, y creo que me verán como si tuviera 4 años y coletitas toda la vida.
-         A mí me gustaría verte con coletitas (dijo con voz sexy).
-         Quizás si te portas bien… ¿oye? si la fiesta es tan pronto… ¿porque no quedamos mañana por la mañana tú y yo? Así te puedo dar el regalo, porque eso de quedar por la noche como que no ¿no?
-         Sigo castigado, el milagro es que me dejen salir durante el día.
-         Es un coñazo, Mark. Tengo novio pero no puedo salir a bailar con él joooo
-         Solo quedan unas semanas para los exámenes de recuperación, después te juro que me portaré tan bien, que mi madre no encontrará excusa para volver a castigarme, pero no te me enfades.
-         No estoy enfadada (dijo un poco triste) Solo es que, bueno, me gustaría salir contigo a bailar y cenar o cosas así ¿ya sabes lo que hacen los novios? (y dio un suspiro)
-         Siempre puedo escaparme como Romeo y Julieta, ¿eso sería suficientemente romántico para ti?
-         Romeo y Julieta no acaba bien precisamente.
-         ¿No? (dijo sorprendido Mark). Pensé que sí.  ¿Y entonces porque es mola tanto a las tías?
-         Más vale que no estuviera literatura universal en el temario, porque si no me parece que en septiembre no apruebas.
-         No, solo  literatura española jajaja Deja que le pregunte a mi madre si puedo salir mañana por la mañana. Luego te llamo (Mark colgó el teléfono y sonrió. Después fue a la habitación de Bea y le devolvió su teléfono).
-         Lo estás cogiendo por costumbre, voy a empezar a cobrarte un alquiler (le dijo Bea agarrando su teléfono de malos modos).
-         Lo siento hermanita, te prometo que un día te lo compensaré.
-         Más te vale. Porque cuando yo también tenga novio recordaré todo esto.
-         ¿tú? ¿novio? Jajaja claro mona (dijo pellizcándole la mejilla. Y Bea le sonrió de una forma que le puso los pelos de gallina. Entonces recordó lo del amigo ese que quería invitar a la boda) ¿Por qué tú no tienes novio, verdad? Si tuvieras novio me lo dirías ¿verdad?
-         Por su puesto hermanito (dijo con sarcasmo y dándole golpecitos en la espalda) Tú serías el primero en saberlo (y asintió con la cabeza).
-         Mira Bea, eres muy inocente aún, los chicos somos todos unos cerdos, quizás vayan en plan modosito pero te aseguro yo que hasta el más santo de todos quiere lo mismo (dijo encendiéndose a medida que hablaba. Ahora que no estaba su padre era su deber proteger y advertir a su hermanita de los peligros de la vida).
-         Oye que no sea como las españolas, no significa que me haya caído de un guindo, no estoy interesada en eso (dijo poniendo cara de asco) pero si lo estuviera, créeme tendría mucha más cabeza que la que tienes tú.
-         Jajaja si claro (dijo saliendo de la habitación y Bea le tiró la almohada para que dejara de reírse, pero eso solo hizo que se riera más. Mark bajó a la planta de abajo).
-         Llegas tarde (dijo mirando el reloj)
-         ¡Joder! Pedro estamos en cas si empiezo 20 minutos más tarde no pasa nada después acabo 20m más tarde ¿no? ¡Relájate un poco hombre!
-         ¡Esa boca, Mark! Me empiezo a cansar mucho de tener que oír ese lenguaje tan vulgar día sí día también en mi propia casa. Y yo estoy muy relajado, Mark, Eres tú el que debería de estar un poco más preocupado en dos semanas son los exámenes de septiembre y aún te veo muy pez en algunos temas.
-         Los dos sabemos que voy a suspender ¿qué más da? (Cristina que estaba en el sofá leyendo un libro se giró para mirar a su hijo).
-         ¿Cómo qué más da? Estamos hablando de tu futuro, Mark. Además ¿no querrás que todo el trabajo y esfuerzo de estos dos últimos meses no hayan valido nada porque decidiste flojear a último momento?
-         ¿Y si quiero? (dijo un poco chulito. A Pedro se le hinchó la vena de la yugular).
-         Entonces, hijo (saltó Cristina). Míralo de esta forma. Si suspendes por flojo yo tendré que ponerme dura. Y puede que Pedro tenga la mano más dura que yo, pero te aseguro, hijo, que no hay nada más retorcido que una madre pensando castigos (y tras esa advertencia Cristina volvió a su libro).
-         Bufff (dio un bufido, intento aparentar que nada de aquello le afectaba, pero lo cierto es que su madre le había puesto el miedo en el cuerpo).
-         Ya has oído a tu madre, si no lo haces por tu propio beneficio, hazlo porque si te castiga no podrás salir, ni hablar por teléfono con nadie (pedro se acercó a la oreja de Mark y le dijo muy flojito) ni siquiera por el teléfono de tu hermana (Y Mark tragó saliva).Venga siéntate y abre el libro por la lección que íbamos, hoy estudiarás una hora más por el retraso.
-         ¿Qué? (dijo Indignado)
-         ¿O si lo prefieres también puedo darte un zapatillazo por cada minuto de retraso? (Mark puso morros y se sentó en la mesa del salón y sacó los libros y el material de la escuela). Muy bien (dijo sentándose a su lado) vamos a repasar un poco la lección de ayer y nos ponemos con el tema 21.
-         Grrrr
-         ¡Mark! (le advirtió Pedro pero no muy enfadado. Y Mark dejó de refunfuñar. Mark Y Pedro estuvieron trabajando durante tres horas muy duro) Ok, la hora que me debes la haremos después de cenar.
-         Joooo, mejor la hacemos después del almuerzo.
-         No, Mark, yo también tengo obligaciones ¿sabes? A parte de darte clases particulares mientras aguanto tu mal humor y tus pocas ganas tengo una vida.
-         ¿mamá y tú salís?
-         Si, mañana es tu cumple y aún tenemos algunas últimas compras que hacer.
-         ¿No me habéis comprado aún el regalo?
-         ¿regalo? (Mark abrió mucho los ojos y lo miró atónito. Y entonces Pedro empezó a reírse) hace semanas que te lo compramos, peto está a buen recaudo.
-         ¿Y qué es?
-         Los regalos son sorpresa Mark (dijo su madre quitando los libros de la mesa para poder poner el mantel). ¡BEA! (gritó) ¿SE PUEDE SABER PORQUE ESTOY PONIENDO YO LA MESA CUANDO TE TOCABA A TI? (gritaba Cristina des del piso de abajo mirando hacia la escalera. Pedro la estaba fulminando con la mirada. ¿Por qué narices tenían que ser los Martínez tan y tan escandalosos?)
-         AHORA NO PUEDO MAMÁ, BAJO EN 5 MINUTOOOOOS (Pedro se tapó las manos con ambas manos).
-         DE ACUERDO, PERO LA MESA TE ESTARÁ ESPERANDO (volvió a chillar y después al ver la cara de Pedro se rió).Venga Mark, cielo, quita todo esto del medio y ve a lavarte las manos.
-         Mamá ¿mañana por la mañana me necesitas?
-         ¿por qué?
-         Como mi cumple es mañana, y Pedro me ha dicho ya que por ser mi cumple no hay lección ni… (quería decir reglazos) bueno me preguntaba ¿si podía ir a la piscina? Solo he ido un par de veces este año y fue en casa del tío Adri.
-         ¿vas solo?
-         Mamaaaa (dijo indignado)
-         Eso responde mi pregunta (respiró hondo) hijo, os vais a ver en la fiesta de la tarde.
-         Si, con toda la familia, ¡Con los abuelos! (exclamó escandalizado Mark. Cristina se puso en la piel de su hijo y al fin y al cabo era su cumpleaños). De acuerdo, pero te quiero antes de las cuatro en casa. Pobre de ti que llegues ni un segundo más tarde, porque sino va a ser un cumpleaños muy sentido, Marky ¿hablé claro?
-         Cristalino, mamá (y le dio un besazo) ¡Eres la mejor madre del mundo! (y corrió al piso de arriba).
-         No debería dejarle, sé perfectamente lo que van a hacer esos dos, y …
-         Cristina, shhhhh cariño, cálmate, tiene 15 años, las hormonas dictan el 97% de todos sus actos. Pero Ana María, es una chica y las chicas.
-         ¡Oh, que bobo que eres a veces Pedro, de verdad! (dijo Cristina negando con la cabeza) ¡Las chicas somos un millón de veces peores que vosotros, pero lo que pasa es que somos un millón de veces más discretas también! Te aseguro que cuando Bea tenga su primer noviete lo más seguro es que ni nos enteremos. ¡Por dios! Mi madre sigue pensando que Fred fue el primer chico con quien me acosté
-         ¿Y no lo fue?
-         Jajaja ¡Ves! Como llevo razón, somos un millón de veces más discretas (dijo refunfuñando mientras iba a la cocina para apagar el horno. Pedro la siguió como un cachorrito)
-         ¿Y quién fue?
-         No juguemos a ese juego Pedro, que uno puede salir muy chamuscado (dijo advirtiéndole). Yo no te pregunto por las mujeres que hubieron antes de mí. Y tú no me preguntas por los hombres que hubieron antes de ti.
-         ¿hombres? ¿más de uno? ¿cuántos?
-         Peeeeedro
-         ¿qué yo te digo cuantas (Cristina le puso un dedo en la boca para que callara)
-         No me interesa Pedro, en serio, ni lo más mínimo (dijo Cristina dejándolo con la palabra en la boca y sacando las costillas y las patatas del horno). 

3 comentarios:

  1. AAAAH!! no me puedes dejar asi!!!
    Esta buenisima, adoro este relato! cada vez estoy con menos uñas por tener que esperar una actualizacion
    Por favor que sea infinita! jajajaja
    Te felicito Little :D

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  2. ups! el antiguo comentario era mio :$ jejeje nuevamente te pido que continues :)

    Chu

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  3. SI SOY UN ADOLESCENTE REBELDE LISURIENTO Y RESPONDON. MI ABUELA ME LO QUITA CON FUERTES NALGADAS Y DOLOROSAS CACHETADAS

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