Páginas Amigas

viernes, 17 de mayo de 2013

Capitulo 23




- Ey Mark ¿vendrás a la competición del sábado? (le preguntó bajito Terence)
- No, paso, he quedado con mi novia (susurrando le contestó Mark).
- Pues tráetela, joder, para una chica guapa que hay y la monopolizas toda para ti.
- jajaja búscate una, creo que a la morena de la segunda fila le gustas.
- ¿quién? ¿Patricia?
- No, la que está ahora hablando con Rebeca.
- ¿Olivia? Estás de broma, Olivia es lo más parecido a una monja de clausura.
- pues creo que esa monjita quiere que “ora pro nobis” con ella en todas las posturas a todas horas jejeje.
- jejeje ¿tú crees?
- siempre está echándote miraditas. Te come con los ojos, además ya sabes que dicen de las más modositas ¿no?
- no, que dicen…
- jajaja pues eso que las más modositas son las más ardientes en la cama jajaja
- ¿y tu novia es modosita?
- no, pero ella es una entre un millón.
- venga tráetela competición, además si vas el entrenador quizás te ponga a jugar y podamos hacer algo contra los capullos del Esperanza.
- paso, sabes que esas mierdas no me van.
- Joder, Mark, tío no seas así. Eres el mejor nadador en clase siempre nos bates a todos.
- ya te he dicho que me suda la polla todas esas mierdas si vengo a clase es solo para que mi vieja no me de por culo.
- bueno, al menos pásate para animar, seguro que a tu novia no le disgusta ver un atajo de tíos en bañador.
- A ella no, pero a mi quizás si. Jajaja ¿Y a la fiesta tampoco os pasaréis?
- ¿Qué fiesta?
- el entrenador da una pequeña fiesta después para los chicos y bueno vamos todos, no es que sea una pasada pero bueno es una ocasión para arrimar cebolleta con las chicas. Y sabes para los losers que no tenemos novia.
- tengo la casa para mi solo, nos quedaremos en casa ya sabes …sacándole brillo al sable jajaja.
- que cabronazo que eres.
- si, bueno ya sabes todos los hijos de puta tenemos suerte.

Mark y Terence siguieron hablando el resto de clase flojito, se sentaban en las últimas filas y se ponían a charlas, las clases de estudio en el fondo era en eso. Terence era un exiliado como él, él era Canadiense su padre lo habían destinado a España y había arrastrado a toda su familia con él. Terence ya hacía 4 años que estaba allí y ese seguramente era su último año en España, por lo que de repente le había surgido la necesidad de ir de fiestas, ligar, beber, fumar y pasárselo bien. Y Mark que no lo veía como una necesitada sino algo que formaba parte de la vida había empezado a ver a aquel chico más bien tímido con otros ojos, no es que lo considerara su amigo, pero no le importaba hablar con él.
Pedro estaba vigilando el aula de estudio, mientras acababa de corregir los ejercicios de primero de bachillerato y de vez en cuando iba dando un paseo por el aula, para que los críos no pensaran que estaban en el recreo y mantuvieran el silencio y estudiasen o hicieran los deberes en silencio. Fue en uno de estos paseos, que Pedro escuchó a Mark y a Pedro hablar. Y rechinó los dientes al oír el lenguaje tan soez que utilizaban los dos, aquel no era propio de un estudiante de esa escuela y mucho menos de su “hijo”. Pero no dijo nada, solo apretó los  puños y regresó a su mesa a acabar de corregir los exámenes. No fue hasta la hora del recreo que Pedro escuchó a Mark referirse a la profesora de Historia de frígida amargad que ya dijo que ya había tenido suficiente de todo ese vocabulario. Se acabaron los avisos, llevaba avisándolo demasiado tiempo pero por lo visto, Mark era un chico que con simples avisos no le bastaban.

- Mark (le llamó Pedro y con el dedo dijo que se acercara, Mark conocía esa mirada y no quería ninguna escenita así que le siguió. Pedro no dijo nada solo caminó hasta secretaría donde algunos profesores estaban también acabando de desayunar. Silvia los miró extrañados pero estaba con una llamada y no pudo decir nada). Pasa (dijo abriéndole la puerta de los aseos de profesores, Mark pasó, pensaba que Pedro le iba a dar un sermón y quería hacerlo en privado. Pedro odiaba las escenitas incluso más que Mark). Llevo semanas, meses advirtiéndote que estoy más que harto de se vocabulario tuyo. Pero referirte a un profesor de esa manera ya ha sido la gota que ha colmado el vaso. No solo no está permitido utilizar esas palabras o referirse de forma despectivas a compañeros o profesores sino que es una falta y tú, jovencito, ya tienes el cupo de faltas completo. Sino que sabes muy bien que YO no lo tolero.
- ¡Joder Pedro!, no sabía que estabas escuchando si lo hubiera sabido…
- No es delante de mí, es siempre que debes hablar bien, ya te lo he dicho, ese vocabulario solo te cerrará puertas. Y además te estoy riñendo por ser un mal hablado y lo primero que  me dices es “¡Joder Pedro!” ¿Me estás tomando el pelo, no?
- No lo hice a posta, s eme escapó.
- Pues a partir de ahora cada vez que se te escape va a pasar esto (y lo agarró por la patilla y lo llevó hasta el lavamanos, abrió el botiquín y sacó una pastilla de jabón del celofán, Mark abrió mucho los ojos).
- Nooo, no, ¿Estás loco? Pedro, por favor, no, te juro que no volveré a llamarle eso (dijo intentando librase del agarre de Pedro, pero comprobó que eso fue peor, porque Pedro le tiró más de la patilla).
- Abre (dijo poniéndole la pastilla de jabón delante los morros. Mark selló sus labios y negó con al cabeza) Mark, he dicho que abras la boca, no te gustará la versión en la que te obligo.
- Por favor no, por favor, Pedro (dijo con lágrimas en los ojos), pégame si quieres pero no me metas la pastilla de jabón en al boca, vomitaré, lo juro.
- Si quieres vomitar, vomita, después ya lo limpiarás, ahora abre la boca, no te lo pienso repetir.
- Nooo, por favor, hablémoslo, te juro por lo más sagrado que no vuelvo a insultar a una profesora, por favor, Pedro, por favor (suplicaba Mark).
- Se acabó (y tomó la banqueta de debajo del lavamanos y se sentó sobre ella y le desabrochó los pantalones a Mark y se lo colocó sobre sus rodillas. Y con el propio cinturón de Mark le dio 10 correazos) ZWASS ZWASS  ZWASS ZWASS  ZWASS ZWASS  ZWASS ZWASS  ZWASS ZWASS  ¿Vas a abrir la boca ahora?
- Aaaaaaaaaaaaaaaay auuu si si auuuu nooooo te oirán ayyyy auuuuu noooo
- MUY BIEN (Pedro lo levantó de nuevo dejando los pantalones abajo) Abre la boca (esta vez Mark cerró los ojos y abrió la boca. Pedro empezó a limpiar a conciencia la boca del chico) muy bien ni se te ocurra escupir hasta que te de permiso, o volveré des del principio, y no tengo clases hasta la tarde ya (Pedro volvió a sentarse en el taburete) Calzoncillos abajo (Mark abrió mucho los ojos) Pasé el pestillo, nadie entrará, calzoncillos abajo (Mark puso ojitos de cachorrito abandonado y finalmente se los bajó). Sobre mis rodillas (ordenó Pedro muy serio. Mark no quería estar desnudo de cintura para bajo delante de Pedro, así que se colocó como sabía que quería Pedro. Pero lo que vino a continuación no se lo esperaba. Pedro no hizo nada solo estaba ahí sentado sobre el regazo de Pedro con el culo en pompa. Pedro esperó 5 minutos). Ya puedes levantarte y escupir en el lavamanos el jabón, solo escupir, después regresas aquí justo como estabas (Pedro sabía que con solo escupir no se le iría el sabor del jabón. Mark obedeció y pasó otros tres minutos con el culo en pompa sobre las rodillas de Pedro) ahora puedes enjuagarte. (Mark corrió a enjuagarse como un loco). Ok, ¿ya está, ya no queda más jabón, no?
- no (dijo Mark cabizbajo, estaba muerto de vergüenza).
- Recuerda bien cómo te sientes ahora, porque así es como deberías sentirte cada vez que dices una de esas ordinarieces o hablas así de un adulto (y le agarró de la muñeca y volvió a colocárselo sobre las rodillas pero esta vez empezó a zurrarle aunque fuera solo con la mano y no fueron muchas solo 30 palmadas). PLASS, PLASS, PLASS, PLASS, PLASS, PLASS, PLASS, PLASS, PLASS, PLASS, PLASS, PLASS, PLASS, PLASS, PLASS, PLASS, PLASS, PLASS, PLASS, PLASS, PLASS, PLASS, PLASS, PLASS, PLASS, PLASS, PLASS, PLASS, PLASS, PLASS.
- ARRRGHHH AUUUUU AYYY AUUUU GRRRRR BWUAAA (empezó a llorar, más por la vergüenza que por el dolor)
-Ya está ya, Mark. Mark, cuando te digo una cosa no es para gastar saliva alegremente es porque espero que me escuches y me hagas caso, no te digo las cosas porque si, te las digo por tu propio bien. Hablando de esa manera al único que avergüenzas y perjudicas es a ti mismo.
- ¡Me pegaste en la escuela! (protestó como un niño pequeño).
- Te pusiste en evidencia en la escuela. Me desobedeciste en la escuela. Insultaste en la escuela ¿ves por donde voy?. Y no pongas esa cara Mark, podía haberte tirado de la oreja allí mismo en el patio y darte un par de azote Stein dados y no lo hice. Te aseguro que no hago esto ni porque me guste ni para mortificarte. Lo hago porque no haces casos a los avisos verbales. Si me hicieras caso cuando hablo, te ahorrarías todo esto (dijo de una forma más tranquila).
- Pudiste esperar a llegar a casa.
- Y tú pudiste morderte la lengua ¿no crees?
- Y ahora con que cara se supone que voy a volver a clase?
- maldita sea Mark, solo te he dado unos cachetes, no tienes escrito nada en la cara, si te lavas un poco la cara y ya no se verán esos churretes. Nada que te haré una nota para que no te riñan por llegar tarde a clase ¿qué clase tienes ahora?
- Historia (dijo rojo de vergüenza).
- jajaja (Pedro no pudo más que reírse). Estoy tentado en no hacerte esa nota, lávate la cara, yo mientras te haré esa nota (y salió de los aseos. Pedro fue hacía recepción y tomó uno de los papeles de notificaciones y un sobrecito y empezó a escribir. “disculpe el retraso de Mark Geldof, tuvo que ser debidamente corregido por su tendencia a utilizar un vocabulario absolutamente inaceptable para un joven de su edad y un alumno de esta escuela. Atentamente Pedro Martín”. Pedro metió la notita en el sobre y lo cerró).
- ¿Ya tuviste que zurrarle? (le dijo Silvia).
- Silvia, no te metas (le dijo serio pero finalmente le sonrió).
- Solo digo que ya tardabas, de verdad. Este año quizás no lo veamos por aquí como el año pasado pero tendrías con que aires se pasea por todo la escuela. Parece el sheriff, de verdad.
- ¿en serio? (dijo extrañado Pedro nadie le había comentado nada)
- si como es tu hijo, los demás profes no te viene con las quejas, pero de verdad, a veces hasta a mi me mira con ese aire de perdona vidas. Y no es porque seamos familia, porque no soy a la única que la mira y habla así.
- Pues no te preocupes, al igual que ya no lo ves por aquí, tampoco volverá a hablarte de forma altanera, esta noche hablaré con él.
- No si al final, lograrás hacer de ese pequeño vándalo un hombre decente jajaja.
- Mark no es un vándalo solo es un chico que sabe muy bien que teclas debe tocar para  incomodar a la gente y alejarla. En cuanto se de cuenta que no toda la gente quiere hacerle daño se dejará de todas esas niñerías (le dijo Pedro y en cuanto salió Mark salió del aseo se hizo el silencio. Mark notaba las miradas de los profes que estaban en al secretaria sobre su cogote). Dale esta nota a tu profesora para que te deje pasar y no te pongan baja (y le dio la nota. Mark se apresuró a salir de allí).


Como siempre Mark apuró a último minuto para regresar a casa. Aquello le estaba empezando a cansar a Pedro. Una cosa era salir los fines de semana y otro a diario. Mark debería centrarse en sus estudios, no pretendía que se pasara la vida estudiando, pero al menos los días de escuela, no debería salir. Ya se lo había comentado a Cristina en una ocasión, pero Cristina no quería que Marc pensara que lo hacía porque no le gustaba Ana María, que como toda buena madre no le gustaba lo suficiente la novia de su hijo. Además Cristina se había dado cuenta que des de que Mark salía con Ana María se había vuelto de trato más agradable. Volvía a estar de buen humor y hacer bromas con su hermana y ella, y echaba tanto de menos a ese Mark que le consentía quizás demasiado. Cristina tenía tendencia a consentir a sus hijos, siempre que podía les tapaba alguna que otra travesura o ignoraba algún que otro desaire, había mejorado en el último año, pero se le notaba aún que el papel de madre estricta le venía grande. Pedro por su parte no tenía ningún problema en poner límites a los niños, se pasaba el día con chicos y chicas de 16 a 18 años, estaba curtido en el arte de “amansar fieras”, le salía de forma natural. Pero también debía reconocer que no era lo mismo ser profesor que ser “padre”. Sus alumnos se lo tomaban mucho más en serio y aún había cierto respeto hacia él por ser un profesor que Bea o Mark habían tenido nunca, ni siquiera al principio cuando solo era solo un amigo de la familia. Al principio Mark respeto ninguno y Bea más bien era timidez lo que mostraba y a medida que pasó el tiempo, Mark dejó de ignorarlo para enfrentarse a él siempre que surgía la ocasión, y Bea iba por el mismo camino, aunque se debía de reconocer que la niña era de trato más fácil y agradable que Mark Pero Pedro también se había dado cuenta que Mark era por lo general más de transparente que Bea.

-         ¿Qué haces ahí solito? (le dijo Cristina poniéndose una chaquetita para salir a la terraza).
-         Fumando y tomándome una taza de tila.
-         ¿Mi amor des de cuando tomas tú tila?
-         Cuando estoy tenso me va bien un par de ellas y logró pegar ojo.
-         Yo sé de otra forma de lograr que duermas plácidamente ( le dijo mordiéndole el lóbulo de la oreja). No te preocupes mañana mismo al salir del trabajo nos iremos a pasar el fin de semana tú y yo solitos a esa cabaña.
-         ¿al final con quien dejarás a los niños? ¿tus padres están fuera, no?
-         Si, siguen en Paris, están en casa de los Marchand hasta el 20 que no regresan y creo que solo para preparar todo lo de la Navidad. Miguel me comentó el otro día que cada vez pasan más tiempo en Paris. Creo que papá quiere regresar allí.
-         ¿tú crees?
-         Juan dice que papá está en esa fase que le gusta rememorar viejos tiempos. Pero Miguel dice que alguna vez pilló a papá prometiéndole a mamá que cuando fueran mayores regresarían a Paris como cuando se conocieron.
-         ¡Es verdad! Tus padre se conocieron en la ciudad del amor, jajaja
-         Si, dos españolitos perdidos en un gran Paris. Pero en cuanto se casaron se regresaron aquí. Por eso me sorprende esa manía que les dio por Paris des de que se jubilaran. mamá siempre ha dicho que aquella no era un ciudad para criar a un hijo.
-         Y menos 5 (dijo burlonamente Mark).
-         Jajaja si y menos 5. ¿estás tenso por los exámenes?
-         Si, bueno, por eso y porqué hoy tuve un pequeño altercado con Mark en la escuela.
-         Bufff (resopló Cristina y se sentón en una de las sillas de la terraza y se encendió un cigarrillo) ¿qué hizo esta vez?
-         Llevo meses avisándole que no quiero que use ese lenguaje (Cristina bajó un poco la mirada, lo de ser malhablado era genético, ningún Martínez era famoso por sus buenas maneras, quizás Miguel y adrián, pero los demás hablaban como auténticos estibadores, incluida ella, debía reconocer. Cristina reconocía esas quejas, Fred en eso era como Pedro, se le erizaban los pelos de sentir hablar de esa manera a un niño, y ya ni hablemos si el niño en cuestión era su propio hijo). No en casa, no en la escuela y no para faltarle al respeto a un profesor  o… ¡que demonios a ningún adulto!
-         ¡Volvió a insultar a un profesor! (dijo roja de rabia Cristina, que solo esperaba que fuera una cuestión de tacos).
-         No delante de ella, estaba hablando con sus compañeros de su profesora de Historia, yo estaba en el recreo haciendo la guardia y le escuché. Te juro que no le estaba vigilando ni espiando ni nada, tú hijo es tonto, va y se pone a criticar a sus profesores justo al lado de la puerta que da a la cantina (dijo Pedro negando con la cabeza).
-         ¿Alguien más lo oyó?
-         Sus compañeros por supuesto y yo (Cristina respiró aliviada y se relajó).
-         Hablaré con él.
-         Ya hablé yo con él (le dijo muy serio Pedro, que ya conocía ese “hablaré con él” en particular, ese “hablaré con él” significaba un montón de mimitos por parte de Cristina y pedirle con morritos que se portara bien al menos los próximos días)
-         ¿Hablaste? ¿o habló tu mano?
-         Hubo de todo. Cristina, esta misma semana el lunes le volví a advertir que no quería más de ese lenguaje tan soez. Y estamos a jueves, y ya ves, he tenido que zurrarle porque esa no es forma de hablar de una mujer o de una profesora. Me duele la boca ya de tanto repetírselo. Al menos esta vez aparte de mi boca también le dolerá su trasero.
-         ¿le pegaste en la escuela?
-         En el aseo de profesores, nadie nos vio. Pero quizás debería hacerlo en medio del aula para ver si una vez por todas entra en razón. Porqué después de eso me he enterado por Silvia que tu hijo quizás ya no plante cara a sus profesores o se salte las clases, pero muestra muy poco respeto hacía ellos y sus compañeros y siempre muestra una actitud muy altanera con todos.
-         Ya bueno…eso lo sacó de Fred. Lo del vocabulario es todo mío, te lo reconozco, pero lo de esa actitud es de Fred.
-         Tonto de mi pensé que hoy llegaría temprano a casa y podríamos hablar largo y tendido sobre su comportamiento pero ya ves mira qué hora es las (miró su reloj) las nueve menos cuarto y aún no ha dado señales de vida.
-         Llegará a las nueve en punto como siempre, le gusta vivir peligrosamente jajaja (Pedro sonrió pero no se rio).
-         ¿Qué pasa mi gruñoncito?
-         Es solo que me frustra, siempre me ha frustrado ver como algunos alumnos tiraba su futuro por la ventana porque era más fácil abandonar, cada vez veo más alumnos que deciden que “esforzarse” es de perdedores o algo así. Y ver como Mark hace lo mismo delante de mis narices y que parece que haga lo que haga diga lo que diga no parece ser suficiente, él siempre vuelve al camino fácil en cuanto te descuidas. Es agotador y frustrante.
-         JAJAJA Bienvenido al maravilloso mundo de la paternidad, cariño (y le dio un besito a la mejilla).
-         Pero Óscar habla muy orgullosos de Pedro, Juan de las niñas, incluso el otro día Miguel me dijo que Richie era muy listo que había aprendido que el despertador es lo que despierta a papá y ahora los sábados para despertarlo le arreaba con el despertador en la cabeza (Cristina empezó a reírse).
-         Cielo, yo hablo maravillas de mis hijos, todos los padre hacemos eso. nos gusta presumir de hijos. Y mi hijo tiene un corazón enorme, gran capacidad de sacrificio, es leal, cuida de su hermana con uñas y dientes. Se preocupa por mí, no le hacía nada de gracia irse a vivir contigo pero él sabía que tu me hacías feliz y se sacrificó. Mark tiene una capacidad de sacrificio que no verás en ningún chico de su edad.
-         Vale, vale, me quedó claro Mark es el mejor del mundo mundial jajaja
-         Para mi si, cariño, para mi es el mejor. Y todos sus errores y sufrimientos son por algo que hice mal o dejé de hacer. Tú ahora estás empezando en esto y ya has empezado a experimentar ese constante sentimiento de culpa directa. Me temo que te perdiste la mejor parte, la de “te quiero mami” y “yo soy tu príncipe y yo te protegeré, mami” (ponía voz de niño pequeño) “eres la mami más guapa del mundo”…la parte de los besos, los abrazos, las risas, las que parecía que no importara lo horrible que fuera la vida que para vosotros dos la vida era un constante día en el paraíso. Esa parte es como vivir en un subidón constante, se te olvidan las malas noches, los resfriados, los empachos, las colitis, las otitis, amigdalitis y todas las “itis” habidas por haber. Se te olvida el miedo de estar escogiendo la escuela adecuada, el miedo de si le das suficiente fruta y verdura fresca, si hace suficientes actividades para desarrollar su potencial…todo eso queda con creces compensado cada vez que te mira y te mira como si fueras una superheroina o una diosa o una santa a la que venerar. Pero eso pasa, pasa y cuando no te das cuentas, eres un ogro, una opresora y un estorbo. Pero de vez en cuando cada vez más espaciado hay un día en que tu hijo te sonríe, te dice algo bonito o tiene un detalle sin más contigo y entonces es como si el mundo se parase, todo lo malo se esfumase y volvierais a estar en aquel paraíso.
-         ¿Lo echas de menos? (dijo abrazándola dulcemente)
-         Si (dijo con una media sonrisa y apoyando su cabeza en el hombro de Pedro). Pero los hijos crecen y tarde o temprano se convierten en eso (refiriéndose a Mark y la adolescencia) y después se van de casa. Y sabes no quiero que se vayan de casa aunque sean un grano en el culo el 90% del tiempo, los quiero aquí donde yo les pueda proteger de todo. Mi padre dice que cuando Óscar, Juan y Adri se fueron incluso echaba de menos no escuchar sus protestas o sus quejas. Y yo tendré mucho que echar de menos cuando Bea y Mark se marchen, jajaj
-         Ayyy mi mamá gallina (le dijo tiernamente pellizcándole la naricita).
-         Jajaja I plead guilty, your honour (me declaro culpable, su señoría).
-         Jajaja (en ese momento sonó la puerta de la entrada).

-         Las nueve (le dijo haciendo como que ponía su reloj en hora. Mark solo sonrió y cogió el pasillo que llevaba a las escaleras). Mark, pasa al salón quiero hablar contigo.
-         Vale, deja que me cambie y bajo.
-         Te cambias después, hablamos ahora (dijo tajante Pedro como un caporal del ejército. Mark suspiró y rodó los ojos) PLASS (una palmada cayó de la nada)
-         Ayyy (dijo sobándose el muslo justo donde había caído)
-         De eso mismo quería hablar, pasa (dijo indicándole con la mano que entrara en el salón).
-         Si, es por lo de esta mañana…
-         ¿Lo de esta mañana? Creí que ya lo habíamos dejado claro ¿no? Pero si necesitas un pequeño recordatorio (dijo arremangándose las mangas).
-         No, no, no (dijo con terror y apartándose al máximo de pedro).
-         Siéntate cielo (le dijo su madre indicándole el sofá y ella se sentó en el sillón).
-         Hoy me he enterado de un par de cositas que no me han hecho ni pizca de gracia. Y quería dejar las cosas claras ahora que pareces estar más receptivo (no era ningún secreto que Mark se mostraba más dócil y dispuesto después de unos buenos azotes). Así que jovencito abre bien las orejas, porque esto sí que solo te lo advertiré una vez. A partir de ahora en adelante, tratarás a tus mayores con el debido respeto, a todos, te caigan bien o mal, no me importa tu madre te dio buenos modales, lo sé, así que empieza a refrescar la memoria porque si me entero que vuelves a ser insolente o irrespetuoso con algún adulto lo de esta mañana te parecerán puras caricias. ¿entendiste? (Mark asintió) Eso era todo lo que tenía que decir, ya puedes ir a cambiarte si quieres (dijo aún muy seco. Mark miró a su madre y ella asintió).
-         Ya cené con Ana María, me pongo el pijama y me pondré con los deberes (dijo muy rápido Mark para excusarse de bajar después, mientras se levantaba para irse).
-         Mark, lo de las nueve en casa veo que lo cumples pero parece que últimamente se te olvidan muchas cosas como eso de “a cenar a casa”. Pero a Ana María no se le debe de olvidar, porque llamó Adri antes y me contó que se llevaba a Pablo a la pizzería porque estaba solo. por lo visto Lucia iba hoy a cenar con su familia para celebrar el cumpleaños de su abuela materna (Mark tragó saliva). Ponte el pijama, a las 9:30 comemos y te quiero ver en la mesa.
-         Lo siento (dijo avergonzado por haber sido pillado en una mentira).
-         No me gustan que me mientan, y sé que no eres un mentiroso Mark, pero no quiero tener que también empezar a desconfiar de ti. Sino te apetece cenar en la mesa con nosotros, lo dices, te preparas un sándwich y te lo comes en la cocina. Pero no más cuentos chinos.
-         Lo siento, señor (dijo agachando la cabeza).
-         No pasa nada, pero que no se vuelva a repetir (y Mark asintió y subió a su cuarto).
-         ¿Cuándo llamó Adri? (le preguntó Cristina en cuanto sintió la puerta de la habitación de Mark)
-         No lo hizo, me acabo de marcar un farol (dijo sacando pecho. Lo cierto es que Pedro era muy buen jugador de póker, y Cristina lo sabía, pero jamás pensó que esas cualidades le sirvieran para algo más que para dejar limpios a sus amigos).
-         ¿Y si hubiera sido cierto, y si hubiera cenado con Ana María?.
-         Tu hijo come como una alimaña, no te lo niego pero hasta el día de hoy no abajaba a comer a hurtadillas a medía noche, así que está claro que no estaba cenando.
-         ¿a hurtadillas?
-         El lunes acabó con las alitas de pollo. Y ayer con las albóndigas. Lo sé porque me las iba a llevar para comer hoy al trabajo y me quedé con el tupper vacío en la mano. Y tú no dejas un tupper vacío dentro de la nevera. Y Bea come como un pajarito.
-         Al menos, no me saldrá anoréxico de esos
-         ¿Mark? Jajaja, es más barato hacerle un traje de encargo que invitarlo a cenar.
-         ¿sigue enfadado por que ahora le das clases, no?
-         Si, y creo que es como su madre en eso también, tardará unos días pero después sabrá perdonarme.
-         Jajaja no hay nada que perdonarte.
-         Me alegra que opines así, porqué acabé el café y se me pasó comprar más.
-         Yo te mat…
-         Me perdonas, ¿recuerdas? (dijo sonriendo Pedro)



Sábado por la mañana.

Pedro y Cristina había huido a la cabaña en la montaña para desconectar un poco, entre el trabajo, los niños y sobre todo la boda estaban muy agobiados. Nada más llegar el viernes ya casi a la hora de cenar se dieron cuenta que aquello era un remanso de paz. Era justo lo que necesitaban. Bea y Mark se habían quedado con su tío Óscar y su tía Elena para pasar el fin de semana, mientras Pedro y Cristina se tomaban un pequeño descanso. Como Yolanda estaba embarazada Cristina no quiso cargarle el muerto de tener que cuidar a Bea y a Mark, aunque los dos eran ya grandecitos y no daban mucho trabajo. Cristina sabía que ambos podían ponerse un poco difíciles si se les torcías los cables. Así que le endosó los niños a Óscar.

-         Tío, me puedes acercar al cole.
-         Es sábado Mark, si te cuesta ir entre semana ahora me vas hacer coger el coche para llevarte en sábado.
-         Es el torneo de natación. Y después el entrenador nos tiene preparada una fiesta, he invitado a Ana María.
-         Ahhhh haber empezado por ahí, Casanova, jajaja oíste Elena tenemos a otro Adri aquí.
-         ¿Adri? (preguntó Bea)
-         Si, Adri, ese empolloncito era un auténtico rompecorazones, cada mes estaba con una distinta, ahora parece que se ha calmado con la dermatóloga esa.
-         Lucia (le corrigió un poco molesto Mark, que en cierto modo sentía como si hablaran mal de Ana María).
-         Si, Lucia, anda que no es tonto mi hermanito, que se la ha buscado fea jajaja
-         Pues yo creo que tía Silvia es más guapa (dijo Bea).
-         ¡Pero qué dices! (dijeron Pablo, Mark y Óscar a la vez. Bea y Elena rodaron los ojos a la vez).
-         Bueno me llevas o qué, sino tomó el bus y ya está, pero joder tío, que te cuesta, estás ahí tirado sin hacer nada.
-         Estoy viendo las motos (dijo señalándole la tele).
-         Ok, pillo el bus. Grrrrr Muchas gracias, tío (dijo molesto).
-         Venga Óscar, mueve el culo, y acércalo, es un momento.
-         No, no lo es. Tengo que vestirme, tengo que agarrar el coche, tengo que llevarlo a la escuela y después regresar, para entonces ya habrá acabado.
-         Óscar Martínez ya está moviendo el culo ahora mismo de ahí (le dijo Elena muy sería) y llevando a tu sobrino a la escuela.
-         Elena please, en esta carrera se la juega todo Pedrosa.
-         ¡Óscar! (y le lanzó una mirada fulminante)
-         Jooo (protestó como un niño pequeño). Pablo quédate y asegúrate que se graba bien ¿eh? (y le despeinó un poco en plan afectuoso)
-         Si, señor (Pablo había empezado a decirle señor o papá en vez de papi ese curso. Una vez probó llamarle a su madre “Elena” y su madre le dio una buena zurra en medio del mercado por irrespetuoso así que eso ya ni lo probó con su padre).
-         Ok, vamos, pesado (le dijo a Mark tomando las llaves de encima la mesita del café).
-         ¿no ibas a cambiarte?
-         No saldré del coche. ¿Te vale con que te lleve no ¿no necesitas que te entre de la manita, verdad?
-         Noooo (dijo horrorizado)
-         Lo que pensaba.
-         ¿A qué hora te recojo?
-         La fiesta acaba a la una y media (Óscar se lo quedó mirando fijamente con cara de incredulidad).
-         Pero puedes venirme a buscar a la una.
-         Te paso a recoger a las 12 (dijo refunfuñando).
-         ¿las doce?
-         O simplemente me quedo en casa viendo las motos agarras el bus y te las apañas y cuando acabe de almorzar te paso a buscar.
-         Ok, las doce, pero no entres, ya saldremos nosotros.
-         Encima tendré que hacer de taxista de la niña esa. Y viven a tomar por culo de aquí.
-         Se llama Ana María y se queda en casa de tío Adri este fin de semana.
-         Grrr bueno vale, pero a las doce en punto, afuera, sino entro a buscarte y puede que vaya en pijama (dijo para amenazarlo).
-         No te atreverías.
-         Mark, se atrevería, créeme a mí ya me lo ha hecho (dijo Pablo con cara de horror. No hubo que decir nada más, Mark le quedó claro que a las 12 en punto delante de la entrada de la escuela).
-          
Óscar dejó como había dicho a su sobrino frente a la escuela y se apresuró a regresar a casa a ver si aún le daba tiempo a ver el final de la carrera. Mark había quedado con Ana María una hora más tarde en su casa. Tenía la casa solo para él, su madre y Pedro estaban de fin de semana romántico, haciendo cosas que ni quería imaginarse. Pero sí que se imaginaba todo lo que le iba a hacer a Ana María. Por la mañana Mark y Ana María se encerraron en su habitación, no cometería el mismo error jamás, y no salieron hasta bien pasadas las dos, solo para comer y recargar energías. Pero una vez ambos comieron, decidieron que estaría bien tomarse unas cervecitas, fumarse unos porros y pasearse en pelotas por toda la casa e ir magreándose cada vez que quisieran donde quisieran. El sexo había dejado de ser algo torpe y fugaz y ya le habían pillado el tranquilo, y aquello era cada vez mejor. Hasta el punto que Ana María lograba llegar a varios orgasmos antes que Mark finalmente culminara. Mark Y Ana María seguían en la fase de exploración mutua y eso hacía aún más excitante el sexo. Pero por muy excitante que fuese el sexo eran humanos y llegados un momento sus cuerpos ya no daban para más. Así que Ana María decidió que estaría bien invitar algunas de sus compañeras de clase y hacer una especie de cena, como si fueran marido y mujer y aquella fuera su casa de verdad. Mark, no le hacía mucha gracia, sobre todo porque no conocía a casi ninguna de las amigas de Ana María, y porque lo que quería era estar a solas con ella. Pero accedió, porque Mark no se podía negara a nada de lo que le pidieran esos preciosos labios carnosos de color rosa pálido. Sin darse cuenta lo que debía ser una especie de cena formal, se convirtió en una macro fiesta. Hasta tal punto que a las 11 de la noche los vecinos se quejaron del ruido y llamaron a la policía. Ni que decir que cuando se presentó la policía preguntaron por el señor Pedro Martín, el propietario del piso. Y claro Mark intentó explicarles que Pedro estaba de vacaciones, que él era el hijo de su novia y que vivía allí y que solo era una fiestecita pero que ya se acababa. Pero la policía tenía que comprobarlo, así que le pidió el teléfono de Pedro. Mark les enseñó fotos de ellos, pero los policías no sabían claro que cara tenía el presunto propietario de la casa. Además había una multa por contaminación acústica y aquellos chicos parecían todos menores y se veían muy ebrios y algunos algo más que ebrios. Además se veían claramente botellas de alcohol y latas de cerveza por toda la casa.

-         Muy bien chico, tú elijes o te llevamos a comisaría presentamos cargos por obstrucción a la justicia y llamamos a los de asuntos sociales que se encarguen de ti. O nos das el teléfono del propietario para que podamos hablar con él (Mark cerró los ojos).
-         ¿Pueden irse mis amigos?
-         Los que no hayan bebido si, lo otros se quedan hasta que sus padres pasen a por ellos.
-         Por favor (le suplicó Mark) No recuerda que es tener 15 años y quedarse solo en casa.
-         Tengo un hijo de tu edad, y sé que agradecería que si mi hijo hubiera bebido me llamasen y pasara yo a  buscarlo. También agradecería que me llamaran si mi hijo decide montar un macrofestival que hace que tiemble hasta los cimientos del edificio de enfrente y convirtiese mi casa en una especie de destilería clandestina para mocosos. Sobre todo porque ambas cosas no están permitidas por la ley.
-         Por favor, agente, se lo suplico, usted no conoce a mi madre y a su novio, me matarán (dijo un poco histérico)
-         Chico, lo siento, pero es mi deber informar. Tú decides a quien informo a asuntos sociales o al propietario de la casa y a tus padres.
-         ¡Mark, dales el teléfono de Pedro, joder! Y así se acabamos antes (le dijo Ana María que estaba un poco asustada con la presencia de la poli y que la forma de llevarlo de Mark no le hacían sentir más tranquila).
-         Chico, deberías de hacer caso a tu amiga.
-         Ok (y Mark le dio el número del teléfono móvil de Pedro, no hacía falta darle el de su madre puesto que estaban junto les dijo).
El agente habló con Pedro y le explicó todo lo que había sucedido, o al menos la parte del alcohol, menores, ruido ensordecedor y quejas de los vecinos. Y le pidió que fuera para identificarse como propietario e identificar a Mark como ocupante del piso. Como Pedro y  Cristina estaban a unas cuantas horas de allí, Cristina llamó a su hermano Juan y le contó lo sucedido, como él era policía, podría ayudarles. Efectivamente Juan y Óscar estaban allí mismo 20 minutos más tarde. Y los padres de los chicos empezaron a desfilar en busca de sus hijos, allí se vio de todo, llantos, gritos, alguna que otra nalgada, malas caras, incluso alguna que otra risa. Pero en una hora la casa estaba limpia de adolescentes ebrios y solo quedaban Ana María, Mark, Juan, Óscar y Lucia Y Adrián que justo acababan de llegar.

-         Solo falta el tío Miguel ¿qué pasa desconectó el teléfono? (dijo Mark rebotado porque todo le había salido fatal)
-         Empieza a recoger todo este desastre (le rugió Juan, Mark se puso blanco como el papel, ni se había dado cuenta con quien hablaba).
-         Y tú también (Adrián le dijo a Ana María. Ambos chicos se pusieron a recoger sin rechistar. Mark porque sabía que estaba muy muerto. Y Ana María porque se sentía muy culpable, había sido idea suya invitar a unas amigas, pero jamás pensó que aquello se fuera a convertir en una fiesta, ella solo quería jugar a los anfitriones.).
Cristina y Pedro llegaron pasadas las cuatro de la madrugada, estaban muertos de sueño, enfadados y parecía que hubieran envejecido 10 años. Juan estuvo hablando con ellos y explicándoles como había quedado la cosa. Mientras Óscar y Adrián se aseguraban que los chicos acababan de recoger bien toda la casa. Juan les explicó que había hablado con los agentes y si ninguno de los padres de los chicos presentaba cargos lo dejarían pasar. Pero la multa por contaminación acústica les llegaría igualmente, eso no podían hacer nada. Pero no habría cargos contra Mark por lo del alcohol y las otras substancias que fueron incautadas en la fiesta. La cantidad decomisada era ridícula, era claro que era para consumo personal, así que lo dejaban en manos de los familiares. Pedro y Cristina le agradecieron todo lo que había hecho, sabían que a Juan no le gustaba pedir favores a sus compañeros y esta era la segunda vez que lo hacía por Mark. Cristina también se disculpó con Óscar por todas las molestias y Óscar le pidió disculpas por no haber vigilado mejor a Mark. Óscar se sentía fatal, sentía que toso eso había pasado por culpa de su pereza. Debió acompañarlo hasta el gimnasio, cerciorarse que lo que decía Mark era verdad, y después pasarse a la tarde solo para echarle un vistazo, vaya lo que hubiera hecho de ser Pablo. Pero claro Mark no era Pablo y tenía ya 15 años y no quería avergonzar a su sobrino. Así que regresó a casa con esa sensación de haberle fallado a su hermanita. Adrián no había abierto la boca solo para saludar pero Lucía ya hablaba por todos, des de que llegaron que no había parado de reñir a los chicos. Lucia sabía que sus padres no le dirían nada a su hermana más bien le reirían la gracia y eso le hacía que le hirviera la sangre. Así que al menos se despacharía a gusto.
Eran ya las cinco cuando al fin se fueron todos. Y Mark se quedó a  solas con su madre y Pedro, Mark no se atrevió ni a moverse ni mucho menos a abrir la boca.

- No sé que decir, hijo (al fin habló Cristina). ¿Qué te digo lo mucho que me has decepcionado, cuanto estoy enfadada o quizás las ganas que tengo de sacarte la piel a tiras? (Mark bajó la cabeza y la miró disimuladamente, estaba bastante asustado. Realmente los dos se veían muy furiosos). ¿Primer fin de semana que me tomo para mí misma y haces esto? Vas proclamando a los cuatro vientos que ella no eres un niño que dejemos de tratarte como tal y cuando me doy la espalda haces algo como esto. El solo hecho que montaras esa fiesterita ya me cabrea que no veas hijo, pero lo del alcohol y la mariguana. Hijo eso, eso no tiene nombre. No sé cuantas veces te habré dicho ya que no puedes beber alcohol y lo de los porros…creía que tu padre te había dejado claro que están prohibidísimos. (Mark seguía en su mutismo).
- Mark se suponía que tu madre y yo debíamos dedicar este fin de semana a descansar porque las últimas semanas han sido de locos. No solo con lo de la boda tú, jovencito, también has tenido mucho que ver con ese agotamiento.  Siento ser tan rudo, pero Mark, esta es mi casa, MI CASA, nada me hace más feliz que viváis en ella, pero es MI CASA. Y no recuerdo haberte dado permiso para disponer de ella como quisieras. No recuerdo ni que me lo preguntaras. Cuando tengas tú propia casa podrás celebrar las fiestas que quieras, pero mientras vivas bajo mi techo, debes pedir permiso para traer a alguien a cas y mucho más para organizar una fiesta. Peo eso no es lago que deba decirte, es algo de sentido común. Y ya has demostrado que idiota no eres, así que solo me queda otra opción, e hijo, créeme que esa opción me produce una ulcera solo contemplarla. ¿A parte de egoísta eres un sádico que disfruta fastidiando a los demás? Contesta, Mark.
- No, señor (dijo escapándosele una lágrima). No iba a ser una fiesta, solo una cena con unas amigas de Ana Maria pero se fue de las manos.
- Mark, no me importa lo que se suponía que debía ser (le cortó Cristina). Tú debías estar con tus tíos en su casa, no tenías nada que hacer aquí. No debiste estar tú, y ano te digo traer más gente. Es casa de Pedro, como ha dicho, no eres capaz de respetar nada. Ni a mí, ni a Pedro, ni a nadie.
- mamá, no es eso, te juro que no era mi intención, solo íbamos a estar Ana María y yo solitos, unas horas, dormiríamos en casa de tío Óscar yo y de tío Adrián ella.
- Un plan perfecto, si. Pero sabes muy bien que no debías estar ninguno de los dos aquí a solas ¿me equivoco cuando digo que  está charla ya la tuvimos cuando empezaste  a salir con Ana María? Mark, no debiste venir y punto. Y ya no entro en lo de la fiesta, beber, fumar y lo de la marihuana. Porque para ser un accidente hueles como una destilería y apestas a hierba, hijo. Y eso si que no. drogas en mi casa no, drogas en mi familia no. No sé ni por donde empezar contigo, estoy tan furioso contigo y la has cagado en tantas cosas.
- Pedro, yo no traje la marihuana.
- pero bien que te la fumaste y no te atrevas a negármelo porque apestas y esas pupilas no mienten.
- solo fueron un par de caladas, es más por el humo de los demás.
- ¡Me la suda, hijo. Ni una par de caladas, ni pollas! (dijo Cristina rabiosa), No tienes que tontear con ningún tipo de drogas, ni legales ni ilegales. Ni drogas ni alcohol.
- No estamos hablando de una travesura, Mark. NI siquiera de una de tus muestras de rebeldía. Estamos hablando de algo que puede matarte o hacerte mucho daño. Es algo muy grave Mark. Sabes cuantos chicos se enganchan a la cocaína o la heroína por empezar a tontear con porros.
- No lo flipes, Pedro
- Plaff (Pedro le dio un bofetón).Yo no soy el que está flipando aquí. Es grave, muy grave, Mark. Es serio, no es que nos hayas mentido diciendo que te ibas al entreno para estar con tu novia. Es que organizaste una fiesta con alcohol y drogas y todos erais menores. Es que te drogaste.
- No lo digas así, solo fueron un par de caladas,
- Lo digo así, porque es lo que es (dijo furioso Pedro). Y ya te estás olvidando de volver a salir entre semana por lo que queda de año y los fines de semana.Bueno digámoslo así… no hagas planes en un futuro próximo.
- ¿Pero entonces cuando veré a Ana María?
- Ahora mismo mejor ni me la menciones (le dijo Cristina), debiste pensarlo antes de traerla a cas cuando nosotros no estábamos y de después montar esa fiesterita privada tuya.
- No es justo, sino me la dejáis ver, me escaparé (Pedro dio una zancada rápida y lo agarró fuerte del brazo y lo giró como si fuera una peonza y empezó a descargar su mano con dureza sobre los jeans de Mark).
- A mi no me amenazas, PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS niñito, tú no vas a ir a ningún sitio que no sea la escuela y tu habitación PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS. ¿Quién demonios te has creído tú que eres para venirnos con amenazas? PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS  Si hace 4 días aún llevabas pañales. PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS ¿Hablas de justicia? Te diré lo que no es justo que des de que nos conocemos yo solo hago que dar, dar, dar y dar y solo recibo desprecio, disgustos, insultos PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS ¡y ahora amenazas! PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS Tu madre no hace nada más que hablar de las alegrías que te da ser padre, pero hijo, yo por ahora solo he recibido de ti disgustos, uno tras otro. PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS Y ya me cansé tienes 15 años, eres un niño y aún puedes cambiar, pero tú solo cambias a peor. Y ya me harté. PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS A partir de ahora se acabó el Pedro neutral, me vas a tener respirando en tu cogote a cada minuto. ¿Entendiste? PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS
- Ayyyyyyyyyyyy siiiii, te entendí, auuuuu
-Y ahora subes a tu habitación y me esperas en la esquina, pantalones y slip bajados. Porque te juro que te voy a dar la paliza de tu vida, mocoso, te voy a quitar yo toda la tontería de una vez por todas. PLASS (y de un último cachete lo mandó hacía arriba).
- ¿Pedro? (Cristina lo miró fijamente) ¿qué vas a hacer? (Cristina sabía que Pedro era incapaz de maltratar a nadie y mucho menos a Mark o a Bea. Pero hasta ella estaba muy alterada y no se veía capaz de lidiar con su hijo).
- Ya oíste (dijo sacándose la correa). Lo siento, cariño, pero esto ya fue la gota que colmó el vaso. ¿Marihuana? En mi propia casa. ¿Sabes qué me pasaría si me acusaran de proporcionar maria a menores? ¡Soy profesor no me contratarían en ninguna parte! Esta es la segunda vez que pone mi carrera en peligro desde que os mudasteis aquí.
- ¿La segunda? (Cristina no estaba al caso de la venta de exámenes).
- Si (dijo flojito Pedro). Después te cuento. Y aunque yo no fuera profesor, lo siento cariño, pero no hay lugar a las drogas en mi casa y mucho menos en mi propia familia. Y él es mi familia ahora, más vale que se vaya enterando ya (esto lo dijo alzando la voz sin importar la hora que era). Y nadie de mi familia tontea con drogas. Las drogas matan, no pienso enterrar a nadie más por culpa de las drogas o el alcohol (Cristina miró a Pedro y se dio cuenta que allí había algo más que el enfado por entrar unos porros a su casa).
- Pedro ¿de qué hablas?
- Perdí a mi madre por culpa del alcohol, no fue un cáncer, fue cirrosis (Cristina tenía unos 13 años cuando la madre de Pedro murió pero no recordaba haber visto nunca borracha a la madre de Pedro, por eso le chocó oírlo). Y cuando estaba haciendo prácticas en Irlanda el segundo año se me murió en mis brazos un chaval que tendría la edad de Bea, ya no le quedaban ni venas donde pinchar, era un niño y su cuerpo y su cara estaban consumidos y vacíos de vida. Cuando llegué era un chico normal, alegre, le gustaba el futbol y un año y medio más tarde moría porque le dieron una dosis adulterad, era un niño y murió en mis brazos. Así que no, no me vale eso de solo fue un par de caladas. Noel también al principio solo daba un par de caladas a los porros de su hermano mayor, y después fueron cigarrillos enteros, después pegamento, después rayas, después la vena y finalmente ya no hubo nada.
- cariño, no lo sabía, jamás lo mencionaste (le dijo acariciándole dulcemente la mejilla).
- No me gusta hablar de eso. Pensar en ello me pone furioso, era mi alumno, era un niño, debí hacer algo.
-         No eres dios, cielo (le dijo para consolarlo).
-         No, no lo soy. Pero no pienso quedarme de brazos cruzados o quitarle importancia a algo que si que la tiene. No me pidas que haga la vista gorda, porque no puedo, eso no lo puedo hacer.
-         No te he pedido nadad, yo soy su madre ¿Crees que quiero que mi hijo tome drogas? Aunque sea solo porros. ¡Claro que no! Y no creo que sea una travesura de la que me reiré cuando sea mayor y se la cuente a sus hijos. ¡Por dios jamás contaría algo así a mis nietos! No es que no quiera un hijo fumeta, es que Mark puede aspirar a mucho más que ir colocado todo el día. Pero cielo, solo te pido que no subas ahí arriba como una fiera rabiosa. No le hagas pasar por eso otra vez (Pedro sabía que estaba refiriéndose a Fred). Fred jamás lo maltrató pero eso no significa que Mark no se sintiera así. Fred podía llegar a ser muy frío e impasible cuando creía que los niños se estaban desmadrando.
-         Entiendo (dijo respirando hondo). Entonces mejor que subas conmigo. Si ves que me excedo o que estoy siendo cruel me pones una mano en el hombro y paro.
-         No creo que sea necesario, pero es mi hijo y ya que no voy a castigarlo yo misma, al menos estaré allí para que sepa que yo tampoco tolero ese comportamiento.

2 comentarios:

  1. Buenísimo, continúa por favor, gran relato.


    Karla.

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  2. WOOOOW!!! O.O no me pedes dejar asi! esta increible!! y esta vez Mark si que se paso DROGAS?! yo lo mato! mas aun si es mi hijo! y al parecer se va olvidando e Ana María :( pobrecitos, hacian una linda pareja jejeje
    Por favor continuala :D esta buenisima! no la termines...no ahora por lo menos
    Mis felicitaciones Little Hoshi, eres una maravillosa escritora

    Con cariño
    Chu

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