Time Travellers Capitulo 3

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La nave ha ido. Ha ido poco y ha ido mal. Pero ha ido. Lo malo es que hemos retrocedido un poco más en el tiempo, ahora estamos en el siglo XX. Si el XXI era una mierda, el XX no fue mejor.

Echaré de menos a Nina, era muy maja, y me gustaba y yo le gustaba a ella. Ni siquiera he podido despedirme. Bueno pero no nos pongamos llorones. La nave fue durante un ratito eso da esperanzas. Seguro que acabarán de arreglar sea lo que sea que no va bien y regresaremos a nuestra época. Ya me da igual si no tenemos vacaciones.

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Se me olvidaba quien hizo ir la máquina fue Chen. No fue adrede, fue un accidente, llevaba días sin bajar al sótano, arriba encerrado trabajando en “sus proyectos”. Judith y Daniel, parecían aliviados, por no tenerlo por allí rondando durante unos días. Pero resulta que Chen estaba trabajando en una alternativa al sistema de energía de la nave. Judith está convencida que ahí radica el problema.

Pero no, el chisme que ha hecho Chen funciona, a los hechos nos remitimos, hemos vuelto a viajar. Daniel dice que debe ser el programario. Lo dicho los cerebrines la han jodido, y bien jodido, si se me permite.

Chen como premio se ha llevado una buena zurra de Judith. Judith parece una mami dulce y cariñosa pero sé de primera mano que tiene una mano temible. Judith dice que lo que ha hecho ha sido algo extremamente peligroso, y que podía habernos matado a todos de no funcionar. Nada de lo que ha construido Chen ha fallado nunca. Pero parece que a Judith eso no le ha servido. Y ha zurrado con ganas al enano, y lo peor, le ha castigado 10 días sin tocar nada que sea electrónico. Eso es peor que un millón de zurras para Chen.

He intentado animarlo dándole a escondidas golosinas y comida basura. Pero no hay forma, el trasero ya ni le duele pero tiene el alma destrozada, en parte porque Judith le ha hecho sentir muy culpable con eso que “nos podía haber matado a todos” y en parte porque estará 10 días sin poder hacer nada de nada. Chen solo tiene 10 años, no debió ser tan dura con él. Además ha servido para darnos esperanza, la nave funciona. Funciona mal, pero funciona.

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Ojala estuviéramos en el siglo XXI otra vez, el siglo XX apesta, apesta muchísimo, y es literal y metafóricamente.

Estamos en 1952, un año horrible, horrible de verdad. Y bueno, Judith ya no es química, es ama de casa. Eso es muy denigrante para cualquiera, ni que decir para Judith, pero no la he oído quejarse mucho. Ella es así.

Ahora somos los Rosso ¿Pero quién diantre elige los apellidos? Sí, Piero, claro ¿quién sino? Lo bueno es que no me llamo Wendolin, jajaja Sí, sí que me llamo así, pero estamos en Austin, y para estos tiempos mejor llamarse Junior. Os juro que Piero tiene un sentido del humor muy retorcido. Junior Rosso, por dios, que alguien me pegue un tiro.

Otra de las grandes maravillas de este siglo es que debo de llamar padre y madre a Piero y a Judith. Es…es…es arcaico, muy arcaico. ¡Tienen nombres, por amor de dios! Y por supuesto Piero está disfrutando de lo lindo de toda esta situación. Os juro que Chen me las va a pagar.

Ahora papá es profesor de instituto de Lenguas extranjeras. Sí del mismo instituto que vamos Gabriel y yo. Y Daniel, es tío Daniel, dios, es patético todo esto. Bueno tío Daniel sigue siendo escritor, pero ahora es corresponsal para un periódico Italiano.

La tecnología es casi inexistente, es horrible, vivir en 1952. Horrible de verdad. A los únicos que les gusta vivir en esta época son a Daniel y a Piero. Todos los demás estamos deseando salir de este atolladero.

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No pienso volver a esa maldita escuela nunca más. No lo haré, no puede obligarme, si me obligan, les contaré a todos que somos time-travellers.

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Y 1952 apesta.

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1952 apesta, lo sé me repito más que un disco rayado. Pero es que lo que pasó el otro día ha sido sin lugar a dudas, el peor día de mi vida. Nunca había sido humillado de tal forma como lo fui ayer.

Estábamos unos chicos de la escuela y yo discutiendo sobre una película que justo estrenaron este fin de semana “the quiet man”. Cuando sin darme cuenta profane el nombre de dios en vano.

Por lo visto no hay nada peor que eso. Al menos en esta escuela de supersticiosos y estrechos de menta.

Y cómo si fuera el peor de los criminales me llevaron al medio del salón y me bajaron los pantalones y me dieron con una horrible pala, delante de todos los que estaban en el salón, unos 300 alumnos, creo que deberían ser. Después aún en esa indigna posición aún tuve que escuchar cómo me reprendían en público y como le decían a los de más alumnos que evitaran caer en un lenguaje tan abajo como el que había usado yo. Me dieron unas ganas de darle una patada en los huevos a ese hijo de puta del director de la escuela. Pero Piero estaba allí, y haber hecho eso ahora mismo estaría muerto.

Y para acabar de hacer el día, al llegar a casa Piero aún tuvo los santos cojones de darme la charla de que no debíamos llamar la atención y que debíamos actuar como actúan las gentes de este tiempo.

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Odio mi vida. Es un asco. Ser un time-traveller se supone que tiene que ser algo emocionante, al menos eso piensa la gente. Pero es en misiones como estas que nos ganamos el pan que comemos.

Desde que llegáramos al 1952, raro ha sido el día que no me llevara un pescozón o un reglazo en la escuela. Te juro que no le pillo el truco a esta época. Estoy recibiendo más palos que una estera.

Y a Chen y a Gabriel no les está yendo mejor. Chen está desquiciadísimo, en 1952 no hay muchos niños chinos en Austin, y lo demás niños no paran de llamarlo comunista. Es horrible, mamá ha dicho que lo va a “escolarizar en casa” es una opción en este siglo. Y Gabriel, bueno Gabriel, Gabriel extrañamente encaja perfectamente con los demás chicos de la escuela, pero los problemas los tiene con los profes y por culpa de esto con Piero.

Pero le doy la razón, esta gente es realmente desconcertante, de puertas a dentro son aún más degenerados y salvajes que los del siglo XXI, pero de puertas a fuera puro puritanismo del siglo XVIII.

Piero ahora le ha dado la manía de “problemas en la escuela, problemas en casa” Judith debería recordarle que solo es una tapadera, que no somos de esta época. Y casa es el único sitio que nos queda donde podemos ser nosotros. Pero Judith no salé del sótano, está empecinada en arreglar la máquina y salir de aquí cagando leches. Así que está pasando como mucho de lo que pasa aquí arriba. Y Piero se aprovecha, siempre que nos dejan a solas con él, se convierte en un auténtico tirano.

Él dice que es para compensar la manga ancha que nos da Judith. Pero no es cierto, Judith no es la mami permisiva que él dice. Todos sabemos que si Judith dice NO, es NO, y es un NO que no se discute. Lo cierto es que Judith cabreada da mucho más miedo que Piero. Y nadie le discute a Judith, nadie. Pero Piero solo ve lo que quiere ver, que Judith no va vociferándonos y no nos intenta imponer su voluntad a toda costa.

Esta tarde mismo, estábamos Gabriel, Lisa y yo en el salón jugando a un antiguo juego de cartas, cuando a Piero se le antojó que debíamos entrenar un poco el aspecto fisco. ¿en serio? Mi hermano parece un loco de los esteroides y Lisa tiene la agilidad de una gimnasta olímpica. Vale, yo soy un patán, lo reconozco. Pero se dirigía a los tres. Y Cuando Gabriel, dijo lo típico de “luego”, empezó el festival. Piero se puso en plan comandante, no en plan familia. Y que si cuando él dice que hagamos una cosa, tenemos que hacerla, que esto es un cachondeo, bla, bla bla, las típicas gilipolleces de cuando Piero le da la neura.

Lisa simplemente se levantó y dijo que se iba a ayudar a Judith. Y algo hizo click en la cabeza de Piero, porque de repente empezó a reñir a Lisa. ¡Reñir a Lisa! ¡El ojito derecho de papá! ¡Miss perfección! Quiero mucho a Lisa, pero a veces de lo perfecta que es da un poquito de rabia. El hecho es que hasta Lisa la pilló desprevenida. Creo que hacía años que Piero no le daba una bronca como esa. Entonces Pikelton salió al recate de Lisa. Le debo 20 monedas a Gabriel, desde que Pikelton llegó que dice que está coladito por Lisa. Y yo que pensaba que era asexual. Pero Piero no se sintió intimidado lo más mínimo por Pikelton. Lo cierto es que visto, des de la barrera, en un hipotético combate Pikelton vs Piero. Pikelton no aguantaría ni un primer asalto. Es más, hasta creo que Gabriel lo podría tumbar. Y está claro que Piero opinaba igual que yo, porque no tuvo ningún problema con darle dos bufidos y amenazarlo con el cinto. El acto caballeroso y heroico de Pikelton acabó justo en ese momento. Y papá, le dijo a Lisa que bajara con Judith y se quitara de su vista y regresó a nosotros dos. Por supuesto tanto Gabriel como yo, sabíamos que en ese momento solo valía una cosa, complacer a Piero en todo lo que pidiera. Estaba con el día torcido y lo mejor era no apretarle más las tuercas aún. Y aun así, nos llevamos unas cuantas nalgadas, por hacernos un momento los remolones.

Pero hemos sobrevivido al día de hoy. Este año tiene algo raro que saca lo peor de todos nosotros.

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