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domingo, 2 de febrero de 2014

Benditas sean las matemáticas



Benditas sean las matemáticas

Se aproximaban los exámenes quimestrales en el colegio y Leo realmente había cumplido la promesa que le hizo a su padre sobre subir las notas, bueno…casi, solo en mate se iría con 7, guau, siete, bueno solo faltaba un punto para aprobar, solo uno….. qué hacer?, era solo un miserable punto, tal vez era buena idea hablar con la profe y pedirle que le enviara un trabajo o que le tomara una prueba de recuperación. Si eso era lo que haría, así que en el recreo se dirigió a la sala de profesores donde sabía que la encontraría tomando su infaltable taza de café de las 10h30.

Buenos días Janethcita- saludo Leo con su mejor sonrisa.
Hola Leo y la respuesta es no- respondió Janeth también con una sonrisa, Leo en verdad le agradaba.
Que mala, solo vine a saludarla- dijo Leo ofendido.
Vamos Leo, te conozco lo suficiente para saber que quieres pedir que te ayude a subir el promedio quimestral y ya te dije la respuesta es no.
Por fa Jane solo es un punto solo uno miserable puntito, que le cuesta, un trabajo o una prueba de recuperación, lo que usted diga por fa, por fa, por fa…a además usted siempre dice que quiere que demostremos compromiso y preocupación por su materia y lo que estoy pidiendo demuestra mi comprometimiento y preocupación por que estoy consciente de lo importante que son las matemáticas en todos los aspectos de nuestra vida, especialmente en nuestra formación profesional. 
Janeth lo miro divertida y dijo-  Vaya ahora me juegas la sicológica, hasta pareces un político pero la respuesta sigue siendo no. Que viene ahora?
La verdad Janethcita- le voy a decir la verdad.
Bien te escucho
Hace como dos meses le prometí a mi papá que subiría mis notas y bueno eso supone no reprobar ninguna materia y en todas lo logre menos en mate, para mi es importante cumplirle la promesa a papá, es como compensarlo por algo muy feo que le dije. No quiero defraudarlo y usted sabe que me he esforzado mucho si no habría llegado a siete.
Es verdad te has esforzado, pero si lo hubieses hecho desde el principio no habrías necesitado pedir nada.
Leo le miro con los ojitos suplicantes
UFFFF, está bien, estamos en martes, para el jueves 10h30 en punto aquí, serán 100 ejercicios saca copias de estas hojas.
Gracias Janethcita, gracias, gracias, gracias.
Y salió volando a sacar copias. Estaba en verdad feliz, le cumpliría su promesa a su papá 
A partir de esa tarde se puso a resolver los ejercicios con mucho entusiasmo, y realmente le iba bastante bien terminaría sin problema para el miércoles por la noche. Aunque casi no había dormido, se sentía feliz.
El jueves a las 10h30 le entrego la tarea a su profesora le dio un beso en la mejilla y salió a jugar con sus amigos.
El viernes a las 18h30 su padre asistiría a la reunión de padres de familia para la entrega de notas y Leo había quedado en ir para jugar con sus amigos en las canchas del colegio mientras se realizaba la reunión.
Leo no podía esperar a ver la cara de felicidad de su padre, porque seguro estaría feliz.
Leonel nos vamos- escucho la voz seria de Renato.
Leo se despidió de sus amigos y lo siguió preocupado hasta el estacionamiento.
Que pasa papi?....... que te dijeron?.......... Por que estas molesto conmigo?
Seis en matemáticas Leonel.
QUEE?, pero si tengo ocho.
No es lo que dice el reporte.
Dámelo….. –dijo Leo mientras le quitaba el reporte a su padre- no entiendo- exclamó frustrado.
Yo sí- respondió Renato tomando el reporte nuevamente y agitándolo frente a Leo- cuando te pregunte si necesitabas que te pusiera un profesor particular o si necesitabas ayuda, me dijiste que no me preocupara, que confiara en ti y eso hice, incluso antes de salir te pregunte si tenias algo que decirme antes de la reunión y dijiste que no, que todo estaba bien.  Me mentiste, eso es todo lo que paso, me mentiste, sabes cuánto detesto que lo hagas y lo que te espera al llegar a casa, ahora sube al auto.
Papi de verdad tengo ocho, seguro la profe se equivoco, yo no te mentí- respondió Leo sin moverse.
Suficiente Leonel, sube al auto ahora, no empeores las cosas, ya tienes bastante con mentirme, no agregues desobedecerme.
Leo le miro con los ojitos llenos de lágrimas y con una mezcla de dolor, rabia, rencor.  Se había esforzado tanto por cumplirle la promesa a su padre y lo único que se ganaría seria una cueriza porque Renato no le creía, bueno tenía antecedentes, es verdad, pero esta vez no mentía. Estaba a punto de replicar cuando de pronto escucharon una voz femenina que los saludaba a cierta distancia.
Sr. Barahona, buenas noches, hola Leo- saludó la profe de mate
Leo corrió hacia ella y pidió
Janethcita, dígale a mi papá que  tengo ocho con usted y no seis como esta en el reporte
Buenas noches Janethcita- dijo Renato, extendiéndole el papel, mientras que su corazón empezaba a latir angustiosamente, aceptando la posibilidad de haber sido súper injusto con Leo, la incertidumbre lo acechaba.
Janeth lo examino, suspiro y mirando a Leo respondió -Perdona Leo parece que digite mal, pero el Lunes a primera hora lo rectifico. –se giró para quedar de frente con Renato y dijo-Es verdad Sr. Barahona, saco un 8, lamento mucho este inconveniente, Leo realmente se ha esforzado y no solo en matemáticas sino también en las demás materias, le felicito tiene un hijo que lo quiere mucho y esta es su forma de demostrarlo, cumpliendo la promesa que le hizo. Debe sentirse muy orgullo de él. Que tengan un lindo fin de semana. Leo nos vemos el Lunes.- y se marcho.
Renato se sentía muy pero muy mal, era cierto que Leo le había mentido con eso antes, pero había prometido no hacerlo más, no le creyó en esta vez y el niño decía la verdad. Se sentía tan culpable, fue totalmente injusto, a veces era tan difícil ser padre. Resopló con fuerza, se acercó a Leo que seguía serio y dolido y le dijo-
Perdóname chiquito, al menos debí darte el beneficio de la duda, en verdad lo siento mucho hijito.……….te prometo que de ahora en adelante confiare más en ti…  Qué puedo hacer para que olvides lo que paso?.
Leo lo miró serio por un ratito, por supuesto que lo perdonaba, después de todo su padre tenía bastantes razones para dudar, tenía su historial, además nunca le podía negar nada a Renato cuando le dedicaba su misma mirada de cachorrito arrepentido, y poco a poco en su rostro se formo una sonrisa, una picara sonrisa.
Bueno papi, yo cumplí mi promesa, ahora te toca a ti cumplir la tuya.
Por supuesto chiquito, vamos directo a un centro comercial y te compraré la patineta que quieras y un nuevo equipo completo.
Gracias papito- dijo Leo le dio un fuerte abrazo a su padre y al subirse al auto exclamo- ¡Benditas sean las matemáticas!- provocando que Renato negara con la cabeza y soltara una pequeña risita.


5 comentarios:

  1. Me encantó!!! Leo y Renato me tienen conquistadas desde el inicio, Cath! Que super bella historia! Fiuuuuu, te juro que pensé que Renato me lo castigaba injustamente!! Que suerte que Janethcita apareció! =)

    Camila

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  2. Jaja pobre Leo :) por poco y se comete una injusticia con el
    Me encanto Renato todo arrepentido :3
    Y su maestra llego justo a tiempo jaja
    Genial historia
    Actualiza pronto xfis
    Saludos
    Att.Miranda

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  3. Pobre Leo... le llega a castigar y le...le...grrrr

    xDD

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  4. Ay de la que se salvo Leo por poco y le bien feo al pobrecito que suerte que la profe los viera que si no ... Te he dicho que me encanta está historia? bueno por las dudas, me encanta está historia son un encanto sus personajes

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  5. Gracias por sus comentarios.

    Hasta pronto

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