Páginas Amigas

sábado, 21 de septiembre de 2013

Taylor versus el mar.


Es un capitulo suelto del cisne 

Taylor versus el mar.

No puedo creer mi suerte, a quien se le ocurrió que nos viniéramos de crucero, si desde que puse un pie en este maldito barco las cosas se pusieron borrosas para mí, me encerré en mi camarote y a vomitar, trate de pasar desapercibido mi Nate estaba divertido no quería arruinarle el viaje, las pastillas para el mareo no ayudan mucho pero en cuanto estuvimos en alta mar todo fue peor comencé a vomitar sin parar, mi mujer y mi hijo se fueron con la familia de Ron mientras yo estaba al cuidado de papá y mamá, al segundo día de vómitos llamaron a la medico del crucero.
“cuanto tiempo llevas a si”
“Más o menos desde que me subí al barco” me encogí un poco ante la mirada de ira de papá. No aguante mucho mas y comencé con arcadas de nuevo, lo vi sacar mi peor pesadilla una caja de supositorios, que estaba demente soy un adulto no me ponen un de esos hace años.
“no” le dije entre arcadas, papá me dio media vuelta y le entrego mi trasero “auch” me queje, no alcance a decir nada mas cuando papá me había subido el pijama y me tenía entre sus brazos.
“ahora le pondré un suero, para rehidratarlo” quede enchufado a esa manguera mágica. El dolor en mi bracito no se lo doy a nadie.
Cuando salí del shock e iba a comenzar a reclamar el médico se dirigió a papá.
“uno cada ocho horas o en cuanto empiece con las arcadas, pero el efecto dura aproximadamente ocho horas”
“o no, no de nuevo” les grite furioso
“Hijo se era lo que el médico ordene” me callo papá
“no, soy un adulto” le grite
“pues compórtate como uno, dejarías a Nate sin medicación” golpe bajo
“es mi hijo”
“si y tu el mío” me ordeno yo quería hacer una pataleta pero sabía que no terminaría bien para mi, el médico se despidió avisándonos que vendría en unas horas cuando en suero se acabara.
Papá se quedo a mi lado mamá fue a ver a los chicos y yo debo confesar que me sentía mejor, pero no se lo diré a nadie, pasaron muy rápido las ocho horas y me sentía igual que antes.
“Vamos Tay” me ordeno papá
“no papito” le dije amarándome a la cama, pero no me sirvió de mucho comencé con arracadas nuevamente y eso hizo enojar mucho a papá que me dejo sobre sus rodillas me puso el supositorio y me dio tres fuertes nalgadas en mi cola al aire otra cosa que no pasaba hace muchos años “no quiero ni una sola queja hijo o te daré la versión completa”
Me acuno en sus brazos y me quede dormido, cuando desperté le pedí algo de comer, por primera vez desde que me subí a este infierno que puedo mantener algo en el estomago, incluso pude ir a jugar un ratito con mi hijo, pero al cabo de las ocho horas mi mundo se comenzó a mover nuevamente esta vez fue mamá quien me fue a buscar, yo no quería papá es más fuerte que yo me toma de un brazo y me echa al hombro.
“no mamá no quiero”
“tengo que llevarte a punta de cepillazos”
“MAaaa” me queje que hacía con el cepillo de Derek aquí.
“ahora” no quería una escena delante de mi mujer y mi hijo pero sobretodo no delante de Ron que se reirá de mi por años.
Me encamine a su camarote y mamá dejo el cepillo convenientemente a la vista de mis ojos.
“yo puedo solo” me daba corte que mamá me viera el culo.
“rapidito antes que se derrita” dijo con una bala en la mano no me quedo de otra a mis veinticinco años con el culo a la vista de mamá para ser invadido por un intruso.
“Ay mamá que duele” me queje en cuanto me introdujo al intruso e intente sacarlo una sólida nalgada cayó en mi trasero.
“Suficiente Taylor Smith” dijo tomando el cepillo
“nunca más mamita nunca más” me queje enseguida y deje de hacer fuerzas para sacarlo.
Mamá me dio un beso en la frente
“estoy mejor mamita quiero dormir porque no vas a ver a papá”
“seguro” pregunto
“si mamita diviértanse con la medicación ya me siento mucho mejor disfruten su viaje… y no le dirán a nadie verdad” mis ojos involuntariamente se dirigieron a la caja que contenía a mis enemigos.
“claro que no mi bebe, es una medicación hijo no tiene nada me malo” Claro como no se la están metiendo a ella por el culo, menos mal que no lo dije en voz alta, porque sentarme seria solo un recuerdo.
“ya vete” le dije dándole un beso en la frente.
A las dos horas mi sueño fue interrumpido por una llamada de Fabián y me pregunta si mis padres usan supositorios que mierda se suponía que no le dirían a nadie y hasta Fabián sabe, pero no su respuesta fue peor que esa, mi enano estaba enfermo y a miles de kilómetros de distancia mi enanito estaba pasando por la misma tortura, pero bueno somos hermanos.

1 comentario:

  1. Jejejeje... Qué suerte que Tay se ató la lengua y no se le escapó eso delante de su mami, jajajaj!! Grrrr... ese remedio peor que la enfermedad!! Pobre Tay! y hasta a mi cisne le tocó!!!! =P

    Está liiindo!!! Espero máaaas, por fa!!! Es tu culpa por escribir tan bien, jejeje :D

    Camila

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