Habían
pasado dos semanas en la casa del pueblo y había estado genial para
desconectar, pero debía confesar que Pedro llevaba un poco de razón sus
sobrinas podían ser un poco consentidas. Y estaba deseando llegar a casa para
tener un poco de paz, las niñas eran agotadoras, tenían un afán de protagonismo
y querían que todos constantemente estuvieran por ellas. Tenían 7 año aquello
era gracioso pero hasta Grace que tenía 5 sabía que solo un ratito después ya
cansa. Así que nada más cruzar el umbral de la puerta dejó tirada la maleta en
la entrada y se fue a estirar al sofá.
La
primera semana con Pedro fue genial, no es como si se hubieran ido de viaje a
un lugar exótico o romántico, pero era como ser una parejita de enamorados
aprovechando el viaje de los papis para estar un par de días asolas en casa. Fue
muy bonito. Pero la segunda ya llegaron los niños. Y con los niños se acabó el
idílico remanso de paz. Y Cristina no solo tuvo que batallar con los niños sino
también con sus padres. Se sentía como si volviera a tener trece años. Lo cierto es que al
tercer día estaba ya de un humor de perros. Mark no estaba mucho mejor, ya que aunque
la regla no había viajado con ellos, Pedro encontró un sustituto muy viable, y
las 5 nalgadas matutinas también regresaron. ¿Quién iba a pensar que una pala
de ping-pong podía usarse para eso? seguro que el inventor del tenis mesa nunca
se le ocurrió. A menos que fuera un maldito sádico con mucho tiempo libre y
pasión por las pelotitas. Así que Mark tampoco estaba muy contento que digamos
y encima iba a estar una semana entera sin poder hablar con Ana María. Porque
su madre nada más verlo la primera vez con el teléfono se lo confiscó al
momento y le dio con la zapatilla por agarrar de nuevo el teléfono sin su
permiso.
Para
Mark aquello era extra mortificante, porque toda la casa se enteraba que le
habían zurrado, así que se pasaba el resto del día rehuyendo a todo el mundo.
Estaba cabreado con su madre y con Pedro porque no podían dejarle un poco de
dignidad y perdonarle esa semana. Claro que como le recordó Pedro, la semana
que pasó con los abuelos no hubo castigo y estaba muy tentado de darle esas 35
de una sola vez si seguía agriándoles a todos las vacaciones con esa actitud
tan nefasta. Aquella advertencia/amenaza
sirvió para que Mark se mostrara un poco más afable, pero tampoco una
locura, no vayan a pensarse.
Bea
por su parte, estaba ejerciendo de “hermana mayor” con las mellizas, era
genial, peinarlas, vestirlas, jugar con ellas…y sobre todo era genial que la
veneraran como a una diosa. Ya se había dado cuenta con las hijas de su tío
Juan, que la seguían e imitaba en todo y no querían separarse de ellas. Pero
las mellizas no eran muy diferentes, exceptuando que eran cansinamente
competitivas y se habían empecinado que ellas serían sus primas favoritas y se
pasaban todo el día detrás de ellas como pollitos. Bea no le importaba en
absoluto, las veía muy graciosas, porque a diferencia de sus primas Teresa y
Laura, las mellizas tenían más chispa y eran más espabiladas, siempre iban con
segundas. Además hablaban como si fueran adultas y eso le hacía mucha gracia a
Bea, porque hubo en un par de ocasiones que hasta ellas le aconsejaban que
hacer o que decir.
Pedro
por su parte repartía el tiempo entre Cristina, Mark y Bea y su ahijado. Pedro
adoraba a su ahijado, para él era el ejemplo de niño alegre, simpático, de buen
corazón, y bien educado. Era siempre agradable llevárselo a sitios o pasar un
buen rato construyendo algo. Pablo había salido a su madre en eso, era muy
mañoso, y de un tiempo a esta parte parecía obsesionado con las maquetas.
Obsesión que su padrino alimentaba trayéndole una nueva cada vez que lo visitaba.
Pablo por supuesto, encantadísimo de que alguien le prefiriera a él que a las
mellizas y no podía ocultar querer monopolizar un poco a Pedro y a Mark.
-
Si,
al fin en casa (dijo Pedro agarrando la maleta de
Cristina y quitándola del medio temporalmente).
-
Han
estado bien, peor ya tenía ganas de regresar.
-
Lo
mismo digo cielo (se tumbó a su lado en el sofá y
la besó en el cuello).
-
Me
voyyyyy (dijo pasando como un ciclón Mark.
Cristina se miró el reloj eran las siete y media de la tarde).
-
¡Alto
ahí! ¿Dónde crees que vas? (le dijo Cristina
girándose para mirar a su hijo, que se había cambiado en una nano-milésima de
segundo).
-
Voy
a ver a Ana María un ratito y vuelvo.
-
Cielo,
acabamos de llegar, ya al verás mañana.
-
No,
pasa nada, no estoy cansado y estaré aquí antes de las 10.
-
Cielo,
hoy no, sube y ponte algo cómodo y pon la ropa sucia a lavar, de aquí a un rato
haré lavadoras.
-
Mamá,
solo será un ratito, vengaaaa
-
Mark,
ya has oído a tu madre, mañana cuando acabes de estudiar, la ves.
-
Pero
yo ya he quedado con ella, no quiero darle plantón
(dijo Mark empezando a sonar molesto).
-
Mark
(le advirtió su madre con esa mirada que echan las madres a veces que te ponen
los pelos de punta y te hielan la sangre).
-
¡No
es justo, llevo una semana sin verla ni hablar con ella! ¡Y solo va a ser un
ratito!
-
Cielo,
mañana ya la verás, y el miércoles es tu cumple, invítala a la fiesta, así
podréis pasar todo el día juntos.
-
¡Con
la familia! (le dijo a su madre como si Cristina
estuviera loca)
-
Cielo,
no es como si no la conociéramos. Adri, la conoce, Lucia, por supuesto que la
conoce, los abuelos la conocen, yo y Pedro, la conocemos. Pablo también ¿no?
-
Pero
es diferente.
-
¿por
qué cielo? (Pedro intentaba no reírse, entendía perfectamente
a que se refería Mark. Conocía demasiado bien a Miguel y a Óscar y sabían que
lo iban a mortificar con lo de la “novieta”. Lo que le pobre iluso de Mark no
sabía es que lo más seguro es que lo hicieran invitara o no a Ana María).
-
Porque
lo es, mamá, joder, lo es y punto.
-
Mark,
habla bien a tu madre (le riñó en seguida
Pedro).
-
Bueno
(dijo ya enfadado) ¿me puedo ir o qué?
-
No,
hijo, no puedes ir, es tarde acabamos de llegar de un viaje muy largo en coche,
y esta noche no se sale.
-
Pero
estaría aquí…
-
Mark,
¿no me has oído? (le dijo ya irritada Cristina) He dicho que no y es que no. Y no me
discutas que aún cobras.
-
¡No
es justo! ¡Tú solo quieres amargarme la existencia!
-
Mark,
ve a tu habitación y cuando te hayas calmado si quieres bajas.
-
¡No
me voy a calmar! (le dijo a Pedro y volvió a discutir
con su madre) Lo que a ti te pasa es que
no quieres que salga con Ana María porque te repatea que con ella sí que soy
feliz.
-
Mark!
(le rugió Pedro y apretó fuerte las mandíbulas)
-
Hijo,
no te prohibido que la veas, que podría porque soy tu madre y tienes 14 años,
solo te he dicho que hoy NO. Pero si sigues por ese camino no solo será HOY, y
además te irás calentito a la cama (dijo
Cristina).
-
No
tengo 14, tengo 15, y soy mayorcito para decidir a quién quiero ver y cuando,
que te enteres (Y Mark empezó a caminar hacía la
entrada).
-
Mark
Erwin Geldof, no des ni un paso más (dijo Cristina
levantándose velozmente del sofá, pero Mark en vez de pararse corrió hacía la
puerta y la abrió. Pedro y Cristina corrieron hacia la puerta. Cristina logró
interceptarlo justo al píe de la escalera. Lo agarró fuerte por la oreja y tiró
de él hacia casa).
-
Aaaaaaaaaaaaaau
suéltame, joder sueltaaa, que me dejes (decía
Mark intentando que su madre le soltara la oreja)
-
Sin
pellejo te voy a dejar, hijo (y retorció un poco
más la oreja y cerró la puerta tras de ellos de un portazo no la pierna)
-
Aaaaaaaaay
no para, suelta (se quejaba Mark, Cristina lo
llevó de nuevo al salón, se sentó en el sofá y se lo puso encima de su regazo).
-
Cariño
¿me puedes traer mi cepillo, por favor? (le
dijo a Pedro. Pedro lazó la ceja y negó con la cabeza, aquello había sido muy
estúpido. Con Mark era siempre igual cuando creías que estaba haciendo
progresos te salía con alguna como esa).
-
Si,
será un placer, y si necesitas la regla también te la puedo traer
(Mark giró la cabeza para mirar horrorizado a Pedro. Pero solo sirvió para que
Pedro le lanzara una mirada espeluznante. En menos de 10 segundos Pedro
regresaba y le daba el cepillo a Cristina) Aquí
tienes.
-
Gracias,
cariño (y empezó sin más a descargar el cepillo bien fuerte sobre los
pantalones de Mark) PLACK, PLACK, PLACK,
PLACK, PLACK, PLACK, PLACK, PLACK, PLACK, PLACK, PLACK, PLACK, PLACK, PLACK,
PLACK, PLACK, PLACK.
-
Arghhhhhh
noooo arghhhhhh suéltame, suéltame, auuuuu te odio, te odio auuuuu argggg
-
PLACK, PLACK, PLACK, PLACK, PLACK, PLACK, PLACK,
PLACK, PLACK, PLACK,
-
Noooooo
auuuuuu aaaaaaaaaaaaaah arghhh grrr nooo para para por favor, mamá para ya
aaaah
-
PLACK,
PLACK, PLACK, PLACK, PLACK, PLACK, PLACK, PLACK, PLACK, PLACK, PLACK, PLACK,
PLACK, PLACK, PLACK, (los azotes iban cayendo uno tras otro hasta
que Mark empezó a llorar y a balbucear palabras de perdón y arrepentimiento)
-
Nooo
lo siento auuuu no perdón, aaaaaaaaaayy perdón, nunca más lo juro aaaaau te
hare caso,aaaaau me portaré bien auuuu no mamá no más ayyyyy ya aprendí, ya
aprendí bwuaaaaaa
-
PLACK, PLACK, PLACK, PLACK, PLACK, (Cristina paró y empezó a
reñirle). Hijo, soy tu madre y me
obedeces, y si te digo que NO es que NO. Y cuando te hablo, me miras y no te
vas y me dejas con la palabra en la boca. Y NUNCA, hijo, NUNCA, VUELVAS A SALIR
ASÍ DE CASA SIN MI PERMISO. YA TIENE SUNA EDAD PARA SABER QUE NADA DE ESO ESTÁ
BIEN. PLACK, PLACK, PLACK ¿Qué es lo que quieres tener 30 años y que siga
teniendo que darte unos buenos azotes porque no sabes comportarte? Mark, es
hora que empieces a poner algo de juicio en esa cabecita tuya. Porque hijo este
año ha sido horrible para todos, y no quiero pasarme el resto de mi vida
vigilándote, riñéndote y zurrándote ¿entiendes? Creo que no te hemos educado
tan mal, creo que te enseñamos muy bien lo que está bien y lo que no. Así que
hijo, te lo pido por favor, deja de enfrentarte a mí. No soy tu enemigo. No
quiero hacerte miserable. Solo quiero lo mejor para ti y para tu hermana. Y si
te pido que te quedes es porque hemos hecho un largo viaje encoche, estamos
todos cansados y ya es tarde para quedar. Puedes quedar con Ana María otro día,
no te lo prohíbo, solo te digo que hoy no. PLACK, PLACK, PLACK, PLACK
-
Auuuuu
lo siento. Auuuu es que la quería ver
-
Lo
sé cielo, me lo imagino, pero no se acaba el mundo porque esperes un día más.
-
Snif
snif me diste muy duro.
-
¡Agarraste
la puerta y te fuiste! ¡Delante de mis morros! ¡Mark! Hijo ¿qué esperabas? ¿Qué
te dijera “niño, malo, eso no se hace” y te dejara 5 minutos de penitencia en
la esquina? ¿en serio?
-
Nooo,
pero solo quería verla un ratito
-
Hijo,
ya te he oído las cuatro o cinco últimas veces, y esto no ha sido porque
quisieras verla, ha sido por cómo me has hablado y por largarte a pesar de
decirte varias veces que no podías.
-
Lo
siento, mamá (dijo poniéndose de píe de nuevo y
sonando algo compungido aún).
-
Ok,
cielo, está bien, sube a tu habitación y descansa un rato, ya te avisaré cuando
esté la cena (Mark asintió con la cabeza y se fue
para su habitación al pasar por el lado de Pedro pudo notar la mirada de enfado
de Pedro y corrió hacia su habitación no fuera que Pedro tuviera algo que decir
también).
-
No
hace ni 10 minutos que hemos llegado y ya has tenido que zurrarle, esto debe
haber sido algún tipo de record mundial
(dijo Pedro volviéndose a sentar).
-
Y
algo me dice que no va a ser la última zurra que dé hoy
(dijo Cristina abrazándose a él agotada)
-
Sé
que te dije que de hoy no pasaba, pero si quieres se lo decimos mañana
(le dijo dulcemente Pedro). Tienes razón
ha sido un largo viaje y estamos todos cansados.
-
No,
esta noche se lo contamos (dijo decidida
Cristina, Pedro le dio un beso en la frente y se quedaron un rato los dos solos
tumbados en el sofá simplemente abrazados y dormitando).
-
Ve
a ducharte yo preparé la cena (le dijo al cabo de
una hora Pedro).
-
¿Qué
vas a hacer? Una ensalada de pasta y brochetas de pollo, tomate y piña.
-
Ummm
suena delicioso (dijo dándole un besito en la boca
y levantándose para ducharse. En cuanto Cristina se metió en la ducha Pedro
subió al piso de arriba y entró en la habitación de Mark sin picar y lo pilló
hablando por el teléfono con los pantalones bajados y las manos en la masa).
-
¡Mark!
-
¡Pedro!
¡no! ¡Sal! ¡FUERA! (dijo histérico Mark. Pedro
instintivamente salió cerrando la puerta).
-
¿puedo
entrar ya? (dijo Pedro al cabo de un minuto, pero
no obtuvo respuesta) Mark voy a entrar
(dijo y abrió la puerta. Mark le echó una mirada de puro odio) Lo siento, debí llamar, quería decirte una
cosa antes que tu madre saliera de la ducha y se me olvidó, sé que no es excusa
pero, Lo siento.
-
Debería
de hacerte lo mismo que me hiciste tú cuando entré en vuestro dormitorio
(dijo ofendido).
-
¿y
qué te parece si yo te doy esas 35 que me debes?
-
Grrrr
-
Lo
siento, de verdad, “mea culpa”. Tienes razón para estar molesto, debí llamar.
Por cierto ¿ese teléfono? (Mark bajó la mirada) ¡Trae! (dijo seco poniendo la mano.
Mark se lo entregó) Es el de tu hermana
¿te lo ha dejado?
-
Se
podría decir así.
-
Ya,
bueno, pues que no vuelva a pasar o vamos a tener que volver a repetir la
charla de ahí abajo de cuando se te dice NO es NO. Nada de móviles ni
ordenador, Mark.
-
Valeeee
(dijo tirándose en la cama y agarrando un comic).
-
Mark,
subía para decirte que esta noche durante la cena tu madre planea contaros lo
de la boda.
-
Y
quieres que finja que no lo sé ¿no?
-
No,
lo que quería era pedirte un favor.
-
¿un
favor mío?
-
Si,
¿no sé de qué te extrañas? Vamos a ser familia, las familias se hacen favores
constantemente.
-
¿de
qué se trata? (puso una mueca de disgusto).
-
Podrías…no
sé…ponerte del lado de tu madre por una vez.
-
¿De
qué demonios hablas? Yo siempre estoy del lado de mamá. Es Bea la que
-
A
eso me refiero, podrías no sé, no ponerte en plan “rebelde y chulillo” durante
la cena. Y bueno si nos ayudaras con Bea para que ella lo entienda.
-
Vale,
me portaré como un auténtico pelele pero lo de Bea es batalla perdida. La va a
montar y gorda, y si te crees que yo soy un pequeño hooligan, es porque aún no
has visto a mi hermanita en plena pataleta. Lo siento Pablo, pero cuando
empiece el espectáculo yo me subo a mi habitación, no quiero ser objeto de su
ira por accidente (dijo llevándose la mano al brazo
donde Bea lo arañó hacía poco).
-
Eso
ha sonado un poco cobarde, Mark (dijo con una risita)
-
Un
poco no, del todo. Sinceramente ahora me alegro de que mamá no me deje salir
esta noche. Así podré ser testigo del espectáculo.
-
Maaaaark
(le advirtió Pedro) primero tu madre no te deja salir de noche y punto, lo que no te dio
permiso fue para salir esta tarde. Segundo a esa actitud precisamente me
refería.
-
Tranquilo,
me comportaré, me haré el sorprendido y no diré nada en contra, pero eso es
todo.
-
Entiendo
que estés enfadado porque tu madre no te haya dejado salir esta tarde, pero
Mark no mezcles churros con meninas. Te estoy pidiendo un favor personal, no
recuerdo haberte pedido ninguno. Te he hecho de profesor, de chofer, de
cocinero, de recadero, de
-
De
padre…no te cortes dilo…te mueres de ganas
(dijo con rabia).
-
Sé
muy bien que ese no es mi papel, pero vives en mi casa, bajo mi techo y debes
acatar unas normas, y si, Mark sino las acatas, hay castigo. Pero no te
confundas eso no es ser un padre. Un padre no consiste solo en castigar y
reñir. Un padre es mucho más, es amor, es cariño, es respeto mutuo, es educar
en unos valores, dar ejemplo, intentar mejorar constantemente para dar lo mejor
a tu familia, es desvelarte por las noches porque estáis enfermos o
simplemente, estáis fuera. Es preocuparse y amar. No soy padre Mark, pero fui
hijo, y fui hijo de un gran hombre. Y aunque me preocupo e intereso por
vosotros, te lo reconozco, lo hago por Cristina, porque ella se preocupa y
desvive por vosotros. No sois mis hijos, aunque a veces os riña y os castigue,
sé muy bien que eso no me convierte en vuestro padre. Pero no te estoy pidiendo
que seas mi hijo, te estoy pidiendo que seas un buen hijo para Cristina y le
ayudes con tu hermana. Pero vuestro egoísmo nunca deja de sorprenderme. No sois
capaces de hacer el más mínimo esfuerzo si no habéis de sacar provecho. ¿Sabes
qué? Olvídalo. Tienes razón ya nos ocuparemos tu madre y yo de Bea. Muchas
gracias (dijo muy seco y cerró de un portazo la
puerta. Dejando a Mark sin poder replicarle)
Durante
la cena
-
Niños,
Pedro y yo queríamos comentaros algo (dijo Cristina
no sonando muy segura). Como ya sabéis
Pedro y yo hace ya un tiempo que salimos y bueno desde hace unos meses que
vivimos todos juntos. Y bueno estoy muy feliz porque parece que al fin las
cosas empiezan a funcionar un poquito mejor entre todos. Y bueno cuando dos
adultos se quieren mucho y viven juntos y funciona (Cristina estaba
realmente asustada y se le veía)
-
¡Estás
embarazada! (Saltó Bea con cara de terror)
-
¿Qué?
¡No! ¡No! ¡No, absolutamente no!, no estoy embarazada
(dijo también en pánico Cristina. Bea respiró hondo y Mark hizo auténticos
esfuerzos para no reírse). Lo que
queríamos deciros es que bueno Pedro y yo…que Pedro me ha pedido que…me ha
pedido que nos casemos y yo le eh dicho que sí.
-
¡QUÉ!
(gritó Bea enfurecida y levantándose de la silla).
-
Beatriz,
cielo, siéntate (le pidió su madre)
-
No,
no pienso sentarme. Ya estáis viviendo juntos, tú no crees en el matrimonio
¿Por qué coño tienes que casarte con él?
(dijo furiosa apuntando a Pedro sin ni mirarlo).
-
Beatriz,
esa boca, estamos en la mesa (dijo pedro sin ni
pensar).
-
¡Cállate!
No estoy hablando contigo (dijo como si fuera un
pitbull o algo así).
-
¡Beatriz!
(le llamó la atención su madre).
-
Si
te casas con él, no te hablaré nunca más (dijo
y se levantó de la mesa y subió a su habitación corriendo. Mark dejó con toda
su parsimonia la servilleta encima la mesa y se levantó también).
-
Mark,
hijo, dime algo (le agarró por el brazo
deteniéndolo).
-
No
pienso ser el chico de los pétalos (dijo mirando a
su madre con una media sonrisa). Voy a
hablar con tu hija. Entre egoístas nos entendemos (soltó ese último
comentario a su madre pero iba dirigido a Pedro y subió al piso de arriba)
-
¡VETE!
(Bea le tiró un cojín a la cara nada más entrar en la habitación).
-
Tiras
como una nena (dijo dándole un cojinazo suave con
el cojín que le había lanzado y sentándose a su lado en la cama).
-
No
quiero hablar con nadie.
-
Venga
Bea, no seas tonta, ese berrinche es de niña de 4 años, no de 12.
-
¡Muerte!
No te hablo
-
En
algún momento, pero no planeo nada a corto/medio plazo. Beaaaaa
(le suplicó su hermano) vengaaaa
mirameeee. Soy yo Mark, el mejor hermano mayor del mundo, y él más guapo, y el
más listo y el más…
-
Burro
-
¿creí
que no me hablabas? Jajaja
-
Maaaark,
hablo en serio, déjame sola.
-
Mira
Bea, mamá quiere a ese gafitas flacucho. Créeme soy el más sorprendido que
nuestra madre pueda fijarse en un tipo como ese. Ella se merece mucho más que
un maestrillo de escuela. Pero uno no elige de quien se enamora. Y mamá le
quiere mucho y Pedro se ve a la legua que también la quiere. Se porta bien con
ella, la cuida, la hace reír, la escucha, ya sabes todas esas gilipolleces que
a las tías os gustan tanto. Deberías de alegrarte de que haya alguien que haga
feliz a mamá.
-
Papá
hacía feliz a mamá (Mark respiró hondo gustosamente le
habría dicho que la hacía feliz a base de mentiras pero supo morderse la
lengua).
-
Sí,
pero eso ya pasó, y ambos sabemos que papá y mamá no volverán a estar juntos
nunca jamás.
-
Eso
no lo sabes, nunca digas nunca jamás.
-
Eso
queda muy bonita en las letras de las cursi-canciones que escuchas pero no es
así. Yo jamás volveré a tener dientes de leche y tú jamás volverás a tener
apéndice.
-
No
es lo mismo.
-
No,
no lo es, pero sabes que mamá y papá no volverán, no es algo pasajero. No es
que estén enfadados, mamá ya perdonó a papá hace tiempo. Pero ahora mamá quiere
a Pedro y Pedro están ñoña como tú y cree en esa cursilada de las bodas y de
fueron felices comieron perdices. Y si mamá no cree en esas formalidades
pomposas e innecesarias pero cuando quieres a una persona haces cosas que no te
gustan mucho solo para hacerla feliz. Yo odio ir de compras y des de que salgo
con Ana María que no hay tarde que no vayamos al centro comercial. Y lo hago
porque
-
Porque
quieres follártela
-
¡Beatriz!
(le riñó su hermano)
-
Pero
es cierto (dijo a la defensiva).
-
Pues
tu madre quiere follarse a Pedro y se casa para poder seguir haciéndolo.
-
¡Puaaaaaaaaj
eres un cerdo, Mark!
-
Si,
vale, a mí también me repugna la sola idea de tenerlo en cuenta, pero es lo que
hay se quieren, viven juntos, se acuestan juntos, que se casen o no, no va a
cambiar el hecho que no va haber más “papá y mamá”. Así que deja de comportarte
como una niñata egoísta y malcriada y ya estás bajando a darles la enhorabuena
(le ordenó Mark usando el mismo tono que utilizaba su padre cuando les daba una
orden directa).
-
Pero
yo no quiero que se casen (poniendo morritos)
-
Lo
sé, a mí tampoco me vuelve loco la idea, pero esa decisión no está en nuestras
manos, eso es cosa de ellos dos. Además el divorcio es legal en España, no hay
que perder la esperanza, hermanita jajaja
-
Tonto
jajaja (pero Mark logró arrancarle una
sonrisa. Pedro y Cristina que habían subido justo detrás de Mark y lo habían
escuchado todo desde el pasillo, decidieron entrar en ese momento).
-
Cielito
(dijo Cristina sentándose entre sus dos hijos). Sé que no te hace gracia que Pedro y yo nos casemos, pero para mí es
muy importante que estés allí el día de mi boda, hija. Se supone que el día de
tu boda es el día más feliz de tu vida. pero el mío ya no lo va a ser (Pedro la miró con curiosidad, Bea
también). Porque el día más feliz de mi
vida fue cuando nacisteis vosotros dos. Pero eso no quita que tenga que ser
feliz también, y sin vosotros dos no será posible. Quiero a Pedro y él me
quiere y me hace feliz, y eso será así con o sin boda. Solo es que hemos
decidido que vamos a compartir durante un día nuestra felicidad celebrando una
ceremonia muy especial con nuestros amigos y nuestros familiares ¿entiendes?
-
Si
(dijo muy flojito y asintiendo)
-
Lo
sabía, siempre has sido la más lista de la familia.
-
Eyyyy
que aún estoy aquí delante (dijo Mark fingiendo
estar indignado).
-
Y
tú siempre has sido mi chico duro con un corazón más grande que la muralla
china.
-
Oh
mamá, eso ha sonado super cursi, casi prefiero lo de tonto
-
Eyyyy
yo jamás te he llamado tonto, ninguno de mis hijo es tonto, quizás uno de ellos
sea recalcitrantemente perezoso y flojo, pero tonto, ninguno.
-
Jo
mamá ¿no sé cómo te lo haces? Pero solo tú consigues que un halago parezca una
riña.
-
Jajaja
años y años de práctica. Anda bajemos, y acabemos de cenar.
-
¿y
cuándo será la boda? (preguntó no muy feliz
Bea pero ya más calmada)
-
Para
el 10 de enero.
-
¡tan
pronto! (todos tragaron saliva esperando una
segunda pataleta) ¡No hay casi tiempo
para buscar un buen vestido! Mamá, mañana tenemos que ir al centro, a ver si en
España tienen aguan tienda donde tengan vestidos elegantes y que no parezcan de
primera comunión o de
-
De
putón (dijo en voz alta Mark con naturalidad
olvidando que su madre y Pedro también estaban)
-
¡Mark!
-
¿Qué?
¡Es verdad!
-
Anda
y baja a cenar, antes que esa bocaza tuya te meta en un lio
(le dijo Pedro agarrándolo del cuello de la camiseta y sacándolo de la habitación.
Bea y Cristina se quedaron un rato más arriba hablando) ¿Mark?
-
¿Sí?
-
Gracias
(le dijo hablándole de tú a tú y con verdadera gratitud en la mirada)
-
No
sé de qué me hablas (dijo haciéndose el
tipo duro) ¿Qué hay de segundo? Porque
la ensalada de pasta era más bien escasa y no estaba muy fría que digamos
(Pedro rodó los ojos y sonrió)
-
Brochetas
de pollo (dijo feliz Pedro).
-
¿hay
salsa teriyaki? (preguntó desde la cocina)
-
¿No
eres capaz de comerte algo sin echarle salsas? (dijo
negando con la cabeza y alzando las manos al cielo)
-
Eso
depende…¿lo has cocinado tú? jajaja (y empezó a
echarle salsa a sus brochetas)
-
Grrrr
(gruñó Pedro como gruñían los Martínez y Mark se empezó a reír de él, al darse
cuenta Pedro también no tuvo más remedio que reírse).
-
¿Sabes
qué Pedro? ya sé que os voy a regalar para vuestra boda.
-
Sé
que me voy a arrepentir de preguntarlo pero bueno ¿qué nos vas a regalar?
-
¡Condones!
Ni de coña te reproduces, con un Martín tenemos más que suficiente en esta casa.
-
¿Te
refieres a mi casa, verdad? (dijo alzando una ceja) Mejor te los guardas para ti los condones
Marky, si por casualidades de la vida pillas algo o dejas embarazada a alguien,
dígase Ana María, tu vida no valdrá un pimiento.
-
Tranqui,
no pienso arruinarme la vida teniendo hijos, eso no va conmigo, jajaja.
-
No
me refería a eso, Marky, me refería a cuando tu madre o tu tío Adrián se
enteraran (a Mark se le cortó la risa de golpe).
-
¿de
qué hablabais? (preguntó cristina al entrar al
salón con su hija del brazo)
-
De
recetas culinarias (dijo Pedro riendo)
-
Si,
seguro (se rió Cristina).
-
¿Pedro?
(preguntó tímidamente Beatriz) ¿significa eso que a partir de enero tendremos que llamarte papá a ti
también? (aquella pregunta los dejó a todos fuera de juego)
-
Jajaja
si claro “papimaestrillo” jajaja (Mark empezó a reírse
como un loco).
-
¡Mark!
(le medio riñó su madre pero al ver que Bea también reía no se puso muy seria).
-
¿Tú quieres llamarme
papá? (Bea negó) entonces ya está, no te
preocupes por eso nadie te va a obligar a llamarme papá o nada que tú no
quieras, no va a cambiar nada, Bea, no sufras, tú serás toda la vida Beatriz
Eugenia Geldof, hija de Fred Geldof y Cristina Martínez. Nuestra boda no puede
cambiar lo que tú o tu hermano sois, así que no sufras (Bea se sintió un
poco más aliviada).
-
¿y
yo? (dijo poniendo ojitos) ¿yo puedo llamarte papiPedro? (dijo
muriéndose de risa)
-
Por
supuesto, si te sientes cómodo llamándome así delante de tus compañeros de clase,
por supuesto que puedes llamarme así, y yo te llamaré mi nene rebelde (Cristina
y Beatriz no podían parar de reír).
-
Jajaja hijo, más vale que lo dejas, no vas a
ganar nunca a Pedro en eso de retorcer las palabras, de todo el grupito de
amigos de tus tíos, Pedro era famoso por su sarcasmo y su facilidad y rapidez
de contestación. Jajaja (Pedro solo le sonrió
y Mark dio un bufido y dio un gran mordisco a su brocheta que estaba empapada
en salsa)
-
¿Beatriz, cielo, tienes alguna pregunta más
sobre la boda o sobre tu madre y yo? (le dijo de una
forma muy suave Pedro)
-
Creo
que no
-
Bueno
si te asalta cualquier duda, no tienes más que preguntarle a tu madre o a mí, gustosamente te aclararemos cualquier
duda que te surja.
-
Sí,
tengo una
-
¿si,
cielo?
-
Puedo
invitar a un amigo a la boda
-
¿Un
amigo? (preguntó serio Mark)
-
Si
-
¿Qué
amigo? (le preguntó de nuevo Mark con cara de haber olido un pedo)
-
Uno,
no es asunto tuyo. Si Mark puede ir con Ana María ¿puedo ir yo con un amigo?
(dijo casi protestando)
-
Claro
que si cielo (dijo su madre sonriéndole sin darle
más importancia pero Mark se había quedado mosca)
-
Mamá,
si solo tiene 12 años, ¡que amigos ni que mierdas!
-
¡Mark!
(le amonestó Pedro mirándolo seriamente)
-
Para
la boda ya tendré 13. Y mamá ha dicho que si
(le sacó la lengua)
-
Ves,
eres una niñata, no puedes ir con un amigo, te prohíbo que tengas amigos.
-
Mark,
por favor, no seas estúpido, no puedes prohibirle a tu hermana tener amiguitos,
que tú quieras ser un lobo solitario, vale. Pero a los demás nos gusta al compañía
humana (le dijo su madre)
-
(Mark le echó una
miradita a su hermana y le dijo flojito) ya
hablaremos tú y yo de ese amigo (Bea dio bufido y lo ignoró).
-
-
Tengo
tu regalo de cumpleaños. Y te va a encantar (dijo
por teléfono Ana maría mientras ojeaba una revista en su cama).
-
Ana
María, no tenías que comprarme nada (dijo Mark)
-
¡Tonterías!
Es tu cumpleaños ¿Qué mierda novia sería yo si no te regalara nada?
-
Valeeee,
dame una pista.
-
No
-
Venga,
al menos dime si se lo podré enseñara mi madre.
-
No
creo que esa no sería muy buena idea.
-
Eso
promete jejeje, entonces me lo tendrás que dar a escondidas.
-
Algo
así (dijo riendo y Mark ya se estaba
montando toda una película en su cabecita, una película para mayores, por
supuesto).
-
Estoy
deseando que llegue mañana jeje (risa lasciva).
-
Yo
también ¿a qué hora es la fiesta?
-
A
las seis.
-
¡Tan
pronto!
-
Lo
sé, mi madre aún cree que soy un niño pequeño, estoy segura que por si ella
fuese contrataría payasos y castillos inflables jaja
-
Jajaja
no sabes cómo te entiendo mis padres son iguales. Y tú aun tienes suerte que
eres el mayor, peor yo soy la pequeña, y creo que me verán como si tuviera 4
años y coletitas toda la vida.
-
A
mí me gustaría verte con coletitas (dijo con voz
sexy).
-
Quizás
si te portas bien… ¿oye? si la fiesta es tan pronto… ¿porque no quedamos mañana
por la mañana tú y yo? Así te puedo dar el regalo, porque eso de quedar por la
noche como que no ¿no?
-
Sigo
castigado, el milagro es que me dejen salir durante el día.
-
Es
un coñazo, Mark. Tengo novio pero no puedo salir a bailar con él joooo
-
Solo
quedan unas semanas para los exámenes de recuperación, después te juro que me
portaré tan bien, que mi madre no encontrará excusa para volver a castigarme,
pero no te me enfades.
-
No
estoy enfadada (dijo un poco triste) Solo es que, bueno, me gustaría salir
contigo a bailar y cenar o cosas así ¿ya sabes lo que hacen los novios? (y
dio un suspiro)
-
Siempre
puedo escaparme como Romeo y Julieta, ¿eso sería suficientemente romántico para
ti?
-
Romeo
y Julieta no acaba bien precisamente.
-
¿No?
(dijo sorprendido Mark). Pensé que sí. ¿Y entonces porque
es mola tanto a las tías?
-
Más
vale que no estuviera literatura universal en el temario, porque si no me
parece que en septiembre no apruebas.
-
No,
solo literatura española jajaja Deja que
le pregunte a mi madre si puedo salir mañana por la mañana. Luego te llamo (Mark
colgó el teléfono y sonrió. Después fue a la habitación de Bea y le devolvió su
teléfono).
-
Lo
estás cogiendo por costumbre, voy a empezar a cobrarte un alquiler
(le dijo Bea agarrando su teléfono de malos modos).
-
Lo
siento hermanita, te prometo que un día te lo compensaré.
-
Más
te vale. Porque cuando yo también tenga novio recordaré todo esto.
-
¿tú?
¿novio? Jajaja claro mona (dijo pellizcándole la
mejilla. Y Bea le sonrió de una forma que le puso los pelos de gallina.
Entonces recordó lo del amigo ese que quería invitar a la boda) ¿Por qué tú no tienes novio, verdad? Si
tuvieras novio me lo dirías ¿verdad?
-
Por
su puesto hermanito (dijo con sarcasmo y
dándole golpecitos en la espalda) Tú
serías el primero en saberlo (y asintió con la cabeza).
-
Mira
Bea, eres muy inocente aún, los chicos somos todos unos cerdos, quizás vayan en
plan modosito pero te aseguro yo que hasta el más santo de todos quiere lo
mismo (dijo encendiéndose a medida que
hablaba. Ahora que no estaba su padre era su deber proteger y advertir a su
hermanita de los peligros de la vida).
-
Oye
que no sea como las españolas, no significa que me haya caído de un guindo, no
estoy interesada en eso (dijo poniendo cara de
asco) pero si lo estuviera, créeme
tendría mucha más cabeza que la que tienes tú.
-
Jajaja
si claro (dijo saliendo de la habitación y Bea
le tiró la almohada para que dejara de reírse, pero eso solo hizo que se riera
más. Mark bajó a la planta de abajo).
-
Llegas
tarde (dijo mirando el reloj)
-
¡Joder!
Pedro estamos en cas si empiezo 20 minutos más tarde no pasa nada después acabo
20m más tarde ¿no? ¡Relájate un poco hombre!
-
¡Esa
boca, Mark! Me empiezo a cansar mucho de tener que oír ese lenguaje tan vulgar
día sí día también en mi propia casa. Y yo estoy muy relajado, Mark, Eres tú el
que debería de estar un poco más preocupado en dos semanas son los exámenes de
septiembre y aún te veo muy pez en algunos temas.
-
Los
dos sabemos que voy a suspender ¿qué más da? (Cristina
que estaba en el sofá leyendo un libro se giró para mirar a su hijo).
-
¿Cómo
qué más da? Estamos hablando de tu futuro, Mark. Además ¿no querrás que todo el
trabajo y esfuerzo de estos dos últimos meses no hayan valido nada porque
decidiste flojear a último momento?
-
¿Y
si quiero? (dijo un poco chulito. A Pedro se le
hinchó la vena de la yugular).
-
Entonces,
hijo (saltó Cristina). Míralo de esta forma. Si suspendes por flojo yo tendré que ponerme
dura. Y puede que Pedro tenga la mano más dura que yo, pero te aseguro, hijo,
que no hay nada más retorcido que una madre pensando castigos (y tras esa
advertencia Cristina volvió a su libro).
-
Bufff
(dio un bufido, intento aparentar que nada de aquello le afectaba, pero lo
cierto es que su madre le había puesto el miedo en el cuerpo).
-
Ya
has oído a tu madre, si no lo haces por tu propio beneficio, hazlo porque si te
castiga no podrás salir, ni hablar por teléfono con nadie
(pedro se acercó a la oreja de Mark y le dijo muy flojito) ni siquiera por el teléfono de tu hermana (Y Mark tragó saliva).Venga siéntate y abre el libro por la
lección que íbamos, hoy estudiarás una hora más por el retraso.
-
¿Qué?
(dijo Indignado)
-
¿O
si lo prefieres también puedo darte un zapatillazo por cada minuto de retraso? (Mark
puso morros y se sentó en la mesa del salón y sacó los libros y el material de
la escuela). Muy bien (dijo sentándose a su lado) vamos a repasar un poco la lección de ayer y nos ponemos con el tema
21.
-
Grrrr
-
¡Mark!
(le advirtió Pedro pero no muy enfadado. Y Mark dejó
de refunfuñar. Mark Y Pedro estuvieron trabajando durante tres horas muy duro) Ok, la hora que me debes la haremos
después de cenar.
-
Joooo,
mejor la hacemos después del almuerzo.
-
No,
Mark, yo también tengo obligaciones ¿sabes? A parte de darte clases
particulares mientras aguanto tu mal humor y tus pocas ganas tengo una vida.
-
¿mamá
y tú salís?
-
Si,
mañana es tu cumple y aún tenemos algunas últimas compras que hacer.
-
¿No
me habéis comprado aún el regalo?
-
¿regalo?
(Mark abrió mucho los ojos y lo miró atónito. Y entonces Pedro empezó a reírse)
hace semanas que te lo compramos, peto
está a buen recaudo.
-
¿Y
qué es?
-
Los
regalos son sorpresa Mark (dijo su madre
quitando los libros de la mesa para poder poner el mantel). ¡BEA! (gritó) ¿SE PUEDE SABER PORQUE ESTOY
PONIENDO YO LA MESA CUANDO TE TOCABA A TI? (gritaba Cristina des del piso
de abajo mirando hacia la escalera. Pedro la estaba fulminando con la mirada.
¿Por qué narices tenían que ser los Martínez tan y tan escandalosos?)
-
AHORA
NO PUEDO MAMÁ, BAJO EN 5 MINUTOOOOOS (Pedro se tapó
las manos con ambas manos).
-
DE
ACUERDO, PERO LA MESA TE ESTARÁ ESPERANDO (volvió
a chillar y después al ver la cara de Pedro se rió).Venga Mark, cielo, quita todo esto del medio y ve a lavarte las manos.
-
Mamá
¿mañana por la mañana me necesitas?
-
¿por
qué?
-
Como
mi cumple es mañana, y Pedro me ha dicho ya que por ser mi cumple no hay
lección ni… (quería decir reglazos) bueno me preguntaba ¿si podía ir a la
piscina? Solo he ido un par de veces este año y fue en casa del tío Adri.
-
¿vas
solo?
-
Mamaaaa
(dijo indignado)
-
Eso
responde mi pregunta (respiró hondo) hijo, os vais a ver en la fiesta de la
tarde.
-
Si,
con toda la familia, ¡Con los abuelos! (exclamó
escandalizado Mark. Cristina se puso en la piel de su hijo y al fin y al cabo
era su cumpleaños). De acuerdo, pero te quiero
antes de las cuatro en casa. Pobre de ti que llegues ni un segundo más tarde, porque
sino va a ser un cumpleaños muy sentido, Marky ¿hablé claro?
-
Cristalino,
mamá (y le dio un besazo) ¡Eres la mejor madre del mundo! (y
corrió al piso de arriba).
-
No
debería dejarle, sé perfectamente lo que van a hacer esos dos, y …
-
Cristina,
shhhhh cariño, cálmate, tiene 15 años, las hormonas dictan el 97% de todos sus
actos. Pero Ana María, es una chica y las chicas.
-
¡Oh,
que bobo que eres a veces Pedro, de verdad! (dijo
Cristina negando con la cabeza) ¡Las
chicas somos un millón de veces peores que vosotros, pero lo que pasa es que
somos un millón de veces más discretas también! Te aseguro que cuando Bea tenga
su primer noviete lo más seguro es que ni nos enteremos. ¡Por dios! Mi madre
sigue pensando que Fred fue el primer chico con quien me acosté
-
¿Y
no lo fue?
-
Jajaja
¡Ves! Como llevo razón, somos un millón de veces más discretas
(dijo refunfuñando mientras iba a la cocina para apagar el horno. Pedro la
siguió como un cachorrito)
-
¿Y
quién fue?
-
No
juguemos a ese juego Pedro, que uno puede salir muy chamuscado (dijo
advirtiéndole). Yo no te pregunto por
las mujeres que hubieron antes de mí. Y tú no me preguntas por los hombres que
hubieron antes de ti.
-
¿hombres?
¿más de uno? ¿cuántos?
-
Peeeeedro
-
¿qué
yo te digo cuantas (Cristina le puso un dedo en la
boca para que callara)
AAAAH!! no me puedes dejar asi!!!
ResponderBorrarEsta buenisima, adoro este relato! cada vez estoy con menos uñas por tener que esperar una actualizacion
Por favor que sea infinita! jajajaja
Te felicito Little :D
ups! el antiguo comentario era mio :$ jejeje nuevamente te pido que continues :)
ResponderBorrarChu
SI SOY UN ADOLESCENTE REBELDE LISURIENTO Y RESPONDON. MI ABUELA ME LO QUITA CON FUERTES NALGADAS Y DOLOROSAS CACHETADAS
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