Páginas Amigas

domingo, 2 de febrero de 2014

Promesas


Promesas

Leo salgo ya a un curso a la capital y María llegará a llevarte a la escuela, así que desayuna pronto,  solo son tres días los que estaré fuera, por favor pórtate bien. No quiero quejas a mi regreso. Cualquier trastada Leo y te daré una paliza. Prométeme que te portarás bien- dijo Renato mientras terminaba de hacer su maleta.
Ay, papi, como si no me conocieras- se quejó Leo.
Promételo Leo.- insistió Renato.
Está bien, te lo prometo papi.- respondió con cansancio Leo.
Recuerda que estás castigado ya María está al tanto.
Siii, no te preocupes la lista de tareas pegada en la refrigeradora me lo recordará en tu ausencia y por si acaso voy a pegar también una foto tuya gritándome.- replicó con sarcasmo Leo, bajando las gradas.
Ja ja muy gracioso. – respondió Renato mientras se dirigía hacia el garaje- Estaré de regreso el viernes sobre las 10 de la noche. Ese día María se irá a las cinco de la tarde así que te quedarás solo por 5 horas, ya eres grade hijo y confío en tu criterio y buen juicio al quedarte solo. Te quiero hijo- respondió Renato besó la cabeza de su hijo y se marchó.
Ve tranquilo papi, cuídate mucho.-Leo esperó hasta que la puerta del garaje se cerró y se fue cabizbajo a la cocina, siempre que su padre se iba sin él, se sentía como abandonado y no podía evitar ponerse triste.
Apenas terminó su leche con cereal, María llegó para llevar a Leo al colegio.
Todo transcurrió en absoluta tranquilidad, María tenía unos 48 años y no tenía hijos, siempre había ayudado a Renato en el cuidado de Leo, lo conocía desde que tenía dos meses y lo adoraba. Leo también adoraba estar con María, y obedecía todo lo que ella le pedía de inmediato y sin rechistar. Cuando en una ocasión Renato le pidió a María que le diera la receta para lograr ese comportamiento en su hijo, ella le contó una pequeña conversación que tuvo con Leo cuando tenía siete años.
María me quieres?
Por supuesto mi lindo. Te adoro.
Por qué?
Porque eres un niñito muy bueno, muy tierno y adorable.
Siempre me vas querer?
Por supuesto que sí, siempre, siempre, siempre.
Sabes qué…… yo siempre te voy a hacer caso.
Por qué?
Porque tú si me quieres y ni mi madre lo hizo.
A Renato se le llenaron los ojos de lágrimas abrazó fuerte a María y solo pudo decir una palabra desde el fondo de su corazón….GRACIAS……
María lo mimaba como siempre y Leo cumplió con la lista de tareas que le dejó su papá. Renato llamaba como mínimo tres veces al día, no podía estar mucho tiempo sin escuchar a su pequeñito. Llegó el viernes y María tenía que llevar a su madre a una consulta médica así que le dio un besito a Leo y se fue.
Leo se puso a ver una película y tomó un tazón de palomitas que le dejo listo María.
Riiiig, riing,riiiiiiing sonó el teléfono Leo corrió a contestarlo porque sabía que era su papi.
Hola papi, si ya se fue, aja, no, solo estoy viendo una película,  bueno nos vemos, ven con cuidado, chao papito- y colgó.
Riiiing- sonó nuevamente el teléfono
Que te olvidaste- respondió creyendo que era su papá- Hola Leo soy Julián.
AAAHH, hola Julián, creí que era mi papá. Dime que hay
 Las gemelas Sánchez, me acaba de llamar Lorena y me dijo para verse con nosotros en el centro comercial a las siete, nos da tiempo.
No puedo salir.
Vamos son LAS GEMELAS….hazlo por mí amigo….
Mmmmmmmmmmmm
Solo serán dos horas a las nueve sus padres pasarán por ellas.
Está bien a la siete en la puerta norte.
Gracias amigo, te debo una.
Pasaron super bien con las chicas, Lorena no se despegaba de Julián y Leira y Leo no paraban de reír. Comieron helados y papas fritas y dieron las nueve, ellas debían irse. Acompañaron a las chicas hasta el estacionamiento. Lo habían pasado muy bien. Leo se despidió de Julián y tomo un taxi.
A las nueve y treinta llegó a su casa, pero al bajarse del taxi notó algo extraño, él no había dejado encendida la luz de la sala y menos la del cuarto de su padre, se estremeció, no podía ser, su padre había dicho que llegaría sobre las 10 y eran las 9 y 30 de la noche. No, no, no y no, como podía pasarle esto a él, la vida era tan injusta, esas dos horas de ensueño le iban a costar bien caro. Qué hacer????......llenó tres veces sus pulmones de aire, exhaló lentamente se armó de valor y entró.
 Hola papito, que gusto verte, llegaste antes.- dijo Leo con una forzada sonrisa, se acercó a su padre le dio un breve abrazo y un beso en la mejilla y caminó hasta el otro extremo de la sala.
Hola Leo-respondió Renato bastante serio.- Donde estabas?
Salí un momento.
Si, ya me di cuenta. No fue eso lo que te pregunté.-dijo Renato mientras se acercaba peligrosamente a Leo- Donde estabas?
En el centro comercial- mientras retrocedía un par de pasos.
Con quien
Con Julián y dos amigas
A qué hora saliste
A las seis y media
Le dijiste a María?
No.
Parece que olvidaste que estás castigado hasta mañana, y eso implica NO SALIR, menos, SIN PERMISO, menos CON AMIGOS, y menos SIN AVISAR….. Me prometiste portarte bien, y NO CUMPLISTE.
Tú tampoco cumpliste- dijo Leo desafiante
Que?-preguntó un sorprendido Renato
Dijiste que vendrías pasadas las 10 de la noche. No cumpliste tu palabra. ES TU CULPA.
Renato respiró profundamente, si seguía a ese ritmo terminaría asesinado a Leo y después de todo era su hijo, su único hijo.
Sube a tu habitación Leonel.- ordenó severamente.
 Leo salió disparado hacia su cuarto, mientras las lágrimas empezaban a correr por sus mejillas. Cuanta injusticia, y todo era culpa de su padre si tan solo hubiese llegado cuando dijo, nada de esto estaría pasando. Se lanzó a su cama y abrazó con fuerza a su querida almohada. Se sentía muy mal, a quien quería engañar debió quedarse en casa viendo la película, mañana terminaba su castigo seguro que ya no, su padre tenía razón él no cumplió su promesa, por primera vez le había dejado bajo su propia responsabilidad por unas horas y lo primero que hacía era saltarse el castigo, se atrevió a levantarle la voz y a culparlo a él. Definitivamente era hombre muerto.
Habían pasado 15 minutos y la puerta se abrió. Leo se secó las lágrimas, se incorporó de inmediato y caminó hacia la ventana sin mirar a su padre que se detuvo en el centro de la habitación.
Leonel, espero que te hayas dado cuenta de que lo que hiciste estuvo mal.
Si papi, no debí saltar el castigo, ni levantarte la voz, ni salir sin avisar a nadie, ni defraudar tu confianza, ni decirte que no cumpliste tu palabra, yo se que siempre la cumples… aunque a veces… desearía que no.
A veces yo también desearía que no- dijo Renato mientras se sacaba la correa y la doblaba en dos.
Paaaapiiiiii- suplicó Leo llorando nuevamente.
Sobre la cama Leo- ordenó Renato.
Noooooooooooooo-Leo no se movió así que Renato dejó la correa sobre el velador, se acercó a él, le dio un breve pero fuerte abrazo para tranquilizarlo, lo tomó del brazo, lo guió hasta la cama y de un empujoncito lo tumbo sobre ella, el muchacho volvió a abrazar a su almohada, Renato tomó la a correa, levanto el brazo y…
ZASSS  AAAAAAA  ZASSS AYYAYAYAYAY ZASSS ZASS AAAAAA NOOOO ZASSS ZASS ZASS AYAYAYAYAYYYYYYY  ZASSSYAAAAAAAA ZASS ZASS YAAAAAAAAAA YAAA PAPIIII YAAA
Renato soltó la correa y se sentó junto a hijo y le acarició la cabecita, mientras le decía- Ya mi chiquito…. ya…. ya paso hijito, ya….ya no llores- lo repetía una y otra vez mientras le pasaba su mano por la espalda y  besitos en la cabeza.

Papi…perdón por ……por…….por- Leo ni siquiera podía decirlo pero no hacía falta Renato sabía lo que le angustiaba a su hijo.
Tranquilo chiquito, todo está bien, no defraudaste mi confianza, solo tomaste una decisión equivocada, tienes 14 años tesoro, y cometerás muchos errores, lo importante es aprender de ellos, ir mejorando en el camino.- respondió sin dejar de acariciar su cabecita. Luego de unos minutos se levantó y se dirigió hacia la puerta.
Estoy castigado?.- preguntó un sollozante Leo
Tú qué crees????- fue la respuesta de Renato
Pero me pegaste.- protestó Leo.
Leonel- advirtió su padre
Cuanto?- preguntó Leo con resignación.
Hasta mañana- respondió Renato con una sonrisa.
Leo salto de la cama abrazó a su papá y le dijo. Gracias papi.- estaba feliz, su papi no le añadió más días de castigo-  Puedo dormir esta noche contigo?- Siempre pedía lo mismo cuando Renato llegaba de un viaje.
Por supuesto que si mi chiquito- y así abrazados fueron a la habitación de Renato.


6 comentarios:

  1. Qué lindo!!!!!! Pobre mi nenito, qué triste q lo hayan abandonado, pero qué bueno que la vida pone personitas tan buena en el camino, como María. Renato y Leo son afortunados en tenerla y tenerse y quererse ellos!

    Gracias, gracias, graciasssss!!!!! Me han re gustado tus capítulos!!!! Estaré esperando por más!!!

    Camila

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  2. Adoro a Leo y a Renato también :D
    Jajaja
    Genial el capi
    Att.Miranda

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  3. Aich, estoy con Leo, la culpa es del padre por llegar antes!!

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  4. Me encanta pero mucho está historia son geniales y apoyo a Leo si la culpa la tiene el papá quien lo manda a llegar antes de la hora

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  5. Gracias por sus comentarios, me animan a seguir.

    Hats pronto

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