Capítulo 4 No es justo...

Hola, muchas gracias por sus comentarios y perdón por no apresúrame pero a veces no tengo tanto tiempo, aun así ya planeo otra historia, Marambra muero por leer a Nate, Lady me ha encantado tu historia de Maty, y la del cisne sigue por favor, Gloria la de Roy y Olí, espero ansiosa (:

Capítulo 4 No es justo...

Estaba en la dirección por segunda vez en menos de un mes, pero no era mi culpa esos bravucones la tenían, yo no soy un buscapleitos como decía el maestro Dickens, yo estaba leyendo y el otro estúpido de pronto llegó a molestarme, ¿Que hacía? ¿Dejar que me pegará? 
Yo estaba muy furioso, sentado con el seño fruncido y un nudo en la garganta por coraje, vi al chico junto a mi que sangraba de la nariz, y por un segundo me sentí mal, pero luego el coraje me invadió y seguía con el ceño fruncido y una pose debo admitir altanera.
-Señor Grayson, me sorprende su comportamiento tan inapropiado.
-¿El mío?-Conteste muy enojado.-¿Y él qué? El si puede molestarme todo el tiempo, y usted ni siquiera le importa.-Termine casi en un grito.
-Señor Grayson, le agradecería que bajara su tono de voz.-Dijo el director.-Me apena tanto tenerlo aquí por segunda vez en menos de un mes y más por su comportamiento tan deplorable.
-USTED NO SABE NADA, EL COMENZÓ TODO, LO SABRÍA SI HICIERA SU TRABAJO, EN VEZ DE QUEDARSE ECHADO VIENDO PORNO EN SU OFICINA.-Escupí estaba muy enojado.
-Richard.-La piel se me puso de gallina, es era la voz de Bruce.-No le hables así a tus profesores . Bueno días director, lamento tener que venir en estas circunstancias, de nuevo.-Y me miro.
-Señor Wayne, debo admitir que sus visitas no me agradan, bueno más bien el porque.-Estrecho su mano.-Pase a mi oficina por favor.
Los dos entraron, después de que escuche la voz de Bruce me calme enseguida pero luego me llene de nuevo de coraje, y rabia, porque seguro Bruce se enojaría conmigo solo por querer defenderme de ese idiota, quería salir lo más pronto posible de ese lugar estaba harto, de la escuela, de mis compañeros y claro de los estúpidos maestros que daban clases aquí.
Cuando Bruce salió me miro con severidad, y luego miro al director, se dieron la mano y por fin Bruce dijo: 
-¿No te disculparas?-Me pregunto Bruce. Estuve apunto de decir una disculpa, pero mi orgullo no me lo permitió.
-No.-Me salí de la oficina rápidamente y salí casi corriendo, otra vez las estúpidas ganas de ponerme a llorar, pero antes de que saliera de ahí algo me sujeto del cuello de la camisa.
-Richard.-Escuché la sombría voz de Bruce.
-¿Qué?-Respondí valiente, y lo mire enojado y con los ojos llenos de lagrimas.
-El coche esta por acá.-Me dijo molesto, pero con tono tranquilo.-Vamos a casa.-Comenzo a caminar pero yo me quedé ahí parado. El se detuvo pasos después.-Richard, no tenemos todo el día.
-Bruce, primero quiero explicarte lo que sucedió.-Dije apenas audible.
-Hablaremos en casa, sobre todo, ahora vámonos ya.
-Es que te lo quiero explicar aquí y ahorita.
-Obedece.
-Escúchame.
-Uno...-Comenzó a contar, no sabía que significaba exactamente pero estaba en más problemas.- Dos... Te advierto Richard que si llego a tres no te gustará, camina.
-Pero...-Replique.En es momento Bruce camino hacía mi, y justo cuando tomo mi brazo la fachada de chico valiente desapareció.
-Te dije que camines.-Y ZAS una palmada realmente dura cayo en mi trasero.
-¡Ay!-Con mi mano libre me sobe el trasero.
-Quita la mano.-Me ordeno.
-No, Bruce, ya voy a caminar pero no me pegues aquí.-Le dije al borde de las lagrimas.
-Pues apúrese jovencito.-Me dijo molesto y me soltó, yo camine y ZAS otra palmada cayo en mi trasero.
-Estoy caminando.-Y un sollozo ahogo mi queja.
Caminamos al auto yo tenía varias lagrimas recorriendo mi cara, y sorbi mis mocos.
Cuando llegamos, baje pronto para intentar escapar a mi cuarto, pero claro que eso no fue posible, Bruce me tomo por la nuca y me llevo a su oficina.
-Bueno, Dick espero una gran explicación.-Me hizo sentarme en la silla principal y el se recargo en el escritorio frente a mi. Yo negué con la cabeza.-¿No, qué?-me quede callado.-Te estoy hablando. Explícame lo que paso hoy en la escuela.
-No...-Dos lágrimas recorrieron mi cara.-Tu no me quieres escuchar nunca-Reproché, y llegaron más lagrimas a mi cara. El alzo la ceja y me miro perplejo.
-inclinate sobre el escritorio.-Me ordenó. Yo negué con la cabeza.-No te pregunte, Richard.-Y me  agarro las dos manos y me hizo levantar, tomo mis manos con una suya y con la otra que quedó libre cayeron diez duras palmadas en el trasero, picaban y ardían, y me mando al rincon.-Te quedas media hora aquí para que se te quite ese berrinche tuyo, si necesitas más tiempo me dices, para ver a que hora podremos hablar.-Y cerró la puerta, dejándome llorando ahí.
Después de cinco minutos mas o menos las lagrimas pararon aunque me seguía picando el trasero, y no podía parar de moverme me estaban doliendo los pies estaba desesperado viendo a la estúpida pared con papel decorado azul marino, me recargaba en un pie, me recargaba en el otro, me estaban dando ganas de llorar más por la desesperación.
-¿Ya podemos hablar como dos personas normales?-Escuché la voz de Bruce. Dije que si con la cabeza.-No te escuché Richard.
-Si, Bruce.-Contesté algo entre cortado.
-Bueno.Escuche como se sentaba en su silla. Date vuelta y te escuchó.-Me di vuelta y me acerqué un poco.-¿Qué fue lo que paso hoy en la escuela?
-Pues ya lo sabes, ¿Para qué quieres que te diga yo?
-Porque te lo estoy pidiendo, ahora te quiero escuchar.-Me ordeno.
-Pues yo estaba trabajando tranquilo, y el torpe ese.-Me miro serio.-Mi compañero comenzó a molestarme y como no hice caso rompió mi cuaderno, y no pude controlarme y lo golpee-Dije.
-¿Y lo golpeaste así nada más? Ósea Richard, le pudiste decir a la maestra, o al director o alguien para que detuviera a tu compañero, pero preferiste irte encima de el.
-Pues no soy un bocon.-Contesté enojado.
-Pero un buscapleitos ¿Si?
-NO SOY BUSCAPLEITOS.-Lo mite muy enojado, no era justo que me dijera así.
-Escúchame bien, Richard, me bajas unas ocho rayitas a tu tono, porque ni soy tu compañero de escuela, ni tu amiguito, soy tu padre y me hablas como se debe o te dare una buena paliza por irrespetuoso, ahora estoy intentando hablar bien contigo, ¿No quieres? te castigo y le damos fin a todo, inclinate sobre el escritorio.
-No, no quiero que me pegues.-Supliqué por inercia.
-Eso no esta a discusión, Dick, lo mereces.
-Claro que no.-Dije sentido.
-Te voy a dar varias razones por las cual si lo mereces, en primera atacaste a un compañero, por una razón tonta mientras pudiste resolverlo de una manera civilizada. Dos le gritaste, y le faltaste al respeto, y no lo niegues te escuché, y aparte te dije de una buena manera que hablábamos aquí en casa, pero no preferiste hacer  una pataleta, y aparte cuando te intente hablar tranquilamente, tu te negaste por tu capricho, sin mencionar que me alzaste la voz. -Respondió.
-Pero...No es justo.-Las lagrimas amenazaron.
-Ya te dí mis razones, ahora dime ¿Mereces nalgadas o no?-Me miro fijamente. Yo baje los ojos y comencé a sollozar.-Terminemos con esto Dick, inclinate sobre el escritorio.-Abrió el cajón y saco la regla.
-No, no, no me pegues con eso, con nada, no me pegues.-Solloce fuerte.-Solo sentí su mano en mi hombro y el mismo me hizo inclinarme.
Clap, Clap , Clap.
-Au, au, ya.-Me quejé desde un principio.
Clap, Clap , Clap.
Clap, Clap , Clap.
Clap, Clap , Clap.
No aguantaba me dolia mucho y aparte estaba desesperado porque estaba llorando como si fuera un bebé, y eso no me ayudaba en nada, como iba a saber Bruce que era grande si lloraba por todo.
Clap, Clap , Clap.
-AUUU, Ya, ya ya.-Tres reglazos peculiarmente más fuertes que los anteriores me despertaron de mis pensamientos.-Ya no , Papá.
-Ya, cálmate.-Me sobaba la espalda.-Levántate, anda...-Yo negué con la cabeza, no quería que me viera llorando como un chiquillo de dos años -Dick, no te puedes quedar ahí, vamos a tu habitación, y cuando estés tranquilo platicamos.-Me seguía sobando la espalda.
Me levante y corrí a mi cuarto, y me tire en la cama me abrace a una almohada y lloré hasta quedarme dormido, Bruce no me había ido a buscar, esperaba no haberme buscado mas problemas, por no aguantaría una palmada más sin tirarme a berrear.
Desperté porque sentí mucho frío eran cerca de las cinco y media de la tarde, sentía algo hinchados los ojos, me los talle, sabía que me quedaría todo el día en casa, así que me quite el uniforme y me puse la pijama, para bajar y comer algo, esperaba no encontrarme a Alfred o a Bruce porque yo quería cualquier cosa, pero ellos no me dejaban comer golosinas. Pero hoy no era mi día y al primero que me encontré en la cocina fue a Bruce.
-Iba a subir a verte.-Me dijo.-Pero pensé que seguías dormido.
-Tenía hambre.-Contesté en un murmullo.
-Ya casi esta la cena señorito Grayson.-Me dijo Alfred desde el fondo de la cocina.
-En lo que comemos, ¿Por qué no nos sentamos a hablar?-Me dijo Bruce pasando su brazo por mi hombro llevandome a la sala.
Yo lo seguí sin decir una palabra no quería discutir y que el se molestara más, nos sentamos en el sofá y el comenzó:
-Dick, pensé que habíamos dicho que cambiarías tu actitud, y que te portarías bien, y yo y no estaría encima de ti, todo el tiempo, porque ya estabas grande y no lo necesitabas, pero esto me demuestra todo lo contrario, estare muy al pendiente de ti, porque parece que no estas cumpliendo, pero si me demuestras lo contrario dejaré de hacerlo, y regresaremos a nuestro trató, ¿De acuerdo?
-Si, papá.-Dije de pronto los ojos de Bruce se llenaron de amor y ternura y abrió sus brazos y me abrazo.
-Te quiero.-Me dijo.
-Yo también.